Bernardo Kosacoff habla de un moderado ritmo en la expansión del consumo y de pérdida de impulso en la economía.
«Las medidas de restricción a las importaciones tienen elevados costos en las relaciones internacionales, en dificultades del aprovisionamiento de bienes para el proceso productivo, la postergación de inversiones y el crecimiento de precios», explicó a este diario el economista Bernardo Kosacoff.
Este profesor de la UBA, de la Universidad Torcuato Di Tella y de la Universidad Nacional de Quilmes dijo, además, que hay una señal de alerta que es «la postergación de proyectos de inversión en cartera, en particular en las empresas internacionales, que representan cerca del 80% del valor agregado del conjunto de las 500 empresas más grandes del país; que a su vez representan una cuarta parte del PBI y más de tres cuartas partes de las exportaciones y los gastos en innovación».
Aquí lo destacado del diálogo que mantuvo Ámbito Financiero con Bernardo Kosacoff.
Periodista: ¿Será muy abrupta la caída del consumo y el crecimiento?
Bernardo Kosacoff: Se ha moderado el ritmo de expansión del consumo y la economía viene perdiendo impulso. Es coincidente con las proyecciones del crecimiento del Presupuesto nacional elaborado por el Gobierno, que plantea un crecimiento del orden del 5% para el año y probablemente sea un techo demasiado optimista. Los indicadores de la industria y la construcción reflejan motores que se están apagando. La actividad doméstica se enfrenta con un mercado que se ha duplicado en estos últimos ocho años, con una masa salarial muy superior y se observa el planteo de políticas que tienen como objetivo privilegiar el mantenimiento del consumo, como la demora en la implementación de la eliminación de los subsidios y el manejo expansivo de la política monetaria, que afecta el crecimiento de los precios y los resultados fiscales. La continuidad de crecimiento de los costos internos reduce la competitividad de las exportaciones de mayor valor agregado, que a su vez se enfrentan con mercados internacionales con crecientes dificultades de acceso.
P.: ¿Cree que están dando resultado las restricciones para comprar dólares?
B.K.: Luego de varios años con abundancia de dólares, la cuenta corriente del balance de pagos en 2012 presenta números deficitarios, que explican las medidas adoptadas para revertir esta nueva escasez. Por una parte, la notable compra neta de cerca de 75 mil millones de dólares de activos externos verificada ente 2007 y 2011, sumada a la remesa de utilidades y otros servicios financieros, fueron determinantes en la aplicación del conjunto de medidas de control de cambios, incluida la obligación de la repatriación y trabas al giro de utilidades al exterior. Por otra parte, las importaciones mostraban una significativa aceleración, alcanzando un récord histórico en 2011 de 74 mil millones de dólares, asociado a un contexto del comercio internacional crecientemente restrictivo. La respuesta fue la implementación del conjunto de restricciones a las importaciones.
P.: ¿Estas importaciones crecientes eran riesgosas?
B.K.: El récord de las importaciones en 2011 estuvo asociado a dos saldos comerciales crecientemente negativos y con récord histórico: el sector energético y del comercio de manufacturas (cercano a los 30 mil millones de dólares). Los cambios operados a partir de la convertibilidad en la estructura industrial hacia procesos de mayor ensamblaje generaron una participación creciente de insumos, partes y componentes importados en la función de producción de las manufacturas. A su vez, se ha verificado una participación creciente y decisiva de los bienes de capital importados en los procesos de inversión. Estos cambios explican que los bienes de consumo son menos del 10% del total de importaciones. En un contexto de un muy buen nivel de actividad y con capacidad plenamente utilizada, la aceleración de las importaciones en 2011 responde a la atención de la demanda excedente y a los altos niveles de la inversión que llegaron al 24% del PBI. La ampliación de la oferta doméstica en un esquema de economía abierta es la forma de revertir esta tendencia.
P.: ¿Cuál será el costo de profundizar las restricciones a las importaciones?
B.K.: Las medidas de restricción a las importaciones impactarán en el corto plazo en su reducción, determinada por la disminución de los stocks disponibles de bienes importados -que eran muy elevados-, el freno de las inversiones, la desaceleración del nivel de actividad y un incipiente proceso de sustituciones. Estas medidas tienen elevados costos en las relaciones internacionales, en dificultades del aprovisionamiento de bienes para el proceso productivo, la postergación de inversiones y el crecimiento de precios. Para que las medidas de administración del comercio tengan efectos más importantes en el largo plazo deberían poner el centro de atención en el fortalecimiento de la oferta productiva. La clave es desarrollar ventajas competitivas dinámicas con procesos de inversión, calificación de recursos humanos, desarrollo de proveedores competitivos, mejoras en la gestión de calidad, aceleración de los esfuerzos de innovación tecnológica, desarrollo del mercado de capitales para el largo plazo, desarrollo de la infraestructura, entre otros elementos, favoreciendo simultáneamente la sustitución de importaciones y el dinamismo exportador en una inserción creciente en el comercio internacional.
