Argentina
Cerro Vanguardia: cómo funciona la «mina modelo” que se quiere replicar en otras provincias
Estado y privados invierten para promover el desarrollo de la región
La presidenta Cristina Fernández, el jueves pasado, junto a los trabajadores de la mina de oro y plata de San Julian
Por Pablo Waisberg, enviado especial a San Julián, Santa Cruz
Crear empresas mixtas en todas las provincias donde se desarrollan actividades mineras para participar de las utilidades de las multinacionales. Desplegar agencias de desarrollo local y fondos de infraestructura para garantizar la supervivencia de las comunidades más allá de la vida útil de los proyectos mineros, que suelen agotarse en 20 o 30 años. Esa es la doble fórmula que encontró el gobierno nacional en Cerro Vanguardia, la tercera extractora de oro del país, y que busca replicar en una decena de distritos. Es un esquema que permite recuperar una porción de la renta diferencial que se pierde por la situación impositiva del sector y, al mismo tiempo, eludir el complejo y revulsivo proceso que implicaría modificar el Código de Minería, que es donde se sustentan esos beneficios fiscales.
«Siento que estoy frente a un hijo» y «me gusta la palabra vanguardia», dijo la presidenta Cristina Fernández el jueves pasado en la mina de oro y plata de San Julián, que explota la empresa mixta conformada por la sudafricana AngloGold Ashanti y la estatal Fomento Minero de Santa Cruz Sociedad del Estado (Fomicruz). Allí, a 400 kilómetros de Río Gallegos y después de inaugurar un nuevo tramo subterráneo, la jefa de Estado marcó con esas palabras cuál es su grado de acuerdo político con ese proyecto minero, donde la multinacional tiene el 92,5% de la participación accionaria y la firma provincial el 7,5 por ciento. Esa porción le permite obtener un porcentaje equivalente de las utilidades anuales, que en 2011 totalizaron $578,3 millones después del pago de impuestos, según detalló la compañía a BAE.
Pero, además, Fomicruz recibe un 6,6% sobre las ventas anuales -es decir, sin deducción impositiva- por el usufructo de tierras provinciales que hace su socia privada. Todo eso complementa bien el escaso 1% que recibe la provincia de Santa Cruz en concepto de regalías según el valor del mineral en boca de mina, el más bajo en la cadena de valor. Es que la legislación minera que se votó en los noventa sólo establece un techo del 3% para el cobro de regalías pero no habla de piso.
Esa participación accionaria más el usufructo de tierras permite a los estados nacional y provincial recuperar parte de lo que se pierde por los beneficios fiscales del sector: doble deducción de gastos de exploración en Ganancias, devolución del IVA a la exploración, estabilidad fiscal y cambiaria por 30 años, amortización acelerada de maquinarias y vehículos, exenciones de aranceles y tasas aduaneras, deducción por gastos de conservación del medio ambiente, exención a la ganancia mínima presunta, devolución anticipada y financiamiento de IVA, exención en Ingresos Brutos y al impuesto al cheque, reembolsos por uso de puertos patagónicos y deducción del cien por cien del impuesto a los combustibles líquidos.
En los últimos años se modificaron dos beneficios que generaron algunas tensiones: primero fue el incremento del 5 al 50% de las retenciones por exportaciones y, luego, la obligación de liquidar la totalidad de sus divisas en el país. La primera decisión provocó algunas denuncias judiciales, como la que hizo Minera Alumbrera y tensó su relación con el Gobierno. Ahora, se suma el férreo control al ingreso de algunos productos, que mantiene algunas maquinarias paradas en Aduana. A eso se refirió, con mucho cuidado, el gerente general de Cerro Vanguardia, Jorge Palmes, cuando señaló el jueves pasado la necesidad del sector de utilizar «megaequipos y repuestos que provienen del exterior».
El otro pilar de Vanguardia, que fue destacado en el Acuerdo Federal Minero que se firmó cuarenta y ocho horas antes de que la jefa de Estado llegara a Puerto San Julián, es la creación de agencias de desarrollo y de fondos de infraestructura provincial. Esos puntos fueron valorados especialmente por el secretario de Minería, Jorge Mayoral, que llegó aquí unos días antes y se reunió con proveedores locales y recorrió los proyectos que se están realizando en la zona.
