Reforma constitucional. El camino que propone el Pit-Cnt es largo, caro y engorroso. En el Frente Amplio, el Astorismo y la Vertiente Artiguista, junto a blancos y colorados, rechazan la ideaLa idea de reformar la Constitución por medio de una Asamblea Nacional Constituyente, relanzada por un planteo del Pit-Cnt, divide al Frente Amplio (FA), a pesar de que la iniciativa fue aprobada por órganos de la coalición. Oposición la rechaza.
El planteo del Pit-Cnt de convocar a una jornada cívica para discutir temas a incluir en una eventual Asamblea Constituyente sacó a relucir, nuevamente, las divisiones que la iniciativa genera en la interna del Frente Amplio, pese a que fue aprobada por el Congreso y el Plenario de la fuerza política.
Mientras que el bloque conformado por el Movimiento de Participación Popular (MPP) y el Partido Comunista (PCU) defiende la convocatoria, las resistencias aparecen no solo en la oposición, sino en el resto de los sectores del partido de gobierno. Los detractores consideran que es necesario preguntarse qué cambiar antes de utilizar la herramienta. Nadie parece tener claro los contenidos, pero los tiempos se agotan para la convocatoria a la Constituyente, idea que naufragaría en medio de la campaña electoral.
Se trata de un camino de reforma de la Carta Magna con tres antecedentes desde 1830, que además de engorrosa y larga es, para los que la descartan, inoportuna para la coyuntura política del país. Tiene, además, costos millonarios para el erario público.
La idea fue relanzada el lunes por el dirigente sindical comunista Marcelo Abdala en la Mesa Política del FA. Lo hizo al invitar a la coalición a participar de una «jornada cívica» que tendrá lugar el jueves 19 de abril en todo el país, para discutir una plataforma de cara a una reforma constitucional.
ADECUADO. Para el secretario general del PCU, Eduardo Lorier, la Constituyente es el camino «más adecuado» para lograr los cambios importantes que se pretenden alcanzar. «Hay necesidad de cambiar desde el punto de vista de las estructuras jurídico-políticas. Lo ha dicho (el presidente José) Mujica: adecuar la presencia y el accionar del Estado en la sociedad y en la economía a nuestra realidad», comentó el legislador a El País.
En el mismo sentido se expresa el MPP. La senadora Lucía Topolansky ha sido una de las defensoras más enérgicas de la convocatoria, y en ese marco planteó más de una vez transformar el Parlamento en unicameral por medio de una Asamblea Constituyente. La coalición de sectores que agrupados en el Frente Líber Seregni responde al vicepresidente Danilo Astori, entiende inoportuna la iniciativa. «No estamos de acuerdo. Para hacer una Asamblea Constituyente primero hay que saber qué se quiere hacer, y en segundo lugar, no me parece bien que se la haga coincidir con la elección nacional. Hay que discutir lo que fue la obra de gobierno y no una nueva Constitución», dijo ayer a El País el diputado Jorge Orrico (Asamblea Uruguay), uno de los pocos abogados de la bancada del FA, que además preside la Cámara de Representantes.
El líder de la Vertiente Artiguista y candidato a presidente del FA, Enrique Rubio, dijo ayer a El País que «no es el momento» para una Constituyente porque, entre otras cosas, no existe una «demanda fuerte de la sociedad» para involucrarse en este momento en una reforma de ese tipo. «No lograría conjugar acuerdos para elegir una especie de Parlamento doble que se dedicara a una elaboración de esa naturaleza. Además, el centro de los temas del país pasará a ser ese. Me parece que la agenda es otra», insistió Rubio.
En el Partido Nacional «no hay ningún ambiente proclive» a promover una Constituyente, aseguró a El País el senador Francisco Gallinal. Y menos cuando promedia la gestión del actual gobierno.
A comienzos de 2010, Gallinal presentó una iniciativa para conformar una Constituyente, la moción fue votada en el Senado y se acordó formar una comisión multipartidaria, pero nunca se integró. Gallinal planteó el tema en tres ocasiones al presidente del cuerpo, Astori, pero al igual que ahora ni él y ni su sector político tenían voluntad política para analizar el tema. La idea de los nacionalistas era que, en 2010, con una buena distancia antes de las siguientes elecciones nacionales, los cambios no estarían teñidos de subjetividad. «Queríamos hacer un ajuste para abreviar el cronograma electoral», explicó Gallinal.
