Cómo gobernar con hegemonía

Por Emilio De Ipola
31/12/11 – 01:15
Alegría. La felicidad de la Presidenta el 10 de diciembre, cuando asumió su segundo mandato.
El apabullante triunfo electoral de CFK llamó a la reflexión, tanto a opositores como a adherentes y aun más a quienes habían mantenido hasta entonces una posición a medio camino entre la aprobación y la crítica. En cualquiera de esas opciones, una actitud realista y sobre todo honesta debía llevar a mejorar la opinión sobre la acción gubernamental, aun en aquellos que la habían desaprobado por completo.
Un fatuo empeño en desacreditar la opinión del 54% de los votantes y en desconocer la amplísima ventaja de Cristina sobre sus adversarios carecía de realismo y abundaba en vanidad. Lo único sensato era dar un primer voto de confianza al gobierno electo y esperar que el amplio poder de que ahora disponía diera lugar a una gestión eficaz y meritoria. Los fastos de una victoria electoral con escasos precedentes parecían prenunciar épocas venturosas.
Claro está, todo dependía del modo en que ese vasto poder legítimamente adquirido sería utilizado, en qué empresas económicas, en qué políticas sociales, en qué orientaciones culturales. Todo aconsejaba una actitud bien calculada y prudente, exenta de parsimonia pero también de prisa; una disposición activa pero no una avalancha de decisiones urgentemente impuestas.
Una tal disposición era requerida por nuevos aunque predecibles hechos acaecidos en el ámbito nacional e internacional. El más notorio se ha venido expresando a nivel cotidiano en la ya inocultable inflación, frente a la cual el Gobierno había optado hasta ahora por negarla o quitarle importancia. Esto llevó al Gobierno, renuente a llevar a cabo un programa de estabilización, a tomar medidas de ajuste respecto de los gastos, limitar los subsidios y poner freno la rutina de los incrementos salariales.
Conflicto oficialista. Desde la asunción de CFK, esta política generó el rechazo de la CGT y de su líder Hugo Moyano, lo que originó un conflicto de creciente virulencia en el seno de lo que se considera el oficialismo. Dejó de lado las desinteligencias políticas que se incrementaron desde la muerte de Néstor y adquirieron ribetes sin precedentes en la conformación de la lista de candidatos por parte de la Presidenta.
A esas inesperadas iniciativas conflictivas, cabe agregar la rápida e inesperada aprobación de una ley llamada “antiterrorista”, cuya jurisdicción alcanza a las publicaciones (y por tanto a la prensa) e infunde un matiz casi bélico al conflicto con Clarín y La Nación, como una suerte de nueva ofensiva tras la derrota en el caso “hijos de Noble Herrera”. Asediado por las tropelías de Sergio Schoklender y la hija de Hebe Bonafini (lo que compromete a esta última), el Gobierno opta por una política agresiva de la que no parece percibir los costos futuros. Más aun, extiende esa política al pasado para incluir toda la historia argentina en lo que llama su “relato”, original recreación de un tiempo argentino que debía culminar en este presente.
A pesar de todo, el Gobierno de Cristrina aun está a tiempo de recapacitar y rehacer el camino, así como de comprender que la política no es sólo acumulación y uso arbitrario del poder. Pero no hay indicio alguno de que esté dispuesto a hacer nada semejante.
*Profesor de la UBA.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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8 comentarios en «Cómo gobernar con hegemonía»

  1. Lo que es leer a un tipo interesante que la tiene clara respecto a lo que sucede en el tiempo y en el lugar que le toca vivir. de Ipola demuestra con esa nota que la teoría social no sólo sirve para llenar currículums con presencias en congresos y para la acumulación de sumisas burocracias dentro de estrictos campos discursivos.

    1. Diego: ¿me puede decir QUÉ es lo que este hombre muestra sobre ‘tenerla clara’ y hacer ‘algo más que llenar curriculums’?
      Porque, muchacho, reconocer que el triunfo de Cristina fue apabullante, amplísimo y legítimo -es decir, tener alguna idea de la realidad ‘real’-, si bien lo elevaría por sobre la mayoría de los escribidores de columnas, no significa tener dotes intelectuales especiales.
      Se necesita muy poco más que saber leer.
      Luego, este buen señor habla de:
      1. ‘Lo más importante’ en materia económica: inflación y programa de estabilización.
      2. ‘Lo más importante’ en política: problema con Clarín y La Nación, Shocklender, Bonafini y los ‘hijos’ de Noble.
      ¡Sólo está REPITIENDO lo que dicen los ‘comunicadores’ y los editoriales de ambos diarios!
      Hay algo que deberíamos entender de una vez por todas: se puede ser una eminencia en una o más materias, ser un gran docente, haber leído y entendido miles de libros… y cuando se trata de política real no sobrepasar el nivel de Doña Rosa (y de lo que Doña Rosa prefiere leer y escuchar).
      Escuchen al próximo taxista que los lleve y recibirán la misma cantidad y calidad de información que el profesor De Ipola les puede brindar…
      Pobre UBA…

