Macri renuncia, otra vez, a la política

Argentina
Macri renuncia, otra vez, a la política
El análisis de Sergio de Piero, Politólogo UBA/Flacso
Luego de algunos meses de que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires manifestara su intención de impedir la venta callejera sobre la peatonal Florida, y conseguir para ello la sanción de una ley específica a inicios de diciembre, el Ministerio de Espacio Público, con presencia policial, desplazó a los manteros de la calle. Una guardia policial de 120 efectivos durante toda la noche y que persiste en el día, impide que se vuelvan a instalar. En respuesta los vendedores cortaron la avenida Corrientes el miércoles y continuaban con protestas ayer, cuando se produjeron lamentables incidentes. Su reclamo no sólo se vincula a que pierden su trabajo, sino a la actitud del Gobierno de la Ciudad que no les ofrece ninguna alternativa.
La cuestión no ha empezado ayer. Se remonta a algunos años, cuando a los artesanos instalados en el tramo peatonal de la calle Perú, comenzaron a sumarse los manteros, personas que venden productos manufacturados cuya procedencia no sería legal, afirma el Gobierno porteño. Muchos de esos productos son importados y otros, de talleres no siempre legales. Con los meses pasaron la avenida Rivadavia y ofrecieron sus mercaderías en Florida hasta la avenida Corrientes. Después de protestas de los comerciantes de la zona y de la CAME (la cámara del rubro) el Gobierno decidió el levantamiento de los vendedores.
El conflicto presenta varias aristas. Una, planteada como hipótesis por uno de los manteros: “Hagamos un censo a ver cuántos empleados en blanco hay en los negocios de la calle Florida”. Desde luego la evasión de unos no habilita a otros, pero algo de utilizar la misma vara también hay en esto. Sin embargo, uno de los puntos más inexplicable de la cuestión es, siendo que el macrismo afirma que es inaceptable la venta ilegal, que se haya aguardado tanto tiempo, hablamos de años, para actuar en el tema. Al principio se trataba de unos pocos vendedores que ocupaban una cuadra. Recién cuando se extendió por ocho cuadras comenzó a actuar. ¿Por qué dejarlo crecer cuando era algo controlable? Es cierto que en política en ocasiones hay que esperar a que la agenda sea favorable; pero estamos hablando de no más de treinta personas vendiendo ropa; es difícil comprender las razones para la demora. Más aun de incomprensible, porque en el medio no existió ningún otro tipo de política o decisión sobre la cuestión. El péndulo del gobierno que encabeza el ingeniero Macri parece moverse sin escalas entre la inacción y la resolución penal. Es cierto que es inviable fomentar el comercio alentando la venta ilegal, pero no es menos cierto que se cortó por el sector más vulnerable de una cadena, lo que llama a otra pregunta: ¿por qué no existe el mismo énfasis en perseguir la producción ilegal? Pues parece bastante obvio que detrás de la comercialización existe una producción semejante que la alimenta. Y, además, la venta en la calle, ¿parte sólo de la voluntad de personas sin trabajo o existe algún tipo de organización?
El Gobierno de la Ciudad afirmó que mantendrá una guardia policial por 90 días sobre la calle Florida para impedir que retornen los vendedores. Supone que simplemente luego de ese plazo los manteros habrán encontrado otra forma de lograr su sustentación y no buscarán reincidir en la calle Florida. Nuevamente Macri renuncia a la política como estrategia de negociación y búsqueda de acuerdo entre las partes. Fracasó con el intento de erradicar a los cuidacoches. Si persiste en el mismo tipo de estrategias, es muy probable que los resultados, en este nuevo caso, sean semejantes.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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