Foto: LA NACION
LA PLATA.- El ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, recibió ayer a La Nacion en su despacho y dijo que está convencido de que la Auditoría de Asuntos Internos encontrará al máximo responsable de los incidentes entre infantes y militantes de La Cámpora ocurridos en la Legislatura durante la asunción del gobernador Daniel Scioli, ratificó al jefe de la policía, Hugo Matzkin, y aseguró que la puja política con su par nacional, Nilda Garré, no dañó el trabajo conjunto con las fuerzas nacionales.
-En materia delictiva, el área metropolitana es tal vez la más complicada. Es necesario articular políticas con el gobierno nacional y con el de la ciudad de Buenos Aires?
-Sí. Tenemos una articulación. Por ejemplo, el cuidado de puentes. Es una decisión que se ha tomado hace un mes. De un lado, Gendarmería, y del otro, la policía. Han mejorado muchísimo el control vehicular. Y la articulación con Gendarmería está más aceitada.
-¿Cómo afectan a esa relación las críticas de Garré?
-No la afectan. Espero que no. Hoy, por ejemplo, tuvimos una reunión con dos subsecretarios de la Nación. Yo lo dije hace 20 días o un mes en un medio: si las cosas no funcionaran, los perjudicados son los 16 millones de habitantes de la provincia. Esa es nuestra preocupación básica. No digo que nuestros objetivos estén cumplidos, porque en seguridad nada es suficiente.
-¿Hay una intención de juntarse con la ministra, de arreglar estas cuestiones?
-No. Es que evidentemente se ha instalado a un nivel que supera las relaciones personales.
-Cuando puso en funciones a los subsecretarios, luego de los incidentes, usted pronunció un discurso muy fuerte, dijo que la policía está para prevenir y combatir el delito, no para impedir la expresión política de la militancia?
-Dije lo que pienso que debe ser.
-Usted sabe que la policía se maneja corporativamente, que los mecanismos de relaciones en la fuerza son complicados, y una frase del estilo puede general alguna rispidez. En el autoacuartelamiento los policías se mostraron?
-No creo que al autoacuartelamiento haya sido en función de mi frase. Fue por un análisis muy de cuerpos solidarios sobre la convicción de que era una injusticia. Yo fui claro: ni extorsión ni presión. Los mecanismos institucionales hay que respetarlos. No es que es la primera vez que se desafectan policías. Es cosa de todos los días.
-¿En qué posición queda Matzkin?
-A Matzkin lo colocan los medios en esa posición. La verdad de la historia es que estaba invitado, en el público. Por eso tenía esa ropa. Si hubiera tenido la ropa azul, entonces sí hubiera significado que estaba al frente del operativo. Matzkin intervino cuando le avisaron que había un forcejeo. El se acerca. Habla con la gente. Invita a dos o a tres a mirar los palcos. Ven que estaba todo lleno y se fueron.
-¿Pero no se dañó el ascendiente del jefe de la policía sobre la fuerza? Los jefes siempre se muestran cercanos a la tropa, y ese día Matzkin asumió una posición política: los acompañó a ustedes a visitar a los militantes heridos. Los policías se sintieron abandonados. ¿Cómo va a resolver eso?
-Yo creo que no es así. Es un episodio puntual. De todas maneras, que quede claro: en un Estado de Derecho no hay liderazgo tribal. Si ése es el modelo de la conducción de la policía, el Estado de Derecho no avanzó nada. Lo que se necesitan son conducciones que ejecuten fielmente las políticas de seguridad fijadas. Estoy convencido de que Matzkin las puede llevar adelante. Matzkin ha demostrado ser un jefe policial muy eficiente. Sabe trabajar.
-Me imaginaba que la reestructuración de la policía tomaba en cuenta esta situación, para corregirla. Aún no se ha cambiado a la policía.
-Yo no quiero despreciar la apreciación, transformarla en mito. Sería devaluar la opinión. Pero desde que soy ministro hasta ahora ninguna orden ha sido desobedecida. Ninguna. Ninguna. Ayer, Baratta (Salvador, ex superintendente de la policía) quiso ser hipercrítico conmigo y sin embargo dijo una gran verdad: lo que dice Casal es la biblia para la policía, nadie se le opone. Lo dijo con una mirada crítica, lo leo y digo, puta, me elogio. Está reconociendo que el poder político es el que conduce.
-¿En qué estado está el sumario de Asuntos Internos contra los policías que participaron en el incidente con los militantes de La Cámpora?
-Terminaron de declarar hoy y la auditora ha librado oficios para obtener más pruebas. Hay que dejarlo avanzar. Nosotros fuimos muy explícitos. Ellos pedían garantías. Las garantías son: celeridad, que los dejemos aportar pruebas, y que no haya arbitrariedad.
-¿Considera que está atravesando una crisis?
-No hay dudas. Todo depende de cómo termine esto. Creo que si hay responsabilidades probadas en un debido proceso, se resolverá como la Justicia y asuntos internos decidan.
-¿Las intervenciones políticas no perjudican la investigación?
-El único consejo que le di a la auditora es que investigue libremente.
-¿La situación está todo bajo control?
