La Fundación Mediterránea dedicó la reunión mensual de sus asociados a analizar los dos temas candentes del momento: el mercado cambiario, sobre el que disertó el economista mendocino Gustavo Reyes (ver información en 13A), y la decisión del Gobierno nacional de reducir los multimillonarios subsidios que amenazan la estabilidad fiscal.
Sobre este punto disertó uno de los más reconocidos especialistas del país en materia energética, el ex secretario nacional del área Carlos Bastos.
Martín Amengual, presidente de la Fundación, avaló la decisión. “Siempre pensé que era una de las primeras herramientas del Gobierno para intentar volver al equilibrio fiscal. Es uno de los modos más rápidos y razonables de corregir. Habrá que encontrar la forma de que los sectores más vulnerables de la sociedad puedan ver estos efectos morigerados. Me parece bien porque la economía tiene que ser transparente”, le dijo a este diario.
En diálogo con La Voz del Interior , Bastos evaluó la decisión oficial como “un camino correcto”.
“Gran parte de los problemas que venimos soportando en energía vienen de los precios subsidiados establecidos hace ya años, que es una política de subsidios generalizados para las distintas actividades energéticas. El Gobierno mantiene precios bajos que afectan el proceso de inversión y crean un aumento de demanda”, explicó.
“Al eliminar los subsidios va a haber una retracción de la demanda y mayores incentivos a la inversión en exploración, instalación de equipos. Es adecuado”, dijo.
–¿Hay alguna estimación sobre cuánto podría ahorrar el Gobierno con esta reducción?
–No conozco las intenciones del Gobierno y todavía no se conocen detalles para estimarlo, pero yo calculo que con tres mil o cuatro mil millones de dólares se puede subsidiar a las personas u hogares que sean identificadas como vulnerables, lo que permitiría dejar una masa de 9.000 o 10.000 millones de dólares libres, ya que este año, se estima, en subsidios al transporte y a la energía se gastarán entre 13.000 y 14.000 millones de dólares.
El especialista opinó que lo más indicado sería “eliminar el subsidio a las actividades en términos genéricos y subsidiar a las personas, vivan en Buenos Aires o en el interior”. Este último detalle viene a cuento porque los subsidios per cápita son mucho más voluminosos para habitantes de Capital Federal y conurbano bonaerense que para un habitante del interior del país.
–¿Cómo se hace para personalizar subsidios, como quiere hacer el Gobierno?
–Es muy difícil. Hay que crear bases de datos que permitan identificar a las personas en estado de necesidad y hacerle una transferencia de dinero, que puede ser con tarjeta, como es en el caso del transporte.
–¿No sería más práctico eliminar todos los subsidios y a las personas vulnerables otorgarles un monto dinerario para que paguen lo que sea, transporte, luz, gas?
–Sí, podría ser. Sería más práctico que aplicar un subsidio a cada tipo de consumo.
En su presentación, Bastos detalló la fuerte suba de los consumos energéticos en el país en la última década al amparo de precios subsidiados, justo cuando en el mundo los costos de la energía se dispararon, los efectos sobre la inversión y los condicionantes a futuro.
53 veces más
Desigual. El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) estimó que, en 2010, los subsidios del Ministerio de Planificación se distribuyeron con altas diferencias regionales. En términos per cápita, Iaraf estimó que por cada habitante de Capital Federal la Nación gastó 2.138 pesos; por cada bonaerense 1.486; y por cada santacruceño, 1.477 pesos. En cambio, gastó 40 pesos por santafesino y 56 pesos por cordobés. Un porteño recibió 53 veces más que un santafesino.
Imagen o solidez
El economista Orlando Ferreres consideró que con la reducción de subsidios el Gobierno perderá “imagen”, aunque, como contrapartida, recobrará “solidez” no sólo fiscal sino política.
Sobre este punto disertó uno de los más reconocidos especialistas del país en materia energética, el ex secretario nacional del área Carlos Bastos.
Martín Amengual, presidente de la Fundación, avaló la decisión. “Siempre pensé que era una de las primeras herramientas del Gobierno para intentar volver al equilibrio fiscal. Es uno de los modos más rápidos y razonables de corregir. Habrá que encontrar la forma de que los sectores más vulnerables de la sociedad puedan ver estos efectos morigerados. Me parece bien porque la economía tiene que ser transparente”, le dijo a este diario.
En diálogo con La Voz del Interior , Bastos evaluó la decisión oficial como “un camino correcto”.
“Gran parte de los problemas que venimos soportando en energía vienen de los precios subsidiados establecidos hace ya años, que es una política de subsidios generalizados para las distintas actividades energéticas. El Gobierno mantiene precios bajos que afectan el proceso de inversión y crean un aumento de demanda”, explicó.
“Al eliminar los subsidios va a haber una retracción de la demanda y mayores incentivos a la inversión en exploración, instalación de equipos. Es adecuado”, dijo.
–¿Hay alguna estimación sobre cuánto podría ahorrar el Gobierno con esta reducción?
–No conozco las intenciones del Gobierno y todavía no se conocen detalles para estimarlo, pero yo calculo que con tres mil o cuatro mil millones de dólares se puede subsidiar a las personas u hogares que sean identificadas como vulnerables, lo que permitiría dejar una masa de 9.000 o 10.000 millones de dólares libres, ya que este año, se estima, en subsidios al transporte y a la energía se gastarán entre 13.000 y 14.000 millones de dólares.
El especialista opinó que lo más indicado sería “eliminar el subsidio a las actividades en términos genéricos y subsidiar a las personas, vivan en Buenos Aires o en el interior”. Este último detalle viene a cuento porque los subsidios per cápita son mucho más voluminosos para habitantes de Capital Federal y conurbano bonaerense que para un habitante del interior del país.
–¿Cómo se hace para personalizar subsidios, como quiere hacer el Gobierno?
–Es muy difícil. Hay que crear bases de datos que permitan identificar a las personas en estado de necesidad y hacerle una transferencia de dinero, que puede ser con tarjeta, como es en el caso del transporte.
–¿No sería más práctico eliminar todos los subsidios y a las personas vulnerables otorgarles un monto dinerario para que paguen lo que sea, transporte, luz, gas?
–Sí, podría ser. Sería más práctico que aplicar un subsidio a cada tipo de consumo.
En su presentación, Bastos detalló la fuerte suba de los consumos energéticos en el país en la última década al amparo de precios subsidiados, justo cuando en el mundo los costos de la energía se dispararon, los efectos sobre la inversión y los condicionantes a futuro.
53 veces más
Desigual. El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) estimó que, en 2010, los subsidios del Ministerio de Planificación se distribuyeron con altas diferencias regionales. En términos per cápita, Iaraf estimó que por cada habitante de Capital Federal la Nación gastó 2.138 pesos; por cada bonaerense 1.486; y por cada santacruceño, 1.477 pesos. En cambio, gastó 40 pesos por santafesino y 56 pesos por cordobés. Un porteño recibió 53 veces más que un santafesino.
Imagen o solidez
El economista Orlando Ferreres consideró que con la reducción de subsidios el Gobierno perderá “imagen”, aunque, como contrapartida, recobrará “solidez” no sólo fiscal sino política.
Seguramente hay maneras mas eficientes de subsidiar los servicios para los sectores mas vulnerables. De esta manera pueden liberarse recursos para estimular la producción.
El peligro es el de generar tendencias recesivas en el nivel de consumo de la clase media. Se trata, evidentemente, de un problema de sintonía fina.
De todas maneras el aplauso de la FM debe ser siempre un llamado a la reflexión.