P.: ¿Y afecta los planes de inversión?
B.K.: Una señal de alerta es la postergación de proyectos de inversión en cartera, en particular en las empresas internacionales. Una característica de la oferta de bienes y servicios del país es la muy alta participación de empresas extranjeras. Estas firmas representan cerca del 80% del valor agregado del conjunto de las 500 empresas más grandes del país, que a su vez representan una cuarta parte del PBI y más de tres cuartas partes de las exportaciones y los gastos en innovación. En forma asimétrica, el conjunto de subsidiarias locales facturan menos del 1% de las ventas mundiales de las corporaciones a las cuales pertenecen. Es decir, son muy grandes en el escenario doméstico y muy pequeñas en las cadenas globales de valor. El desafío es poder mejorar la participación de las subsidiaras locales, logrando que éstas consigan la adjudicación de producción y generación de conocimiento técnico en las licitaciones internas de las casas matrices. Las evidencias recientes señalan que hay mucho camino para mejorar, favoreciendo las inversiones en plantas nuevas frente al proceso de adquisiciones de empresas locales existentes y con creciente generación de empleo, tecnología y exportaciones.
P.: ¿Cuál cree que es el mayor problema hoy en materia energética?
B.K.: En el caso de la energía se da un escenario muy curioso. Por un lado, la existencia de demandas crecientes con niveles de producción cada vez menos suficientes. Pero a su vez, se ha revertido la visión de la escasa existencia de reservas energéticas en el país: todos los días se presentan nuevas proyecciones crecientes del potencial de los yacimientos de combustibles no convencionales en el país, que nos ubican en el primer lugar a nivel mundial en términos de habitantes y entre los primeros cuatro lugares a nivel absoluto. Son recursos suficientes para muchas décadas, que requieren de inversiones, tecnologías, emprendedores y evaluaciones de impacto ambiental. Hay un gran desafío de poner las reglas de juego adecuadas en términos de beneficio social para aprovechar este motor para las fuentes de crecimiento económico. Simultáneamente, se adiciona el escenario muy favorable del potencial de las energías renovables basadas en la producción agrícola y eólica.
«Las medidas de restricción a las importaciones tienen elevados costos en las relaciones internacionales, en dificultades del aprovisionamiento de bienes para el proceso productivo, la postergación de inversiones y el crecimiento de precios», explicó a este diario el economista Bernardo Kosacoff.
Este profesor de la UBA, de la Universidad Torcuato Di Tella y de la Universidad Nacional de Quilmes dijo, además, que hay una señal de alerta que es «la postergación de proyectos de inversión en cartera, en particular en las empresas internacionales, que representan cerca del 80% del valor agregado del conjunto de las 500 empresas más grandes del país; que a su vez representan una cuarta parte del PBI y más de tres cuartas partes de las exportaciones y los gastos en innovación».
Aquí lo destacado del diálogo que mantuvo Ámbito Financiero con Bernardo Kosacoff.
Periodista: ¿Será muy abrupta la caída del consumo y el crecimiento?
Bernardo Kosacoff: Se ha moderado el ritmo de expansión del consumo y la economía viene perdiendo impulso. Es coincidente con las proyecciones del crecimiento del Presupuesto nacional elaborado por el Gobierno, que plantea un crecimiento del orden del 5% para el año y probablemente sea un techo demasiado optimista. Los indicadores de la industria y la construcción reflejan motores que se están apagando. La actividad doméstica se enfrenta con un mercado que se ha duplicado en estos últimos ocho años, con una masa salarial muy superior y se observa el planteo de políticas que tienen como objetivo privilegiar el mantenimiento del consumo, como la demora en la implementación de la eliminación de los subsidios y el manejo expansivo de la política monetaria, que afecta el crecimiento de los precios y los resultados fiscales. La continuidad de crecimiento de los costos internos reduce la competitividad de las exportaciones de mayor valor agregado, que a su vez se enfrentan con mercados internacionales con crecientes dificultades de acceso.
P.: ¿Cree que están dando resultado las restricciones para comprar dólares?
