Mario Fiore – Corresponsalía Buenos Aires
Casi todos los sectores del radicalismo aceptan la reforma de la carta orgánica partidaria para propiciar una renovación y modernización de la centenaria fuerza política luego de un año electoral donde perdieron gran parte del capital político que la UCR puso en juego.
Sin embargo, por ahora hay sólo amagues y nadie sabe si la declarada necesidad de elegir al titular del partido por voto directo de los afiliados podrá aplicarse este año o el próximo y quién podría hacerse cargo del Comité nacional mientras se produce la modernización.
Una liga de intendentes que tiene como cabeza al cordobés Ramón Mestre y al mendocino Víctor Fayad y que nuclea apoyos del cobismo y del actual titular del partido, Ernesto Sanz, va ganando posiciones para instalar como futuro presidente de la UCR al actual intendente de la ciudad de Santa Fe, Mario Barleta.
Del otro lado, el alfonsinismo junta fuerzas para ver cómo resistir un embate que va directamente sobre los dos principales hombres que apoyaron la candidatura de Ricardo Alfonsín: Gerardo Morales y Ángel Rozas.
Todos estos sectores han planteado por ahora informalmente la necesidad de cambiar la carta orgánica del partido para que los afiliados elijan las autoridades, ya que actualmente la elección es indirecta a través de delegados. Las coincidencias llegan hasta ahí.
La liga de intendentes plantea la necesidad de que se le prorrogue el mandato a Sanz, que vence el 5 de diciembre, hasta que la carta orgánica pueda ser cambiada y se lleve adelante una votación en todo el país. Pero el senador mendocino quiere terminar su gestión lo antes posible. Encuentran otro inconveniente: los candidatos para dejar interinamente al frente del partido no son delegados (caso Barleta) y, por ende, no podrían ocupar el cargo.
El cobismo
El cobismo apoya esta movida, pero quiere una reforma más ambiciosa que conlleve una discusión sobre la identidad del partido. El vicepresidente Julio Cobos, a través de uno de sus hombres de confianza, Diego Barobero, ya presentó un documento para impulsar la modernización.
Pero señalan varios escollos: sólo la Convención nacional de la UCR puede hacerle cambios a la carta orgánica y ésta se reúne el 17 y 18 de noviembre. «No hay tiempo», explica Barobero. Por eso plantea que se elija con el actual sistema de delegados un nuevo presidente del partido «que conforme a todos y no sólo al sector que hace años se reparte todos los cargos».
En tanto, en el alfonsinismo esperarán ver qué sucede mañana en la reunión de la mesa nacional de la UCR, espacio que dominan. La pregunta que se hacen es si alguno de los que hoy piden la modernización y que un intendente presida el partido hará oír su voz.
Si nada de esto sucede, es posible que se avance en la convocatoria de los delegados para que el 5 de diciembre se elijan nuevas autoridades. Por las dudas, el senador Morales -quien no descarta volver a presentarse para el cargo- desempolvó un proyecto suyo de 2008 que plantea la reforma de la carta orgánica.
Casi todos los sectores del radicalismo aceptan la reforma de la carta orgánica partidaria para propiciar una renovación y modernización de la centenaria fuerza política luego de un año electoral donde perdieron gran parte del capital político que la UCR puso en juego.
Sin embargo, por ahora hay sólo amagues y nadie sabe si la declarada necesidad de elegir al titular del partido por voto directo de los afiliados podrá aplicarse este año o el próximo y quién podría hacerse cargo del Comité nacional mientras se produce la modernización.
Una liga de intendentes que tiene como cabeza al cordobés Ramón Mestre y al mendocino Víctor Fayad y que nuclea apoyos del cobismo y del actual titular del partido, Ernesto Sanz, va ganando posiciones para instalar como futuro presidente de la UCR al actual intendente de la ciudad de Santa Fe, Mario Barleta.
Del otro lado, el alfonsinismo junta fuerzas para ver cómo resistir un embate que va directamente sobre los dos principales hombres que apoyaron la candidatura de Ricardo Alfonsín: Gerardo Morales y Ángel Rozas.
Todos estos sectores han planteado por ahora informalmente la necesidad de cambiar la carta orgánica del partido para que los afiliados elijan las autoridades, ya que actualmente la elección es indirecta a través de delegados. Las coincidencias llegan hasta ahí.
La liga de intendentes plantea la necesidad de que se le prorrogue el mandato a Sanz, que vence el 5 de diciembre, hasta que la carta orgánica pueda ser cambiada y se lleve adelante una votación en todo el país. Pero el senador mendocino quiere terminar su gestión lo antes posible. Encuentran otro inconveniente: los candidatos para dejar interinamente al frente del partido no son delegados (caso Barleta) y, por ende, no podrían ocupar el cargo.
El cobismo
El cobismo apoya esta movida, pero quiere una reforma más ambiciosa que conlleve una discusión sobre la identidad del partido. El vicepresidente Julio Cobos, a través de uno de sus hombres de confianza, Diego Barobero, ya presentó un documento para impulsar la modernización.
Pero señalan varios escollos: sólo la Convención nacional de la UCR puede hacerle cambios a la carta orgánica y ésta se reúne el 17 y 18 de noviembre. «No hay tiempo», explica Barobero. Por eso plantea que se elija con el actual sistema de delegados un nuevo presidente del partido «que conforme a todos y no sólo al sector que hace años se reparte todos los cargos».
En tanto, en el alfonsinismo esperarán ver qué sucede mañana en la reunión de la mesa nacional de la UCR, espacio que dominan. La pregunta que se hacen es si alguno de los que hoy piden la modernización y que un intendente presida el partido hará oír su voz.
Si nada de esto sucede, es posible que se avance en la convocatoria de los delegados para que el 5 de diciembre se elijan nuevas autoridades. Por las dudas, el senador Morales -quien no descarta volver a presentarse para el cargo- desempolvó un proyecto suyo de 2008 que plantea la reforma de la carta orgánica.