      1. Raúl, me parece que Emilio la tiene clara porque demuestra su poder de síntesis a la vez que adapta la claridad de su prosa al medio masivo en el que le toca escribir, y así y todo la descripción que hace de la actualidad del gobierno es no sólo precisa sino que en la misma incluye ciertos dardos que desafían abiertamente la hegemonía de eso que el propio de Ípola se atreve a mencionar como «el relato». Claridad, valor y certeza.
        Por otro lado te digo que escribir una nota en un medio no tiene nada que ver con los devenires de la vida universitaria. Es más bien un universo paralelo, si se quiere.
        La parte de tu comentario en el que te asombrás porque lees en de Ipola lo mismo que en la mayoría del resto de los comunicadores, la entiendo como resultante de ese criterio lamentablemente adoptado por el kirchnerismo que asimila a los disidentes como enemigos mal intencionados que escriben con el deseo oculto de horadar las bases del gobierno. Ese delirio interpretativo es lo peor que tiene el kirchnerismo, su parte comunicativa, incapaz de pararse frente a los medios de un modo que no sea estableciendo polaridades. No entienden que los medios quieren ganar dinero, no voltear gobiernos. No pueden leer la realidad histórica que muestra la ambivalencia de la prensa -y lo que es peor- la propia ambivalencia de los líderes políticos a los que adhieren.
        Por eso básicamente -porque en términos comunicacionales el oficialismo juega sin arquero creyendo que así va a ganar el partido que tiene en la cabeza- es que hay muchos comunicadores que se mueven en medios privados que la tienen mucho más clara que la mayoría de aquellos que defienden al gobierno en lo que representan como una suerte de cruzada por la dignidad del pueblo argentino y latinoamericano…
        Y te digo para terminar, lo peor de la UBA no es de Ipola sino esa otra retórica que arriba critico y que los que hemos transitado con carpetas bajo el brazo esos pasillos tumultuosos ya la conocíamos desde siempre.

      2. Diego:
        1. Lo bueno de la prosa no está en discusión aquí.
        2. Lo de que ‘los medios quieren ganar dinero, no voltear gobiernos’ es de una ingenuidad apabullante.
        Compré Clarín todos los días durante varias décadas, y siempre me quedó clarísimo a qué gobiernos/ministros/gobernadores, etc. querían voltear (sólo con los K. no pudieron).
        Desde los años 60 no hubo golpe de estado que no hubiera venido precedido por una intensa campaña en los medios.
        La cobertura del conflicto con el agro de 2008 no me vas a decir que fue objetiva e informativa (espero).
        Hay estudios exhaustivos sobre el papel de los medios en Argentina y en otros países en relación con golpes de estado. Y son estudios hechos cuando NK era un joven abogado o, a lo sumo, intendente…
        3. No sé cómo los comunicadores estrella te parecen gente que tiene las cosas ‘más claras’, cuando hasta un día antes de las primarias daban perdedora a Cristina, ya fuera en primera o en segunda vuelta. Cuando ‘mostraban’ que en una segunda vuelta ‘toda la oposición se iba a unir’. ¿Esas son las cosas claras? Respuesta: es lo que te gusta leer, que no es lo mismo.
        4. Lo de ‘ganar plata’ se dice HOY. Porque sus apuestas políticas fracasaron. ¿Cuánto hace que -en lugar de ‘sólo queremos hacer negocio’- se decía ‘4 tapas de Clarín voltean a un gobierno’?
        Fue ayer nomás… Y no me digas que quienes hacían correr la voz no eran los de Clarín mismo…
        5. Ganar plata: el gastado argumento de que Clarín/La Nación/etc. ‘reproducen lo que piensa y dice la gente’. Con eso justifican también su adhesión a los golpes de estado, claro.
        Ahora, yo pregunto: si la línea editorial de Clarín estuviera en sintonía con a) los resultados de las elecciones; b) los resultados de las encuestas (ver incluso la publicada hoy mismo), ¿ganaría menos plata? No es creíble.
        Están perdiendo lectores en forma acelerada, y siguen. Esto sólo nos muestra que van por un proyecto político que favorezca sus intereses.
        6. Quizá no estuve claro, pero para mí el mayor problema del profesor no es sólo reproducir los ‘tópicos’ repetitivos de los comunicadores, sino -peor- *elevar esos tópicos a cuestiones de la máxima importancia*. Por encima de las grandes líneas de la realidad social y económica. Lo que hace es casi como hablar de las carteras de Cristina.

