La cúpula de la Unión Industrial Argentina manifestó una fuerte preocupación por la elección de Guillermo Moreno como el coordinador y mandamás de la política económica.
Hubo rechazos unánimes a lo que se calificó como radicalización en la intervención estatal y se advirtió que las formas del “supersecretario” generarán “discrecionalidad” en el manejo de la economía e inseguridad en los negocios privados . La central empresaria advirtió que los frenos sin normas claras a las importaciones afectará en forma adicional el actual nivel de actividad, que comenzó a amesetarse desde que Moreno estableció en noviembre controles en el mercado cambiario.
Las duras críticas fueron privadas, en una cumbre secreta que reunió a todos los directivos de la central fabril: Ignacio de Mendiguren, Federico Nicholson, Cristiano Rattazzi, Juan Sacco, Luis Betnaza, Miguel Acevedo, Miguel Saiegh, Adrián Kauffman y Luis Sáenz Peña.
La reunión se realizó el miércoles, en el domicilio particular del jefe de la UIA. Todos juraron máxima discreción, para evitarse dolores de cabeza, en especial por la posible reacción de Moreno.
Clarín reconstruyó el encuentro y confirmó que durante el mismo se comentó que hay varios ministros del área económica molestos por los superpoderes y la fuerte irrupción de Moreno.
En la lista estaba Débora Giorgi, Mercedes Marcó del Pont y el desdibujado Hernán Lorenzino.
También trascendió que Moreno, en diversas oportunidades, había descalificado a la ministra de Industria y que en encuentros con líderes empresarios dijo: “Acá se acabó la joda con las licencias no automáticas.
Esto va a dejar de ser una caja “.
El encuentro secreto de los empresarios fue convocado para evaluar la estrategia política que seguirá la UIA. Su inicio tuvo una leve demora porque en la mañana del miércoles hubo una imprevista reunión entre De Mendiguren y Hugo Moyano .
El jefe de la UIA le trasmitió al líder sindical la relevancia de preservar el espacio de diálogo con el Gobierno para enfrentar en forma conjunta los efectos de la crisis internacional.
Moyano no prometió nada y anticipó su enojo con los desplantes de la Presidenta.
En el inicio del encuentro de directivos de la UIA se apoyó la gestión que llevó adelante Ignacio de Mendiguren y la reapertura del diálogo con la Presidenta. Betnaza calificó como positivo que los empresarios sean interlocutores de la Casa Rosada y Sáenz Peña propuso un aplauso para la gestión política del titular de la UIA. Pero el debate fue intenso después de que varios hombres de negocios contaran sus primeras experiencias con el supersecretario de Comercio y su delfín, Beatriz Paglieri. Ratazzi dijo que la señora había demostrado buena voluntad para resolver problemas, pero fue Jorge Sorabilla quien planteó dudas sobre los métodos de la dupla . Esa mención abrió un canal de sinceramiento entre los hombres de negocios. Hubo una coincidencia unánime. La cúpula fabril dijo que era imposible hacer proyecciones de inversión si no existen normas claras sobre cómo se va a manejar el comercio exterior.
También se criticó la “discrecionalidad” que utiliza Moreno, ya que usa un arma política contra los hombres de negocios: la exigencia de una alineación total con el pensamiento del Gobierno para obtener los beneficios que otorga el superfuncionario. Ese apriete político ya lo vivieron en carne propia hasta los banqueros cercanos al oficialismo como Jorge Brito, Arturo Piano, Enrique Cristofani y Juan Bruchou. En su momento, a ellos Moreno les gritó: “Los voy a meter presos”, para obligarlos a contener al dólar.
Por el decreto 2085, que cambió la Ley de Ministerios, Moreno logró un caudal de poder inusual: les sacó después de 20 años el manejo del comercio exterior y las negociaciones económicas internacionales a la Cancillería. Para eso aprovechó el fracaso de la diplomacia y la pasmosa inactividad de Héctor Timerman.
También tiene el control de todos los acuerdos bilaterales trascendentes, incluso con Brasil . Ahora Moreno quiere embestir contra Brasilia, porque dice que a causa del déficit bilateral se esfuman 5.000 millones de dólares.
Pero en la reunión de UIA advirtieron que los métodos de Moreno pueden paralizar aún más la actividad fabril.
Esto mismo lo conversaron Miguel Bein y Florencio Randazzo, en una comida que compartieron para hablar de los números reales de la economía.
La mayoría en la UIA coincide en lo siguiente: El freno a las importaciones de Moreno le agregará una dosis mayor de inactividad a la economía local.
La crisis internacional ya enfrió la producción local.
Desde el control de cambios, en los últimos 50 días, la producción está en una meseta .
Moreno sólo actúa sobre los efectos del problema y no sobre la causa de la baja en el ingreso de dólares.
El aumento de costos – inflación– y el dólar quieto generan la fuga de capitales y los desequilibrios en la balanza de pagos.
Ayer, el Banco Central alertó sobre los efectos de la tasa alta de interés. Mercedes Marcó del Pont se reunió con banqueros y les exigió que bajen las tasas. “Ya no hay motivos para tener tan altos los rendimientos”, dijo Marcó del Pont. Los banqueros piensan que una baja en la tasa puede volver a recalentar el dólar.
El tema lo siguen de cerca los industriales, que pretenden llevar una propuesta a la Presidenta.
El miércoles, la cúpula fabril le encargó a la dupla Miguel Acevedo y Miguel Saiegh la redacción de un documento: tendrá medidas alternativas para enfrentar la crisis e intentar no detener el crecimiento.
