Carlos Soria es el gobernador electo de Río Negro. Si se quiere, comparte con su colega catamarqueña, Lucía Corpacci, el hecho de haber triunfado por sobre el oficialismo local. La diferencia, en todo caso, está en que le ganó a un contrincante que también profesaba fe kirchnerista. Ese punto de comparación no es del agrado de Soria. Asegura, durante una entrevista por Radio Nacional, que su triunfo se debe a “las macanas que hicieron algunos muchachos” del gobierno de Miguel Saiz pero, fundamentalmente, “al respaldo que siempre le dio a la provincia la presidenta Cristina”.
–Usted tiene un punto en común con su colega catamarqueña: son los únicos candidatos que le ganaron al oficialismo local.
–Exactamente, es así. Pero las razones hay que buscarlas en todos esos años, que fueron muchos. Son muchas las macanas que hicieron algunos de los muchachos, no todos, algunos que devaluaron la política, se llevaron por delante las instituciones. Y esta que es una provincia rica desde los Andes al mar, con todo tipo de materias primas, fruticultura, gas, petróleo, minería, pesca, ciencia y tecnología en Bariloche con el Invap y el Instituto Balseiro. Es una provincia verdaderamente maravillosa pero es la segunda más endeudada del país y no tiene una explicación lógica. Por eso creo que la gran cantidad de votos tiene que ver con el malhumor de la gente, que no puede entender que hayamos llegado a estos niveles. Y bueno, decidieron premiar al que más había insistido en este cambio desde hace años.
–La diferencia con Catamarca está en que en su provincia los dos candidatos más votados eran afines al kirchnerismo.
–No, para nada. Eso es un error de ciertos intelectuales truchos que pululan por las radios tratando de vivir de la política. Ninguno de los dos sectores, el Frente para la Victoria (FPV), ni la Concertación Social pugnaban entre sí en Buenos Aires por quedar debajo del paraguas de la presidenta Cristina. El FPV votó, desde que se constituyó, todas las leyes que envió el Ejecutivo, y la Concertación Plural fue un yeite para ver de qué manera el paraguas presidencial protegía a este radicalismo trucho, pero cuando llegaron al Congreso de la Nación votaron todo en contra de los proyectos que envió el Ejecutivo.
–El domingo pasado el periodista Horacio Verbitsky fue particularmente muy duro con su historia política.
–(Molesto) Él no podrá salir del país por hablar mentiras. Es un montonero trucho, que vendió compañeros. Va a tener que dar explicaciones.
–Por lo que dijo, no le esperan años fáciles al frente de la provincia.
–(Sigue molesto) Nunca vi a los intelectuales hablar de los problemas de Río Negro, ni siquiera cuando un gobernador se robó un banco, ¿se acuerda? Desde esa época en adelante parecía que era una joda vivir en esta provincia, que era la provincia de Butch Cassidy, y no es así. Sin embargo, el Estado Nacional siempre estuvo cerca de Río Negro, no permitió que se desbarranque y les tendió la mano a todos los gobiernos radicales. Pero los radicales siempre pagaron muy mal. Ellos piden auxilio financiero todos los meses, es lo que hace el actual gobernador. El caso de las cenizas volcánicas hizo que toda la temporada turística y las riquezas que ingresan se vinieran abajo, generando una crisis muy grande. El gobierno nacional estuvo allí de forma inmediata, con ayuda, con plantas potabilizadoras, con todo lo que se necesitaba. El gobernador (Saiz) recién fue después de 28 días. Eso la gente se lo cobra. Por eso en Bariloche la gran diferencia de 50 contra el 11%. Yo sé que esos votos no son míos. No puedo atribuirme ese resultado. Ahora hay que conducirlo en positivo. Por eso convocamos a todos a que nos ayuden para reconstruir la provincia a pesar de que se robaron todo, salvo el lago Nahuel Huapi y el cerro Catedral.
–Cuando hace referencia a convocar a todos, ¿también incluye radicales?
