07-07-11 | Por Leo Graciarena / La Capital
Instrumental de los ladrones de cajeros automáticos: taladros inalámbricos, prensas caseras, mechas de acero y bronce, sopletes, tubos de acetileno y hasta un inhibidor de frecuencia de alarmas.
«Según un detalle suministrado por la empresa Prosegur, desde 2007 esta banda les robó aproximadamente 20 millones de pesos violentando cajas fuertes y cajeros automáticos». Este dato, aportado por un investigador del robo de tres máquinas de la Red Link en el departamento Rosario entre el 8 y el 18 de junio pasado, describe la dimensión de la gavilla de delincuentes bonaerenses desarticulada por la policía rosarina con la detención de cinco personas. Uno de los apuntados como líderes de la banda es un ex empleado de la empresa de transportes de caudales Prosegur. Hay dos prófugos: uno de ellos es hijo de un especialista en sistemas de seguridad que trabajó en esa compañía hasta 2009. Se estima que este año en la provincia de Santa Fe se apoderaron de cerca de 1.500.000 pesos en cuatro golpes.
«En los 29 años que tengo en el trabajo policial nunca había visto una banda con tanta parafernalia y tan metódica en sus golpes», comentó ayer el comisario Néstor Arizmendi, jefe de la Agrupación Unidades Especiales (AUE) de la policía rosarina, en la conferencia en la que se exhibieron las herramientas de precisión incautadas a la banda de ladrones de cajeros automáticos.
El grupo. El martes por la noche llegaron en un colectivo de la Unidad Regional II las cinco personas detenidas entre lunes y martes en siete allanamientos realizados en el sudoeste del conurbano bonaerense.
Los detenidos son Ricardo Osvaldo E., de 38 años, apuntado como uno de los cabecillas; Adrián Alejandro V., de 32; Andrea G., de 42 y Lilia R., de 37 años y nacionalidad boliviana. Todos ellos con domicilio en el barrio La Unión, partido de Ezeiza. Y Juan Daniel M., de 30 años, con domicilio en Llavallol, partido de Lomas de Zamora. Todos están a disposición de la jueza de Instrucción Patricia Billotta, quien está de turno en la feria. Luego la pesquisa quedará a cargo de la jueza de Instrucción Roxana Bernardelli, quien ordenó los allanamientos la semana pasada.
Fuentes de la investigación consignaron que hay dos individuos prófugos. Uno, de 47 años, es hijo de un especialista en seguridad en cajeros automáticos y cajas fuertes que trabajó en Prosegur hasta 2009. El otro es un muchacho de 18 años, cerrajero de oficio. En dependencias de la Brigada de Investigaciones, la sección que llevó adelante la pesquisa, se exhibieron los elementos secuestrados a los detenidos.
La ferretería. Se podían apreciar cinco taladros de alta precisión inalámbricos y un taladro de base magnética, para perforación de aceros rápidos, que en el mercado tiene un costo de 11 mil pesos. Además una caja fuerte cortada y sopleteada; equipos de comunicación; cinco tubos de acetileno; sopletes; mechas de acero y bronce; un inhibidor de frecuencia de alarma, celulares y GPS; tres prensas caseras; una máquina para contar billetes; ocho mamelucos de trabajo idénticos a los observados en la filmación de algunos de los hechos; varias partes superiores de cajeros automáticos y cajas fuertes; y dos generadores de energía.
También se expusieron varias cerraduras electrónicas de cajeros automáticos. «Son cerraduras que sólo utiliza la empresa Prosegur dentro de los cajeros automáticos. Se está investigando si las utilizaban para practicar», indicó Arizmendi.
Además fueron incautados electrodomésticos con boletas de compras fechadas el 13 de junio cinco días después del doble robo a los cajeros en Rosario; tres televisores de LCD y un equipo de audio. Se secuestraron dos vehículos: una Land Rover y una Ford Eco Sport. El vehículo que utilizaron en los dos golpes en los cajeros de Mendoza y Donado y Pellegrini al 3000 el pasado 8 de junio, un VW Vento color gris, no fue localizado. En ninguno de los domicilios allanados se hallaron armas.
