Los distritos que conforman la provincia de Buenos Aires están atravesados por distintos vectores tanto sociales como económicos. El conurbano superpoblado e industrializado contrasta contra el interior bonaerense con menor densidad de población y abocado a la actividad agropecuaria y sus derivados. Sin embargo, en las últimas elecciones primarias fueron cruzados por un hecho común: en la mayoría de los partidos se impusieron los intendentes que buscan reelegir o sus candidatos a sucederlos.
Si se contabilizan los 134 distritos -se deja afuera a Lezama, que elige jefe comunal por primera vez-, en 103 partidos el mayor caudal de votos fue para el oficialismo distrital, lo que demuestra cabal-mente que los electores prefirieron la promesa de continuidad antes que el cambio. Más allá del lógico balance de gestión que cada vecino puede hacer, el resultado de las primarias también evidencia ciertas falencias de los otros partidos para generar candidatos alternativos.
«Éste es el resultado de varios años de política de Gobierno que te podría nombrar desde los temas más importantes a nivel macro hasta los temas puntuales que le llegan a la gente todos los días, que hace que la gente esté mejor y apoye la política que se lleva adelante en cada territorio. El tema es evaluar por qué se llega a estos resultados, y es producto de la política llevada a cabo desde 2003», sostuvo Juan Matteo, secretario ejecutivo de la Federación Argentina de Municipios (FAM), al analizar por qué el voto de los vecinos bonaerenses se volcó sobre gestiones conocidas.
• Arrastre
En estas elecciones se ha dado la particularidad de un cruce en lo que hace a la tracción de votos, tanto de abajo hacia arriba como a la inversa. En el caso de la lista de Frente para la Victoria, Cristina de Kirchner ha recibido un caudal de votos mayor que el de los propios intendentes y, por ende, ha aportado a las candidaturas que fueron colgadas de la categoría presidencial. Pero en el caso de la alianza UDESO, el candidato presidencial Ricardo Alfonsín recibió menos votos que los intendentes radicales del interior bonaerense, por lo que el aporte de votos se dio en la dirección contraria.
Sin embargo, más allá del origen de los votos, Matteo prefirió analizar el respaldo recibido en forma bidireccional, tanto en lo que hace a la postulación presidencial como a la de intendentes: «Creo que es evidente que hay un apoyo importantísimo de gran parte de la sociedad argentina en reconocimiento al esfuerzo de la política llevada adelante por Cristina de Kirchner y a su vez hay algunas gestiones importantes territoriales que tuvieron su respaldo y que lo hubieran tenido igual más allá de la Presidente».
• Dominio
Desde siempre el dominio territorial ha sido un factor decisivo al momento de inclinar la balanza en una elección, sobre todo en el conurbano, donde los jefes comunales saben mejor que nadie la importancia de mantener la presencia en todo el distrito que gobiernan. En el interior bonaerense, el peso de la territorialidad se diluye un tanto, pero también es de suma importancia para lograr continuidad en la gestión. Un caso emblemático de la falta de respaldo político es el de la intendenta de San Antonio de Areco, María Lennon -llegó al cargo en 2007 con un origen político en la Alianza y que ahora preside el partido Acción Vecinal-, que no logró tejer acuerdos con ninguno de los partidos y sin estructura propia no pudo presentarse a las primarias pese a ser la dirigente local con mayor intención de voto.
• Distribución
Las elecciones primarias anticipan un mapa cuyos colores partidarios pueden cambiar de confirmarse esta tendencia en los comicios generales del 23 de octubre. En 79 de los 103 distritos en donde se impuso el oficialismo, los intendentes son del Frente para la Victoria, lo que también ratifica que el caudal de votos que recibió Cristina fue acompañado por apoyo a los jefes comunales que han confirmado sus aspiraciones de revalidar su gestión en octubre. En el resto de los distritos, en 13 obtuvo el triunfo el oficialismo encarnado por dirigentes de la UCR, en 8 de movimientos vecinales, 1 del Frente Amplio Progresista, 1 del Frente Popular y 1 de Nuevo Encuentro.
Otro dato que surge al analizar el resultado de las primarias es que en 21 de los 30 distritos en donde los Gobiernos locales no consiguieron el respaldo mayoritario de los electores, los candidatos más votados son del FpV, lo que prenuncia una posible extensión del dominio kirchnerista en la provincia. Además, como consecuencia de ese avance, de repetirse números similares a los del 14 de agosto, la UCR verá peligrar su dominio en 18 distritos. Sin embargo, este cambio del mapa político bonaerense no parece anticipar una tensión en la relación que mantienen los jefes comunales de distintas facciones políticas. Al respecto, Matteo explica que en la actualidad el vínculo entre los jefes comunales de la provincia «es muy bueno, tanto con el Gobierno nacional como con la FAM, en donde hay intendentes de todos los colores políticos y que participan permanentemente en acciones que nosotros llevamos adelante. Hay cosas que son netamente de gestión y otras en que llega el momento de la pelea partidaria, es algo que hay que diferenciarlo. Es importante hacer esta distinción porque es lo que permite crecer tanto en la gestión como en el momento en que le toca a cada dirigente expresar la política de su partido».
