Las empresas argentinas que quieran participar de licitaciones de obras públicas en Brasil accederán a un mecanismo que les garantizará igualdad de condiciones frente a sus pares locales. Una delegación del gobierno de Dilma Rousseff se comprometió ayer a informar la semana próxima los detalles de esta vía.
Este fue uno de los principales resultados de la reunión que mantuvieron ayer la ministra de Industria, Débora Giorgi, y su par de Brasil, Fernando Pimentel, en el Palacio San Martín. Se trató del primer encuentro del denominado Mecanismo de Integración Productiva (MIP) bilateral y en la agenda también se abordaron temas relativos al financiamiento de cadenas productivas y a la mayor integración regional en la fabricación de automóviles.
Del encuentro participaron, además, el embajador argentino en Brasil, Luis María Kreckler, el subsecretario de Financiamiento del Ministerio de Economía, Adrián Cosentino, y el secretario de Industria, Eduardo Bianchi.
La delegación oficial del gobierno brasileño se completa con el embajador en la Argentina, Enio Cordeiro, la secretaria de Comercio Exterior, Tatiana Prazeres, y el secretario de Industria, Alessandro Teixeira. Pimentel, que atraviesa duras acusaciones por sospechas de corrupción en su país, retornó ayer a la tarde, poco antes de que Rousseff arribara al país para participar de la reasunción de Cristina Kirchner.
«La delegación brasileña se comprometió a informar en el transcurso de la próxima semana acerca del modo por el cual se podrá instrumentar el acceso de proveedores argentinos a su sistema de compras públicas», se informó en un comunicado conjunto. Según el diario Valor Econômico, Rousseff se reunió anteayer con Pimentel y con el presidente del banco de desarrollo brasileño (Bndes), Luciano Coutinho, para evaluar «alternativas para permitir mayor financiación para las empresas argentinas». Como el Bndes no puede financiar empresas extranjeras, el gobierno brasileño estaría dispuesto a crear facilidades para que las empresas argentinas participen en licitaciones de los sectores de petróleo, gas y energía eólica, según el periódico paulista.
El tema adquiere mayor relevancia por la cantidad de obras que necesitará Brasil de cara a las celebraciones del Mundial de fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.
Otro tema abordado por los ministros fue la necesidad de «redireccionar el comercio» hacia el interior del Mercosur. Giorgi le presentó a su par brasileño una carpeta en la cual detalla que Brasil importa de todo el mundo manufacturas de origen industrial por US$ 37.000 millones, pero de ellas sólo US$ 6000 millones provienen de la Argentina. «Tenemos oferta en marcha y podemos quintuplicar la venta en Brasil», comentó un funcionario argentino.
Asimismo, hubo un acuerdo para avanzar «hacia un régimen automotriz bilateral basado en una mayor exigencia de contenido regional de autopartes y piezas que privilegie la agregación de valor y el desarrollo de proveedores nacionales con mayor contenido tecnológico», detalló el comunicado. En particular, exigirán a las multinacionales que contribuyan al desarrollo de proveedores locales..
Este fue uno de los principales resultados de la reunión que mantuvieron ayer la ministra de Industria, Débora Giorgi, y su par de Brasil, Fernando Pimentel, en el Palacio San Martín. Se trató del primer encuentro del denominado Mecanismo de Integración Productiva (MIP) bilateral y en la agenda también se abordaron temas relativos al financiamiento de cadenas productivas y a la mayor integración regional en la fabricación de automóviles.
Del encuentro participaron, además, el embajador argentino en Brasil, Luis María Kreckler, el subsecretario de Financiamiento del Ministerio de Economía, Adrián Cosentino, y el secretario de Industria, Eduardo Bianchi.
La delegación oficial del gobierno brasileño se completa con el embajador en la Argentina, Enio Cordeiro, la secretaria de Comercio Exterior, Tatiana Prazeres, y el secretario de Industria, Alessandro Teixeira. Pimentel, que atraviesa duras acusaciones por sospechas de corrupción en su país, retornó ayer a la tarde, poco antes de que Rousseff arribara al país para participar de la reasunción de Cristina Kirchner.
«La delegación brasileña se comprometió a informar en el transcurso de la próxima semana acerca del modo por el cual se podrá instrumentar el acceso de proveedores argentinos a su sistema de compras públicas», se informó en un comunicado conjunto. Según el diario Valor Econômico, Rousseff se reunió anteayer con Pimentel y con el presidente del banco de desarrollo brasileño (Bndes), Luciano Coutinho, para evaluar «alternativas para permitir mayor financiación para las empresas argentinas». Como el Bndes no puede financiar empresas extranjeras, el gobierno brasileño estaría dispuesto a crear facilidades para que las empresas argentinas participen en licitaciones de los sectores de petróleo, gas y energía eólica, según el periódico paulista.
El tema adquiere mayor relevancia por la cantidad de obras que necesitará Brasil de cara a las celebraciones del Mundial de fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.
Otro tema abordado por los ministros fue la necesidad de «redireccionar el comercio» hacia el interior del Mercosur. Giorgi le presentó a su par brasileño una carpeta en la cual detalla que Brasil importa de todo el mundo manufacturas de origen industrial por US$ 37.000 millones, pero de ellas sólo US$ 6000 millones provienen de la Argentina. «Tenemos oferta en marcha y podemos quintuplicar la venta en Brasil», comentó un funcionario argentino.
Asimismo, hubo un acuerdo para avanzar «hacia un régimen automotriz bilateral basado en una mayor exigencia de contenido regional de autopartes y piezas que privilegie la agregación de valor y el desarrollo de proveedores nacionales con mayor contenido tecnológico», detalló el comunicado. En particular, exigirán a las multinacionales que contribuyan al desarrollo de proveedores locales..