Luego de que la Presidenta embistiera contra los docentes, el jefe gremial critica por primera vez con dureza al Ejecutivo. Se defiende de las frases “injustas” de Cristina.
Por Emilia Delfino
11/03/12 – 04:16
semi-K. Apoya al Gobierno desde 2003, pero dice que eso no implica «darle un cheque en blanco».
El secretario general de la CTA pro-K, Hugo Yasky, le contesta a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner luego de la embestida oficial contra los docentes y analiza el escenario en el que se encontrarán muchos gremios simpatizantes del kirchnerismo en la puja salarial de 2012. Un Yasky sincero, que por primera vez desde 2003, deja de lado la diplomacia y plantea las contradicciones del Gobierno, y critica a la mandataria por “agraviar” a los maestros durante su discurso en el Congreso Nacional.
—¿La paritaria docente, que se fijó por debajo del 20 por ciento, indica que para el Gobierno hay que achatar los salarios?
—Hay preocupación por los déficits en las provincias y por primera vez desde 2008 hay una situación de desequilibrio en la balanza de pagos. Más allá del discurso del Gobierno, nos preocupa que no siga apostando al poder de compra de los trabajadores.
—¿Por qué el Gobierno se niega a seguir negociando con los maestros?
—El Gobierno fue intempestuoso e inflexible al imponer la suba por decreto y los docentes quedaron un 4 por ciento abajo en la recuperación salarial con respecto a la inflación. Hay dos escenarios que explican esto: el inicio de un viraje en las políticas del Gobierno o una respuesta al escenario de crisis, que es más grave que lo que se pretende demostrar. Espero que sea lo segundo.
—¿Cree que es lo segundo?
—Creo que sí. Si no, no habrían dado incentivo a los jubilados o estarían congelando el presupuesto. Se está presionando contra la política de recuperación de los salarios, especialmente, en el sector público, para prevenir escenarios más complicados. Hay que seguir incentivando el crecimiento del salario y profundizar la distribución de la riqueza, recomponer la asignación familiar por hijo, tener un Consejo del Salario permanente. Esa es la única manera de evitar un pozo recesivo y no aplicar recetas ortodoxas.
—¿El Gobierno está optando por recetas ortodoxas para proteger la caja y contener la inflación?
—No es tan así. Pero algunos sectores del Gobierno empiezan a plantear que se llegó al techo en el nivel salarial. Son los que le dicen a la Presidenta que estamos en el fifty-fifty. Pero en realidad, la recuperación del salario desde 2003 no llega al 36 por ciento. Son los que creen que Argentina está desfasada en salarios con respecto a la región. Es el peronismo, que cree que puede manejar al movimiento obrero –se niega a especificar nombres–.
—¿Qué pensó cuando escuchó a CFK increpar a los docentes en el Congreso?
—Fue muy injusta la frase de la Presidenta, casi rozó el agravio, fue una frase desafortunada y una visión poco objetiva. La Argentina tiene una Ley de Financiamiento de la Educación gracias a la carpa blanca y Néstor Kirchner tomó esa demanda. Todo parece haber caído en el olvido. Fue injusto y errado haber utilizado esos términos. Si pensamos que este salario está bien, en 10 años no tenemos docentes.
—¿La paritaria docente es el ejemplo del Gobierno para otros gremios?
—Los ministros de Educación y de Trabajo nos reconocieron que no era un problema de plata sino que nos imponían un número que no llegara al 20 por ciento de manera inflexible porque somos la primera paritaria del año.
—¿Coincide con Moyano en que el Gobierno está perdiendo el rumbo?
—No. La pelea de Moyano es por el PJ y la defensa corporativa de dirigentes sindicales que tienen que explicar a la Justicia por actos de tenor delictivo. Yo coincidía con el Moyano que salía a pelear por las políticas públicas, como cuando defendimos la 125. Pero creo en la autonomía sindical. El Gobierno no puede pretender que el movimiento sindical se subordine. Que no lo espere. Suponen que los gremios se pueden manejar a control remoto y que porque apoyamos la candidatura de Cristina, les entregamos un cheque en blanco, y ahora no podemos llamar a una huelga en reclamo de salarios. Tienen que entender que vamos a apoyar las medidas de avance, pero vamos a seguir reclamando.