–Vamos a convocar a todos los partidos. Ante la situación que se vive es imposible pensar que se puede salir desde de una sola fuerza política. Es importante el desmadre. No es que nos falte coraje, hemos ocupado lugares y cargos sensibles a lo largo de la vida política, incluso algunos muy sensibles donde había que tomar decisiones al minuto. Por eso digo que no nos falta coraje, pero el tema es que si lo hacemos todos juntos lo haremos mejor. Vamos a tener alternativas y puntos de vista y hay muchos de los radicales, de los buenos, que están arrepentidos de lo que hicieron sus amigos, siete u ocho que dejaron a la provincia en un estado desesperante.
–¿Tiene previsto reunirse con la presidenta?
–Mañana (por hoy) me veo con la presidenta Cristina. Tengo una relación de respeto y trabajo común. Fui cuatro veces diputado, estuvimos juntos en varias comisiones como la de Juicio Político y Asuntos Constitucionales y las investigadoras de lavado de dinero y seguimiento a la investigación de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA. A partir de este trabajo nació una relación afectuosa de trabajo militante. Además, ella conoce la situación de la provincia porque vino varias veces.
–Pero cuando usted estuvo al frente de la SIDE hubo problemas con el matrimonio Kirchner.
–No, nada que ver. Es todo un invento de algún tonto que dijo que yo desde la Secretaría de Inteligencia había mandado a espiar al matrimonio Kirchner. El tipo se llamaba Clementi, era un fantasma que había nombrado el anterior secretario, el radical Carlos Becerra. Se trataba de un cordobés que le habían dado el traslado a la esposa a Santa Cruz y se llevó de yapa al marido. Y a este ñoqui lo pusieron con los servicios de inteligencia para no hacer nada. Además, si hubiera pasado realmente algo, si hubiese sido cierto, se habría averiguado algo. Digo porque después que yo me fui pasaron tres secretarios de inteligencia y no hay nada.
–En esa misma época sucedieron los asesinatos de los militantes populares Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.
–Eso fue algo muy doloroso por lo que Duhalde sufrió mucho. Eso terminó por desmadrar la situación que veníamos viviendo, por los cacerolazos, los piquetes, corralito, corralón. Eso colmó el vaso. Por suerte, los medios mostraron las secuencias de fotos que daban cuenta de cómo sucedió todo y los responsables a los seis meses fueron condenados. <
–Usted tiene un punto en común con su colega catamarqueña: son los únicos candidatos que le ganaron al oficialismo local.
–Exactamente, es así. Pero las razones hay que buscarlas en todos esos años, que fueron muchos. Son muchas las macanas que hicieron algunos de los muchachos, no todos, algunos que devaluaron la política, se llevaron por delante las instituciones. Y esta que es una provincia rica desde los Andes al mar, con todo tipo de materias primas, fruticultura, gas, petróleo, minería, pesca, ciencia y tecnología en Bariloche con el Invap y el Instituto Balseiro. Es una provincia verdaderamente maravillosa pero es la segunda más endeudada del país y no tiene una explicación lógica. Por eso creo que la gran cantidad de votos tiene que ver con el malhumor de la gente, que no puede entender que hayamos llegado a estos niveles. Y bueno, decidieron premiar al que más había insistido en este cambio desde hace años.
–La diferencia con Catamarca está en que en su provincia los dos candidatos más votados eran afines al kirchnerismo.
–No, para nada. Eso es un error de ciertos intelectuales truchos que pululan por las radios tratando de vivir de la política. Ninguno de los dos sectores, el Frente para la Victoria (FPV), ni la Concertación Social pugnaban entre sí en Buenos Aires por quedar debajo del paraguas de la presidenta Cristina. El FPV votó, desde que se constituyó, todas las leyes que envió el Ejecutivo, y la Concertación Plural fue un yeite para ver de qué manera el paraguas presidencial protegía a este radicalismo trucho, pero cuando llegaron al Congreso de la Nación votaron todo en contra de los proyectos que envió el Ejecutivo.
–El domingo pasado el periodista Horacio Verbitsky fue particularmente muy duro con su historia política.