      3. Raúl, lo que hace de Ipola en ese artículo es remarcar los próximos conflictos que tendrá que abordar el gobierno, mucho de los cuales ya han asomado sus puntas. Nada raro. El tema es que de Ipola, con su prosa, no se limita a enumerar estas cuestiones, sino que las explicita con el detalle y la sutileza como para a cada una señalarle el área de tensión por el que tendrá que pasar.
        Ponerse a justificar acciones concretas del presente en base a grandes objetivos como ser el hambre, la libertad, la burguesía y cosas por el estilo, es una retórica berreta, que ya ha sabido cubrir los mayores desastres debajo de su grandilocuencia. Esa etapa en donde esa retórica flotaba ya ha sido superada. La historia no es un cubo mágico en el cual cada vez hay que probar lo mismo partiendo desde cero a ver si esta vez sí lo podemos armar. Ahora lo que se reclama es que se expliciten y se justifiquen los pasos que se dan en vida pública.
        Lo de Clarín como empresa capitalista que busca hacer guita se demuestra fácilmente cuando nos acordamos que fue Néstor el que unió Cablevisión con Multicanal y ahora son sus seguidores los que festejan la división de esa empresa. Cuando les armaron el oligopolio, chochos, se los desarman, los putean. Creo que esta realidad nos evitar caer en especulaciones paranoicas. Más concreto y más presente que este caso de Cablevisión, imposible como ejemplo. Pero ojo, está perfecto que dividan la empresa en dos, porque lo que había hecho Kirchner antes era en el mejor de los casos una boludez.
        Eso de las 4 tapas era un mito sin fundamento.
        Nunca seguí a nadie que dijera que toda la oposición se iba a unir. Es más, antes de las elecciones me cansé de escuchar por todos lados que la oposición era un desastre que cada vez estaba más desmembrada. En el caso más anti-K lo que se decía era que Cristina iba a ganar porque no había oposición.

      4. Diego: ¿QUÉ RETÓRICA?
        -No tiene nada que ver ‘el hambre, la libertad, la burguesía’, etc. con lo que te digo.
        Las ‘grandes líneas’ a que me refiero son: disminución de la pobreza, aumento de personas con jubilación, aumento de las jubilaciones, paritarias, aumento de la ocupación, aumento del trabajo en blanco, AUH, aumento del salario mínimo y medio, aumento (consecuencia) del consumo popular, juicios a los genocidas (después de más de 20 años de impunidad), acercamiento a Latinoamérica, independencia del FMI, aumento de reservas, superávits. Resultados electorales. Ánimo de la gente en las encuestas.
        HECHOS, Diego, HECHOS.
        -Sigo diciendo: al lado de todo esto, venirme con la inflación y con Shocklender es realmente caricaturesco y muy pobre. Repito, no hace falta ser profesor, te lo dice mejor un tachero.
        -Lo de Cablevisión y Multicanal no ‘demuestra’ que ponerse en anti-K les da más guita, ¿qué tiene que ver?
        Y no me vengan ahora que porque lo autorizó NK estuvo mal. ¿Qué presidente no lo hubiera autorizado?
        -Dicho sea de paso: se autorizó con condiciones, y se rescindió porque el grupo Clarín no las cumplió.
        -A ver si puedo explicar la idea general: Clarín no va a ganar ‘más guita’ porque más gente compre el diario. En ningún lugar del mundo los medios viven de la venta de los ejemplares. Va a ganar ‘mucha más guita’ cuando venga Macri de presi y le entregue Telecom o algo así que refuerce su dominio de los mercados que le interesan. Eso es lo que NO obtuvieron de NK y de CFK. Y siguen con su proyecto de Macri 2015, obvio.
        -Lo de las 4 tapas no tiene fundamento… ahora.
        La idea LA HIZO CORRER CLARÍN DURANTE AÑOS.
        Y la primera vez que se vio que no resultaba fue con lo del campo en 2008. Hasta antes de eso era la ‘verdad revelada’ (para Clarín y sus voceros).
        -Corregí las fechas: los comunicadores estrella decían lo que yo digo antes de las primarias. Recién después, habiendo visto el resultado, empezaron a decir lo que decís vos.

      5. A ver si nos entendemos, no es que ponerse anti-K les de más guita, sino que es imposible salvo que seas un obediente cómplice no interesarse por lo de Shockender. Así como pasó con los pollos de Masorín o con el Riachuelo de María Julia. Lo que pasa es que ahora, con el kirchnerismo, a esos titulares los ven como ataques del enemigo que los quiere voltear. Una locura.
        Después, que los medios tienen su ideología, qué duda hay? El tema es no expresar la ideología, o mejor dicho, la opinión, en base a esa retórica bipolar. No entra al baile de la argumentación esa retórica, ese es el tema.
        Los hechos que vos marcás, en su mayoría me parecen muy bien, y algunos otros me parece que están agarrados de que el crecimiento siga sostenido en el tiempo. Y ese es el desafío que va a tener el gobierno en el mediano plazo. Ojalá le vaya bien.

        Raúl, eso que decís de las condiciones de Cablevisión no es serio. No te quedés en un fanatismo que no puede ver ningún error en el líder carismático… «¿Qué presidente no lo hubiera autorizado?» Raúl, por favor… No podés anteponer una suposición a futuro a un hecho del pasado. Sacate el Boca – River de la cabeza. Tranquilo, hombre, tranquilo.

        P.D.: ¿Sabés de quién es Telecom en la actualidad, no?

        Listo, acá dejo el debate. Saludos

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