Más conforme con el apoyo del Gobierno, Amado Boudou compartió ayer un acto con Abal Medina, Garré y Zannini.. Foto: Télam
A un mes del estallido del escándalo, el Gobierno se refirió ayer por primera vez a las sospechas que envuelven la quiebra de la imprenta Ciccone y desvinculó de la trama al vicepresidente Amado Boudou.
Hasta ahora, el ex ministro de Economía había desplegado una defensa mediática en soledad sobre la causa judicial que lo investiga por negociaciones incompatibles con la función pública y el lavado de dinero .
En un cambio radical de estrategia, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, encabezó una inusual conferencia de prensa, en la que expuso documentos y admitió preguntas de los periodistas. Todo fue supervisado por Cristina Kirchner, que definió anteayer la nueva táctica, según confiaron a LA NACION fuentes oficiales. En la Casa Rosada preocupa el avance del expediente que motoriza el fiscal Carlos Rívolo y se preparan para un escenario negativo, que podría comenzar con la imputación de Boudou.
Video: El titular de la AFIP defendió a Bodou (C5N)
Con registro didáctico, Echegaray evitó lecturas políticas y se basó en argumentos técnicos para intentar demostrar que el vicepresidente no intercedió a favor de la empresa presidida por Alejandro Vandenbroele, cuya esposa, Laura Muñoz, lo denunció ante la Justicia como el «testaferro» de Boudou.
«No intervino en el proceso. No gestionó nada en particular, sino que evacuó una consulta», sostuvo Echegaray. Aludió, así, a una nota firmada por el entonces jefe del Palacio de Hacienda, fechada el 8 de noviembre de 2010, por la que recomendó la continuidad de la concursada Ciccone. Ese trámite fue una excepcionalidad, según admitió ayer el propio funcionario, cuando un cronista le consultó sobre cuántos de los 351 contribuyentes en concurso desde 2009 habían requerido del aval de Economía para acceder a una quita de deuda y un plan de pago especial.
Los documentos de la AFIP
La puesta en escena estuvo diseñada hasta el mínimo detalle. Dos pantallas planas, una a cada lado del atril desde el que habló Echegaray, acompañaron con imágenes de resoluciones y textos la exposición de media hora que estuvo dividida en cinco partes: el objetivo recaudatorio de la AFIP, la quiebra de Ciccone, la nota que suscribió Boudou, la estrategia para otras empresas en concurso y, por último, la situación de Boldt. Desde el kirchnerismo, vinculan históricamente a esta última compañía con Eduardo Duhalde.
En la primera fila del auditorio, ubicado en el primer piso del edificio, se sentó la primera plana de directores y subdirectores del ente recaudador. Su jefe había empezado a armar la presentación desde la mañana, con un grupo de colaboradores. Al arrancar su discurso, aclaró que pretendía dar «soporte técnico» para que el «abordaje» del caso en la prensa tenga sustento «profesional». A diferencia de Boudou, que alega una operación de los «medios hegemónicos» en su contra, Echegaray se esforzó por no confrontar.
Direccionó, en cambio, los embates hacia el juez comercial Javier Cosentino, a cargo de la quiebra de la imprenta, por alquilarle a Boldt las máquinas con las que operaba Ciccone. «Fue una decisión, a nuestro juicio, equivocada», expresó. El titular de la AFIP explicó que esa empresa tenía «inconvenientes» con el organismo, como deudas impositivas, denuncias por facturas falsas y simulación dolosa de pagos.
Contención
Después sus reiteradas apariciones, aportó cierto alivio a Boudou que otro miembro del Gobierno se sumara a la barrera defensiva. El había estado 23 días sin hablar del affaire , desde que se conoció el testimonio de Muñoz. Si bien en lo jurídico sobrevuela el asunto el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, ningún miembro del Gabinete ni funcionario había mostrado hasta ahora encolumnamiento político con el vice.
Anteayer, la Presidenta ordenó que la AFIP ofreciera una postura oficial. Habló con Echegaray y Boudou. Ese día se quedó hasta la noche en la Casa Rosada, después de inaugurar la Galería de Idolos Populares en el primer piso de Balcarce 50. Cerca de las 21, cuando hacía más de una hora que había finalizado el acto, la mandataria hizo un recorrido minucioso de la muestra, sin custodia y con la única compañía del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
Para apuntalar la situación de Boudou, otras figuras del oficialismo sumarían señales de respaldo en los próximos días, según pudo saber LA NACION. Ayer, lo hizo el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, que calificó de «infamias» las denuncias que salpican a Boudou. «Es un hombre que tiene una gran sensibilidad, un gran compañero, un gran militante», afirmó y, en línea con el libreto de su colega a nivel nacional, atacó al Grupo Clarín. Juntos recorrieron el territorio de la provincia de Buenos Aires, en una jugada para condicionar al gobernador Daniel Scioli.
