Eugenio Nito Artaza es una rara avis de la política. Primero porque pasa de moverse entre el hilo dental de Cinthia Fernández y el conchero de Jessica Cirio a presentar proyectos para regular la minería a cielo abierto o reformar el sistema financiero en el conservador Senado nacional. Pero también porque es uno de los pocos radicales que le reclama a su partido enfrentarse a la corporaciones, corre por izquierda a la mayoría de sus dirigentes y rescata algunos méritos del kirchnerismo. Antes de arrancar una nueva función de su obra Excitante, en Mar del Plata, Artaza habló con Página/12 de la tensión entre ser senador y capocómico, del futuro de la UCR, el fracaso del cobismo y la incipiente relación de algunos intendentes con la fuerza de Mauricio Macri. El que quiera ir con el PRO, que se vaya y se afilie, dispara el senador, sin ambigüedades.
¿No es una contradicción su tarea como senador y la del mundo del espectáculo?
Es una combinación rara producto de la diversidad del 2001. Al principio me parecía que no tenía que actuar y la verdad es que hago mi trabajo profesional. Ambos me dignifican. Antes me acomplejaba un poco y pensaba no lo voy a hacer más. El otro día lo hablé con Pino Solanas y me dijo: Vos estás loco si vas a dejar de actuar. Para hacer política también es beneficiosa la visibilidad que da el espectáculo, si uno sabe qué hacer con eso, ¿no? Por un lado, dono mi cachet a instituciones de Corrientes y Mar del Plata y además es la única manera de financiar mis propias campañas. Toda la vida les hice chistes a los políticos y ahora me toca a mí. Es como digo en joda: antes pedía que se vayan todos y ahora que no me dejen afuera (risas).
¿Cómo analiza el fenómeno de otro capocómico ahora político, Miguel Del Sel?
Uno tiene que saber qué hace con ese poder que te da la gente por ser conocido. Pueden votarte, pero hay que tomar un compromiso y una responsabilidad. Nunca un peronista me criticó que yo actúe, porque ellos la tienen a Evita. En cambio los radicales tenemos pocos ejemplos, tal vez Luis Brandoni.
Pasando al terreno político, se lo mencionó como candidato a gobernador en 2013…
Los que tenemos responsabilidades tenemos que cumplirlas. Yo tengo la de senador y acompaño el proyecto del gobernador. Estoy trabajando y tengo un proyecto para mi provincia, pero hay que buscar la circunstancia. Corrientes necesita una modernización, una revolución cultural. Así como le pido a mi partido que no responda solamente a los intereses de las corporaciones, en Corrientes tenemos un millón de ciudadanos a los que no les hemos dado oportunidades. Solamente nos hemos abocado a la asistencia pública, social y, sobre todo, a cierto clientelismo durante años.
Parece que no estuviera hablando de un gobernador de su partido…
Yo no tengo por qué coincidir en todo con (Ricardo) Colombi. Es un gran trabajador y constructor político, pero yo a los correntinos antes de construirles un corsódromo les propondría un gran centro de rehabilitación.
¿El nuevo presidente de la UCR, Mario Barletta, está encarando la renovación que venía reclamando?
Es una persona idónea e inteligente. Pero más que hablar de nombres tenemos que hablar de un proyecto nacional, que lo hemos perdido. (Leopoldo) Moreau lo acentuó en la Convención. Tenemos que saber si estamos dispuestos a recuperar el petróleo, qué vamos a hacer con la minería a cielo abierto, con la pesca, si la educación pública y la salud van a volver a ser una prioridad para los argentinos. Ahí es donde creo que tomó esas banderas Kirchner y no lo hizo la Alianza.
Alfonsín dijo que el kirchnerismo no es progresista…
Este gobierno ha tenido un proyecto y un discurso. Algunas cuestiones las ha podido concretar y demostró que se puede ir contra algunas corporaciones. Coincido en algunas cosas y discrepo en las formas, pero debo reconocerle méritos. No ganó solamente porque no había oposición. El error grave del Gobierno es haber cooptado gobernadores, intendentes, tener un discurso único. Pensé que la Presidenta lo iba a subsanar.
Hermes Binner y Ricardo Alfonsín volvieron a hablar de un acercamiento entre el socialismo y la UCR…
Ya vi esa película. Binner tendría que haberlo pensado antes de las elecciones. Ricardo (Alfonsín) también. El socialismo hace un año coqueteó con nosotros y después lo llamó a Pino Solanas. Quiero saber si es serio o no hablar de un proyecto común. De todas maneras, me parece bien si hay partidos más chicos, como el socialismo, que nos quieren acompañar. Pero no quiero quedarme otra vez en el andén.
Otros dirigentes plantean un acercamiento al PRO, ¿cómo lo ve?
El que quiera ir con el PRO, que se vaya y se afilie. Porque el PRO no tiene nada que ver con el radicalismo, ni lo tendrá. Salvo alguna unión circunstancial como lo de De Narváez, un acuerdo distrital. El PRO es un partido nacido de una individualidad que es Macri. Puede tener aciertos y errores, pero no tiene nada que ver con un partido nacional, popular, que representa a los desposeídos, a la salud y a la educación pública como la UCR.
