Desde el Gobierno se busca que los acuerdos salariales no superen los 18 puntos porcentuales. Foto: LA NACION / Miguel Acevedo Riú
Tal vez con la experiencia de los años previos a cuestas, los directivos de empresas proyectan que las subas salariales que se terminarán otorgando este año estarán varios puntos por arriba de la pauta del 18% que desde el Gobierno se pretende fijar.
Así, al menos, lo revelan los resultados de una encuesta realizada por SEL Consultores entre 110 compañías líderes de mercado que reúnen a 219.000 empleados. El relevamiento fue hecho entre los últimos días de 2011 y los primeros de este año, y la conclusión es que en las firmas consideran que podrían acordarse aumentos que, en promedio, serían del 24,6 por ciento. Los directivos dicen esperar, por otra parte, que los reclamos de los sindicatos se ubiquen en la práctica en el 26,4 por ciento.
A inicios del último trimestre de 2011, cuando la mayoría de las empresas hizo sus presupuestos para este año, se estimó que el aumento de los sueldos sería del 23,7 por ciento. Luego se comenzó a hablar de la pretensión de los funcionarios de que las negociaciones se encaucen en niveles inferiores al 20% para no alentar expectativas inflacionarias en un año que se presenta más complicado que los anteriores.
Sin embargo, esa señal parece no haber influido en las expectativas de las empresas que participaron de la encuesta. En la práctica, las subas que estas firmas dicen haber otorgado en 2011 fueron bastante superiores a la pauta que se había querido marcar y también a la previsión presupuestaria que habían hecho los directivos empresarios. De hecho y según la misma encuesta, el aumento efectivo resultó en promedio del 31,9 por ciento.
Según consideró Ernesto Kritz, director de SEL Consultores, las empresas pelearían este año mucho más para que el escenario sea cercano al presupuestado. Hay, con respecto a 2011, un cambio significativo en las condiciones macroeconómicas y según destaca el informe, también «un giro en la política de ingresos del Gobierno», que tiende a moderar las subas.
Kritz estimó que será dificultoso convencer a los sindicatos de que las expectativas de inflación no son del 24 sino del 18 por ciento. Y no desestimó, como factor adicional, la relación conflictiva entre el moyanismo y el Gobierno. «Los gremios más cercanos a Moyano van a pedir unos puntos más», estimó.
Para el abogado Daniel Funes de Rioja, referente en materia laboral del sector empleador y en particular de la industria, los porcentajes derivados de la encuesta no son los que se manejan en las cámaras fabriles. «En sectores transables, y sobre todo en los que tienen sesgo exportador, el ajuste salarial debería estar muy cerca de la tasa de devaluación anual, porque el margen de competitividad ya está muy ajustado», evaluó.
«El contexto marca una necesidad de moderación», agregó el vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA). Agregó que la lógica sería que los sindicatos puedan discutir según la realidad de cada industria. «Si todo se tiñe políticamente por luchas de poder, esa lógica no impera», afirmó.
Entre marzo y mayo vencerá el 60% de los convenios vigentes. Por eso, esa etapa es la que genera más expectativas en cuanto a las negociaciones. Por ahora, más allá de las previsiones de las empresas, el 95,2% no recibió en concreto ninguna demanda de aumento..
Tal vez con la experiencia de los años previos a cuestas, los directivos de empresas proyectan que las subas salariales que se terminarán otorgando este año estarán varios puntos por arriba de la pauta del 18% que desde el Gobierno se pretende fijar.
Así, al menos, lo revelan los resultados de una encuesta realizada por SEL Consultores entre 110 compañías líderes de mercado que reúnen a 219.000 empleados. El relevamiento fue hecho entre los últimos días de 2011 y los primeros de este año, y la conclusión es que en las firmas consideran que podrían acordarse aumentos que, en promedio, serían del 24,6 por ciento. Los directivos dicen esperar, por otra parte, que los reclamos de los sindicatos se ubiquen en la práctica en el 26,4 por ciento.
A inicios del último trimestre de 2011, cuando la mayoría de las empresas hizo sus presupuestos para este año, se estimó que el aumento de los sueldos sería del 23,7 por ciento. Luego se comenzó a hablar de la pretensión de los funcionarios de que las negociaciones se encaucen en niveles inferiores al 20% para no alentar expectativas inflacionarias en un año que se presenta más complicado que los anteriores.
Sin embargo, esa señal parece no haber influido en las expectativas de las empresas que participaron de la encuesta. En la práctica, las subas que estas firmas dicen haber otorgado en 2011 fueron bastante superiores a la pauta que se había querido marcar y también a la previsión presupuestaria que habían hecho los directivos empresarios. De hecho y según la misma encuesta, el aumento efectivo resultó en promedio del 31,9 por ciento.
Según consideró Ernesto Kritz, director de SEL Consultores, las empresas pelearían este año mucho más para que el escenario sea cercano al presupuestado. Hay, con respecto a 2011, un cambio significativo en las condiciones macroeconómicas y según destaca el informe, también «un giro en la política de ingresos del Gobierno», que tiende a moderar las subas.
Kritz estimó que será dificultoso convencer a los sindicatos de que las expectativas de inflación no son del 24 sino del 18 por ciento. Y no desestimó, como factor adicional, la relación conflictiva entre el moyanismo y el Gobierno. «Los gremios más cercanos a Moyano van a pedir unos puntos más», estimó.
Para el abogado Daniel Funes de Rioja, referente en materia laboral del sector empleador y en particular de la industria, los porcentajes derivados de la encuesta no son los que se manejan en las cámaras fabriles. «En sectores transables, y sobre todo en los que tienen sesgo exportador, el ajuste salarial debería estar muy cerca de la tasa de devaluación anual, porque el margen de competitividad ya está muy ajustado», evaluó.
«El contexto marca una necesidad de moderación», agregó el vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA). Agregó que la lógica sería que los sindicatos puedan discutir según la realidad de cada industria. «Si todo se tiñe políticamente por luchas de poder, esa lógica no impera», afirmó.
Entre marzo y mayo vencerá el 60% de los convenios vigentes. Por eso, esa etapa es la que genera más expectativas en cuanto a las negociaciones. Por ahora, más allá de las previsiones de las empresas, el 95,2% no recibió en concreto ninguna demanda de aumento..