Foto: Archivo
Infografía: La elección en números
En las elecciones de octubre último, el Frente para la Victoria declaró que utilizó casi el triple de fondos que gastaron , en promedio, sus principales competidores de la oposición. Los datos se desprenden de los balances que todos los partidos entregaron a la Justicia Electoral y acaban de publicarse en Internet.
En las elecciones de 2011 debutó la reforma electoral motorizada por el Gobierno , que entre sus objetivos declaraba favorecer una mayor igualdad en la competencia electoral. Sin embargo, con los números en mano, el Frente para la Victoria declaró gastos por algo más de 15 millones de pesos, mientras los candidatos que le siguieron en votos (el socialista Hermes Binner y el radical Ricardo Alfonsín) gastaron cerca de $ 6,5 millones cada uno. Más abajo quedó Eduardo Duhalde, con gastos por $ 5,4 millones; Jorge Altamira, con $ 4,6 millones, y Elisa Carrió, con $ 4 millones.
A pesar de esta diferencia entre oficialismo y opositores, los especialistas en financiamiento político y campañas advierten que la desigualdad es infinitamente mayor, porque hay que computar los casi 1500 millones de pesos que, según cálculos de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), el Gobierno desembolsó el último año en publicidad oficial y los $ 900 millones que gastó en Fútbol para Todos, también dedicado a publicitar la gestión.
«La utilización de los recursos públicos durante todo el año hace que 15 millones sean irrisorios. Influye mucho más la catarata de publicidad oficial y el Fútbol para Todos que esto. Son cerca de $ 2000 millones que distorsionan la competencia electoral: nadie puede competir contra eso», señaló Pablo Secchi, de la Fundación Directorio Legislativo, que monitorea el tema.
Hecha la salvedad, es interesante analizar de dónde salieron los $ 15,16 millones que el Gobierno declaró ante la Justicia y cómo se gastaron. El primer dato curioso es que el kirchnerismo gastó casi lo mismo que en las elecciones presidenciales de 2007, cuando desembolsó 14,9 millones. Pero ese año el 80% del dinero había sido para publicitar en TV y radio, una contratación que esta vez estuvo prohibida por la nueva ley.
Sin ese gasto, el Gobierno destinó $ 2,7 millones de pesos a honorarios de agencias de publicidad, $ 2,5 millones a propaganda en la vía pública y $ 2,3 millones a folletería, números que en algunos casos quintuplican a los de la oposición en esos rubros. También hizo un gasto importante en organización de gastos y eventos ($ 1,8 millones) y en estudios de opinión pública ($ 520.000).
En el detalle, aparecen varios beneficiados. Entre las agencias de publicidad que el Gobierno contrató, se destaca Smiling Cosmos: se llevó $ 2,4 millones. La agencia que dirige Mariano Rolfo incluso promociona en su página web que hizo la última campaña presidencial. Otra beneficiada fue la empresa de propaganda en la vía pública Brand Connection (ahora en manos de la francesa Publicis), que embolsó $ 2,5 millones.
En el ítem de publicidad electoral también se destacan los honorarios de imprentas como Docuprint, Ipesa o Colorjet, que cobraron entre $ 380.000 y 650.000 cada una, y los del publicista Fernando Braga Menéndez, que facturó $ 464.000.
¿Pero de dónde salió la plata para contratar esos servicios? El kirchnerismo declaró que la mayor parte del dinero ($ 12 millones) vino de los aportes para campaña y para impresión de boletas que el Estado reparte entre todos los partidos (un porcentaje en partes iguales y otro según los votos obtenidos en la elección anterior). Esta vez el Gobierno declaró sólo 186 donaciones, que promediaron los $ 3500 cada una y que aportaron $ 626.000 de los $ 15 millones. El resto del dinero ($ 2,9 millones) llegó por transferencias partidarias de diferentes distritos.
Entre los aportantes que se declararon a la Justicia Electoral, son mayoría los funcionarios, sobre todo de Jefatura de Gabinete y de los ministerios de Salud e Interior.
En la lista figuran como aportantes, por ejemplo, Juan Carlos Nadalich (que reemplazó a Alicia Kirchner en Desarrollo Social cuando fue senadora); el ministro de Salud, Juan Manzur; la ministra de Industria, Débora Giorgi; el secretario de Gabinete, Facundo Nejamkis, el director Nacional de Migraciones, Martín Arias Duval, y el subsecretario de Comunicación (y ex secretario de Juventud de la Alianza), Gustavo Fernández Russo, entre otros..