Otro gesto de apoyo vino del Senado, el cuerpo que Boudou preside. El ex gobernador jujeño y actual legislador Walter Barrionuevo hizo una comparación con el anterior vice. «La oposición financiera y mediática parece que extraña mucho a Cobos, por eso ataca a Boudou», afirmó. Justo el mendocino había dicho el día anterior que le «cuesta creerle» a su sucesor en el cargo.
Las explicaciones del presidente de la AFIP
«Boudou no gestionó nada particular respecto de Ciccone, sino bajo una consulta técnica»
«El ministro de Economía de entonces evacuó una consulta de la AFIP, y lo hizo en el marco de la ley»
«Lo importante es que se mantuvieron las fuentes de trabajo y el Estado empezó a cobrar los impuestos»
«Es más fácil cobrarle a alguien que tiene voluntad de pago que a alguien que viene evadiendo»
Los antecedentesSe decreta la quiebra
A pedido de la AFIP, la Justicia decreta la quiebra de Ciccone por deudas que superaban los 200 millones de pesos.
A un mes del estallido del escándalo, el Gobierno se refirió ayer por primera vez a las sospechas que envuelven la quiebra de la imprenta Ciccone y desvinculó de la trama al vicepresidente Amado Boudou.
Hasta ahora, el ex ministro de Economía había desplegado una defensa mediática en soledad sobre la causa judicial que lo investiga por negociaciones incompatibles con la función pública y el lavado de dinero .
En un cambio radical de estrategia, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, encabezó una inusual conferencia de prensa, en la que expuso documentos y admitió preguntas de los periodistas. Todo fue supervisado por Cristina Kirchner, que definió anteayer la nueva táctica, según confiaron a LA NACION fuentes oficiales. En la Casa Rosada preocupa el avance del expediente que motoriza el fiscal Carlos Rívolo y se preparan para un escenario negativo, que podría comenzar con la imputación de Boudou.
Video: El titular de la AFIP defendió a Bodou (C5N)
Con registro didáctico, Echegaray evitó lecturas políticas y se basó en argumentos técnicos para intentar demostrar que el vicepresidente no intercedió a favor de la empresa presidida por Alejandro Vandenbroele, cuya esposa, Laura Muñoz, lo denunció ante la Justicia como el «testaferro» de Boudou.
«No intervino en el proceso. No gestionó nada en particular, sino que evacuó una consulta», sostuvo Echegaray. Aludió, así, a una nota firmada por el entonces jefe del Palacio de Hacienda, fechada el 8 de noviembre de 2010, por la que recomendó la continuidad de la concursada Ciccone. Ese trámite fue una excepcionalidad, según admitió ayer el propio funcionario, cuando un cronista le consultó sobre cuántos de los 351 contribuyentes en concurso desde 2009 habían requerido del aval de Economía para acceder a una quita de deuda y un plan de pago especial.
Los documentos de la AFIP
La puesta en escena estuvo diseñada hasta el mínimo detalle. Dos pantallas planas, una a cada lado del atril desde el que habló Echegaray, acompañaron con imágenes de resoluciones y textos la exposición de media hora que estuvo dividida en cinco partes: el objetivo recaudatorio de la AFIP, la quiebra de Ciccone, la nota que suscribió Boudou, la estrategia para otras empresas en concurso y, por último, la situación de Boldt. Desde el kirchnerismo, vinculan históricamente a esta última compañía con Eduardo Duhalde.
En la primera fila del auditorio, ubicado en el primer piso del edificio, se sentó la primera plana de directores y subdirectores del ente recaudador. Su jefe había empezado a armar la presentación desde la mañana, con un grupo de colaboradores. Al arrancar su discurso, aclaró que pretendía dar «soporte técnico» para que el «abordaje» del caso en la prensa tenga sustento «profesional». A diferencia de Boudou, que alega una operación de los «medios hegemónicos» en su contra, Echegaray se esforzó por no confrontar.