–(Molesto) Él no podrá salir del país por hablar mentiras. Es un montonero trucho, que vendió compañeros. Va a tener que dar explicaciones.
–Por lo que dijo, no le esperan años fáciles al frente de la provincia.
–(Sigue molesto) Nunca vi a los intelectuales hablar de los problemas de Río Negro, ni siquiera cuando un gobernador se robó un banco, ¿se acuerda? Desde esa época en adelante parecía que era una joda vivir en esta provincia, que era la provincia de Butch Cassidy, y no es así. Sin embargo, el Estado Nacional siempre estuvo cerca de Río Negro, no permitió que se desbarranque y les tendió la mano a todos los gobiernos radicales. Pero los radicales siempre pagaron muy mal. Ellos piden auxilio financiero todos los meses, es lo que hace el actual gobernador. El caso de las cenizas volcánicas hizo que toda la temporada turística y las riquezas que ingresan se vinieran abajo, generando una crisis muy grande. El gobierno nacional estuvo allí de forma inmediata, con ayuda, con plantas potabilizadoras, con todo lo que se necesitaba. El gobernador (Saiz) recién fue después de 28 días. Eso la gente se lo cobra. Por eso en Bariloche la gran diferencia de 50 contra el 11%. Yo sé que esos votos no son míos. No puedo atribuirme ese resultado. Ahora hay que conducirlo en positivo. Por eso convocamos a todos a que nos ayuden para reconstruir la provincia a pesar de que se robaron todo, salvo el lago Nahuel Huapi y el cerro Catedral.
–Cuando hace referencia a convocar a todos, ¿también incluye radicales?
–Vamos a convocar a todos los partidos. Ante la situación que se vive es imposible pensar que se puede salir desde de una sola fuerza política. Es importante el desmadre. No es que nos falte coraje, hemos ocupado lugares y cargos sensibles a lo largo de la vida política, incluso algunos muy sensibles donde había que tomar decisiones al minuto. Por eso digo que no nos falta coraje, pero el tema es que si lo hacemos todos juntos lo haremos mejor. Vamos a tener alternativas y puntos de vista y hay muchos de los radicales, de los buenos, que están arrepentidos de lo que hicieron sus amigos, siete u ocho que dejaron a la provincia en un estado desesperante.
–¿Tiene previsto reunirse con la presidenta?
–Mañana (por hoy) me veo con la presidenta Cristina. Tengo una relación de respeto y trabajo común. Fui cuatro veces diputado, estuvimos juntos en varias comisiones como la de Juicio Político y Asuntos Constitucionales y las investigadoras de lavado de dinero y seguimiento a la investigación de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA. A partir de este trabajo nació una relación afectuosa de trabajo militante. Además, ella conoce la situación de la provincia porque vino varias veces.
–Pero cuando usted estuvo al frente de la SIDE hubo problemas con el matrimonio Kirchner.
–No, nada que ver. Es todo un invento de algún tonto que dijo que yo desde la Secretaría de Inteligencia había mandado a espiar al matrimonio Kirchner. El tipo se llamaba Clementi, era un fantasma que había nombrado el anterior secretario, el radical Carlos Becerra. Se trataba de un cordobés que le habían dado el traslado a la esposa a Santa Cruz y se llevó de yapa al marido. Y a este ñoqui lo pusieron con los servicios de inteligencia para no hacer nada. Además, si hubiera pasado realmente algo, si hubiese sido cierto, se habría averiguado algo. Digo porque después que yo me fui pasaron tres secretarios de inteligencia y no hay nada.
–En esa misma época sucedieron los asesinatos de los militantes populares Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.
–Eso fue algo muy doloroso por lo que Duhalde sufrió mucho. Eso terminó por desmadrar la situación que veníamos viviendo, por los cacerolazos, los piquetes, corralito, corralón. Eso colmó el vaso. Por suerte, los medios mostraron las secuencias de fotos que daban cuenta de cómo sucedió todo y los responsables a los seis meses fueron condenados. <
Me conmueve lo de «Duhalde sufrió mucho».