• Discurso
Una de las críticas que se le hizo puertas adentro del kirchnerismo a Daniel Filmus, por su fallido intento de acceder a la jefatura porteña, es que no supo transmitir a la mayoría del electorado el impacto que tiene en la Ciudad de Buenos Aires acciones que dependen del Gobierno nacional. Si se analiza el avance que mostraron los precandidatos del FpV en territorio bonaerense, se puede considerar que estos dirigentes sí lograron transmitir a los vecinos la importancia de trabajar de forma articulada con la Nación y la provincia en beneficio del distrito. Consul-tado sobre si esa amalgama influyó o no en el electorado, Matteo afirmó: «La interrelación con los intendentes y el Gobierno nacional es algo que ha planteado permanentemente Daniel Scioli. Cada vez que a Scioli lo acusaban de seguir las políticas de la Presidente, él decía que no podía estar descoordinada la provincia de una política nacional. Y eso es cierto, no existe un crecimiento importante de cualquier distrito si está fuera del contexto nacional. Y esto se notó en la provincia de Buenos Aires, con una gran articulación entre Scioli y todos los intendentes, más allá de su bandería política, y el Gobierno nacional».
• Reelección
Al recorrer los partidos bonaerenses se multiplican los casos de intendentes que llevan más de un mandato al frente de sus respectivos municipios. En las elecciones primarias del 14 de agosto, en los 103 distritos en donde se impuso el oficialismo municipal se evidencia esa continuidad. En 40 partidos los ahora candidatos a jefes comunales para los comicios de octubre van en busca de su segundo mandato y hay 20 que intentarán ser elegidos para un tercer período.
Entre los intendentes con mayor tiempo de gestión, se destacan aquellos que irán por su sexto Gobierno. Entre ellos hay tres dirigentes históricos del peronismo, como Julio Pereyra, jefe comunal de Florencio Varela; Raúl Othacehé, de Merlo; y Hugo Curto, de Tres de Febrero. A ellos se suman los radicales Aníbal Loubet, de General Guido; y Carlos Gorosito, de Saladillo. Por último, se cuenta a Blas Altieri, del vecinalista Movimiento Unión del Partido de Pinamar. También hay 6 jefes comunales que irán por su cuarto mandato y 7 por el quinto período. Hay 12 intendentes que han optado por integrar listas de diputados o senadores provinciales, y otros que han decidido descansar de la política, por lo que dejaron delfines para que intenten continuar con la gestión. También son 12, los jefes comunales actuales que han accedido al cargo por un interinato, y que en octubre buscarán ser electos por el voto de los vecinos.
Si se contabilizan los 134 distritos -se deja afuera a Lezama, que elige jefe comunal por primera vez-, en 103 partidos el mayor caudal de votos fue para el oficialismo distrital, lo que demuestra cabal-mente que los electores prefirieron la promesa de continuidad antes que el cambio. Más allá del lógico balance de gestión que cada vecino puede hacer, el resultado de las primarias también evidencia ciertas falencias de los otros partidos para generar candidatos alternativos.
«Éste es el resultado de varios años de política de Gobierno que te podría nombrar desde los temas más importantes a nivel macro hasta los temas puntuales que le llegan a la gente todos los días, que hace que la gente esté mejor y apoye la política que se lleva adelante en cada territorio. El tema es evaluar por qué se llega a estos resultados, y es producto de la política llevada a cabo desde 2003», sostuvo Juan Matteo, secretario ejecutivo de la Federación Argentina de Municipios (FAM), al analizar por qué el voto de los vecinos bonaerenses se volcó sobre gestiones conocidas.
• Arrastre
En estas elecciones se ha dado la particularidad de un cruce en lo que hace a la tracción de votos, tanto de abajo hacia arriba como a la inversa. En el caso de la lista de Frente para la Victoria, Cristina de Kirchner ha recibido un caudal de votos mayor que el de los propios intendentes y, por ende, ha aportado a las candidaturas que fueron colgadas de la categoría presidencial. Pero en el caso de la alianza UDESO, el candidato presidencial Ricardo Alfonsín recibió menos votos que los intendentes radicales del interior bonaerense, por lo que el aporte de votos se dio en la dirección contraria.
Sin embargo, más allá del origen de los votos, Matteo prefirió analizar el respaldo recibido en forma bidireccional, tanto en lo que hace a la postulación presidencial como a la de intendentes: «Creo que es evidente que hay un apoyo importantísimo de gran parte de la sociedad argentina en reconocimiento al esfuerzo de la política llevada adelante por Cristina de Kirchner y a su vez hay algunas gestiones importantes territoriales que tuvieron su respaldo y que lo hubieran tenido igual más allá de la Presidente».
