Martín Dedeu, presidente de la Cámara Argentina de Empresas Mineras. Foto: Marcelo Gómez
Las empresas mineras afirman que necesitan estabilidad jurídica para aumentar sus inversiones, juran que la presión tributaria que sufren es la más alta de la región y denuncian que en nombre del medio ambiente se intenta «sofocar» al sector.
En una entrevista con LA NACION, el nuevo presidente de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), Martín Dedeu, dijo que las firmas del sector están más pendientes del cambio de reglas que pueda decidir el Gobierno, que del nuevo sistema que las obliga a liquidar todas sus divisas en el país.
El cambio -antes debían liquidar el 70% de las divisas y ahora el 100%- implicará ingresos extra para el fisco por unos US$ 1350 millones, según cifras del sector.
-¿Qué opina de la estabilidad jurídica para el sector?
-Lo que es preocupante es cuando hay medidas que son disuasivas de la inversión. Cuanto mayor sea la estabilidad, mayor será el entusiasmo de las empresas por invertir en el país.
-¿Y qué medidas pueden afectar este equilibrio?
-No quiero abrir el paraguas…
-¿Pero su temor es por medidas adoptadas o por adoptar?
-Para dar un ejemplo, la baja de los subsidios parece una decisión razonable para ir a una economía previsible, aun cuando pueda afectar nuestros bolsillos en forma individual. Lo que no es sano son las sorpresas, y el diálogo es la mejor forma de no equivocarse.
-¿Qué opina del nuevo sistema de liquidación de divisas en el país para las mineras?
-En la cámara, algunas empresas están pensando en hacer algún tipo de acción, pero la cámara no es un actor legítimo para hacerlas. Cada una seguirá el camino que atienda mejor sus intereses. Sin embargo, hay que decir que la minería requiere inversiones muy importantes que no pueden ser sostenidas sólo con el patrimonio de las propias empresas, sino que requieren financiamiento de grandes consorcios del exterior y el repago de esos créditos está atado a lo producido por las exportaciones. Mucho más importante que el tema de la liquidación de divisas es lo que puede venir.
-¿A qué apunta?
-A la utilización maniquea de conceptos que no tienen nada que ver con la realidad; hay quienes, en defensa del medio ambiente, tienen posiciones muy respetables. Pero muchos otros tienen un grado de fanatismo tal que me hacen acordar a la Inquisición. La demonización no es sana. Me preocupa la campaña destinada a sofocar a la minería.
-¿Le preocupa más eso que el aumento impositivo?
-Absolutamente, aunque hay que aclarar que la presión impositiva para el sector no es baja. Es algo negativo no sólo para la empresa, sino para el país; cualquier actividad debe estar sujeta al cuidado del medio ambiente, pero hay que separar la realidad de la mentira y ser coherentes. No me parecen respetables los que atacan la minería, pero usufructúan de sus beneficios y me parece criminal apelar al temor de los sectores sociales, cuando un grupo sin rigor científico señala que la población será envenenada con cianuro, cuando esta sustancia se usa en muchísimas industrias.
-¿Qué opina de la falta de aplicación completa de la ley nacional de glaciares por el pedido de San Juan en la Justicia?
-Las leyes están para ser aplicadas, pero hay resortes jurídicos que limitan algunas leyes que no están dictadas dentro de la legalidad. La provincia de San Juan tiene su propia ley de glaciares y la propiedad del suelo es de cada provincia.
-¿Por qué existe la percepción de que pagan bajos impuestos nacionales y provinciales?
-Es equivocada; las empresas mineras pagan un canon en función del territorio que ocupan y la regalía es un pago que se paga a la provincia, pero antes de la ley de inversiones mineras, había situaciones no queribles, como el pago en especies, con minerales que las provincias terminaban vendiendo mal.
-¿Qué opina de la causa contra el Gobierno por el convenio con Chile, que, según afirman, beneficia en términos impositivos a la empresa Barrick por el proyecto de Pascua Lama?
-Hubo una discusión con Chile para determinar dónde había que cobrar los impuestos. No conozco que haya un acuerdo secreto, ni ninguna norma que pueda ser atacada como un beneficio desmesurado..