¿Qué pasó con el espacio liderado por Julio Cobos?
El cobismo no ha podido construir hasta el momento una fuerza que fuera mayoritaria dentro del partido. El radicalismo perdió una gran oportunidad con Julio Cobos. Fue el único que pudo ponerle límites a este gobierno aun estando dentro del Gobierno. Pero hoy todavía no ha podido construir una alternativa con futuro dentro del partido. Creo que naturalmente eso va a surgir.
¿No es una contradicción su tarea como senador y la del mundo del espectáculo?
Es una combinación rara producto de la diversidad del 2001. Al principio me parecía que no tenía que actuar y la verdad es que hago mi trabajo profesional. Ambos me dignifican. Antes me acomplejaba un poco y pensaba no lo voy a hacer más. El otro día lo hablé con Pino Solanas y me dijo: Vos estás loco si vas a dejar de actuar. Para hacer política también es beneficiosa la visibilidad que da el espectáculo, si uno sabe qué hacer con eso, ¿no? Por un lado, dono mi cachet a instituciones de Corrientes y Mar del Plata y además es la única manera de financiar mis propias campañas. Toda la vida les hice chistes a los políticos y ahora me toca a mí. Es como digo en joda: antes pedía que se vayan todos y ahora que no me dejen afuera (risas).
¿Cómo analiza el fenómeno de otro capocómico ahora político, Miguel Del Sel?
Uno tiene que saber qué hace con ese poder que te da la gente por ser conocido. Pueden votarte, pero hay que tomar un compromiso y una responsabilidad. Nunca un peronista me criticó que yo actúe, porque ellos la tienen a Evita. En cambio los radicales tenemos pocos ejemplos, tal vez Luis Brandoni.
Pasando al terreno político, se lo mencionó como candidato a gobernador en 2013…
Los que tenemos responsabilidades tenemos que cumplirlas. Yo tengo la de senador y acompaño el proyecto del gobernador. Estoy trabajando y tengo un proyecto para mi provincia, pero hay que buscar la circunstancia. Corrientes necesita una modernización, una revolución cultural. Así como le pido a mi partido que no responda solamente a los intereses de las corporaciones, en Corrientes tenemos un millón de ciudadanos a los que no les hemos dado oportunidades. Solamente nos hemos abocado a la asistencia pública, social y, sobre todo, a cierto clientelismo durante años.
Parece que no estuviera hablando de un gobernador de su partido…
Yo no tengo por qué coincidir en todo con (Ricardo) Colombi. Es un gran trabajador y constructor político, pero yo a los correntinos antes de construirles un corsódromo les propondría un gran centro de rehabilitación.
¿El nuevo presidente de la UCR, Mario Barletta, está encarando la renovación que venía reclamando?
Es una persona idónea e inteligente. Pero más que hablar de nombres tenemos que hablar de un proyecto nacional, que lo hemos perdido. (Leopoldo) Moreau lo acentuó en la Convención. Tenemos que saber si estamos dispuestos a recuperar el petróleo, qué vamos a hacer con la minería a cielo abierto, con la pesca, si la educación pública y la salud van a volver a ser una prioridad para los argentinos. Ahí es donde creo que tomó esas banderas Kirchner y no lo hizo la Alianza.
Alfonsín dijo que el kirchnerismo no es progresista…
Este gobierno ha tenido un proyecto y un discurso. Algunas cuestiones las ha podido concretar y demostró que se puede ir contra algunas corporaciones. Coincido en algunas cosas y discrepo en las formas, pero debo reconocerle méritos. No ganó solamente porque no había oposición. El error grave del Gobierno es haber cooptado gobernadores, intendentes, tener un discurso único. Pensé que la Presidenta lo iba a subsanar.
Hermes Binner y Ricardo Alfonsín volvieron a hablar de un acercamiento entre el socialismo y la UCR…
Ya vi esa película. Binner tendría que haberlo pensado antes de las elecciones. Ricardo (Alfonsín) también. El socialismo hace un año coqueteó con nosotros y después lo llamó a Pino Solanas. Quiero saber si es serio o no hablar de un proyecto común. De todas maneras, me parece bien si hay partidos más chicos, como el socialismo, que nos quieren acompañar. Pero no quiero quedarme otra vez en el andén.
Otros dirigentes plantean un acercamiento al PRO, ¿cómo lo ve?
El que quiera ir con el PRO, que se vaya y se afilie. Porque el PRO no tiene nada que ver con el radicalismo, ni lo tendrá. Salvo alguna unión circunstancial como lo de De Narváez, un acuerdo distrital. El PRO es un partido nacido de una individualidad que es Macri. Puede tener aciertos y errores, pero no tiene nada que ver con un partido nacional, popular, que representa a los desposeídos, a la salud y a la educación pública como la UCR.
¿Qué pasó con el espacio liderado por Julio Cobos?
El cobismo no ha podido construir hasta el momento una fuerza que fuera mayoritaria dentro del partido. El radicalismo perdió una gran oportunidad con Julio Cobos. Fue el único que pudo ponerle límites a este gobierno aun estando dentro del Gobierno. Pero hoy todavía no ha podido construir una alternativa con futuro dentro del partido. Creo que naturalmente eso va a surgir.