• Dominio
Desde siempre el dominio territorial ha sido un factor decisivo al momento de inclinar la balanza en una elección, sobre todo en el conurbano, donde los jefes comunales saben mejor que nadie la importancia de mantener la presencia en todo el distrito que gobiernan. En el interior bonaerense, el peso de la territorialidad se diluye un tanto, pero también es de suma importancia para lograr continuidad en la gestión. Un caso emblemático de la falta de respaldo político es el de la intendenta de San Antonio de Areco, María Lennon -llegó al cargo en 2007 con un origen político en la Alianza y que ahora preside el partido Acción Vecinal-, que no logró tejer acuerdos con ninguno de los partidos y sin estructura propia no pudo presentarse a las primarias pese a ser la dirigente local con mayor intención de voto.
• Distribución
Las elecciones primarias anticipan un mapa cuyos colores partidarios pueden cambiar de confirmarse esta tendencia en los comicios generales del 23 de octubre. En 79 de los 103 distritos en donde se impuso el oficialismo, los intendentes son del Frente para la Victoria, lo que también ratifica que el caudal de votos que recibió Cristina fue acompañado por apoyo a los jefes comunales que han confirmado sus aspiraciones de revalidar su gestión en octubre. En el resto de los distritos, en 13 obtuvo el triunfo el oficialismo encarnado por dirigentes de la UCR, en 8 de movimientos vecinales, 1 del Frente Amplio Progresista, 1 del Frente Popular y 1 de Nuevo Encuentro.
Otro dato que surge al analizar el resultado de las primarias es que en 21 de los 30 distritos en donde los Gobiernos locales no consiguieron el respaldo mayoritario de los electores, los candidatos más votados son del FpV, lo que prenuncia una posible extensión del dominio kirchnerista en la provincia. Además, como consecuencia de ese avance, de repetirse números similares a los del 14 de agosto, la UCR verá peligrar su dominio en 18 distritos. Sin embargo, este cambio del mapa político bonaerense no parece anticipar una tensión en la relación que mantienen los jefes comunales de distintas facciones políticas. Al respecto, Matteo explica que en la actualidad el vínculo entre los jefes comunales de la provincia «es muy bueno, tanto con el Gobierno nacional como con la FAM, en donde hay intendentes de todos los colores políticos y que participan permanentemente en acciones que nosotros llevamos adelante. Hay cosas que son netamente de gestión y otras en que llega el momento de la pelea partidaria, es algo que hay que diferenciarlo. Es importante hacer esta distinción porque es lo que permite crecer tanto en la gestión como en el momento en que le toca a cada dirigente expresar la política de su partido».
• Discurso
Una de las críticas que se le hizo puertas adentro del kirchnerismo a Daniel Filmus, por su fallido intento de acceder a la jefatura porteña, es que no supo transmitir a la mayoría del electorado el impacto que tiene en la Ciudad de Buenos Aires acciones que dependen del Gobierno nacional. Si se analiza el avance que mostraron los precandidatos del FpV en territorio bonaerense, se puede considerar que estos dirigentes sí lograron transmitir a los vecinos la importancia de trabajar de forma articulada con la Nación y la provincia en beneficio del distrito. Consul-tado sobre si esa amalgama influyó o no en el electorado, Matteo afirmó: «La interrelación con los intendentes y el Gobierno nacional es algo que ha planteado permanentemente Daniel Scioli. Cada vez que a Scioli lo acusaban de seguir las políticas de la Presidente, él decía que no podía estar descoordinada la provincia de una política nacional. Y eso es cierto, no existe un crecimiento importante de cualquier distrito si está fuera del contexto nacional. Y esto se notó en la provincia de Buenos Aires, con una gran articulación entre Scioli y todos los intendentes, más allá de su bandería política, y el Gobierno nacional».
• Reelección
Al recorrer los partidos bonaerenses se multiplican los casos de intendentes que llevan más de un mandato al frente de sus respectivos municipios. En las elecciones primarias del 14 de agosto, en los 103 distritos en donde se impuso el oficialismo municipal se evidencia esa continuidad. En 40 partidos los ahora candidatos a jefes comunales para los comicios de octubre van en busca de su segundo mandato y hay 20 que intentarán ser elegidos para un tercer período.
Entre los intendentes con mayor tiempo de gestión, se destacan aquellos que irán por su sexto Gobierno. Entre ellos hay tres dirigentes históricos del peronismo, como Julio Pereyra, jefe comunal de Florencio Varela; Raúl Othacehé, de Merlo; y Hugo Curto, de Tres de Febrero. A ellos se suman los radicales Aníbal Loubet, de General Guido; y Carlos Gorosito, de Saladillo. Por último, se cuenta a Blas Altieri, del vecinalista Movimiento Unión del Partido de Pinamar. También hay 6 jefes comunales que irán por su cuarto mandato y 7 por el quinto período. Hay 12 intendentes que han optado por integrar listas de diputados o senadores provinciales, y otros que han decidido descansar de la política, por lo que dejaron delfines para que intenten continuar con la gestión. También son 12, los jefes comunales actuales que han accedido al cargo por un interinato, y que en octubre buscarán ser electos por el voto de los vecinos.