En la provincia de Buenos Aires
Lunes 18 de julio de 2011 | Publicado en edición impresa
Foto DyN
Laura Serra y María José Lucesole
LA NACION
La provincia de Buenos Aires será un hervidero en las elecciones primarias obligatorias del 14 de agosto. A diferencia de lo que ocurre a nivel nacional, donde todas las fórmulas presidenciales están resueltas de antemano, en el territorio bonaerense habrá competencia en casi todos los órdenes con cifras récord: 29.658 candidatos inscriptos en total, de los cuales 1273 se postulan para alguna de las 135 intendencias en juego.
Semejante despliegue refleja, además de los desencuentros en los partidos, una decisión política crucial del oficialismo y también de la oposición. Pretenden movilizar la mayor cantidad de electores posibles en el distrito más grande del país para que las elecciones primarias inclinen la batalla por el poder nacional que se jugará el 23 de octubre. El aparato político bonaerense, al menos, estará en plena actividad.
Esas elecciones decidirán no sólo qué candidatos a intendente o a legislador sobrevivirán para competir en las elecciones generales, sino, especialmente, pondrán en negro sobre blanco el poderío real de la presidenta Cristina Kirchner y de sus opositores en el vasto territorio bonaerense, que concentra cerca del 40% del padrón nacional. Los resultados serán cruciales para anticipar qué desempeño electoral tendrán los respectivos candidatos presidenciales en octubre.
El kirchnerismo dejó incluso correr en toda la provincia la lista que encabeza Mario Ishii, actual intendente de José C. Paz, que competirá contra Daniel Scioli por la candidatura a gobernador del Frente para la Victoria.
La multiplicidad de listas es abrumadora en algunos de los 135 distritos de la provincia. En Quilmes, por caso, competirán 26 candidatos a intendente, siete de los cuales responden sólo al oficialista Frente para la Victoria. En La Matanza disputarán 24 listas, de las cuales siete pertenecen al Frente Popular, del candidato presidencial Eduardo Duhalde. Otro ejemplo es Moreno: allí competirán 23 listas, de las cuales cuatro pertenecen a la Unión para el Desarrollo Social (Udeso), de Ricardo Alfonsín.
Cristina Kirchner apuesta a una fuerte participación en las peleas internas del oficialismo bonaerense que levante la cifra de su lista a presidenta. Cree que así tendrá más posibilidades de llegar al número superior al 40 por ciento con el que podría empezar a instalar la idea de que la reelección será apenas un trámite.
Duhalde y Alfonsín también apuestan a una fuerte movilización en la provincia que defina la disputa particular entre ellos: ambos están convencidos de que quien salga segundo en agosto concentrará el voto opositor en octubre y tendrá posibilidades de pelear la presidencia en un ballottage.
El 14 de agosto habrá 10 opciones para votar candidatos a gobernador, 13 listas de diputados nacionales y 12 de senadores nacionales. Esto suma 641 aspirantes inscriptos. Pero habrá también 436 candidatos a senadores provinciales, 812 postulantes a diputados provinciales, 1273 aspirantes a intendentes, 18.432 candidatos a concejales y 8064 inscriptos para consejeros escolares, según datos oficiales que La Nacion pudo constatar.
En la justicia electoral ya hay preocupación por la confusión que semejante multiplicidad puede causar en los votantes y por lo que puede originarse en el escrutinio (ver aparte).
Récord
Las fuerzas que presentaron mayor cantidad de listas en Buenos Aires son, en este orden, el Frente para la Victoria, que pugna por la reelección de Scioli y de la Presidenta; el Frente Unión Popular y la Udeso, que postulan a Eduardo Amadeo y a Francisco de Narváez a la gobernación, respectivamente, y a Duhalde y a Alfonsín para la presidencia.
El oficialismo se mueve con el mismo esquema de años anteriores: presentar la mayor cantidad de listas posibles a intendente que traccionen votos, de abajo hacia arriba, hacia la candidatura de Cristina Kirchner. Así las cosas, de las 1273 nóminas oficializadas, 280 (un 22%) corresponden al Frente para la Victoria.
La pulseada más fuerte estará dada en unos 20 municipios del Gran Buenos Aires. Los candidatos a intendentes son tantos que no habrá pupitre suficiente para ordenar las boletas en el cuarto oscuro el día de las elecciones. El kirchnerismo, por caso, tendrá internas en 66 distritos bonaerenses donde hay anotados hasta siete postulantes que desafían al jefe comunal local.
El Frente Unión Popular copió la misma estructura: Duhalde recogió a quienes quedaron marginados del oficialismo y dio rienda suelta al armado de múltiples ofertas electorales en los municipios bonaerenses. Esta estrategia se hizo patente, sobre todo, en la primera sección electoral, una de las más populosas de la provincia.
La Udeso también realizará internas, pero obligada por las circunstancias. En efecto, en un primer momento Alfonsín y De Narváez se habían propuesto unificar listas de candidaturas en la provincia, pero las diferencias entre radicales y peronistas en algunos distritos (y, en algunos casos, entre los propios radicales) frustraron estas expectativas.
Esa alianza hará internas para elegir jefes comunales de la provincia en 25 municipios donde medirán fuerzas los postulantes del radicalismo y de Unión Celeste y Blanco.
La cifra de 29.658 candidatos anotados es récord, según señalan en la justicia electoral. En 2009 no hubo elecciones primarias, pero las diferencias internas se resolvieron con una inusual multiplicidad de partidos que compitieron directamente en los comicios generales: se inscribieron 24.253 candidatos.