Terror de los cajeros. El 8 de junio la policía rosarina se desayunó con el robo de dos cajeros automáticos de la red Link concretado por especialistas. Ladrones que conocían dónde pegar para que el cajero automático, una máquina compleja, se abriera como una caja de regalos. En estos dos casos, los delincuentes realizaron una perforación con un taladro en el lateral izquierdo del cajero a unos 60 centímetros del piso y a 2 centímetros del frente. El orificio daba justo a un chapón que clausura el acceso a las entrañas de la máquina.
Ahora se sabe que los ladrones utilizaron mechas de precisión e imantadas y que sujetaban el cajero con una prensa casera para evitar que la vibración disparara una y otra vez la alarma con sensor de movimientos que tiene el cajero. Esos dos primeros golpes en Rosario significaron 900 mil pesos.
Al día siguiente del golpe se supo que el 24 de marzo, munidos con un soplete, una banda había robado un cajero automático del Banco de la Nación en la localidad Alcorta, departamento Constitución. Se llevaron de allí 225 mil pesos. El dinero depositado dentro de los cajeros está colocado en una serie de casetes plásticos del tamaño de un VHS de video. Es decir, si no se conoce donde aplicar el soplete, se quema el dinero, como ocurrió el 22 de septiembre de 2007 en un cajero externo del Banco Municipal en barrio Fisherton.
El sábado 18 de junio, once días después del doble golpe en Rosario, fue el turno del cajero del Banco Nación de Mitre y Bomberos Voluntarios, en V. G. Gálvez. Dos hombres ingresaron al cubículo y sin importarles la existencia de cámaras de seguridad, con un soplete en el lugar indicado violentaron el cajero y se llevaron 300 mil pesos.
Ahora que se conocen detalles del ADN de la banda de ladrones de cajeros, se sabe el porqué de la precisión de cirujanos que tenían al enfrentarse con una de estas máquinas. Los investigadores explicaron que Ricardo Osvaldo E., apuntado líder de la gavilla, es un ex empleado de la empresa Prosegur, en la que trabajó como portavalores desde el año 2001 hasta 2007, cuando fue despedido. El otro cabecilla sería Iván Carlos A., de 47 años, quien se mantiene prófugo. Este hombre es hijo de un especialista en sistema de seguridad de cajeros y cajas fuertes de la misma empresa, despedido en 2009 tras una investigación interna por una serie de robos de los que la firma había sido víctima.
De acuerdo a lo precisado por los investigadores consultados, estos dos hombres fueron detenidos en 2009 en la ciudad entrerriana de Paraná como parte de una banda cuatro maleantes que no pudieron concretar un robo a una caja fuerte. En enero pasado, Ricardo Osvaldo E., Adrián Alejandro V.; y Juan Daniel M. detenidos en esta oportunidad cayeron presos en Paraná cuando viajaban en dos autos. Ante la información de calle que manejaba la policía entrerriana sobre la inminencia de una serie de robos a supermercados, los detuvieron. En los vehículos tenían un catálogo de herramientas similares a los secuestrados por los vigilantes rosarinos en el conurbano bonaerense.
Cómo lo hacían
u Taladraban la parte lateral izquierda de los cajeros en varios pasos usando mechas imantadas y hasta terminar cubrían con masilla los orificios para disimularlos .
u Para evitar que la vibración activara la alarma sujetaban las máquinas con prensas caseras.
u En los cajeros más antiguos usaban soplete.
u Usaban un inhibidor de frecuencia de alarma para evitar el alerta policial mientras operaban.
u Para asegurar la eficacia de los golpes practicaban con partes de máquinas: les secuestraron cerraduras electrónicas de cajeros automáticos que utiliza la firma Prosegur.
