En un mes, exactamente, se sabrá cuál de los ocho candidatos a presidente se habrá quedado con la mayor porción de votos de las internas abiertas y obligatorias. En los tres domingos que preceden a aquella contienda se elegirá gobernador en Santa Fe y Córdoba y en el medio los porteños definirán el balotaje entre Mauricio Macri y Daniel Filmus. Son los tres distritos más grandes del país después de la provincia de Buenos Aires. Los tres auguran malas noticias, en algún caso pésimas, para la Casa Rosada. La oposición, aun con sus desavenencias a cuestas, siente por primera vez que sopla un viento de cola electoral. Faltan 100 días para la gran elección.
Los desafiantes de Cristina ya corren detrás de lo mismo: polarizar con la Presidenta .
“El que lo logre acaparará no solamente el voto anti-K sino también el del votante indeciso”, decían anoche muy cerca de Ricardo Alfonsín. Palabras que últimamente también se escuchan en otros búnkers que laten al ritmo de la interna. “ Las primarias serán la gran encuesta ”, se sinceró Adrián Pérez, el compañero de fórmula de Elisa Carrió, quien por estas horas se encuentra de gira por Mendoza y Córdoba. Los presidenciables de la oposición hablan por lo bajo de la preponderancia que tendrá el 23 de octubre el llamado “voto útil” .
Para el comando de Alfonsín ayer no fue un día más. La Unión para el Desarrollo Social oficializó la estrategia para las primarias. El resultado, sospechan, ayudará mágicamente a ordenar el conglomerado opositor.
Alfonsín cree que buena parte de su chance se juega allí . Por eso, el alfonsinismo lanzó la campaña “puerta a puerta”. Reclutaron voluntarios para que colaboren en la difusión de propuestas. Los vestirán con gorrita y remera roja y les darán un manual con instrucciones para tratar de seducir al electorado.
Eduardo Duhalde advierte en público –y elucubra en privado – un acuerdo con las fuerzas anti-K para respaldar al que salga fortalecido de las internas del 14 de agosto. “Los dirigentes opositores vamos a apoyar al que pueda competir con el Gobierno nacional”, dijo en la sede del Movimiento Productivo Argentino, donde presentó a sus candidatos.
La iniciativa, por ahora, cosecha más desplantes que adhesiones. Carrió difícilmente acepte; Hermes Binner deslizó ayer en el Palais Rouge, en el lanzamiento de Margarita Stolbizer que el Frente Amplio “no es una sumatoria de partidos” (ver …); y Alberto Rodríguez Saá, que avanza solo y trata de instalar que el país “puede ser como San Luis”, terminó en malos términos con Duhalde tras la interna del Peronismo Federal.
El más entusiasmado resulta Alfonsín . Quizá no sea casual: varias encuestas exhiben que el diputado y el ex presidente son los que van detrás de Cristina, aunque demasiado apremiados por el resto.
“ El que puede ordenar la grilla es Mauricio ”, dicen los operadores de Duhalde. Francisco de Narváez, ex socio del jefe de Gobierno y aliado de Alfonsín, opina parecido y un hombre de su confianza cruza llamados diarios con Horacio Rodríguez Larreta tratando de descifrar qué piensa el jefe del PRO. Pero Macri no les envía señales o, cuando lo hace, no les suma más que confusión. Los más optimistas confían en que modificará su conducta luego del 14 de agosto.
Los desafiantes de Cristina ya corren detrás de lo mismo: polarizar con la Presidenta .
“El que lo logre acaparará no solamente el voto anti-K sino también el del votante indeciso”, decían anoche muy cerca de Ricardo Alfonsín. Palabras que últimamente también se escuchan en otros búnkers que laten al ritmo de la interna. “ Las primarias serán la gran encuesta ”, se sinceró Adrián Pérez, el compañero de fórmula de Elisa Carrió, quien por estas horas se encuentra de gira por Mendoza y Córdoba. Los presidenciables de la oposición hablan por lo bajo de la preponderancia que tendrá el 23 de octubre el llamado “voto útil” .
Para el comando de Alfonsín ayer no fue un día más. La Unión para el Desarrollo Social oficializó la estrategia para las primarias. El resultado, sospechan, ayudará mágicamente a ordenar el conglomerado opositor.
Alfonsín cree que buena parte de su chance se juega allí . Por eso, el alfonsinismo lanzó la campaña “puerta a puerta”. Reclutaron voluntarios para que colaboren en la difusión de propuestas. Los vestirán con gorrita y remera roja y les darán un manual con instrucciones para tratar de seducir al electorado.
Eduardo Duhalde advierte en público –y elucubra en privado – un acuerdo con las fuerzas anti-K para respaldar al que salga fortalecido de las internas del 14 de agosto. “Los dirigentes opositores vamos a apoyar al que pueda competir con el Gobierno nacional”, dijo en la sede del Movimiento Productivo Argentino, donde presentó a sus candidatos.
La iniciativa, por ahora, cosecha más desplantes que adhesiones. Carrió difícilmente acepte; Hermes Binner deslizó ayer en el Palais Rouge, en el lanzamiento de Margarita Stolbizer que el Frente Amplio “no es una sumatoria de partidos” (ver …); y Alberto Rodríguez Saá, que avanza solo y trata de instalar que el país “puede ser como San Luis”, terminó en malos términos con Duhalde tras la interna del Peronismo Federal.
El más entusiasmado resulta Alfonsín . Quizá no sea casual: varias encuestas exhiben que el diputado y el ex presidente son los que van detrás de Cristina, aunque demasiado apremiados por el resto.
“ El que puede ordenar la grilla es Mauricio ”, dicen los operadores de Duhalde. Francisco de Narváez, ex socio del jefe de Gobierno y aliado de Alfonsín, opina parecido y un hombre de su confianza cruza llamados diarios con Horacio Rodríguez Larreta tratando de descifrar qué piensa el jefe del PRO. Pero Macri no les envía señales o, cuando lo hace, no les suma más que confusión. Los más optimistas confían en que modificará su conducta luego del 14 de agosto.