B.K.: Luego de varios años con abundancia de dólares, la cuenta corriente del balance de pagos en 2012 presenta números deficitarios, que explican las medidas adoptadas para revertir esta nueva escasez. Por una parte, la notable compra neta de cerca de 75 mil millones de dólares de activos externos verificada ente 2007 y 2011, sumada a la remesa de utilidades y otros servicios financieros, fueron determinantes en la aplicación del conjunto de medidas de control de cambios, incluida la obligación de la repatriación y trabas al giro de utilidades al exterior. Por otra parte, las importaciones mostraban una significativa aceleración, alcanzando un récord histórico en 2011 de 74 mil millones de dólares, asociado a un contexto del comercio internacional crecientemente restrictivo. La respuesta fue la implementación del conjunto de restricciones a las importaciones.
P.: ¿Estas importaciones crecientes eran riesgosas?
B.K.: El récord de las importaciones en 2011 estuvo asociado a dos saldos comerciales crecientemente negativos y con récord histórico: el sector energético y del comercio de manufacturas (cercano a los 30 mil millones de dólares). Los cambios operados a partir de la convertibilidad en la estructura industrial hacia procesos de mayor ensamblaje generaron una participación creciente de insumos, partes y componentes importados en la función de producción de las manufacturas. A su vez, se ha verificado una participación creciente y decisiva de los bienes de capital importados en los procesos de inversión. Estos cambios explican que los bienes de consumo son menos del 10% del total de importaciones. En un contexto de un muy buen nivel de actividad y con capacidad plenamente utilizada, la aceleración de las importaciones en 2011 responde a la atención de la demanda excedente y a los altos niveles de la inversión que llegaron al 24% del PBI. La ampliación de la oferta doméstica en un esquema de economía abierta es la forma de revertir esta tendencia.
P.: ¿Cuál será el costo de profundizar las restricciones a las importaciones?
B.K.: Las medidas de restricción a las importaciones impactarán en el corto plazo en su reducción, determinada por la disminución de los stocks disponibles de bienes importados -que eran muy elevados-, el freno de las inversiones, la desaceleración del nivel de actividad y un incipiente proceso de sustituciones. Estas medidas tienen elevados costos en las relaciones internacionales, en dificultades del aprovisionamiento de bienes para el proceso productivo, la postergación de inversiones y el crecimiento de precios. Para que las medidas de administración del comercio tengan efectos más importantes en el largo plazo deberían poner el centro de atención en el fortalecimiento de la oferta productiva. La clave es desarrollar ventajas competitivas dinámicas con procesos de inversión, calificación de recursos humanos, desarrollo de proveedores competitivos, mejoras en la gestión de calidad, aceleración de los esfuerzos de innovación tecnológica, desarrollo del mercado de capitales para el largo plazo, desarrollo de la infraestructura, entre otros elementos, favoreciendo simultáneamente la sustitución de importaciones y el dinamismo exportador en una inserción creciente en el comercio internacional.
P.: ¿Y afecta los planes de inversión?
B.K.: Una señal de alerta es la postergación de proyectos de inversión en cartera, en particular en las empresas internacionales. Una característica de la oferta de bienes y servicios del país es la muy alta participación de empresas extranjeras. Estas firmas representan cerca del 80% del valor agregado del conjunto de las 500 empresas más grandes del país, que a su vez representan una cuarta parte del PBI y más de tres cuartas partes de las exportaciones y los gastos en innovación. En forma asimétrica, el conjunto de subsidiarias locales facturan menos del 1% de las ventas mundiales de las corporaciones a las cuales pertenecen. Es decir, son muy grandes en el escenario doméstico y muy pequeñas en las cadenas globales de valor. El desafío es poder mejorar la participación de las subsidiaras locales, logrando que éstas consigan la adjudicación de producción y generación de conocimiento técnico en las licitaciones internas de las casas matrices. Las evidencias recientes señalan que hay mucho camino para mejorar, favoreciendo las inversiones en plantas nuevas frente al proceso de adquisiciones de empresas locales existentes y con creciente generación de empleo, tecnología y exportaciones.
P.: ¿Cuál cree que es el mayor problema hoy en materia energética?
B.K.: En el caso de la energía se da un escenario muy curioso. Por un lado, la existencia de demandas crecientes con niveles de producción cada vez menos suficientes. Pero a su vez, se ha revertido la visión de la escasa existencia de reservas energéticas en el país: todos los días se presentan nuevas proyecciones crecientes del potencial de los yacimientos de combustibles no convencionales en el país, que nos ubican en el primer lugar a nivel mundial en términos de habitantes y entre los primeros cuatro lugares a nivel absoluto. Son recursos suficientes para muchas décadas, que requieren de inversiones, tecnologías, emprendedores y evaluaciones de impacto ambiental. Hay un gran desafío de poner las reglas de juego adecuadas en términos de beneficio social para aprovechar este motor para las fuentes de crecimiento económico. Simultáneamente, se adiciona el escenario muy favorable del potencial de las energías renovables basadas en la producción agrícola y eólica.