Lunes 18 de julio de 2011 | Publicado en edición impresa
Foto DyN
Laura Serra y María José Lucesole
LA NACION
La provincia de Buenos Aires será un hervidero en las elecciones primarias obligatorias del 14 de agosto. A diferencia de lo que ocurre a nivel nacional, donde todas las fórmulas presidenciales están resueltas de antemano, en el territorio bonaerense habrá competencia en casi todos los órdenes con cifras récord: 29.658 candidatos inscriptos en total, de los cuales 1273 se postulan para alguna de las 135 intendencias en juego.
Semejante despliegue refleja, además de los desencuentros en los partidos, una decisión política crucial del oficialismo y también de la oposición. Pretenden movilizar la mayor cantidad de electores posibles en el distrito más grande del país para que las elecciones primarias inclinen la batalla por el poder nacional que se jugará el 23 de octubre. El aparato político bonaerense, al menos, estará en plena actividad.
Esas elecciones decidirán no sólo qué candidatos a intendente o a legislador sobrevivirán para competir en las elecciones generales, sino, especialmente, pondrán en negro sobre blanco el poderío real de la presidenta Cristina Kirchner y de sus opositores en el vasto territorio bonaerense, que concentra cerca del 40% del padrón nacional. Los resultados serán cruciales para anticipar qué desempeño electoral tendrán los respectivos candidatos presidenciales en octubre.
El kirchnerismo dejó incluso correr en toda la provincia la lista que encabeza Mario Ishii, actual intendente de José C. Paz, que competirá contra Daniel Scioli por la candidatura a gobernador del Frente para la Victoria.
La multiplicidad de listas es abrumadora en algunos de los 135 distritos de la provincia. En Quilmes, por caso, competirán 26 candidatos a intendente, siete de los cuales responden sólo al oficialista Frente para la Victoria. En La Matanza disputarán 24 listas, de las cuales siete pertenecen al Frente Popular, del candidato presidencial Eduardo Duhalde. Otro ejemplo es Moreno: allí competirán 23 listas, de las cuales cuatro pertenecen a la Unión para el Desarrollo Social (Udeso), de Ricardo Alfonsín.
Cristina Kirchner apuesta a una fuerte participación en las peleas internas del oficialismo bonaerense que levante la cifra de su lista a presidenta. Cree que así tendrá más posibilidades de llegar al número superior al 40 por ciento con el que podría empezar a instalar la idea de que la reelección será apenas un trámite.
Duhalde y Alfonsín también apuestan a una fuerte movilización en la provincia que defina la disputa particular entre ellos: ambos están convencidos de que quien salga segundo en agosto concentrará el voto opositor en octubre y tendrá posibilidades de pelear la presidencia en un ballottage.
El 14 de agosto habrá 10 opciones para votar candidatos a gobernador, 13 listas de diputados nacionales y 12 de senadores nacionales. Esto suma 641 aspirantes inscriptos. Pero habrá también 436 candidatos a senadores provinciales, 812 postulantes a diputados provinciales, 1273 aspirantes a intendentes, 18.432 candidatos a concejales y 8064 inscriptos para consejeros escolares, según datos oficiales que La Nacion pudo constatar.
En la justicia electoral ya hay preocupación por la confusión que semejante multiplicidad puede causar en los votantes y por lo que puede originarse en el escrutinio (ver aparte).
Récord
Las fuerzas que presentaron mayor cantidad de listas en Buenos Aires son, en este orden, el Frente para la Victoria, que pugna por la reelección de Scioli y de la Presidenta; el Frente Unión Popular y la Udeso, que postulan a Eduardo Amadeo y a Francisco de Narváez a la gobernación, respectivamente, y a Duhalde y a Alfonsín para la presidencia.
El oficialismo se mueve con el mismo esquema de años anteriores: presentar la mayor cantidad de listas posibles a intendente que traccionen votos, de abajo hacia arriba, hacia la candidatura de Cristina Kirchner. Así las cosas, de las 1273 nóminas oficializadas, 280 (un 22%) corresponden al Frente para la Victoria.
La pulseada más fuerte estará dada en unos 20 municipios del Gran Buenos Aires. Los candidatos a intendentes son tantos que no habrá pupitre suficiente para ordenar las boletas en el cuarto oscuro el día de las elecciones. El kirchnerismo, por caso, tendrá internas en 66 distritos bonaerenses donde hay anotados hasta siete postulantes que desafían al jefe comunal local.
El Frente Unión Popular copió la misma estructura: Duhalde recogió a quienes quedaron marginados del oficialismo y dio rienda suelta al armado de múltiples ofertas electorales en los municipios bonaerenses. Esta estrategia se hizo patente, sobre todo, en la primera sección electoral, una de las más populosas de la provincia.
La Udeso también realizará internas, pero obligada por las circunstancias. En efecto, en un primer momento Alfonsín y De Narváez se habían propuesto unificar listas de candidaturas en la provincia, pero las diferencias entre radicales y peronistas en algunos distritos (y, en algunos casos, entre los propios radicales) frustraron estas expectativas.
Esa alianza hará internas para elegir jefes comunales de la provincia en 25 municipios donde medirán fuerzas los postulantes del radicalismo y de Unión Celeste y Blanco.
La cifra de 29.658 candidatos anotados es récord, según señalan en la justicia electoral. En 2009 no hubo elecciones primarias, pero las diferencias internas se resolvieron con una inusual multiplicidad de partidos que compitieron directamente en los comicios generales: se inscribieron 24.253 candidatos.