Como ningún otro, este aniversario de la guerra de Malvinas (30 años) ha llegado precedido por una avalancha de publicaciones y relatos. Una amiga, corresponsal mexicana en Buenos Aires, contó los libros publicados: 32.
El recrudecimiento de la tensión diplomática, alentado por la presidenta Kirchner y por el primer ministro Cameron por necesidades políticas internas, mantiene el tema en los diarios desde hace meses, con alguna ocasional revelación sobre lo que ocurrió hace treinta años y muchas reinterpretaciones y opiniones –algunas muy sólidas, otras disparatadas– que hablan más de la actualidad política que del pasado.
Para quienes deseen sortear la avalancha y quedarse con algunas ideas claras sobre aquella guerra y este aniversario, recomiendo tres textos:
1. Este brillante discurso del historiador británico Eric Hobsbawm, leído en una conferencia a pocos meses de terminada la guerra. Define mejor que ningún otro por qué Gran Bretaña fue a la guerra y cuál es la importancia (nula) de las islas para lo que estaba en juego en aquel momento. Echa luz sobre el actual recrudecimiento del conflicto diplomático.
2. Este texto de Hernán Dobry, autor del libro «Los rabinos de Malvinas», que retrata la bestialidad con que eran tratados los soldados: golpeados, torturados, hambreados y enviados a morir sólo porque eran judíos. Muestra no sólo el antisemitistmo de algunos suboficiales sino la brutalidad con que eran tratados, en general, los soldados, y la catadura de la dictadura militar argentina.
3. Este relato del corresponsal del periódico británico The Observer, que llegó a la Argentina cuando todavía se creia que la toma de las Malvinas por la Argentina no iba a derivar en una guerra sino en alguna clase de acuerdo diplomatico. Cuenta cómo la dinámica de los hechos acabó con él tres meses presos en Ushuaia por espía, y desde esa prisión hace una crónica de la guerra a ciegas –que es, en cierta medida, como la vivieron los argentinos, sin acceso a ninguna información real hasta después de que concluyera–.
El recrudecimiento de la tensión diplomática, alentado por la presidenta Kirchner y por el primer ministro Cameron por necesidades políticas internas, mantiene el tema en los diarios desde hace meses, con alguna ocasional revelación sobre lo que ocurrió hace treinta años y muchas reinterpretaciones y opiniones –algunas muy sólidas, otras disparatadas– que hablan más de la actualidad política que del pasado.
Para quienes deseen sortear la avalancha y quedarse con algunas ideas claras sobre aquella guerra y este aniversario, recomiendo tres textos:
1. Este brillante discurso del historiador británico Eric Hobsbawm, leído en una conferencia a pocos meses de terminada la guerra. Define mejor que ningún otro por qué Gran Bretaña fue a la guerra y cuál es la importancia (nula) de las islas para lo que estaba en juego en aquel momento. Echa luz sobre el actual recrudecimiento del conflicto diplomático.
2. Este texto de Hernán Dobry, autor del libro «Los rabinos de Malvinas», que retrata la bestialidad con que eran tratados los soldados: golpeados, torturados, hambreados y enviados a morir sólo porque eran judíos. Muestra no sólo el antisemitistmo de algunos suboficiales sino la brutalidad con que eran tratados, en general, los soldados, y la catadura de la dictadura militar argentina.
3. Este relato del corresponsal del periódico británico The Observer, que llegó a la Argentina cuando todavía se creia que la toma de las Malvinas por la Argentina no iba a derivar en una guerra sino en alguna clase de acuerdo diplomatico. Cuenta cómo la dinámica de los hechos acabó con él tres meses presos en Ushuaia por espía, y desde esa prisión hace una crónica de la guerra a ciegas –que es, en cierta medida, como la vivieron los argentinos, sin acceso a ninguna información real hasta después de que concluyera–.
Muy interesante el análisis de Eric Hobsbawm.
Cuando habla sobre el patriotismo, tema que siempre ha sido problemático para la izquierda, habría que subrayar la frase:
«Pero el patriotismo y el patrioterismo han sido utilizados una vez para cambiar la situación política en su favor y pueden ser utilizados de nuevo. Debemos estar alertas. Los gobiernos desesperados de la derecha intentan cualquier cosa.» Es cierto, los gobiernos de derecha, así es.-
Bueno, Thatcher lo hizo con el Belgrano.
No lo veo lo del Belgrano dentro de lo que quiere decir el autor. Fue un crimen de guerra y un acto innecesario y prepotente, podía igualmente haber ganado la guerra sin ello.
No, lo que ganó con ello fueron las elecciones. Para eso lo hizo.