Por Emilia Delfino
11/03/12 – 04:16
semi-K. Apoya al Gobierno desde 2003, pero dice que eso no implica «darle un cheque en blanco».
El secretario general de la CTA pro-K, Hugo Yasky, le contesta a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner luego de la embestida oficial contra los docentes y analiza el escenario en el que se encontrarán muchos gremios simpatizantes del kirchnerismo en la puja salarial de 2012. Un Yasky sincero, que por primera vez desde 2003, deja de lado la diplomacia y plantea las contradicciones del Gobierno, y critica a la mandataria por “agraviar” a los maestros durante su discurso en el Congreso Nacional.
—¿La paritaria docente, que se fijó por debajo del 20 por ciento, indica que para el Gobierno hay que achatar los salarios?
—Hay preocupación por los déficits en las provincias y por primera vez desde 2008 hay una situación de desequilibrio en la balanza de pagos. Más allá del discurso del Gobierno, nos preocupa que no siga apostando al poder de compra de los trabajadores.
—¿Por qué el Gobierno se niega a seguir negociando con los maestros?
—El Gobierno fue intempestuoso e inflexible al imponer la suba por decreto y los docentes quedaron un 4 por ciento abajo en la recuperación salarial con respecto a la inflación. Hay dos escenarios que explican esto: el inicio de un viraje en las políticas del Gobierno o una respuesta al escenario de crisis, que es más grave que lo que se pretende demostrar. Espero que sea lo segundo.
—¿Cree que es lo segundo?
—Creo que sí. Si no, no habrían dado incentivo a los jubilados o estarían congelando el presupuesto. Se está presionando contra la política de recuperación de los salarios, especialmente, en el sector público, para prevenir escenarios más complicados. Hay que seguir incentivando el crecimiento del salario y profundizar la distribución de la riqueza, recomponer la asignación familiar por hijo, tener un Consejo del Salario permanente. Esa es la única manera de evitar un pozo recesivo y no aplicar recetas ortodoxas.
—¿El Gobierno está optando por recetas ortodoxas para proteger la caja y contener la inflación?
—No es tan así. Pero algunos sectores del Gobierno empiezan a plantear que se llegó al techo en el nivel salarial. Son los que le dicen a la Presidenta que estamos en el fifty-fifty. Pero en realidad, la recuperación del salario desde 2003 no llega al 36 por ciento. Son los que creen que Argentina está desfasada en salarios con respecto a la región. Es el peronismo, que cree que puede manejar al movimiento obrero –se niega a especificar nombres–.
—¿Qué pensó cuando escuchó a CFK increpar a los docentes en el Congreso?
—Fue muy injusta la frase de la Presidenta, casi rozó el agravio, fue una frase desafortunada y una visión poco objetiva. La Argentina tiene una Ley de Financiamiento de la Educación gracias a la carpa blanca y Néstor Kirchner tomó esa demanda. Todo parece haber caído en el olvido. Fue injusto y errado haber utilizado esos términos. Si pensamos que este salario está bien, en 10 años no tenemos docentes.
—¿La paritaria docente es el ejemplo del Gobierno para otros gremios?
—Los ministros de Educación y de Trabajo nos reconocieron que no era un problema de plata sino que nos imponían un número que no llegara al 20 por ciento de manera inflexible porque somos la primera paritaria del año.
—¿Coincide con Moyano en que el Gobierno está perdiendo el rumbo?
—No. La pelea de Moyano es por el PJ y la defensa corporativa de dirigentes sindicales que tienen que explicar a la Justicia por actos de tenor delictivo. Yo coincidía con el Moyano que salía a pelear por las políticas públicas, como cuando defendimos la 125. Pero creo en la autonomía sindical. El Gobierno no puede pretender que el movimiento sindical se subordine. Que no lo espere. Suponen que los gremios se pueden manejar a control remoto y que porque apoyamos la candidatura de Cristina, les entregamos un cheque en blanco, y ahora no podemos llamar a una huelga en reclamo de salarios. Tienen que entender que vamos a apoyar las medidas de avance, pero vamos a seguir reclamando.