«Una Constituyente significa un largo proceso que puede llevar unos dos años porque hay que convocarla, integrarla, se pronuncia y luego hacer un plebiscito para ver si la ciudadanía acepta o rechaza lo resuelto. Estaríamos malgastando el tiempo», advirtió el senador de Correntada Wilsonista.
UNA MODA. También el Partido Independiente lo consideró un tema «fuera de momento». El FA «pone la carreta delante de los bueyes porque nunca dicen qué quieren reformar de la Constitución. El énfasis está puesto en el instrumento», comentó a El País el presidente del partido, Pablo Mieres. Opinó que si dentro del Frente «discuten sobre qué reforma quieren impulsar, no se van a poner de acuerdo». El dirigente tuvo una visión un tanto más crítica que otros partidos al señalar que tiene la impresión de que «lo que hacen (en el FA) es copiar los procesos que ocurrieron en los países `chavistas` como Venezuela, Ecuador o Bolivia». «Está de moda hacer una Constituyente, entonces convoquémosla», ironizó Mieres, quien recordó que esa idea está en el programa del Frente Amplio. «Siempre lo promueven antes de ponerse de acuerdo en qué plantear», afirmó.
En el Partido Colorado la eventual convocatoria a una Constituyente también genera un rechazo generalizado.
Comisión prepara propuesta
En 2008, el Congreso Nacional del Frente Amplio decidió promover la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente en el primer año del gobierno de José Mujica, pero no prosperó por diferencias políticas internas. Una buena parte de las fuerzas frenteamplistas, aunque perdieron aquella votación en el Congreso, tienen un peso específico que les ha permitido bloquear aquel mandato. A la cabeza de esa oposición están los sectores alineados con el vicepresidente Danilo Astori en el Frente Líber Seregni (FLS). Actualmente funciona una comisión especial creada por el Plenario Nacional del FA para elaborar un proyecto de nueva Constitución. La preside el ex senador socialista José Korzeniak.
El planteo del Pit-Cnt de convocar a una jornada cívica para discutir temas a incluir en una eventual Asamblea Constituyente sacó a relucir, nuevamente, las divisiones que la iniciativa genera en la interna del Frente Amplio, pese a que fue aprobada por el Congreso y el Plenario de la fuerza política.
Mientras que el bloque conformado por el Movimiento de Participación Popular (MPP) y el Partido Comunista (PCU) defiende la convocatoria, las resistencias aparecen no solo en la oposición, sino en el resto de los sectores del partido de gobierno. Los detractores consideran que es necesario preguntarse qué cambiar antes de utilizar la herramienta. Nadie parece tener claro los contenidos, pero los tiempos se agotan para la convocatoria a la Constituyente, idea que naufragaría en medio de la campaña electoral.
Se trata de un camino de reforma de la Carta Magna con tres antecedentes desde 1830, que además de engorrosa y larga es, para los que la descartan, inoportuna para la coyuntura política del país. Tiene, además, costos millonarios para el erario público.
La idea fue relanzada el lunes por el dirigente sindical comunista Marcelo Abdala en la Mesa Política del FA. Lo hizo al invitar a la coalición a participar de una «jornada cívica» que tendrá lugar el jueves 19 de abril en todo el país, para discutir una plataforma de cara a una reforma constitucional.
ADECUADO. Para el secretario general del PCU, Eduardo Lorier, la Constituyente es el camino «más adecuado» para lograr los cambios importantes que se pretenden alcanzar. «Hay necesidad de cambiar desde el punto de vista de las estructuras jurídico-políticas. Lo ha dicho (el presidente José) Mujica: adecuar la presencia y el accionar del Estado en la sociedad y en la economía a nuestra realidad», comentó el legislador a El País.
