BRASILIA, 15 (ANSA) – El gobernador de Brasilia, Agnelo Queiroz, correligionario de la presidenta Dilma Rousseff, afirmó que pese a las denuncias que lo vinculan a un capitalista de juego, permanecerá en el cargo, mientras surgen más revelaciones sobre una trama de corrupción que afectaría al gobierno y la oposición.
Queiroz, del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), manifestó que dejará el gobierno de Brasilia «sólo si me derriban físicamente» y aseguró haber recibido respaldo de Rousseff, en una entrevista publicada hoy por Estado de Sao Paulo.
«Esta crisis no es mía, ni del PT, ni de Brasilia, no hay ni un solo hecho que muestre que el gobierno del Distrito Federal está involucrado con el grupo» de Carlos Ramos, conocido como Carlinhos Cachoeira, jefe de una organización de apuestas ilegales, aseveró el gobernador.
Rousseff y el líder del PT, el ex presidente Luiz Lula da Silva, analizaron durante tres horas, el viernes, el impacto que tendrá sobre el gobierno y la oposición el Operativo Montecarlo, de la Policía Federal, sobre sobornos, lobby y contratos de empresas estatales ligados a Carlinhos Cachoeira.
«Hay un intento desesperado de envolver mi nombre en esta crisis que es de partido Demócratas y el Partido de la Socialdemocracia Brasileña» señaló Agnelo Queiroz, quien asegura que no hay elementos concretos que lo imputen.
Pese a que asegura ser inocente el gobernador de Brasilia dimitió la semana pasada a su jefe de gabinete, quien habría mantenido conversaciones con el capo del juego clandestino.
Grabaciones realizadas por Policía Federal, a pedido de la Justicia, muestran posibles acuerdos entre la gobernación de Brasilia y la constructora Delta, ligada Cachoeira, preso en una cárcel de seguridad máxima de Rio Grande do Norte, en la región noreste.
Al parecer Cachoeira no sólo se vinculó al gobierno de Brasilia, oficialista, sino también a las mayores fuerzas opositoras.
La prensa divulgó días atrás grabaciones policiales en las que el propio Cachoeira habla con el senador Demóstenes Torres, del partido Demócratas.
(ANSA). DCP/MRZ
15/04/2012 20:48
Queiroz, del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), manifestó que dejará el gobierno de Brasilia «sólo si me derriban físicamente» y aseguró haber recibido respaldo de Rousseff, en una entrevista publicada hoy por Estado de Sao Paulo.
«Esta crisis no es mía, ni del PT, ni de Brasilia, no hay ni un solo hecho que muestre que el gobierno del Distrito Federal está involucrado con el grupo» de Carlos Ramos, conocido como Carlinhos Cachoeira, jefe de una organización de apuestas ilegales, aseveró el gobernador.
Rousseff y el líder del PT, el ex presidente Luiz Lula da Silva, analizaron durante tres horas, el viernes, el impacto que tendrá sobre el gobierno y la oposición el Operativo Montecarlo, de la Policía Federal, sobre sobornos, lobby y contratos de empresas estatales ligados a Carlinhos Cachoeira.
«Hay un intento desesperado de envolver mi nombre en esta crisis que es de partido Demócratas y el Partido de la Socialdemocracia Brasileña» señaló Agnelo Queiroz, quien asegura que no hay elementos concretos que lo imputen.
Pese a que asegura ser inocente el gobernador de Brasilia dimitió la semana pasada a su jefe de gabinete, quien habría mantenido conversaciones con el capo del juego clandestino.
Grabaciones realizadas por Policía Federal, a pedido de la Justicia, muestran posibles acuerdos entre la gobernación de Brasilia y la constructora Delta, ligada Cachoeira, preso en una cárcel de seguridad máxima de Rio Grande do Norte, en la región noreste.
Al parecer Cachoeira no sólo se vinculó al gobierno de Brasilia, oficialista, sino también a las mayores fuerzas opositoras.
La prensa divulgó días atrás grabaciones policiales en las que el propio Cachoeira habla con el senador Demóstenes Torres, del partido Demócratas.
(ANSA). DCP/MRZ
15/04/2012 20:48
