Falla la matemática anti-K

La matemática del Congreso arrojó en el último intento de sesión especial boicoteado por el kirchnerismo cifras llamativas que revelan la nueva correlación de fuerzas que se impondrá en el Poder Legislativo luego de las elecciones. Los números de ese infructuoso intento opositor por subir el piso del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias perturban no sólo a opositores, sino también a peronistas de todos los signos, que ya empiezan a instalar escenarios sobre la posible sucesión de Cristina de Kirchner en 2015.
El dato central de la frustrada sesión especial del último miércoles pasó casi inadvertido: hubo 85 opositores presentes en el recinto, con el Peronismo Federal y la Coalición Cívica al tope del ranking de ausentismos. Pero ese 85 esconde un cálculo inquietante de cara a las versiones sobre un eventual intento de reforma de la Constitución nacional.
Sobre un total de 257 diputados nacionales, 85 representan apenas un tercio. Es decir que el núcleo duro del antikirchnerismo quedó reducido, al menos en el último intento de sesión antes de las elecciones presidenciales del 23, a una tercera parte de la Cámara de Diputados. Y la carta magna es taxativa en cuanto a los requisitos de la reforma: se requieren dos tercios del total de los legisladores.
La ausencia de 172 diputados el miércoles pasado, funcionales a los intereses políticos de la Casa Rosada, quedará así grabada como el último antecedente legislativo de cara al recambio en Diputados. Es cierto que muchos de los ausentes se quedaron en las provincias haciendo campaña, como fue el caso de los jerarcas opositores Ricardo Alfonsín y Elisa Carrió. Pero el proceso de descomposición de la Cámara baja fertiliza el terreno para una eventual reforma de la Constitución. Más teniendo en cuenta la revelación de la jefa de la Coalición Cívica en relación con la plataforma electoral del candidato presidencial del Frente Amplio Progresista, Hermes Binner, quien impulsa en ese documento cambios en la carta magna y controla un interbloque de 21 diputados nacionales y tres senadores. El gobernador socialista de Santa Fe fracasó en su intento de reforma de la Constitución provincial por la oposición del PJ local. A partir de diciembre, su sucesor, Antonio Bonfatti podría contar con mejor suerte.
Al futuro esquema de alianzas del kirchnerismo debe sumarse la proyección de legisladores que integrarán el bloque del Frente para la Victoria a partir de diciembre. En el Ministerio del Interior de Florencio Randazzo, de repetirse los resultados de las primarias, proyectan unos 110 diputados disciplinados, 19 menos de los necesarios para reunir el quórum. Pero el faltante será aportado por satélites oficialistas como el bloque de la Concertación; el Frente Cívico de Santiago, que cuenta en la actualidad con siete; Córdoba Federal, que tiene dos y aumentará su presencia de la mano de José Manuel de la Sota. La catamarqueña kirchnerista Lucía de Corpacci aportará también nuevas voluntades, al igual que Carlos Soria, de Río Negro.
Pero analizando minuciosamente el listado de ausentes y presentes del último miércoles en la Cámara de Diputados surge que el kirchnerismo se nutrirá especialmente del atomizado Peronismo Federal. Esa bancada que dejó huérfana Felipe Solá lideró el número de ausentes en el frustrado intento opositor por sesionar. Sobre un total de 28 integrantes hubo 17 ausencias, entre ellas todos los diputados santa-fesinos que estaban alineados con el peronista santafesino Carlos Reutemann. El segundo puesto en el ranking de ausentismo fue para la Coalición Cívica de Carrió que ya ingresó en un complicado proceso de atomización. Sin contar a Marcela Rodríguez, que ya formó un monobloque, las huestes de la fundadora del ARI registraron 16 bancas vacías en una bancada de 18 integrantes. Sólo Patricia Bullrich, cada vez más cerca del PRO, acompañó a Carrió en el recinto. Ni siquiera el diputado piquetero Héctor «Toti» Flores aportó número para alivianar la carga impositiva que soportan los asalariados con el actual piso de Ganancias.
Pero ninguna bancada de la oposición quedó a salvo. La UCR marcó diez ausencias, incluido Alfonsín, el candidato presidencial del centenario partido. En el microcosmos de partidos que integran el inter-bloque FAP de Binner, como el GEN de Margarita Stolbizer, Unidad Popular de Claudio Lozano y Libres del Sur de Victoria Donda, hubo cuatro ausentes. Los aliados del kirchnerismo en el recinto, como el Movimiento Popular Neuquino, Nuevo Encuentro, el Frente de Río Negro y de Santiago del Estero, tampoco ocuparon sus bancas.
Este compost político que fertiliza el escenario para un eventual intento de reforma constitucional dependerá de la voluntad de Cristina de Kirchner y de la letra chica del draft que prepara el juez supremo Eugenio Zaffaroni, quien pasa largas jornadas en la Quinta de Olivos profundizando sus investigaciones sobre el sistema parlamentarista de Gobierno. De no mediar un tsunami electoral, la jefa de Estado iniciará el 10 de diciembre el tercer período Kirchner en la presidencia. Una marca que no alcanzó siquiera Juan Domingo Perón. Habrá que ver si la atracción del poder puede más que una década de desgaste y presiones en lo más alto del poder. Mientras tanto, la Cámara de Diputados se despidió el miércoles pasado con un disimulado ensayo de la matemática reeleccionista.

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