La abrumadora mayoría de los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y otros planes sociales eligió a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en las elecciones primarias de hace dos semanas. Según una encuesta de Moiguer Compañía de Negocios, una consultora especializada en consumo que midió el humor electoral en las semanas previas al comicio, el 81% de los que perciben esa asistencia manifestaron su intención de apoyar a Cristina en las urnas. Sólo un 19% de los beneficiarios de ese plan social (que alcanza a más de 3,6 millones de niños) indicaron que respaldarían a algún candidato de la oposición.
La AUH la estableció por decreto Cristina en octubre de 2009. Hoy la perciben 2 millones de familias, que reciben $ 220 por mes por cada hijo. Lo que se midió ahora es su impacto electoral.
Antes de los comicios, cuando un 20% decía que iba a votar en “blanco” o no contestaba sobre el destino de su sufragio, ya había un 46% que declaraba su simpatía con la propuesta del oficialismo, mientras que otro 32% estaba mirando a algún opositor.
Aunque la dimensión del triunfo del Frente para la Victoria hizo creer que hubo un voto homogéneo de todos los segmentos socioeconómicos, la investigación a la que accedió Clarín muestra que el respaldo al oficialismo fue más importante en los sectores medios y medio-bajos (con 54% de adhesión) que en los segmentos medio-altos, que en el marketing se conoce como ABC1. El 60% de los consumidores más pudientes pensaba apoyar a la oposición, mientras que en los sectores más relegados (D y E en la jerga del marketing), en cambio, sólo uno de cada cuatro evaluaba inclinarse por los rivales del Gobierno.
Casi la mitad –un 48%– de los que perciben AUH evaluaba como “buena o muy buena” su capacidad actual de consumo . La respuesta no difería tanto del promedio de la población, donde el 62% explicaba estar en la misma situación. “Si bien es menos que el total, es llamativa la respuesta entre quienes cobran AUH porque conforman la pobreza estructural”, especifica Carolina Porcari, a cargo del área de investigación de mercado de Moiguer, que midió 200 casos telefónicos en Capital y GBA.
La compra de vestimenta o calzado fue un “acto de consumo” para el 48% de quienes perciben AUH. Aunque los sectores más acomodados también adquirieron ropa o zapatillas en los últimos meses (64%), el contraste más fuerte se ve en la salida a cenar o al cine. El 70% del ABC1 se dio ese gusto este año, contra un 36% de beneficiarios de planes sociales. “En las franjas de menos ingresos, se ve mayor predisposición a quedarse con el objeto, que se luzca para los otros, que sea llamativo. Ir a cenar o al cine es algo que pasa. La indumentaria queda”, detalla Porcari.
Algo más de un tercio de los receptores de asistencia estatal –un 34%– también evalúan que su capacidad actual de ahorro es “buena o muy buena” . En todos los estratos sociales, el 30% manifestó que poseía capacidad de ahorro. En la clase más acomodada, se registraba el porcentaje más alto, con 36% de personas en condiciones de ahorrar. En cambio, la clase media más tradicional (C2/C3) se vio con menos capacidad de separar algún ingreso (27%). “De todas formas, la dimensión de qué es ahorro es diferente según el nivel social . La clase media o medio-alta piensa en $ 1.000, mientras que un beneficiario de AUH considera ahorro la posibilidad de guardarse $ 5”, puntualiza Porcari.
El 62% de las personas cree que su situación personal es “buena o muy buena”. Esa respuesta es más pronunciada en sectores medios (68%) que en altos (60%). En el estudio del comportamiento del segmento AUH, el 52% dijo que su situación era de buena para arriba. En cambio, el diagnóstico de cómo está el país es bastante diferente según a quién se votó .
Dos de cada tres votantes de Cristina piensan que el rumbo es “bueno o muy bueno”. En cambio, la mayoría de quienes eligen a la oposición hablan de una dirección regular (56%) o directamente “mala” o “muy mala” (31%). Los beneficiarios de planes sociales también confiesan, en su mayoría, una situación “regular” del país, con 52% de respuestas. El 28% profesa que el país está “bien” o “muy bien”. Sólo el 20% piensa que el país va “mal” o “muy mal”.
Otra de las divergencias entre oficialistas y opositores es sobre si habrá una crisis económica importante en 2012 . Algo más de una de cada tres personas (35%) estiman que hay bajas posibilidades de un descalabro económico. Y casi una de cada cuatro (24%) ve bastantes altas las probabilidades de un cataclismo. Entre quienes votaron a la oposición, el 43% avecina problemas económicos serios. Pero entre los que sufragaron a Cristina, sólo un 10% declaró preocupación por nubarrones en 2012.