En el mismo sentido se expresa el MPP. La senadora Lucía Topolansky ha sido una de las defensoras más enérgicas de la convocatoria, y en ese marco planteó más de una vez transformar el Parlamento en unicameral por medio de una Asamblea Constituyente. La coalición de sectores que agrupados en el Frente Líber Seregni responde al vicepresidente Danilo Astori, entiende inoportuna la iniciativa. «No estamos de acuerdo. Para hacer una Asamblea Constituyente primero hay que saber qué se quiere hacer, y en segundo lugar, no me parece bien que se la haga coincidir con la elección nacional. Hay que discutir lo que fue la obra de gobierno y no una nueva Constitución», dijo ayer a El País el diputado Jorge Orrico (Asamblea Uruguay), uno de los pocos abogados de la bancada del FA, que además preside la Cámara de Representantes.
El líder de la Vertiente Artiguista y candidato a presidente del FA, Enrique Rubio, dijo ayer a El País que «no es el momento» para una Constituyente porque, entre otras cosas, no existe una «demanda fuerte de la sociedad» para involucrarse en este momento en una reforma de ese tipo. «No lograría conjugar acuerdos para elegir una especie de Parlamento doble que se dedicara a una elaboración de esa naturaleza. Además, el centro de los temas del país pasará a ser ese. Me parece que la agenda es otra», insistió Rubio.
En el Partido Nacional «no hay ningún ambiente proclive» a promover una Constituyente, aseguró a El País el senador Francisco Gallinal. Y menos cuando promedia la gestión del actual gobierno.
A comienzos de 2010, Gallinal presentó una iniciativa para conformar una Constituyente, la moción fue votada en el Senado y se acordó formar una comisión multipartidaria, pero nunca se integró. Gallinal planteó el tema en tres ocasiones al presidente del cuerpo, Astori, pero al igual que ahora ni él y ni su sector político tenían voluntad política para analizar el tema. La idea de los nacionalistas era que, en 2010, con una buena distancia antes de las siguientes elecciones nacionales, los cambios no estarían teñidos de subjetividad. «Queríamos hacer un ajuste para abreviar el cronograma electoral», explicó Gallinal.
«Una Constituyente significa un largo proceso que puede llevar unos dos años porque hay que convocarla, integrarla, se pronuncia y luego hacer un plebiscito para ver si la ciudadanía acepta o rechaza lo resuelto. Estaríamos malgastando el tiempo», advirtió el senador de Correntada Wilsonista.
UNA MODA. También el Partido Independiente lo consideró un tema «fuera de momento». El FA «pone la carreta delante de los bueyes porque nunca dicen qué quieren reformar de la Constitución. El énfasis está puesto en el instrumento», comentó a El País el presidente del partido, Pablo Mieres. Opinó que si dentro del Frente «discuten sobre qué reforma quieren impulsar, no se van a poner de acuerdo». El dirigente tuvo una visión un tanto más crítica que otros partidos al señalar que tiene la impresión de que «lo que hacen (en el FA) es copiar los procesos que ocurrieron en los países `chavistas` como Venezuela, Ecuador o Bolivia». «Está de moda hacer una Constituyente, entonces convoquémosla», ironizó Mieres, quien recordó que esa idea está en el programa del Frente Amplio. «Siempre lo promueven antes de ponerse de acuerdo en qué plantear», afirmó.
En el Partido Colorado la eventual convocatoria a una Constituyente también genera un rechazo generalizado.
Comisión prepara propuesta
En 2008, el Congreso Nacional del Frente Amplio decidió promover la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente en el primer año del gobierno de José Mujica, pero no prosperó por diferencias políticas internas. Una buena parte de las fuerzas frenteamplistas, aunque perdieron aquella votación en el Congreso, tienen un peso específico que les ha permitido bloquear aquel mandato. A la cabeza de esa oposición están los sectores alineados con el vicepresidente Danilo Astori en el Frente Líber Seregni (FLS). Actualmente funciona una comisión especial creada por el Plenario Nacional del FA para elaborar un proyecto de nueva Constitución. La preside el ex senador socialista José Korzeniak.
es la cantidad de constituyentes que deben ser elegidos para integrar una Asamblea Nacional que discuta la reforma constitucional.