El comienzo. La Fundación Agencia de Desarrollo San Julián se comenzó a discutir en 2003, tras la asunción del intendente kirchnerista Nelson Gleadell y funciona desde junio de 2008. «Esa idea ya la teníamos en nuestra plataforma electoral y decidimos tomar los riesgos que implica meternos en una discusión como esa pero a la empresa también le suma esto», explicó Gleadell a este diario.
Las primeras reuniones no fueron fáciles pero lograron avanzar y «después vino una etapa de debate y análisis con la comunidad hasta que se tuvo listo el plan de desarrollo sustentable y se empezó a trabajar en él», completó a BAE el jefe de Relaciones con la Comunidad de Vanguardia, Adolfo Valvano, quien también es el tesorero de la agencia.
Se trata de un ente mixto -donde hay seis instituciones representadas más la minera- pero íntegramente financiado por Cerro Vanguardia, que aporta $500.000 anuales para su funcionamiento. Además, solventa un fondo para desarrollo de políticas estratégicas -turismo, educación, energía eólica, pesca y ganadería- que se acrecienta año a año según las ganancias de la empresa.
En 2010 aportó $3 millones y tuvo una ganancia de $402,8 millones y para 2011 elevó su aporte $5,2 millones, un 1,3% de sus utilidades. Eso equivale -sin contabilizar los aportes extra que hace la minera- al 11% del presupuesto municipal del año pasado, unos $47 millones. Para este año, el financiamiento llegará a los $7,5 millones sin los extras.
Promueven el turismo y la creación de un parque eólico para que el agotamiento del oro no afecte a San Julián
“Apuntamos a un mejoramiento no sólo económico, sino también de la calidad de vida», definió la gerenta general de la Fundación Agencia de Desarrollo de San Julián, Claudia Mansilla, al sintetizar el objetivo del ente mixto, que integran siete instituciones de la zona y que financia la minera Cerro Vanguardia. Ese fue el objetivo que se fijó la entidad creada en 2008, que financia las líneas estratégicas de crecimiento de la comuna y que permite financiar los más variados proyectos y emprendimientos.
Para definir qué y cómo se financiaba, se realizaron talleres y foros con la comunidad para trazar las líneas sobre las cuáles trabajar en una zona donde la ganadería terminó de ser destruida por los efectos del volcán Hudson. «Se trató de un proceso de construcción de consensos con las diferentes instituciones que representan a la comunidad pero también con los vecinos y así se conformó una fundación sin fines de lucro que financia la empresa», detalló el jefe de Relaciones con la Comunidad de Vanguardia y Tesorero de la agencia, Adolfo Valvano.
Así fue que el directorio de la Agencia de Desarrollo quedó integrada por ocho representantes: uno por la Universidad Nacional Patagonia Austral, uno por la Cámara de Comercio, uno por la Sociedad Rural, uno por el municipio, uno por la Gobernación, uno por Cerro Vanguardia y dos miembros del Consejo Deliberante (uno por la mayoría y otro por la minoría).
Entre las líneas de desarrollo estratégico que definió la agencia se encuentra la creación de un parque eólico, que tienen sus estudios de impacto ambiental bastante avanzados; y los trabajos para convertir a San Julián en un polo turístico: planean conmemorar en 2020 los 500 años de la primera misa desarrollada en la Argentina y construir un Museo de Malvinas.
Además, se creó una línea de crédito bicentenario -otorgados por el Banco Solidario que funciona bajo la órbita de la Municipalidad de San Julián- por la cual se financian proyectos aprobados por la Agencia de Desarrollo. Generalmente se financia el 40 o 50% del proyecto.
Entre otros, se financió la compra de un barco pesquero y un proyecto para envasar agua de un manantial de la zona, que prevé envasar 12.800 litros diarios en una primera etapa.
Por fuera del convenio con la agencia de desarrollo, Cerro Vanguardia solventó necesidades de la policía y los bomberos de la zona, y financió el 30% de la construcción del hospital local y de la única pileta cubierta de San Julián. Incluso, en 2010 compró la bandera de ceremonia que necesitaba la dependencia local de Prefectura Nacional.
También aporta un fondo que tiene el hospital local para pagar los sueldos de los médicos hasta que les sale el pago provincial o municipal, que suelen llegar con seis meses de demora.