Copyright Clarín, 2011.
Hubo rechazos unánimes a lo que se calificó como radicalización en la intervención estatal y se advirtió que las formas del “supersecretario” generarán “discrecionalidad” en el manejo de la economía e inseguridad en los negocios privados . La central empresaria advirtió que los frenos sin normas claras a las importaciones afectará en forma adicional el actual nivel de actividad, que comenzó a amesetarse desde que Moreno estableció en noviembre controles en el mercado cambiario.
Las duras críticas fueron privadas, en una cumbre secreta que reunió a todos los directivos de la central fabril: Ignacio de Mendiguren, Federico Nicholson, Cristiano Rattazzi, Juan Sacco, Luis Betnaza, Miguel Acevedo, Miguel Saiegh, Adrián Kauffman y Luis Sáenz Peña.
La reunión se realizó el miércoles, en el domicilio particular del jefe de la UIA. Todos juraron máxima discreción, para evitarse dolores de cabeza, en especial por la posible reacción de Moreno.
Clarín reconstruyó el encuentro y confirmó que durante el mismo se comentó que hay varios ministros del área económica molestos por los superpoderes y la fuerte irrupción de Moreno.
En la lista estaba Débora Giorgi, Mercedes Marcó del Pont y el desdibujado Hernán Lorenzino.
También trascendió que Moreno, en diversas oportunidades, había descalificado a la ministra de Industria y que en encuentros con líderes empresarios dijo: “Acá se acabó la joda con las licencias no automáticas.
Esto va a dejar de ser una caja “.
El encuentro secreto de los empresarios fue convocado para evaluar la estrategia política que seguirá la UIA. Su inicio tuvo una leve demora porque en la mañana del miércoles hubo una imprevista reunión entre De Mendiguren y Hugo Moyano .
El jefe de la UIA le trasmitió al líder sindical la relevancia de preservar el espacio de diálogo con el Gobierno para enfrentar en forma conjunta los efectos de la crisis internacional.
Moyano no prometió nada y anticipó su enojo con los desplantes de la Presidenta.
En el inicio del encuentro de directivos de la UIA se apoyó la gestión que llevó adelante Ignacio de Mendiguren y la reapertura del diálogo con la Presidenta. Betnaza calificó como positivo que los empresarios sean interlocutores de la Casa Rosada y Sáenz Peña propuso un aplauso para la gestión política del titular de la UIA. Pero el debate fue intenso después de que varios hombres de negocios contaran sus primeras experiencias con el supersecretario de Comercio y su delfín, Beatriz Paglieri. Ratazzi dijo que la señora había demostrado buena voluntad para resolver problemas, pero fue Jorge Sorabilla quien planteó dudas sobre los métodos de la dupla . Esa mención abrió un canal de sinceramiento entre los hombres de negocios. Hubo una coincidencia unánime. La cúpula fabril dijo que era imposible hacer proyecciones de inversión si no existen normas claras sobre cómo se va a manejar el comercio exterior.
También se criticó la “discrecionalidad” que utiliza Moreno, ya que usa un arma política contra los hombres de negocios: la exigencia de una alineación total con el pensamiento del Gobierno para obtener los beneficios que otorga el superfuncionario. Ese apriete político ya lo vivieron en carne propia hasta los banqueros cercanos al oficialismo como Jorge Brito, Arturo Piano, Enrique Cristofani y Juan Bruchou. En su momento, a ellos Moreno les gritó: “Los voy a meter presos”, para obligarlos a contener al dólar.
Por el decreto 2085, que cambió la Ley de Ministerios, Moreno logró un caudal de poder inusual: les sacó después de 20 años el manejo del comercio exterior y las negociaciones económicas internacionales a la Cancillería. Para eso aprovechó el fracaso de la diplomacia y la pasmosa inactividad de Héctor Timerman.
También tiene el control de todos los acuerdos bilaterales trascendentes, incluso con Brasil . Ahora Moreno quiere embestir contra Brasilia, porque dice que a causa del déficit bilateral se esfuman 5.000 millones de dólares.
Pero en la reunión de UIA advirtieron que los métodos de Moreno pueden paralizar aún más la actividad fabril.
Esto mismo lo conversaron Miguel Bein y Florencio Randazzo, en una comida que compartieron para hablar de los números reales de la economía.
La mayoría en la UIA coincide en lo siguiente: El freno a las importaciones de Moreno le agregará una dosis mayor de inactividad a la economía local.
La crisis internacional ya enfrió la producción local.
Desde el control de cambios, en los últimos 50 días, la producción está en una meseta .
Moreno sólo actúa sobre los efectos del problema y no sobre la causa de la baja en el ingreso de dólares.
El aumento de costos – inflación– y el dólar quieto generan la fuga de capitales y los desequilibrios en la balanza de pagos.
Ayer, el Banco Central alertó sobre los efectos de la tasa alta de interés. Mercedes Marcó del Pont se reunió con banqueros y les exigió que bajen las tasas. “Ya no hay motivos para tener tan altos los rendimientos”, dijo Marcó del Pont. Los banqueros piensan que una baja en la tasa puede volver a recalentar el dólar.
El tema lo siguen de cerca los industriales, que pretenden llevar una propuesta a la Presidenta.
El miércoles, la cúpula fabril le encargó a la dupla Miguel Acevedo y Miguel Saiegh la redacción de un documento: tendrá medidas alternativas para enfrentar la crisis e intentar no detener el crecimiento.
Copyright Clarín, 2011.