Direccionó, en cambio, los embates hacia el juez comercial Javier Cosentino, a cargo de la quiebra de la imprenta, por alquilarle a Boldt las máquinas con las que operaba Ciccone. «Fue una decisión, a nuestro juicio, equivocada», expresó. El titular de la AFIP explicó que esa empresa tenía «inconvenientes» con el organismo, como deudas impositivas, denuncias por facturas falsas y simulación dolosa de pagos.
Contención
Después sus reiteradas apariciones, aportó cierto alivio a Boudou que otro miembro del Gobierno se sumara a la barrera defensiva. El había estado 23 días sin hablar del affaire , desde que se conoció el testimonio de Muñoz. Si bien en lo jurídico sobrevuela el asunto el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, ningún miembro del Gabinete ni funcionario había mostrado hasta ahora encolumnamiento político con el vice.
Anteayer, la Presidenta ordenó que la AFIP ofreciera una postura oficial. Habló con Echegaray y Boudou. Ese día se quedó hasta la noche en la Casa Rosada, después de inaugurar la Galería de Idolos Populares en el primer piso de Balcarce 50. Cerca de las 21, cuando hacía más de una hora que había finalizado el acto, la mandataria hizo un recorrido minucioso de la muestra, sin custodia y con la única compañía del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
Para apuntalar la situación de Boudou, otras figuras del oficialismo sumarían señales de respaldo en los próximos días, según pudo saber LA NACION. Ayer, lo hizo el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, que calificó de «infamias» las denuncias que salpican a Boudou. «Es un hombre que tiene una gran sensibilidad, un gran compañero, un gran militante», afirmó y, en línea con el libreto de su colega a nivel nacional, atacó al Grupo Clarín. Juntos recorrieron el territorio de la provincia de Buenos Aires, en una jugada para condicionar al gobernador Daniel Scioli.
Otro gesto de apoyo vino del Senado, el cuerpo que Boudou preside. El ex gobernador jujeño y actual legislador Walter Barrionuevo hizo una comparación con el anterior vice. «La oposición financiera y mediática parece que extraña mucho a Cobos, por eso ataca a Boudou», afirmó. Justo el mendocino había dicho el día anterior que le «cuesta creerle» a su sucesor en el cargo.
Las explicaciones del presidente de la AFIP
«Boudou no gestionó nada particular respecto de Ciccone, sino bajo una consulta técnica»
«El ministro de Economía de entonces evacuó una consulta de la AFIP, y lo hizo en el marco de la ley»
«Lo importante es que se mantuvieron las fuentes de trabajo y el Estado empezó a cobrar los impuestos»
«Es más fácil cobrarle a alguien que tiene voluntad de pago que a alguien que viene evadiendo»
Los antecedentesSe decreta la quiebra
A pedido de la AFIP, la Justicia decreta la quiebra de Ciccone por deudas que superaban los 200 millones de pesos.
Reacciona Ciccone
Solicita el levantamiento de la quiebra el mismo día en que aparece un nuevo y misterioso fondo inversor, The Old Fund SA.
Inversores sospechados
El 3 de septiembre, en nombre de The Old Fund SA, el monotributista Alejandro Vandenbroele, «asesor» del socio y amigo de Boudou, Núñez Carmona, deposita $ 567.000 en la Justicia para levantar la quiebra. El 10 de septiembre, la empresa London Supply (vinculada a la sociedad dueña del semipiso donde vive Boudou) aporta 1,8 millones de pesos más.
Se levanta la quiebra
Lo decide el juez en lo Comercial Javier Cosentino.
Intercede Boudou
El entonces ministro de Economía envía una nota a la AFIP en la que apoya una moratoria excepcional para la imprenta.
La AFIP apoya a Ciccone
Le otorga 12 años de plazo para saldar sus deudas, con una tasa del 0,5%, menor que la inflación.
Moreno entra en acción
El secretario de Comercio le exige a Boldt que libere la planta de Ciccone, que alquilaba por decisión judicial. Para las elecciones de 2011, Ciccone imprime las boletas de Cristina Kirchner.
Para imprimir billetes
En enero, Katya Daura, la directora de la Casa de la Moneda que llegó al cargo promovida por Boudou, subcontrata a Ciccone para imprimir billetes de 100 pesos. El 6 de febrero, la esposa de Vandenbroele denuncia que es testaferro de Boudou..