Cerro Vanguardia: cómo funciona la «mina modelo” que se quiere replicar en otras provincias
Estado y privados invierten para promover el desarrollo de la región
La presidenta Cristina Fernández, el jueves pasado, junto a los trabajadores de la mina de oro y plata de San Julian
Por Pablo Waisberg, enviado especial a San Julián, Santa Cruz
Crear empresas mixtas en todas las provincias donde se desarrollan actividades mineras para participar de las utilidades de las multinacionales. Desplegar agencias de desarrollo local y fondos de infraestructura para garantizar la supervivencia de las comunidades más allá de la vida útil de los proyectos mineros, que suelen agotarse en 20 o 30 años. Esa es la doble fórmula que encontró el gobierno nacional en Cerro Vanguardia, la tercera extractora de oro del país, y que busca replicar en una decena de distritos. Es un esquema que permite recuperar una porción de la renta diferencial que se pierde por la situación impositiva del sector y, al mismo tiempo, eludir el complejo y revulsivo proceso que implicaría modificar el Código de Minería, que es donde se sustentan esos beneficios fiscales.
«Siento que estoy frente a un hijo» y «me gusta la palabra vanguardia», dijo la presidenta Cristina Fernández el jueves pasado en la mina de oro y plata de San Julián, que explota la empresa mixta conformada por la sudafricana AngloGold Ashanti y la estatal Fomento Minero de Santa Cruz Sociedad del Estado (Fomicruz). Allí, a 400 kilómetros de Río Gallegos y después de inaugurar un nuevo tramo subterráneo, la jefa de Estado marcó con esas palabras cuál es su grado de acuerdo político con ese proyecto minero, donde la multinacional tiene el 92,5% de la participación accionaria y la firma provincial el 7,5 por ciento. Esa porción le permite obtener un porcentaje equivalente de las utilidades anuales, que en 2011 totalizaron $578,3 millones después del pago de impuestos, según detalló la compañía a BAE.
Pero, además, Fomicruz recibe un 6,6% sobre las ventas anuales -es decir, sin deducción impositiva- por el usufructo de tierras provinciales que hace su socia privada. Todo eso complementa bien el escaso 1% que recibe la provincia de Santa Cruz en concepto de regalías según el valor del mineral en boca de mina, el más bajo en la cadena de valor. Es que la legislación minera que se votó en los noventa sólo establece un techo del 3% para el cobro de regalías pero no habla de piso.
Esa participación accionaria más el usufructo de tierras permite a los estados nacional y provincial recuperar parte de lo que se pierde por los beneficios fiscales del sector: doble deducción de gastos de exploración en Ganancias, devolución del IVA a la exploración, estabilidad fiscal y cambiaria por 30 años, amortización acelerada de maquinarias y vehículos, exenciones de aranceles y tasas aduaneras, deducción por gastos de conservación del medio ambiente, exención a la ganancia mínima presunta, devolución anticipada y financiamiento de IVA, exención en Ingresos Brutos y al impuesto al cheque, reembolsos por uso de puertos patagónicos y deducción del cien por cien del impuesto a los combustibles líquidos.
En los últimos años se modificaron dos beneficios que generaron algunas tensiones: primero fue el incremento del 5 al 50% de las retenciones por exportaciones y, luego, la obligación de liquidar la totalidad de sus divisas en el país. La primera decisión provocó algunas denuncias judiciales, como la que hizo Minera Alumbrera y tensó su relación con el Gobierno. Ahora, se suma el férreo control al ingreso de algunos productos, que mantiene algunas maquinarias paradas en Aduana. A eso se refirió, con mucho cuidado, el gerente general de Cerro Vanguardia, Jorge Palmes, cuando señaló el jueves pasado la necesidad del sector de utilizar «megaequipos y repuestos que provienen del exterior».
El otro pilar de Vanguardia, que fue destacado en el Acuerdo Federal Minero que se firmó cuarenta y ocho horas antes de que la jefa de Estado llegara a Puerto San Julián, es la creación de agencias de desarrollo y de fondos de infraestructura provincial. Esos puntos fueron valorados especialmente por el secretario de Minería, Jorge Mayoral, que llegó aquí unos días antes y se reunió con proveedores locales y recorrió los proyectos que se están realizando en la zona.
