En cuatro meses, el total de las operaciones aprobadas por el régimen de fiscalización de la capacidad patrimonial del comprador de divisas sumó 146 mil millones de pesos, equivalente a 33 mil millones de dólares. Sólo se rechazaron veinte mil casos.
Desde que se instaló el nuevo sistema de fiscalización para la compra de divisas, cuatro meses atrás, se registraron 2,8 millones de transacciones por más de 146 mil millones de pesos, alrededor de 33 mil millones de dólares. Las divisas estuvieron destinadas en la mayoría de los casos al pago de operaciones de comercio exterior y, en menor medida, al atesoramiento. Entre enero y febrero, la demanda de dólares representó más del 93 por ciento, mientras que las compras de euros alcanzaron al 5 por ciento y las de reales llegaron solamente al 0,9 por ciento del total. De acuerdo con los datos de la AFIP, el sistema determinó que la capacidad económica de una persona o empresa era insuficiente para adquirir divisas en menos de veinte mil casos.
El año pasado la formación de activos externos del sector privado no financiero, o salida de capitales, alcanzó los 22 mil millones de dólares, la cifra más elevada desde el pico registrado en 2008, cuando estallaron la crisis financiera internacional y el conflicto del agro. El proceso de fuga de capitales y las presiones en el mercado de cambios se desaceleró en el último bimestre del año, luego de la instalación del sistema de fiscalización.
En octubre pasado, la fuga había llegado hasta los 2944 millones de dólares, pero las compras se redujeron a 754 y 605 millones de dólares en noviembre y diciembre, respectivamente. Si bien la formación de activos externos permanece en un nivel elevado, en lo que va de este año la fuga no volvió a registrar niveles como los observados en octubre.
En el Banco Central y la AFIP coinciden en señalar que el sistema de fiscalización que corrobora la capacidad económica para adquirir moneda extranjera fue un elemento relevante para contener la formación de activos externos. A lo largo de 2011, el Gobierno desplegó un conjunto de herramientas para desincentivar operaciones especulativas en el mercado cambiario y garantizar la oferta de divisas en un escenario donde las cuentas externas exhiben menor holgura.
Durante el primer bimestre del año, según precisó ayer el titular del organismo recaudador, Ricardo Echegaray, se registraron 1.650.000 operaciones de compraventa de divisas por 71 mil millones de pesos, alrededor de 16 mil millones de dólares. Una pequeña cantidad de individuos y empresas adquirieron el 61 por ciento de esas divisas para obtener las divisas necesarias para financiar sus importaciones. Mientras tanto, más de 1,3 millón de contribuyentes compró el 12 por ciento de los billetes con el objetivo de atesoramiento, operaciones que contribuyen a la formación de activos externos.
Las compras de moneda extranjera durante el verano se concentraron fundamentalmente en el dólar. La demanda de euros, para operaciones de comercio exterior y fondear estadías en Europa antes que atesoramiento, alcanzó al 3,6 por ciento del total. A pesar de la popularidad de las playas brasileñas entre los turistas argentinos, las compras de reales solamente representaron el 0,8 por ciento de las divisas adquiridas.
Con el nuevo sistema de fiscalización, los bancos y casas de cambio deben consultar y registrar, a través de un sistema informático, que la capacidad económica de la persona o empresa sea suficiente para realizar la operación. En enero y febrero, el sistema rechazó menos de 10 mil consultas. Según explicó Echegaray, la fiscalización funciona desde sus inicios con los mismos parámetros para determinar la capacidad de compra de moneda extranjera de un contribuyente. El funcionamiento del sistema no cambió en nada, no se flexibilizaron los controles, sostuvo el funcionario.
tlukin@pagina12.com.ar
Desde que se instaló el nuevo sistema de fiscalización para la compra de divisas, cuatro meses atrás, se registraron 2,8 millones de transacciones por más de 146 mil millones de pesos, alrededor de 33 mil millones de dólares. Las divisas estuvieron destinadas en la mayoría de los casos al pago de operaciones de comercio exterior y, en menor medida, al atesoramiento. Entre enero y febrero, la demanda de dólares representó más del 93 por ciento, mientras que las compras de euros alcanzaron al 5 por ciento y las de reales llegaron solamente al 0,9 por ciento del total. De acuerdo con los datos de la AFIP, el sistema determinó que la capacidad económica de una persona o empresa era insuficiente para adquirir divisas en menos de veinte mil casos.
El año pasado la formación de activos externos del sector privado no financiero, o salida de capitales, alcanzó los 22 mil millones de dólares, la cifra más elevada desde el pico registrado en 2008, cuando estallaron la crisis financiera internacional y el conflicto del agro. El proceso de fuga de capitales y las presiones en el mercado de cambios se desaceleró en el último bimestre del año, luego de la instalación del sistema de fiscalización.
En octubre pasado, la fuga había llegado hasta los 2944 millones de dólares, pero las compras se redujeron a 754 y 605 millones de dólares en noviembre y diciembre, respectivamente. Si bien la formación de activos externos permanece en un nivel elevado, en lo que va de este año la fuga no volvió a registrar niveles como los observados en octubre.
En el Banco Central y la AFIP coinciden en señalar que el sistema de fiscalización que corrobora la capacidad económica para adquirir moneda extranjera fue un elemento relevante para contener la formación de activos externos. A lo largo de 2011, el Gobierno desplegó un conjunto de herramientas para desincentivar operaciones especulativas en el mercado cambiario y garantizar la oferta de divisas en un escenario donde las cuentas externas exhiben menor holgura.
Durante el primer bimestre del año, según precisó ayer el titular del organismo recaudador, Ricardo Echegaray, se registraron 1.650.000 operaciones de compraventa de divisas por 71 mil millones de pesos, alrededor de 16 mil millones de dólares. Una pequeña cantidad de individuos y empresas adquirieron el 61 por ciento de esas divisas para obtener las divisas necesarias para financiar sus importaciones. Mientras tanto, más de 1,3 millón de contribuyentes compró el 12 por ciento de los billetes con el objetivo de atesoramiento, operaciones que contribuyen a la formación de activos externos.
Las compras de moneda extranjera durante el verano se concentraron fundamentalmente en el dólar. La demanda de euros, para operaciones de comercio exterior y fondear estadías en Europa antes que atesoramiento, alcanzó al 3,6 por ciento del total. A pesar de la popularidad de las playas brasileñas entre los turistas argentinos, las compras de reales solamente representaron el 0,8 por ciento de las divisas adquiridas.
Con el nuevo sistema de fiscalización, los bancos y casas de cambio deben consultar y registrar, a través de un sistema informático, que la capacidad económica de la persona o empresa sea suficiente para realizar la operación. En enero y febrero, el sistema rechazó menos de 10 mil consultas. Según explicó Echegaray, la fiscalización funciona desde sus inicios con los mismos parámetros para determinar la capacidad de compra de moneda extranjera de un contribuyente. El funcionamiento del sistema no cambió en nada, no se flexibilizaron los controles, sostuvo el funcionario.
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