A Hugo Moyano le disgusta charlar con la prensa. Casi no concede entrevistas. Sus mensajes son enviados desde atriles sindicales o, en ocasiones, sus más íntimos colaboradores reproducen sus palabras y pensamientos. Sucedió así, por ejemplo, cuando su hijo Facundo dijo hace unas semanas que el Indec «dibuja» las estadísticas oficiales.
Pero durante este año el líder de la CGT encontró en el ámbito académico un canal alternativo para anunciar sus reclamos y divulgar sus opiniones. Previo a su visita de ayer a la Universidad San Pablo de Tucumán, el referente de los camioneros ya había disertado en la Universidad del Congreso (Mendoza) y en las porteñas Universidad de Belgrano, Palermo y del Salvador.
En las presentaciones, Moyano siempre intenta exhibirse como un hombre sencillo y humilde ante la asombrada mirada de un auditorio poblado por estudiantes. Acostumbra a comenzar con un breve relato de sus inicios sindicales, pero no sin antes dejar en claro que él no completó sus estudios. Su deseo es desvanecer desde el apretón de manos su fama de tipo hosco. Es bromista y muestra un estilo propio, informal y marcado por intervenciones simpáticas.
«Capaz que pensaban antes de venir que los iba a hacer pasar a una sala y que iba a estar con una [pistola] 45. Vine para que sepan que no soy un ogro ni todo lo que dicen los medios», se presentó hace unos meses en la Universidad de Belgrano.
Más allá de aprovechar el escenario, el círculo íntimo de Moyano reconoce otro fin del raid académico: revertir su imagen y lograr un acercamiento con la clase media.
«Estamos contentos con la recepción que estamos teniendo con estas charlas porque la CGT siempre lo hizo. ¿Intenciones políticas? No sé, los cañones están apuntados a 2015, con Moyano u otro candidato surgido de las filas sindicales», dijo un moyanista puro.
Mucho tuvo que ver en esta iniciativa el ex árbitro Guillermo Marconi. Dirigente del Sindicato de Empleados y Obreros de la Enseñanza Privada, él fue el nexo entre las universidades y la CGT. «Así como las universidades están interesadas, para Moyano también es importante por una cuestión de imagen», explicó Marconi.
A los encuentros universitarios Moyano suele llegar con una gran comitiva. En ella siempre está presente su camarógrafo de confianza, que luego distribuye el video con el mensaje que su jefe quiera dar..
Pero durante este año el líder de la CGT encontró en el ámbito académico un canal alternativo para anunciar sus reclamos y divulgar sus opiniones. Previo a su visita de ayer a la Universidad San Pablo de Tucumán, el referente de los camioneros ya había disertado en la Universidad del Congreso (Mendoza) y en las porteñas Universidad de Belgrano, Palermo y del Salvador.
En las presentaciones, Moyano siempre intenta exhibirse como un hombre sencillo y humilde ante la asombrada mirada de un auditorio poblado por estudiantes. Acostumbra a comenzar con un breve relato de sus inicios sindicales, pero no sin antes dejar en claro que él no completó sus estudios. Su deseo es desvanecer desde el apretón de manos su fama de tipo hosco. Es bromista y muestra un estilo propio, informal y marcado por intervenciones simpáticas.
«Capaz que pensaban antes de venir que los iba a hacer pasar a una sala y que iba a estar con una [pistola] 45. Vine para que sepan que no soy un ogro ni todo lo que dicen los medios», se presentó hace unos meses en la Universidad de Belgrano.
Más allá de aprovechar el escenario, el círculo íntimo de Moyano reconoce otro fin del raid académico: revertir su imagen y lograr un acercamiento con la clase media.
«Estamos contentos con la recepción que estamos teniendo con estas charlas porque la CGT siempre lo hizo. ¿Intenciones políticas? No sé, los cañones están apuntados a 2015, con Moyano u otro candidato surgido de las filas sindicales», dijo un moyanista puro.
Mucho tuvo que ver en esta iniciativa el ex árbitro Guillermo Marconi. Dirigente del Sindicato de Empleados y Obreros de la Enseñanza Privada, él fue el nexo entre las universidades y la CGT. «Así como las universidades están interesadas, para Moyano también es importante por una cuestión de imagen», explicó Marconi.
A los encuentros universitarios Moyano suele llegar con una gran comitiva. En ella siempre está presente su camarógrafo de confianza, que luego distribuye el video con el mensaje que su jefe quiera dar..