-No. Si digo que tengo todo bajo control no me cree nadie.Si las cosas no funcionaran, los perjudicados son los 16.000.000 de habitantes de la provincia. Es ésa nuestra preocupación básica
LA PLATA.- El ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, recibió ayer a La Nacion en su despacho y dijo que está convencido de que la Auditoría de Asuntos Internos encontrará al máximo responsable de los incidentes entre infantes y militantes de La Cámpora ocurridos en la Legislatura durante la asunción del gobernador Daniel Scioli, ratificó al jefe de la policía, Hugo Matzkin, y aseguró que la puja política con su par nacional, Nilda Garré, no dañó el trabajo conjunto con las fuerzas nacionales.
-En materia delictiva, el área metropolitana es tal vez la más complicada. Es necesario articular políticas con el gobierno nacional y con el de la ciudad de Buenos Aires?
-Sí. Tenemos una articulación. Por ejemplo, el cuidado de puentes. Es una decisión que se ha tomado hace un mes. De un lado, Gendarmería, y del otro, la policía. Han mejorado muchísimo el control vehicular. Y la articulación con Gendarmería está más aceitada.
-¿Cómo afectan a esa relación las críticas de Garré?
-No la afectan. Espero que no. Hoy, por ejemplo, tuvimos una reunión con dos subsecretarios de la Nación. Yo lo dije hace 20 días o un mes en un medio: si las cosas no funcionaran, los perjudicados son los 16 millones de habitantes de la provincia. Esa es nuestra preocupación básica. No digo que nuestros objetivos estén cumplidos, porque en seguridad nada es suficiente.
-¿Hay una intención de juntarse con la ministra, de arreglar estas cuestiones?
-No. Es que evidentemente se ha instalado a un nivel que supera las relaciones personales.
-Cuando puso en funciones a los subsecretarios, luego de los incidentes, usted pronunció un discurso muy fuerte, dijo que la policía está para prevenir y combatir el delito, no para impedir la expresión política de la militancia?
-Dije lo que pienso que debe ser.
-Usted sabe que la policía se maneja corporativamente, que los mecanismos de relaciones en la fuerza son complicados, y una frase del estilo puede general alguna rispidez. En el autoacuartelamiento los policías se mostraron?
-No creo que al autoacuartelamiento haya sido en función de mi frase. Fue por un análisis muy de cuerpos solidarios sobre la convicción de que era una injusticia. Yo fui claro: ni extorsión ni presión. Los mecanismos institucionales hay que respetarlos. No es que es la primera vez que se desafectan policías. Es cosa de todos los días.
-¿En qué posición queda Matzkin?
-A Matzkin lo colocan los medios en esa posición. La verdad de la historia es que estaba invitado, en el público. Por eso tenía esa ropa. Si hubiera tenido la ropa azul, entonces sí hubiera significado que estaba al frente del operativo. Matzkin intervino cuando le avisaron que había un forcejeo. El se acerca. Habla con la gente. Invita a dos o a tres a mirar los palcos. Ven que estaba todo lleno y se fueron.
-¿Pero no se dañó el ascendiente del jefe de la policía sobre la fuerza? Los jefes siempre se muestran cercanos a la tropa, y ese día Matzkin asumió una posición política: los acompañó a ustedes a visitar a los militantes heridos. Los policías se sintieron abandonados. ¿Cómo va a resolver eso?
-Yo creo que no es así. Es un episodio puntual. De todas maneras, que quede claro: en un Estado de Derecho no hay liderazgo tribal. Si ése es el modelo de la conducción de la policía, el Estado de Derecho no avanzó nada. Lo que se necesitan son conducciones que ejecuten fielmente las políticas de seguridad fijadas. Estoy convencido de que Matzkin las puede llevar adelante. Matzkin ha demostrado ser un jefe policial muy eficiente. Sabe trabajar.
-Me imaginaba que la reestructuración de la policía tomaba en cuenta esta situación, para corregirla. Aún no se ha cambiado a la policía.
-Yo no quiero despreciar la apreciación, transformarla en mito. Sería devaluar la opinión. Pero desde que soy ministro hasta ahora ninguna orden ha sido desobedecida. Ninguna. Ninguna. Ayer, Baratta (Salvador, ex superintendente de la policía) quiso ser hipercrítico conmigo y sin embargo dijo una gran verdad: lo que dice Casal es la biblia para la policía, nadie se le opone. Lo dijo con una mirada crítica, lo leo y digo, puta, me elogio. Está reconociendo que el poder político es el que conduce.
-¿En qué estado está el sumario de Asuntos Internos contra los policías que participaron en el incidente con los militantes de La Cámpora?
-Terminaron de declarar hoy y la auditora ha librado oficios para obtener más pruebas. Hay que dejarlo avanzar. Nosotros fuimos muy explícitos. Ellos pedían garantías. Las garantías son: celeridad, que los dejemos aportar pruebas, y que no haya arbitrariedad.
-¿Considera que está atravesando una crisis?
-No hay dudas. Todo depende de cómo termine esto. Creo que si hay responsabilidades probadas en un debido proceso, se resolverá como la Justicia y asuntos internos decidan.
-¿Las intervenciones políticas no perjudican la investigación?
-El único consejo que le di a la auditora es que investigue libremente.
-¿La situación está todo bajo control?
-No. Si digo que tengo todo bajo control no me cree nadie.Si las cosas no funcionaran, los perjudicados son los 16.000.000 de habitantes de la provincia. Es ésa nuestra preocupación básica
«Si digo que tengo todo bajo control no me cree nadie»
«Matzkin ha demostrado ser un jefe policial muy eficiente. Sabe trabajar »
«Desde que soy ministro hasta ahora ninguna orden fue desobedecida. Ninguna]».
