Las arenas de La Barra, objeto de deseo para muchos de los que arribaron a Punta del Este para anticiparse al verano. Foto: Santiago Hafford/Enviado especial
PUNTA DEL ESTE.- Uruguay enamora a la clase media acomodada argentina y eso quedó claro este último fin de semana largo del año, en el que el balneario recuperó su antigua marca en el orillo: la de ser un bastión bien argentino, inmune a cualquier restricción de índole cambiaria u económica.
Ferrys y aviones, casas y hoteles, playas ventosas como las de ayer, incluidas las cuatro horas de cola en el puente de Fray Bentos el día anterior… Prácticamente todo tiene ahora un protagonismo argentino indiscutido.
Esa avanzada, en realidad, no es nueva. Se viene reeditando de forma ininterrumpida en los últimos tres fines de semana largos, en un balneario encarecido por lo menos un 15 por ciento en dólares en comparación con el año anterior.
Por eso, los operadores turísticos bendicen aquí a la administración kirchnerista, que les regaló a los uruguayos los feriados puente y, con ellos, les aseguró una nueva vía de ingresos que rompe con la estacionalidad del sector.
Pero la «bonanza» no se reparte de forma ecuánime por aquí: se concentra sólo en áreas premium , como el puerto y la Franja Este, que va desde La Brava hasta José Ignacio, e incluso, aún más al Este, en el departamento de Rocha.
Así la ocupación de la geografía esteña se dibuja bien raleada, con ausencia de argentinos en las áreas menos gravitantes o glamorosas.
Pero tampoco esa «bonanza» se perfila hoy como ilimitada o tolerante a la constante suba de precios, hace tiempo empujada por la extranjerización del balneario y la alegría brasileña en Reveillón , la semana que va de Navidad a Año Nuevo.
Por eso ahora, al filo del comienzo de la temporada estival, los alquileres que no se cerraron en agosto y septiembre se pelean con un revalúo de precios.
Nueva casta
Pero mientras tanto, asoma también una nueva tendencia para los que lograron cerrar operaciones: los propietarios argentinos tímidamente acaban de estrenar aquí una nueva temporada: la que los tiene ahora a ellos como fugaces «amos y señores» del terruño esteño.
«Comenzaron a llegar este fin de semana, se quedan hasta después de Navidad, cuando entregan sus casas y departamentos en alquiler, y con eso pagan las expensas de todo el año», cuenta Patricia Gancedo, de la inmobiliaria que lleva su nombre.
Describe a estos «adelantados» en su estilo de vida diferenciado: «Hacen vida tranquila, disfrutan a pleno de la naturaleza esteña sin estridencias y los ves haciendo las compras en la Tienda Inglesa».
«Es gente que detesta el estar todos juntos en un mismo metro cuadrado, que no sale tanto a exhibirse o a comer afuera y que aprovecha la buena tajada que sacan por el alquiler de sus propiedades en Año Nuevo», agrega Miguel Schapire, uno de los fundadores de Destino Punta del Este y conocedor como pocos de esa nueva casta.
Expectativa
Si bien a la fecha el número de operaciones inmobiliarias se sitúa por debajo de los niveles registrados del año pasado, todos aquí esperan una muy buena temporada.
«Es verdad que cerrar operaciones fue y está siendo mucho más trabajoso. Pero en José Ignacio, por ejemplo, para la primera quincena de enero ya está todo prácticamente alquilado. Quizá lo que no se va a ver este verano es familias europeas. Pero, por lo demás, la temporada se perfila como muy similar a la del año pasado», analizó Ignacio Ruibal, de la inmobiliaria homónima.
Y explicó: «Como siempre pasa aquí, la preocupación está focalizada en La Mansa, Solanas y en la Punta donde, por la coyuntura económica, resulta difícil atraer a la clase media como sucedía durante el boom del consumo. Y eso se agrava de cara a la temporada frente a una muy posible depreciación del peso justo cuando la plaza se inunda de moneda argentina. Esa es la condición que vuelve más restrictivo el balneario para los sectores de ingresos medios».
Hasta ayer no había un criterio unificado en los comercios sobre si durante la temporada 2012 aceptarán al peso argentino. En rigor, muy pocos lugares, como en la pizzería Tutta, en José Ignacio, que este fin de semana luce colmada de argentinos, la moneda argentina era bienvenida. En el resto de los comercios, circulaban los dólares a la par de los pesos uruguayos..