El comienzo. La Fundación Agencia de Desarrollo San Julián se comenzó a discutir en 2003, tras la asunción del intendente kirchnerista Nelson Gleadell y funciona desde junio de 2008. «Esa idea ya la teníamos en nuestra plataforma electoral y decidimos tomar los riesgos que implica meternos en una discusión como esa pero a la empresa también le suma esto», explicó Gleadell a este diario.
Las primeras reuniones no fueron fáciles pero lograron avanzar y «después vino una etapa de debate y análisis con la comunidad hasta que se tuvo listo el plan de desarrollo sustentable y se empezó a trabajar en él», completó a BAE el jefe de Relaciones con la Comunidad de Vanguardia, Adolfo Valvano, quien también es el tesorero de la agencia.
Se trata de un ente mixto -donde hay seis instituciones representadas más la minera- pero íntegramente financiado por Cerro Vanguardia, que aporta $500.000 anuales para su funcionamiento. Además, solventa un fondo para desarrollo de políticas estratégicas -turismo, educación, energía eólica, pesca y ganadería- que se acrecienta año a año según las ganancias de la empresa.
En 2010 aportó $3 millones y tuvo una ganancia de $402,8 millones y para 2011 elevó su aporte $5,2 millones, un 1,3% de sus utilidades. Eso equivale -sin contabilizar los aportes extra que hace la minera- al 11% del presupuesto municipal del año pasado, unos $47 millones. Para este año, el financiamiento llegará a los $7,5 millones sin los extras.
Promueven el turismo y la creación de un parque eólico para que el agotamiento del oro no afecte a San Julián
“Apuntamos a un mejoramiento no sólo económico, sino también de la calidad de vida», definió la gerenta general de la Fundación Agencia de Desarrollo de San Julián, Claudia Mansilla, al sintetizar el objetivo del ente mixto, que integran siete instituciones de la zona y que financia la minera Cerro Vanguardia. Ese fue el objetivo que se fijó la entidad creada en 2008, que financia las líneas estratégicas de crecimiento de la comuna y que permite financiar los más variados proyectos y emprendimientos.
Para definir qué y cómo se financiaba, se realizaron talleres y foros con la comunidad para trazar las líneas sobre las cuáles trabajar en una zona donde la ganadería terminó de ser destruida por los efectos del volcán Hudson. «Se trató de un proceso de construcción de consensos con las diferentes instituciones que representan a la comunidad pero también con los vecinos y así se conformó una fundación sin fines de lucro que financia la empresa», detalló el jefe de Relaciones con la Comunidad de Vanguardia y Tesorero de la agencia, Adolfo Valvano.
Así fue que el directorio de la Agencia de Desarrollo quedó integrada por ocho representantes: uno por la Universidad Nacional Patagonia Austral, uno por la Cámara de Comercio, uno por la Sociedad Rural, uno por el municipio, uno por la Gobernación, uno por Cerro Vanguardia y dos miembros del Consejo Deliberante (uno por la mayoría y otro por la minoría).
Entre las líneas de desarrollo estratégico que definió la agencia se encuentra la creación de un parque eólico, que tienen sus estudios de impacto ambiental bastante avanzados; y los trabajos para convertir a San Julián en un polo turístico: planean conmemorar en 2020 los 500 años de la primera misa desarrollada en la Argentina y construir un Museo de Malvinas.
Además, se creó una línea de crédito bicentenario -otorgados por el Banco Solidario que funciona bajo la órbita de la Municipalidad de San Julián- por la cual se financian proyectos aprobados por la Agencia de Desarrollo. Generalmente se financia el 40 o 50% del proyecto.
Entre otros, se financió la compra de un barco pesquero y un proyecto para envasar agua de un manantial de la zona, que prevé envasar 12.800 litros diarios en una primera etapa.
Por fuera del convenio con la agencia de desarrollo, Cerro Vanguardia solventó necesidades de la policía y los bomberos de la zona, y financió el 30% de la construcción del hospital local y de la única pileta cubierta de San Julián. Incluso, en 2010 compró la bandera de ceremonia que necesitaba la dependencia local de Prefectura Nacional.
También aporta un fondo que tiene el hospital local para pagar los sueldos de los médicos hasta que les sale el pago provincial o municipal, que suelen llegar con seis meses de demora.