Los empresarios, frente a tiempos de más controles

Será en Punta del Este para darle un marco más distendido. Es cierto que se trata de una invitación que se cursa todos los años en la coqueta chacra Mamá Ganso. Sin embargo, y en definitiva, la de mañana será la primera reunión empresaria 2012 y se verán los caras los 50 ejecutivos, CEO, y presidentes de poderosas compañías del país, incluyendo a la banca casi con asistencia perfecta y a algunos dirigentes de las cámaras más influyentes.
A pesar de la escenografía descontracturada, el clima de negocios sería de mucha expectativa por varias razones. Una de ellas es la nueva situación del anfitrión: el banquero Jorge Brito (presidente del Macro y de ADEBA), según sostienen en los pasillos del Gobierno, está en la mira del supersecretario Guillermo Moreno . A diferencia de otros años en que el mismo banquero era un privilegiado interlocutor de los Kirchner, ahora la relación del Gobierno con él es muy tensa. Moreno lo culpa de haber intentado una corrida a fin de año y así se lo dijo (encontrando mucho eco) a la presidenta Cristina Kirchner. Moreno también culpa a Brito y a otros banqueros de haber respaldado la decisión de que Hernán Lorenzino presida el Ministerio de Economía. Por esta razón, entre otras más de fondo, el supersecretario de Comercio amaga con mudar sus oficinas al Palacio de Hacienda, donde ya convive el titular de Economía con el ministro de Planificación, Julio De Vido.
Más allá de esta situación, la primera reunión empresaria de este flamante año también se realiza con referentes del sector privado que tomaron prolija nota de lo que ocurrió con Fiat en estos días. A poco de transitar la segunda gestión consecutiva de la Presidenta, el reacomodamiento de algunas áreas produjeron demoras en los nuevos mecanismos instrumentados por el Gobierno y en cuestión de minutos la ministra de Industria, Débora Giorgi, salió al cruce de la terminal que comanda Cristiano Rattazzi.
En otros tiempos (no tanto: sólo cuestión de meses) ese empresario, Fiat y todo el sector automotriz fueron esgrimidos como ejemplos exitosos del modelo K por, incluso, la Presidenta . También esta ministra (como otros) por estos días mueve escritorios y sigue resignando tropa propia en manos del avance del área de Comercio.
El mecanismo se repite y genera incertidumbre entre quienes toman decisiones de inversión y empleo.
El imaginario colectivo, de inmediato remite al emblemático caso de Alfredo Coto, el primer hombre de negocios que en un coloquio de IDEA se atrevió a mencionar la palabra inflación (un concepto impronunciable en ninguna boca kirchnerista aún hoy, con precios subiendo por encima del 20% anual). El resto se sabe: el ex presidente Néstor Kirchner lo cruzó, el supermercadista sintió la soledad y, luego, recompuso diferentes vínculos con el Gobierno. Algo de ese trato también saborean por estos días en la CGT que conduce Hugo Moyano y en algunos de los gremios aliados del camionero.
Hay otros sectores que se sienten los segundos en la lista inaugurada por Fiat. Por ejemplo, las petroleras cuyos balances estudian con lupa en Comercio. En este caso buscan cosmética en la redistribución de dividendos. En el sector sostienen que ese esquema habría sido avalado por el ex presidente Néstor Kirchner y varios de los muchos funcionarios que aún hoy perduran en el Gobierno. En el fondo, por esta preocupación sobre el reparto de dividendos, las distribuidoras eléctricas terminaron ahora subidas al escenario con un ajuste de tarifas que ni siquiera verán en sus propias arcas.
En este amplio reacomodamiento de piezas, normativas nuevas y “profundización del modelo”, otros sectores empresarios se sienten poco representados en las entidades existentes y prefirieron armar las propias. Es el caso del transporte, que bautizó la CET (Confederación Empresaria de Transporte). Fueron a presentarse al titular del área, Juan Pablo Schiavi. Analizaron cómo mejorar la infraestructura argentina, el alto costo de los fletes y hablaron de su preocupación porque las restricciones para importados perjudicaría el flujo de comercio. Los funcionarios terminaron pidiendo que sumen a Aerolíneas Argentinas en la nueva confederación. Un pedido que, una vez más, llama la atención porque desdibuja la frontera que existe entre empresas que pertenecen al sector privado y otras que no y sobreviven con fondos públicos.
A estas preocupaciones del sector empresario se suma la incertidumbre por pronósticos que auguran una larga etapa de recesión y desempleo en los países centrales y las consecuencias que eso tendrá en el país. Sin embargo, entre los economistas del Gobierno insisten en que el 2012 habrá un crecimiento en torno al 6% o el 6,5%, producto del arrastre del 2011, que finalmente habría cerrado, según su visión, con un 9% de suba en la economía. Con ese optimismo apuestan a que a mediados de año haya una corrección hacia arriba de esa variable porque descuentan que el consumo (tarifazo en los servicios mediante) continuará impulsando la economía.
Por ahora, ésa parece ser la canción que entonan los economistas en la Casa Rosada porque en el horizonte vislumbran vencimientos de la deuda de peso recién en mayo. Extraoficialmente, algunos dejaron trascender que no descartan levantar (tal vez en abril con la fuerza del número propio en el Congreso) la traba que aún existe para usar reservas de libre disponibilidad para pagar deuda . Eliminar ese corsé permitiría echar mano en recursos extras por si, a pesar de todo ese buen augurio, hay sequía de divisas. ¿Será que la seca en el campo les aceleró los tiempos y amenaza con morigerarles el optimismo? Copyright Clarín, 2012.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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