Celso Lafer dijo que el Mercosur está más estancado de lo que él desearía, pero que sigue vivo. Foto: Patricio Pidal/AFP
Era necesaria una devaluación del real para salir de la incómoda situación de una moneda supervalorada, pero el billete brasileño no seguirá su camino en un tobogán descendente. El dueño de esta afirmación es el ex ministro de Relaciones Exteriores de Brasil Celso Lafer, que ejerció esa función en los gobiernos de Fernando Collor de Mello (1992) y Fernando Henrique Cardoso (2001/02).
Consciente de lo atentos que están los argentinos a la fluctuación de la moneda de su principal socio del Mercosur, Lafer explicó, en diálogo con LA NACION, que en la devaluación de los últimos dos meses hay poco para achacarle al gobierno brasileño. «Es más consecuencia de la repatriación de dólares que hicieron las empresas estadounidenses para paliar el déficit de su país que una decisión gubernamental sobre la que se tenga control interno», comentó.
Llegado al país para recibir de parte de la Universidad de Tres de Febrero el título de doctor honoris causa, por su trayectoria política en favor de la integración regional, el ex funcionario opinó que el Mercosur está más estancado de lo que él desearía, pero que sigue vivo.
Respecto de las rispideces que se suceden entre ambos países por la imposición de barreras arancelarias de un lado y del otro, Lafer opinó que son dificultades propias de un proceso de integración tan fuerte como el de Brasil y la Argentina. «Es como una relación de familia, en la que las peleas son parte del mismo esquema», comparó.
En un intento de ser más preciso, el hombre que en 2002 lideró la delegación brasileña en el marco de la Conferencia Ministerial de la OMC en Doha definió a las trabas a las importaciones como «calibraciones» de un «neumático». Y advirtió que deben tener un límite, para que la rueda (el Mercosur) no explote y pueda seguir funcionando.
Cuando se le mencionó que la Argentina suele usar este tipo de medidas también fuera del Mercosur, con sesgo proteccionista, el académico hizo una distinción: «Una cosa son las calibraciones entre Brasil y la Argentina, porque son dentro de una «misma familia». Pero con el resto del mundo es más difícil conseguir comprensión ante esas decisiones».
Según observa, el actual contexto global favorable a los países productores de materias primas agroalimentarias le permite a la Argentina cierta autonomía. Pero aclara que no debe tirar de la cuerda mucho más, como hace con los juicios entablados en el Ciadi o con su deuda con el Club de París. «La demanda de sus productos la salva de la vulnerabilidad económica de otras épocas, pero todo tiene un costo», razonó Lafer.
En una mirada a la política económica interna de la Argentina, quien actualmente es profesor en la Universidad de San Pablo destacó que el control de precios y las restricciones a las exportaciones son medidas de emergencia, que, como tales, no pueden eternizarse en el tiempo. «Todo tiene un límite», opina.
En cuanto al impacto que la actual crisis financiera internacional puede tener en la región, Lafer señaló que América latina no será inmune a una recesión en Europa o Estados Unidos. «Si ambas economías bajan su consumo, China se verá afectada y recortará, a su vez, la demanda de alimentos a nuestros países», concluyó el ex funcionario..
Era necesaria una devaluación del real para salir de la incómoda situación de una moneda supervalorada, pero el billete brasileño no seguirá su camino en un tobogán descendente. El dueño de esta afirmación es el ex ministro de Relaciones Exteriores de Brasil Celso Lafer, que ejerció esa función en los gobiernos de Fernando Collor de Mello (1992) y Fernando Henrique Cardoso (2001/02).
Consciente de lo atentos que están los argentinos a la fluctuación de la moneda de su principal socio del Mercosur, Lafer explicó, en diálogo con LA NACION, que en la devaluación de los últimos dos meses hay poco para achacarle al gobierno brasileño. «Es más consecuencia de la repatriación de dólares que hicieron las empresas estadounidenses para paliar el déficit de su país que una decisión gubernamental sobre la que se tenga control interno», comentó.
Llegado al país para recibir de parte de la Universidad de Tres de Febrero el título de doctor honoris causa, por su trayectoria política en favor de la integración regional, el ex funcionario opinó que el Mercosur está más estancado de lo que él desearía, pero que sigue vivo.
Respecto de las rispideces que se suceden entre ambos países por la imposición de barreras arancelarias de un lado y del otro, Lafer opinó que son dificultades propias de un proceso de integración tan fuerte como el de Brasil y la Argentina. «Es como una relación de familia, en la que las peleas son parte del mismo esquema», comparó.
En un intento de ser más preciso, el hombre que en 2002 lideró la delegación brasileña en el marco de la Conferencia Ministerial de la OMC en Doha definió a las trabas a las importaciones como «calibraciones» de un «neumático». Y advirtió que deben tener un límite, para que la rueda (el Mercosur) no explote y pueda seguir funcionando.
Cuando se le mencionó que la Argentina suele usar este tipo de medidas también fuera del Mercosur, con sesgo proteccionista, el académico hizo una distinción: «Una cosa son las calibraciones entre Brasil y la Argentina, porque son dentro de una «misma familia». Pero con el resto del mundo es más difícil conseguir comprensión ante esas decisiones».
Según observa, el actual contexto global favorable a los países productores de materias primas agroalimentarias le permite a la Argentina cierta autonomía. Pero aclara que no debe tirar de la cuerda mucho más, como hace con los juicios entablados en el Ciadi o con su deuda con el Club de París. «La demanda de sus productos la salva de la vulnerabilidad económica de otras épocas, pero todo tiene un costo», razonó Lafer.
En una mirada a la política económica interna de la Argentina, quien actualmente es profesor en la Universidad de San Pablo destacó que el control de precios y las restricciones a las exportaciones son medidas de emergencia, que, como tales, no pueden eternizarse en el tiempo. «Todo tiene un límite», opina.
En cuanto al impacto que la actual crisis financiera internacional puede tener en la región, Lafer señaló que América latina no será inmune a una recesión en Europa o Estados Unidos. «Si ambas economías bajan su consumo, China se verá afectada y recortará, a su vez, la demanda de alimentos a nuestros países», concluyó el ex funcionario..