Las empresas mineras afirman que necesitan estabilidad jurídica para aumentar sus inversiones, juran que la presión tributaria que sufren es la más alta de la región y denuncian que en nombre del medio ambiente se intenta «sofocar» al sector.
En una entrevista con LA NACION, el nuevo presidente de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), Martín Dedeu, dijo que las firmas del sector están más pendientes del cambio de reglas que pueda decidir el Gobierno, que del nuevo sistema que las obliga a liquidar todas sus divisas en el país.
El cambio -antes debían liquidar el 70% de las divisas y ahora el 100%- implicará ingresos extra para el fisco por unos US$ 1350 millones, según cifras del sector.
-¿Qué opina de la estabilidad jurídica para el sector?
-Lo que es preocupante es cuando hay medidas que son disuasivas de la inversión. Cuanto mayor sea la estabilidad, mayor será el entusiasmo de las empresas por invertir en el país.
-¿Y qué medidas pueden afectar este equilibrio?
-No quiero abrir el paraguas…
-¿Pero su temor es por medidas adoptadas o por adoptar?
-Para dar un ejemplo, la baja de los subsidios parece una decisión razonable para ir a una economía previsible, aun cuando pueda afectar nuestros bolsillos en forma individual. Lo que no es sano son las sorpresas, y el diálogo es la mejor forma de no equivocarse.
-¿Qué opina del nuevo sistema de liquidación de divisas en el país para las mineras?
-En la cámara, algunas empresas están pensando en hacer algún tipo de acción, pero la cámara no es un actor legítimo para hacerlas. Cada una seguirá el camino que atienda mejor sus intereses. Sin embargo, hay que decir que la minería requiere inversiones muy importantes que no pueden ser sostenidas sólo con el patrimonio de las propias empresas, sino que requieren financiamiento de grandes consorcios del exterior y el repago de esos créditos está atado a lo producido por las exportaciones. Mucho más importante que el tema de la liquidación de divisas es lo que puede venir.
-¿A qué apunta?
-A la utilización maniquea de conceptos que no tienen nada que ver con la realidad; hay quienes, en defensa del medio ambiente, tienen posiciones muy respetables. Pero muchos otros tienen un grado de fanatismo tal que me hacen acordar a la Inquisición. La demonización no es sana. Me preocupa la campaña destinada a sofocar a la minería.
-¿Le preocupa más eso que el aumento impositivo?
-Absolutamente, aunque hay que aclarar que la presión impositiva para el sector no es baja. Es algo negativo no sólo para la empresa, sino para el país; cualquier actividad debe estar sujeta al cuidado del medio ambiente, pero hay que separar la realidad de la mentira y ser coherentes. No me parecen respetables los que atacan la minería, pero usufructúan de sus beneficios y me parece criminal apelar al temor de los sectores sociales, cuando un grupo sin rigor científico señala que la población será envenenada con cianuro, cuando esta sustancia se usa en muchísimas industrias.
-¿Qué opina de la falta de aplicación completa de la ley nacional de glaciares por el pedido de San Juan en la Justicia?
-Las leyes están para ser aplicadas, pero hay resortes jurídicos que limitan algunas leyes que no están dictadas dentro de la legalidad. La provincia de San Juan tiene su propia ley de glaciares y la propiedad del suelo es de cada provincia.
-¿Por qué existe la percepción de que pagan bajos impuestos nacionales y provinciales?
-Es equivocada; las empresas mineras pagan un canon en función del territorio que ocupan y la regalía es un pago que se paga a la provincia, pero antes de la ley de inversiones mineras, había situaciones no queribles, como el pago en especies, con minerales que las provincias terminaban vendiendo mal.
-¿Qué opina de la causa contra el Gobierno por el convenio con Chile, que, según afirman, beneficia en términos impositivos a la empresa Barrick por el proyecto de Pascua Lama?
-Hubo una discusión con Chile para determinar dónde había que cobrar los impuestos. No conozco que haya un acuerdo secreto, ni ninguna norma que pueda ser atacada como un beneficio desmesurado..