Mientras Elisa Carrió sigue en México recuperándose de la estrepitosa derrota, la diputada sale al cruce de las versiones que la dan fuera del espacio. “Voy a renovar mi banca”, dice.
Por Gabriel Ziblat
03/09/11 – 12:00
Pato. En su despacho del Congreso dice que con el PRO sólo hay «amistad cívica».
—¿Cómo se hace para convencer a la gente de votar a un partido que en las primarias sacó el 3%?
—La Coalición Cívica, a partir de la declaración de Elisa Carrió, dejó en claro que su pelea dejó de ser presidencial para ser parlamentaria. El foco de atención ya no está más en la Coalición Cívica como partido de gobierno, sino como oposición legislativa. Además, el resultado de las primarias congela la pelea presidencial y descongela la parlamentaria. Y ahí podemos obtener una ventaja importante. El oficialismo, cuando siente un poquito el olor a poder, se pasa de rosca. Eso es tan evidente, que frente a eso la firmeza de la Coalición va a ser valorada cualitativamente.
—¿A qué le asigna el magro resultado de Carrió y la CC?
—Me parece que había un reclamo de unidad de la oposición. La fragmentación golpeó más a quien, de alguna manera en el inconsciente colectivo, tenía la gran responsabilidad de hacer eso. Y se le había puesto a Carrió. Hay un segundo factor, que es que estos años fueron muy duros. Siempre pienso qué le habrá pasado a un socialdemócrata en la Unión Soviética stalinista. Cuando hay un pensamiento fuerte, dogmático, como el que construyó el Gobierno, el que aparece como el adversario más duro le entran algunas balas. Los que en algún momento son capaces de decir ciertas cosas que son duras, pueden sufrir mucho. Yo creo que eso nos pasó, pero no podíamos dejar de decirlas. Hay algunos que dicen “ni”, y quizás así sobreviven.
—¿Quiénes fueron los “ni”?
—Bueno, basta mirar algunas votaciones parlamentarias. Hoy tenés un aparato comunicacional enorme del Gobierno y en las provincias hay cada vez más control de la prensa. Y hay sectores que votaron la Ley de Medios, el Socialismo, Proyecto Sur. Quizás era simpático, pero había que alertar lo que significaba.
—¿Qué futuro le visualiza a la CC?
—Hasta hace un año tenía una teoría, que es que la Argentina era un país básicamente bipartidista, con una tendencia a un partido único, y que el gran desafío era plantear el tercer partido. Me parece que ese camino se enterró. Ahora hay un solo partido predominante y, en consecuencia, la discusíón es construir el segundo partido. La discusión en la Coalición, después del 23, es cómo construir eso. Las pymes políticas no van más. Los emprendimientos personales no van más. Para nadie.
—¿Por qué ya se piensa que Bullrich está con un pie afuera de la CC?
—Evidentemente me han estigmatizado con eso. Pero no tiene ningún sentido. Hace muchos años que busco cosas muy concretas: una política con ética, una mirada crítica y autocrítica de las cosas que sucedieron en el país, la búsqueda de una idea mucho más democrática. En la CC deberá de haber un momento de debate y de toma de decisiones. Espero que sea importante y ahí veremos cómo se resuelve la construcción futura. Seguramente será un proceso. Yo estoy en la CC, voy a renovar mi banca con la CC, y voy a estar en la CC.
—Hubo rumores de un posible pase al PRO…
—Lo que hay es amistad cívica. Pero eso no tiene nada que ver con irse al PRO. Va totalmente en contra de lo que estoy pensando que hay que hacer en la Argentina.
Por Gabriel Ziblat
03/09/11 – 12:00
Pato. En su despacho del Congreso dice que con el PRO sólo hay «amistad cívica».
—¿Cómo se hace para convencer a la gente de votar a un partido que en las primarias sacó el 3%?
—La Coalición Cívica, a partir de la declaración de Elisa Carrió, dejó en claro que su pelea dejó de ser presidencial para ser parlamentaria. El foco de atención ya no está más en la Coalición Cívica como partido de gobierno, sino como oposición legislativa. Además, el resultado de las primarias congela la pelea presidencial y descongela la parlamentaria. Y ahí podemos obtener una ventaja importante. El oficialismo, cuando siente un poquito el olor a poder, se pasa de rosca. Eso es tan evidente, que frente a eso la firmeza de la Coalición va a ser valorada cualitativamente.
—¿A qué le asigna el magro resultado de Carrió y la CC?
—Me parece que había un reclamo de unidad de la oposición. La fragmentación golpeó más a quien, de alguna manera en el inconsciente colectivo, tenía la gran responsabilidad de hacer eso. Y se le había puesto a Carrió. Hay un segundo factor, que es que estos años fueron muy duros. Siempre pienso qué le habrá pasado a un socialdemócrata en la Unión Soviética stalinista. Cuando hay un pensamiento fuerte, dogmático, como el que construyó el Gobierno, el que aparece como el adversario más duro le entran algunas balas. Los que en algún momento son capaces de decir ciertas cosas que son duras, pueden sufrir mucho. Yo creo que eso nos pasó, pero no podíamos dejar de decirlas. Hay algunos que dicen “ni”, y quizás así sobreviven.
—¿Quiénes fueron los “ni”?
—Bueno, basta mirar algunas votaciones parlamentarias. Hoy tenés un aparato comunicacional enorme del Gobierno y en las provincias hay cada vez más control de la prensa. Y hay sectores que votaron la Ley de Medios, el Socialismo, Proyecto Sur. Quizás era simpático, pero había que alertar lo que significaba.
—¿Qué futuro le visualiza a la CC?
—Hasta hace un año tenía una teoría, que es que la Argentina era un país básicamente bipartidista, con una tendencia a un partido único, y que el gran desafío era plantear el tercer partido. Me parece que ese camino se enterró. Ahora hay un solo partido predominante y, en consecuencia, la discusíón es construir el segundo partido. La discusión en la Coalición, después del 23, es cómo construir eso. Las pymes políticas no van más. Los emprendimientos personales no van más. Para nadie.
—¿Por qué ya se piensa que Bullrich está con un pie afuera de la CC?
—Evidentemente me han estigmatizado con eso. Pero no tiene ningún sentido. Hace muchos años que busco cosas muy concretas: una política con ética, una mirada crítica y autocrítica de las cosas que sucedieron en el país, la búsqueda de una idea mucho más democrática. En la CC deberá de haber un momento de debate y de toma de decisiones. Espero que sea importante y ahí veremos cómo se resuelve la construcción futura. Seguramente será un proceso. Yo estoy en la CC, voy a renovar mi banca con la CC, y voy a estar en la CC.
—Hubo rumores de un posible pase al PRO…
—Lo que hay es amistad cívica. Pero eso no tiene nada que ver con irse al PRO. Va totalmente en contra de lo que estoy pensando que hay que hacer en la Argentina.