Foto: Archivo
Más notas para entender este tema
Cavallo: «La gente hoy usa pesos porque la obligan»
Una frase que tuvo un alto costo fiscal
A diez años del colapso de la convertibilidad, el último ministro de Economía de Fernando de la Rúa, Domingo Cavallo, y el primero de Eduardo Duhalde, Jorge Remes Lenicov, mantienen visiones totalmente contrapuestas.
Para Cavallo, la salida de la crisis de 2001 hubiera pasado por una reestructuración ordenada de la deuda, pero, dijo, no fue posible porque conspiraron para hacer un «golpe institucional las provincias y grandes empresas endeudadas, con un guiño del FMI».
Para el creador de la convertibilidad, lo peor de todo fue la pesificación, que significó «reinstaurar el monstruo de la inflación». Insistió en que fue por eso «que el dólar subió a cuatro pesos. ¿Cómo puede ser eso una solución? Ese fue el colapso, se hizo colapsar el sistema financiero argentino, se bajaron los salarios y particularmente el de los más pobres, y las jubilaciones se destrozaron».
En cambio, Remes Lenicov explicó: «No había alternativa menos costosa que las políticas que tomamos». El ex ministro detalló que «la crisis siempre tiene costo y la pregunta es cuál era la alternativa menos costosa; veníamos de tres años de depresión y no podíamos perder la moneda del país dolarizando, como algunos querían». Y agregó: «¿Cómo salíamos de la depresión con deudas que triplicaban su valor», se preguntó. Y subrayó que «no hubo licuación alguna», aunque claro, hablando en términos de pesos.
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Cavallo destacó que «lo del corralito es una anécdota, en cualquier país cuando todo el mundo quiere sacar billetes de los bancos alguna restricción hay que poner. Pero se podía pagar con transferencias. La economía podría haber funcionado perfectamente así durante dos o tres meses. Lo que destruyó el sistema financiero fue el corralón [que hicieron Duhalde y Remes], al que le pusieron ese nombre para decir que era una consecuencia del corralito».
Remes Lenicov fue bastante crítico de varios grandes sectores que, según recordó, no sólo no apoyaron en su momento al gobierno del que formó parte, sino que presionaron para que se dictaran políticas según sus propios intereses.
En la lista incluyó al FMI y al Grupo de los 7, «que en esencia querían la hiperinflación y la caída del gobierno»; las empresas privatizadas, «que fueron durísimas pese a mantener su rentabilidad»; los bancos, «que preferían la dolarización o seguir con la convertibilidad» y los sectores agrícola y petrolero, contrarios a las retenciones. «Mejor comportamiento tuvieron la mayor parte de los gobernadores y la CGT.»
Sobre la relación con el FMI afirmó que hubo diálogo pero se le informaban las medidas a tomar y que el Gobierno sabía que no se haría lo que el organismo pidiera. «Ellos no querían un acuerdo, sino medidas contradictorias, que no nos iban a ayudar a salir de la crisis», afirmó.
Allí aparecieron dos coincidencias con Cavallo. El creador de la convertibilidad afirmó que en la supuesta conspiración para voltear la convertibilidad y a De la Rúa figuraba el Fondo. Pero también culpó a Duhalde y al actual presidente de la UIA, José Ignacio de Mendiguren.
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Remes admitió el «buen comportamiento» de los gobernadores, a los que Cavallo acusó de haber empujado la devaluación y la pesificación para licuar sus deudas. Remes Lenicov, precisó que la existencia de 490.000 deudas hipotecarias y de seis millones de deudores personales, todos en dólares, hacían imprescindible la pesificación.
Según evaluó, las políticas entonces implementadas y continuadas después lograron sus objetivos, al evitar una hiperinflación y dar las bases para la reactivación gracias al cambio de precios relativos.
En cambio, según Cavallo, «la Argentina no tuvo la unidad política ni la inteligencia que se necesitaba para encontrar soluciones a la crisis sin destruir toda la base económica institucional».
Sobre los Kirchner
Remes Lenicov, que estuvo en el Ministerio de Economía entre enero y abril de 2002, apenas rozó con algún comentario a las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner. Con respecto al congelamiento de las tarifas, que subsistió prácticamente hasta la actualidad, afirmó que el esquema previsto en 2002 era dar continuidad al análisis del tema en una comisión creada para la discusión de los costos, para ir tomando decisiones de ajustes, en diálogo con las empresas. «Acumular problemas para el futuro es peor», deslizó al responder una pregunta sobre el tema.
Cavallo tampoco abundó en comentarios sobre la actualidad. Aunque sí disparó: «Hay que tener mucho cuidado con el relato sobre la Historia», destacó, y especificó que «ahora el Gobierno hace un relato de lo que fue la historia argentina en el que muy poca gente cree, pero que lo apuntala con toda una presión mediática e incluso con un intento de monopolizar y controlar todos los medios para que haya una única voz».
Y también aseguró que hoy la gente quiere manejarse en dólares porque «la inflación infecta la economía».
Los ex funcionarios disertaron en el seminario «A diez años del colapso de la convertibilidad», organizado por el Centro de Investigaciones Políticas (Cipol). Ninguno vio la presentación del otro. Cavallo incluso envió un video con su alocución, ya que dijo haber tenido «inconvenientes de último momento»»Me equivoqué, creí que lograría apoyo para reestructurar la deuda»
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A diez años del colapso de la convertibilidad, el último ministro de Economía de Fernando de la Rúa, Domingo Cavallo, y el primero de Eduardo Duhalde, Jorge Remes Lenicov, mantienen visiones totalmente contrapuestas.