La AUH la estableció por decreto Cristina en octubre de 2009. Hoy la perciben 2 millones de familias, que reciben $ 220 por mes por cada hijo. Lo que se midió ahora es su impacto electoral.
Antes de los comicios, cuando un 20% decía que iba a votar en “blanco” o no contestaba sobre el destino de su sufragio, ya había un 46% que declaraba su simpatía con la propuesta del oficialismo, mientras que otro 32% estaba mirando a algún opositor.
Aunque la dimensión del triunfo del Frente para la Victoria hizo creer que hubo un voto homogéneo de todos los segmentos socioeconómicos, la investigación a la que accedió Clarín muestra que el respaldo al oficialismo fue más importante en los sectores medios y medio-bajos (con 54% de adhesión) que en los segmentos medio-altos, que en el marketing se conoce como ABC1. El 60% de los consumidores más pudientes pensaba apoyar a la oposición, mientras que en los sectores más relegados (D y E en la jerga del marketing), en cambio, sólo uno de cada cuatro evaluaba inclinarse por los rivales del Gobierno.
Casi la mitad –un 48%– de los que perciben AUH evaluaba como “buena o muy buena” su capacidad actual de consumo . La respuesta no difería tanto del promedio de la población, donde el 62% explicaba estar en la misma situación. “Si bien es menos que el total, es llamativa la respuesta entre quienes cobran AUH porque conforman la pobreza estructural”, especifica Carolina Porcari, a cargo del área de investigación de mercado de Moiguer, que midió 200 casos telefónicos en Capital y GBA.
La compra de vestimenta o calzado fue un “acto de consumo” para el 48% de quienes perciben AUH. Aunque los sectores más acomodados también adquirieron ropa o zapatillas en los últimos meses (64%), el contraste más fuerte se ve en la salida a cenar o al cine. El 70% del ABC1 se dio ese gusto este año, contra un 36% de beneficiarios de planes sociales. “En las franjas de menos ingresos, se ve mayor predisposición a quedarse con el objeto, que se luzca para los otros, que sea llamativo. Ir a cenar o al cine es algo que pasa. La indumentaria queda”, detalla Porcari.
Algo más de un tercio de los receptores de asistencia estatal –un 34%– también evalúan que su capacidad actual de ahorro es “buena o muy buena” . En todos los estratos sociales, el 30% manifestó que poseía capacidad de ahorro. En la clase más acomodada, se registraba el porcentaje más alto, con 36% de personas en condiciones de ahorrar. En cambio, la clase media más tradicional (C2/C3) se vio con menos capacidad de separar algún ingreso (27%). “De todas formas, la dimensión de qué es ahorro es diferente según el nivel social . La clase media o medio-alta piensa en $ 1.000, mientras que un beneficiario de AUH considera ahorro la posibilidad de guardarse $ 5”, puntualiza Porcari.
El 62% de las personas cree que su situación personal es “buena o muy buena”. Esa respuesta es más pronunciada en sectores medios (68%) que en altos (60%). En el estudio del comportamiento del segmento AUH, el 52% dijo que su situación era de buena para arriba. En cambio, el diagnóstico de cómo está el país es bastante diferente según a quién se votó .
Dos de cada tres votantes de Cristina piensan que el rumbo es “bueno o muy bueno”. En cambio, la mayoría de quienes eligen a la oposición hablan de una dirección regular (56%) o directamente “mala” o “muy mala” (31%). Los beneficiarios de planes sociales también confiesan, en su mayoría, una situación “regular” del país, con 52% de respuestas. El 28% profesa que el país está “bien” o “muy bien”. Sólo el 20% piensa que el país va “mal” o “muy mal”.
Otra de las divergencias entre oficialistas y opositores es sobre si habrá una crisis económica importante en 2012 . Algo más de una de cada tres personas (35%) estiman que hay bajas posibilidades de un descalabro económico. Y casi una de cada cuatro (24%) ve bastantes altas las probabilidades de un cataclismo. Entre quienes votaron a la oposición, el 43% avecina problemas económicos serios. Pero entre los que sufragaron a Cristina, sólo un 10% declaró preocupación por nubarrones en 2012.
Leer en clave de «Clientelisssssmo…!»
los padres de los hijos que reciben esa asignación son maso 1.5000.000 votantes. cris sacó más de 10.000.000 de votos.
cómo explican la CLAVE del restante 90%???
ah el pancho y la coca, seguro…