De la mano de Ramón Mestre, después de 16 años, el radicalismo recuperó la intendencia de Córdoba en septiembre. Desde esa victoria, que contrastaría con el resultado del partido a nivel nacional un mes más tarde, el senador se perfiló como un nuevo y joven referente de la UCR. Portador de un apellido de peso en los comités mediterráneos, Mestre agasajará en Tanti a un grupo de intendentes que sobrevivieron al avance K en las urnas, para sentar las bases de una renovación en la conducción y lograr un mayor peso en la toma de decisiones.
¿Qué van a debatir el sábado?
Creemos que el partido precisa una renovación. Aquellos que hemos ganado, que tenemos reconocimiento y poder territorial, buscamos fijar una posición común frente a ella. El partido fracasó en casi todo el país y tenemos que hacer sentir la voz aquellos que sentimos legitimidad, gracias al reconocimiento de la gente. No buscamos crear una línea interna.
¿El próximo presidente de la UCR debe ser un intendente?
No le cierro la puerta a nadie. En lo personal, estoy pensando en que desde diciembre tengo que gobernar la ciudad de Córdoba. Esto no quiere
decir que otro intendente pueda aspirar a presidir el Comité Nacional si cree que está en condiciones de hacerlo, más allá del tiempo que le reste gobernar.
¿Ese recambio tiene que ser generacional?
No pretendemos que nadie se vaya a su casa ni tampoco queremos tirar a los viejos por la ventana. Por ejemplo, los intendentes que nos juntaremos en Tanti tenemos edades y años de experiencia disímiles. Estamos convencidos que hay que renovar a aquellos que ocupan espacios de decisión y darle lugar a quienes nunca los ocuparon.
¿Tienen decidido a quién apoyar como presidente?
No lo hemos debatido aún.
Hay cierto consenso para reformar la carta orgánica y que la elección de autoridades sea por el voto de los afiliados. ¿Qué opina?
Soy de la idea que sea en forma directa. No tengo miedo a la posible influencia de la provincia de Buenos Aires. Es un tema, que como otros, va a ayudar a modernizar un partido que debe modificarse en las prácticas y en las formas, para que haya un mayor debate y diálogo entre todos los espacios de poder y así poder ofrecerle a la sociedad una opción de Gobierno.
¿Qué dejaron las elecciones?
La Presidenta ganó en forma contundente. A (Ricardo) Alfonsín le reconozco su valentía y convicción. Hicimos una mala elección pero no se termina el mundo. Ahora, como oposición, tenemos que dialogar con el Gobierno para ayudar a enfrentar los problemas del país. No sé si será posible por los antecedentes. Pero me quedo con la palabra de la Presidenta cuando convocó al diálogo.
¿Qué van a debatir el sábado?
Creemos que el partido precisa una renovación. Aquellos que hemos ganado, que tenemos reconocimiento y poder territorial, buscamos fijar una posición común frente a ella. El partido fracasó en casi todo el país y tenemos que hacer sentir la voz aquellos que sentimos legitimidad, gracias al reconocimiento de la gente. No buscamos crear una línea interna.
¿El próximo presidente de la UCR debe ser un intendente?
No le cierro la puerta a nadie. En lo personal, estoy pensando en que desde diciembre tengo que gobernar la ciudad de Córdoba. Esto no quiere
decir que otro intendente pueda aspirar a presidir el Comité Nacional si cree que está en condiciones de hacerlo, más allá del tiempo que le reste gobernar.
¿Ese recambio tiene que ser generacional?
No pretendemos que nadie se vaya a su casa ni tampoco queremos tirar a los viejos por la ventana. Por ejemplo, los intendentes que nos juntaremos en Tanti tenemos edades y años de experiencia disímiles. Estamos convencidos que hay que renovar a aquellos que ocupan espacios de decisión y darle lugar a quienes nunca los ocuparon.
¿Tienen decidido a quién apoyar como presidente?
No lo hemos debatido aún.
Hay cierto consenso para reformar la carta orgánica y que la elección de autoridades sea por el voto de los afiliados. ¿Qué opina?
Soy de la idea que sea en forma directa. No tengo miedo a la posible influencia de la provincia de Buenos Aires. Es un tema, que como otros, va a ayudar a modernizar un partido que debe modificarse en las prácticas y en las formas, para que haya un mayor debate y diálogo entre todos los espacios de poder y así poder ofrecerle a la sociedad una opción de Gobierno.
¿Qué dejaron las elecciones?
La Presidenta ganó en forma contundente. A (Ricardo) Alfonsín le reconozco su valentía y convicción. Hicimos una mala elección pero no se termina el mundo. Ahora, como oposición, tenemos que dialogar con el Gobierno para ayudar a enfrentar los problemas del país. No sé si será posible por los antecedentes. Pero me quedo con la palabra de la Presidenta cuando convocó al diálogo.