Para Cavallo, la salida de la crisis de 2001 hubiera pasado por una reestructuración ordenada de la deuda, pero, dijo, no fue posible porque conspiraron para hacer un «golpe institucional las provincias y grandes empresas endeudadas, con un guiño del FMI».
Para el creador de la convertibilidad, lo peor de todo fue la pesificación, que significó «reinstaurar el monstruo de la inflación». Insistió en que fue por eso «que el dólar subió a cuatro pesos. ¿Cómo puede ser eso una solución? Ese fue el colapso, se hizo colapsar el sistema financiero argentino, se bajaron los salarios y particularmente el de los más pobres, y las jubilaciones se destrozaron».
En cambio, Remes Lenicov explicó: «No había alternativa menos costosa que las políticas que tomamos». El ex ministro detalló que «la crisis siempre tiene costo y la pregunta es cuál era la alternativa menos costosa; veníamos de tres años de depresión y no podíamos perder la moneda del país dolarizando, como algunos querían». Y agregó: «¿Cómo salíamos de la depresión con deudas que triplicaban su valor», se preguntó. Y subrayó que «no hubo licuación alguna», aunque claro, hablando en términos de pesos.
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Cavallo destacó que «lo del corralito es una anécdota, en cualquier país cuando todo el mundo quiere sacar billetes de los bancos alguna restricción hay que poner. Pero se podía pagar con transferencias. La economía podría haber funcionado perfectamente así durante dos o tres meses. Lo que destruyó el sistema financiero fue el corralón [que hicieron Duhalde y Remes], al que le pusieron ese nombre para decir que era una consecuencia del corralito».
Remes Lenicov fue bastante crítico de varios grandes sectores que, según recordó, no sólo no apoyaron en su momento al gobierno del que formó parte, sino que presionaron para que se dictaran políticas según sus propios intereses.
En la lista incluyó al FMI y al Grupo de los 7, «que en esencia querían la hiperinflación y la caída del gobierno»; las empresas privatizadas, «que fueron durísimas pese a mantener su rentabilidad»; los bancos, «que preferían la dolarización o seguir con la convertibilidad» y los sectores agrícola y petrolero, contrarios a las retenciones. «Mejor comportamiento tuvieron la mayor parte de los gobernadores y la CGT.»
Sobre la relación con el FMI afirmó que hubo diálogo pero se le informaban las medidas a tomar y que el Gobierno sabía que no se haría lo que el organismo pidiera. «Ellos no querían un acuerdo, sino medidas contradictorias, que no nos iban a ayudar a salir de la crisis», afirmó.
Allí aparecieron dos coincidencias con Cavallo. El creador de la convertibilidad afirmó que en la supuesta conspiración para voltear la convertibilidad y a De la Rúa figuraba el Fondo. Pero también culpó a Duhalde y al actual presidente de la UIA, José Ignacio de Mendiguren.
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Remes admitió el «buen comportamiento» de los gobernadores, a los que Cavallo acusó de haber empujado la devaluación y la pesificación para licuar sus deudas. Remes Lenicov, precisó que la existencia de 490.000 deudas hipotecarias y de seis millones de deudores personales, todos en dólares, hacían imprescindible la pesificación.
Según evaluó, las políticas entonces implementadas y continuadas después lograron sus objetivos, al evitar una hiperinflación y dar las bases para la reactivación gracias al cambio de precios relativos.
En cambio, según Cavallo, «la Argentina no tuvo la unidad política ni la inteligencia que se necesitaba para encontrar soluciones a la crisis sin destruir toda la base económica institucional».
Sobre los Kirchner
Remes Lenicov, que estuvo en el Ministerio de Economía entre enero y abril de 2002, apenas rozó con algún comentario a las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner. Con respecto al congelamiento de las tarifas, que subsistió prácticamente hasta la actualidad, afirmó que el esquema previsto en 2002 era dar continuidad al análisis del tema en una comisión creada para la discusión de los costos, para ir tomando decisiones de ajustes, en diálogo con las empresas. «Acumular problemas para el futuro es peor», deslizó al responder una pregunta sobre el tema.
Cavallo tampoco abundó en comentarios sobre la actualidad. Aunque sí disparó: «Hay que tener mucho cuidado con el relato sobre la Historia», destacó, y especificó que «ahora el Gobierno hace un relato de lo que fue la historia argentina en el que muy poca gente cree, pero que lo apuntala con toda una presión mediática e incluso con un intento de monopolizar y controlar todos los medios para que haya una única voz».
Y también aseguró que hoy la gente quiere manejarse en dólares porque «la inflación infecta la economía».
Los ex funcionarios disertaron en el seminario «A diez años del colapso de la convertibilidad», organizado por el Centro de Investigaciones Políticas (Cipol). Ninguno vio la presentación del otro. Cavallo incluso envió un video con su alocución, ya que dijo haber tenido «inconvenientes de último momento»»Me equivoqué, creí que lograría apoyo para reestructurar la deuda»
Ministro de Fernando de la Rúa
«No había alternativa menos costosa que las medidas que tomamos»
Ministro de Eduardo Duhalde .