Infografía: La elección en números
En las elecciones de octubre último, el Frente para la Victoria declaró que utilizó casi el triple de fondos que gastaron , en promedio, sus principales competidores de la oposición. Los datos se desprenden de los balances que todos los partidos entregaron a la Justicia Electoral y acaban de publicarse en Internet.
En las elecciones de 2011 debutó la reforma electoral motorizada por el Gobierno , que entre sus objetivos declaraba favorecer una mayor igualdad en la competencia electoral. Sin embargo, con los números en mano, el Frente para la Victoria declaró gastos por algo más de 15 millones de pesos, mientras los candidatos que le siguieron en votos (el socialista Hermes Binner y el radical Ricardo Alfonsín) gastaron cerca de $ 6,5 millones cada uno. Más abajo quedó Eduardo Duhalde, con gastos por $ 5,4 millones; Jorge Altamira, con $ 4,6 millones, y Elisa Carrió, con $ 4 millones.
A pesar de esta diferencia entre oficialismo y opositores, los especialistas en financiamiento político y campañas advierten que la desigualdad es infinitamente mayor, porque hay que computar los casi 1500 millones de pesos que, según cálculos de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), el Gobierno desembolsó el último año en publicidad oficial y los $ 900 millones que gastó en Fútbol para Todos, también dedicado a publicitar la gestión.
«La utilización de los recursos públicos durante todo el año hace que 15 millones sean irrisorios. Influye mucho más la catarata de publicidad oficial y el Fútbol para Todos que esto. Son cerca de $ 2000 millones que distorsionan la competencia electoral: nadie puede competir contra eso», señaló Pablo Secchi, de la Fundación Directorio Legislativo, que monitorea el tema.
Hecha la salvedad, es interesante analizar de dónde salieron los $ 15,16 millones que el Gobierno declaró ante la Justicia y cómo se gastaron. El primer dato curioso es que el kirchnerismo gastó casi lo mismo que en las elecciones presidenciales de 2007, cuando desembolsó 14,9 millones. Pero ese año el 80% del dinero había sido para publicitar en TV y radio, una contratación que esta vez estuvo prohibida por la nueva ley.
Sin ese gasto, el Gobierno destinó $ 2,7 millones de pesos a honorarios de agencias de publicidad, $ 2,5 millones a propaganda en la vía pública y $ 2,3 millones a folletería, números que en algunos casos quintuplican a los de la oposición en esos rubros. También hizo un gasto importante en organización de gastos y eventos ($ 1,8 millones) y en estudios de opinión pública ($ 520.000).
En el detalle, aparecen varios beneficiados. Entre las agencias de publicidad que el Gobierno contrató, se destaca Smiling Cosmos: se llevó $ 2,4 millones. La agencia que dirige Mariano Rolfo incluso promociona en su página web que hizo la última campaña presidencial. Otra beneficiada fue la empresa de propaganda en la vía pública Brand Connection (ahora en manos de la francesa Publicis), que embolsó $ 2,5 millones.
En el ítem de publicidad electoral también se destacan los honorarios de imprentas como Docuprint, Ipesa o Colorjet, que cobraron entre $ 380.000 y 650.000 cada una, y los del publicista Fernando Braga Menéndez, que facturó $ 464.000.
¿Pero de dónde salió la plata para contratar esos servicios? El kirchnerismo declaró que la mayor parte del dinero ($ 12 millones) vino de los aportes para campaña y para impresión de boletas que el Estado reparte entre todos los partidos (un porcentaje en partes iguales y otro según los votos obtenidos en la elección anterior). Esta vez el Gobierno declaró sólo 186 donaciones, que promediaron los $ 3500 cada una y que aportaron $ 626.000 de los $ 15 millones. El resto del dinero ($ 2,9 millones) llegó por transferencias partidarias de diferentes distritos.
Entre los aportantes que se declararon a la Justicia Electoral, son mayoría los funcionarios, sobre todo de Jefatura de Gabinete y de los ministerios de Salud e Interior.
En la lista figuran como aportantes, por ejemplo, Juan Carlos Nadalich (que reemplazó a Alicia Kirchner en Desarrollo Social cuando fue senadora); el ministro de Salud, Juan Manzur; la ministra de Industria, Débora Giorgi; el secretario de Gabinete, Facundo Nejamkis, el director Nacional de Migraciones, Martín Arias Duval, y el subsecretario de Comunicación (y ex secretario de Juventud de la Alianza), Gustavo Fernández Russo, entre otros..