PUNTA DEL ESTE.- Uruguay enamora a la clase media acomodada argentina y eso quedó claro este último fin de semana largo del año, en el que el balneario recuperó su antigua marca en el orillo: la de ser un bastión bien argentino, inmune a cualquier restricción de índole cambiaria u económica.
Ferrys y aviones, casas y hoteles, playas ventosas como las de ayer, incluidas las cuatro horas de cola en el puente de Fray Bentos el día anterior… Prácticamente todo tiene ahora un protagonismo argentino indiscutido.
Esa avanzada, en realidad, no es nueva. Se viene reeditando de forma ininterrumpida en los últimos tres fines de semana largos, en un balneario encarecido por lo menos un 15 por ciento en dólares en comparación con el año anterior.
Por eso, los operadores turísticos bendicen aquí a la administración kirchnerista, que les regaló a los uruguayos los feriados puente y, con ellos, les aseguró una nueva vía de ingresos que rompe con la estacionalidad del sector.
Pero la «bonanza» no se reparte de forma ecuánime por aquí: se concentra sólo en áreas premium , como el puerto y la Franja Este, que va desde La Brava hasta José Ignacio, e incluso, aún más al Este, en el departamento de Rocha.
Así la ocupación de la geografía esteña se dibuja bien raleada, con ausencia de argentinos en las áreas menos gravitantes o glamorosas.
Pero tampoco esa «bonanza» se perfila hoy como ilimitada o tolerante a la constante suba de precios, hace tiempo empujada por la extranjerización del balneario y la alegría brasileña en Reveillón , la semana que va de Navidad a Año Nuevo.
Por eso ahora, al filo del comienzo de la temporada estival, los alquileres que no se cerraron en agosto y septiembre se pelean con un revalúo de precios.
Nueva casta
Pero mientras tanto, asoma también una nueva tendencia para los que lograron cerrar operaciones: los propietarios argentinos tímidamente acaban de estrenar aquí una nueva temporada: la que los tiene ahora a ellos como fugaces «amos y señores» del terruño esteño.
«Comenzaron a llegar este fin de semana, se quedan hasta después de Navidad, cuando entregan sus casas y departamentos en alquiler, y con eso pagan las expensas de todo el año», cuenta Patricia Gancedo, de la inmobiliaria que lleva su nombre.
Describe a estos «adelantados» en su estilo de vida diferenciado: «Hacen vida tranquila, disfrutan a pleno de la naturaleza esteña sin estridencias y los ves haciendo las compras en la Tienda Inglesa».
«Es gente que detesta el estar todos juntos en un mismo metro cuadrado, que no sale tanto a exhibirse o a comer afuera y que aprovecha la buena tajada que sacan por el alquiler de sus propiedades en Año Nuevo», agrega Miguel Schapire, uno de los fundadores de Destino Punta del Este y conocedor como pocos de esa nueva casta.
Expectativa
Si bien a la fecha el número de operaciones inmobiliarias se sitúa por debajo de los niveles registrados del año pasado, todos aquí esperan una muy buena temporada.
«Es verdad que cerrar operaciones fue y está siendo mucho más trabajoso. Pero en José Ignacio, por ejemplo, para la primera quincena de enero ya está todo prácticamente alquilado. Quizá lo que no se va a ver este verano es familias europeas. Pero, por lo demás, la temporada se perfila como muy similar a la del año pasado», analizó Ignacio Ruibal, de la inmobiliaria homónima.
Y explicó: «Como siempre pasa aquí, la preocupación está focalizada en La Mansa, Solanas y en la Punta donde, por la coyuntura económica, resulta difícil atraer a la clase media como sucedía durante el boom del consumo. Y eso se agrava de cara a la temporada frente a una muy posible depreciación del peso justo cuando la plaza se inunda de moneda argentina. Esa es la condición que vuelve más restrictivo el balneario para los sectores de ingresos medios».
Hasta ayer no había un criterio unificado en los comercios sobre si durante la temporada 2012 aceptarán al peso argentino. En rigor, muy pocos lugares, como en la pizzería Tutta, en José Ignacio, que este fin de semana luce colmada de argentinos, la moneda argentina era bienvenida. En el resto de los comercios, circulaban los dólares a la par de los pesos uruguayos..