Instrumental de los ladrones de cajeros automáticos: taladros inalámbricos, prensas caseras, mechas de acero y bronce, sopletes, tubos de acetileno y hasta un inhibidor de frecuencia de alarmas.
«Según un detalle suministrado por la empresa Prosegur, desde 2007 esta banda les robó aproximadamente 20 millones de pesos violentando cajas fuertes y cajeros automáticos». Este dato, aportado por un investigador del robo de tres máquinas de la Red Link en el departamento Rosario entre el 8 y el 18 de junio pasado, describe la dimensión de la gavilla de delincuentes bonaerenses desarticulada por la policía rosarina con la detención de cinco personas. Uno de los apuntados como líderes de la banda es un ex empleado de la empresa de transportes de caudales Prosegur. Hay dos prófugos: uno de ellos es hijo de un especialista en sistemas de seguridad que trabajó en esa compañía hasta 2009. Se estima que este año en la provincia de Santa Fe se apoderaron de cerca de 1.500.000 pesos en cuatro golpes.
«En los 29 años que tengo en el trabajo policial nunca había visto una banda con tanta parafernalia y tan metódica en sus golpes», comentó ayer el comisario Néstor Arizmendi, jefe de la Agrupación Unidades Especiales (AUE) de la policía rosarina, en la conferencia en la que se exhibieron las herramientas de precisión incautadas a la banda de ladrones de cajeros automáticos.
El grupo. El martes por la noche llegaron en un colectivo de la Unidad Regional II las cinco personas detenidas entre lunes y martes en siete allanamientos realizados en el sudoeste del conurbano bonaerense.
Los detenidos son Ricardo Osvaldo E., de 38 años, apuntado como uno de los cabecillas; Adrián Alejandro V., de 32; Andrea G., de 42 y Lilia R., de 37 años y nacionalidad boliviana. Todos ellos con domicilio en el barrio La Unión, partido de Ezeiza. Y Juan Daniel M., de 30 años, con domicilio en Llavallol, partido de Lomas de Zamora. Todos están a disposición de la jueza de Instrucción Patricia Billotta, quien está de turno en la feria. Luego la pesquisa quedará a cargo de la jueza de Instrucción Roxana Bernardelli, quien ordenó los allanamientos la semana pasada.
Fuentes de la investigación consignaron que hay dos individuos prófugos. Uno, de 47 años, es hijo de un especialista en seguridad en cajeros automáticos y cajas fuertes que trabajó en Prosegur hasta 2009. El otro es un muchacho de 18 años, cerrajero de oficio. En dependencias de la Brigada de Investigaciones, la sección que llevó adelante la pesquisa, se exhibieron los elementos secuestrados a los detenidos.
La ferretería. Se podían apreciar cinco taladros de alta precisión inalámbricos y un taladro de base magnética, para perforación de aceros rápidos, que en el mercado tiene un costo de 11 mil pesos. Además una caja fuerte cortada y sopleteada; equipos de comunicación; cinco tubos de acetileno; sopletes; mechas de acero y bronce; un inhibidor de frecuencia de alarma, celulares y GPS; tres prensas caseras; una máquina para contar billetes; ocho mamelucos de trabajo idénticos a los observados en la filmación de algunos de los hechos; varias partes superiores de cajeros automáticos y cajas fuertes; y dos generadores de energía.
También se expusieron varias cerraduras electrónicas de cajeros automáticos. «Son cerraduras que sólo utiliza la empresa Prosegur dentro de los cajeros automáticos. Se está investigando si las utilizaban para practicar», indicó Arizmendi.
Además fueron incautados electrodomésticos con boletas de compras fechadas el 13 de junio cinco días después del doble robo a los cajeros en Rosario; tres televisores de LCD y un equipo de audio. Se secuestraron dos vehículos: una Land Rover y una Ford Eco Sport. El vehículo que utilizaron en los dos golpes en los cajeros de Mendoza y Donado y Pellegrini al 3000 el pasado 8 de junio, un VW Vento color gris, no fue localizado. En ninguno de los domicilios allanados se hallaron armas.
