Martes 12 de julio de 2011 | Publicado en edición impresa
Así como la muerte de Néstor Kirchner llevó la intención de voto de Cristina Fernández del 12 al 32% en apenas un mes, el triunfo de Mauricio Macri sobre Daniel Filmus podría generar la sensación de que no todo está perdido en la oposición y de que todavía se le podría ganar al gobierno nacional en la segunda vuelta.
La única esperanza de Ricardo Alfonsín y de Eduardo Duhalde es que las primarias abiertas del 14 de agosto determinen quién alcanzará el segundo lugar y que éste, en las presidenciales de octubre, sea beneficiado por el «voto útil» de quienes ya saben que no elegirán a Cristina Fernández.
En este contexto, si Macri, como todo parece indicar, gana en la segunda vuelta y logra su reelección como jefe de gobierno de la ciudad, sus votos y su voz lo transformarán en un gran elector para la competencia nacional. Ya se sabe que los acuerdos de cúpula van por un lado y la voluntad de la gente, por otro. Sin embargo, ¿cuánto les aportaría a Alfonsín o Duhalde el apoyo de Macri para las primarias de agosto o las generales de octubre?
El jefe de gobierno de la ciudad ya dijo que en 2015 irá por la presidencia. Aunque todavía falta mucho, a Macri, desde el punto de vista personal, ¿le convendría que ganara Cristina o un candidato de la oposición?
En Pro, como siempre, las opiniones están divididas. Unos creen que lo mejor para Mauricio es que gane Cristina, porque ella no tiene reelección y la competencia interna en el peronismo lo podría transformar en el líder de la oposición. Ellos dicen que lo mejor para Pro es que su jefe se declare prescindente y que, de paso, se cobre la factura de sus peleas con Francisco de Narváez y la «mezquindad» de Alfonsín. Otros, en cambio, creen que la victoria de Fernández le haría su segundo mandato tanto o más difícil que el primero, y que eso le restaría chances para presentarse como aspirante a la futura presidencia.
En todo caso, la nueva victoria de Macri le hace subir las acciones y sus hombres más políticos analizan cómo capitalizarlo.
© La Nacion
Así como la muerte de Néstor Kirchner llevó la intención de voto de Cristina Fernández del 12 al 32% en apenas un mes, el triunfo de Mauricio Macri sobre Daniel Filmus podría generar la sensación de que no todo está perdido en la oposición y de que todavía se le podría ganar al gobierno nacional en la segunda vuelta.
La única esperanza de Ricardo Alfonsín y de Eduardo Duhalde es que las primarias abiertas del 14 de agosto determinen quién alcanzará el segundo lugar y que éste, en las presidenciales de octubre, sea beneficiado por el «voto útil» de quienes ya saben que no elegirán a Cristina Fernández.
En este contexto, si Macri, como todo parece indicar, gana en la segunda vuelta y logra su reelección como jefe de gobierno de la ciudad, sus votos y su voz lo transformarán en un gran elector para la competencia nacional. Ya se sabe que los acuerdos de cúpula van por un lado y la voluntad de la gente, por otro. Sin embargo, ¿cuánto les aportaría a Alfonsín o Duhalde el apoyo de Macri para las primarias de agosto o las generales de octubre?
El jefe de gobierno de la ciudad ya dijo que en 2015 irá por la presidencia. Aunque todavía falta mucho, a Macri, desde el punto de vista personal, ¿le convendría que ganara Cristina o un candidato de la oposición?
En Pro, como siempre, las opiniones están divididas. Unos creen que lo mejor para Mauricio es que gane Cristina, porque ella no tiene reelección y la competencia interna en el peronismo lo podría transformar en el líder de la oposición. Ellos dicen que lo mejor para Pro es que su jefe se declare prescindente y que, de paso, se cobre la factura de sus peleas con Francisco de Narváez y la «mezquindad» de Alfonsín. Otros, en cambio, creen que la victoria de Fernández le haría su segundo mandato tanto o más difícil que el primero, y que eso le restaría chances para presentarse como aspirante a la futura presidencia.
En todo caso, la nueva victoria de Macri le hace subir las acciones y sus hombres más políticos analizan cómo capitalizarlo.
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