Terror de los cajeros. El 8 de junio la policía rosarina se desayunó con el robo de dos cajeros automáticos de la red Link concretado por especialistas. Ladrones que conocían dónde pegar para que el cajero automático, una máquina compleja, se abriera como una caja de regalos. En estos dos casos, los delincuentes realizaron una perforación con un taladro en el lateral izquierdo del cajero a unos 60 centímetros del piso y a 2 centímetros del frente. El orificio daba justo a un chapón que clausura el acceso a las entrañas de la máquina.
Ahora se sabe que los ladrones utilizaron mechas de precisión e imantadas y que sujetaban el cajero con una prensa casera para evitar que la vibración disparara una y otra vez la alarma con sensor de movimientos que tiene el cajero. Esos dos primeros golpes en Rosario significaron 900 mil pesos.
Al día siguiente del golpe se supo que el 24 de marzo, munidos con un soplete, una banda había robado un cajero automático del Banco de la Nación en la localidad Alcorta, departamento Constitución. Se llevaron de allí 225 mil pesos. El dinero depositado dentro de los cajeros está colocado en una serie de casetes plásticos del tamaño de un VHS de video. Es decir, si no se conoce donde aplicar el soplete, se quema el dinero, como ocurrió el 22 de septiembre de 2007 en un cajero externo del Banco Municipal en barrio Fisherton.
El sábado 18 de junio, once días después del doble golpe en Rosario, fue el turno del cajero del Banco Nación de Mitre y Bomberos Voluntarios, en V. G. Gálvez. Dos hombres ingresaron al cubículo y sin importarles la existencia de cámaras de seguridad, con un soplete en el lugar indicado violentaron el cajero y se llevaron 300 mil pesos.
Ahora que se conocen detalles del ADN de la banda de ladrones de cajeros, se sabe el porqué de la precisión de cirujanos que tenían al enfrentarse con una de estas máquinas. Los investigadores explicaron que Ricardo Osvaldo E., apuntado líder de la gavilla, es un ex empleado de la empresa Prosegur, en la que trabajó como portavalores desde el año 2001 hasta 2007, cuando fue despedido. El otro cabecilla sería Iván Carlos A., de 47 años, quien se mantiene prófugo. Este hombre es hijo de un especialista en sistema de seguridad de cajeros y cajas fuertes de la misma empresa, despedido en 2009 tras una investigación interna por una serie de robos de los que la firma había sido víctima.
De acuerdo a lo precisado por los investigadores consultados, estos dos hombres fueron detenidos en 2009 en la ciudad entrerriana de Paraná como parte de una banda cuatro maleantes que no pudieron concretar un robo a una caja fuerte. En enero pasado, Ricardo Osvaldo E., Adrián Alejandro V.; y Juan Daniel M. detenidos en esta oportunidad cayeron presos en Paraná cuando viajaban en dos autos. Ante la información de calle que manejaba la policía entrerriana sobre la inminencia de una serie de robos a supermercados, los detuvieron. En los vehículos tenían un catálogo de herramientas similares a los secuestrados por los vigilantes rosarinos en el conurbano bonaerense.
Cómo lo hacían
u Taladraban la parte lateral izquierda de los cajeros en varios pasos usando mechas imantadas y hasta terminar cubrían con masilla los orificios para disimularlos .
u Para evitar que la vibración activara la alarma sujetaban las máquinas con prensas caseras.
u En los cajeros más antiguos usaban soplete.
u Usaban un inhibidor de frecuencia de alarma para evitar el alerta policial mientras operaban.
u Para asegurar la eficacia de los golpes practicaban con partes de máquinas: les secuestraron cerraduras electrónicas de cajeros automáticos que utiliza la firma Prosegur.