Enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer serán combatidas con fármacos diseñados en el laboratorio de investigación alemán de la Sociedad Max Planck, que funcionará en Rosario asociado al Instituto local de Biología Molecular y Celular (IBR-CONICET).
El bioquímico y farmacéutico Claudio Fernández, quien lidera el Grupo de investigación del IBR-CONICET, dijo que «el futuro laboratorio diseñará los fármacos. Todos sabemos lo que la Sociedad Max Planck y sus centros representan a nivel mundial».
El científico será el director del laboratorio a instalarse en esta ciudad y destacó que «es un honor y un privilegio la creación de este laboratorio de la Sociedad Max Planck, que ha elegido trabajar en forma asociada con el IBR».
“Esto es relevante para el país, nos da mucho prestigio, y pone a Rosario en un status muy alto de investigación, es el segundo énclave a nivel latinoamericano y el único por fuera de Buenos Aires que está asociado a las actividades del Polo Científico”, añadió.
Precisó que la sociedad Max Planck «es la casa de ciencia número uno en Europa y dos a nivel mundial, la única que la supera es la Universidad de Harvard (Estados Unidos), pero sólo por los recursos económicos que tiene”.
Además detalló que el equipo interdisciplinario que trabaja en el IBR “ya no estará aislado, y al estar asociados con Max Planck nos convierte en un centro de excelencia».
«Por eso -detalló- debemos ser más responsables que nunca y cuidar a nuestra gente, que avanza en forma significativa en la investigación”.
El grupo de investigación del IBR-CONICET, logró el año pasado inhibir el proceso degenerativo del Parkinson, lo que tuvo un alto impacto en la comunidad científica internacional.
El trabajo investigativo posicionó a Rosario en el mapa mundial de la ciencia en el área de enfermedades neurodegenerativas.
El investigador manifestó, además, que los máximos directivos de la sociedad Max Planck y las autoridades argentinas “entendieron como una cuestión estratégica que este laboratorio funcione en Rosario y esté asociado al Polo Científico”.
Y añadió: «Es un hecho destacable que Max Planck apueste a los recursos humanos, al trabajo que hemos desempeñado los investigadores a lo largo de todos estos años en el IBR de Rosario. Estos son los primeros frutos también de una verdadera política de Estado en materia de investigación científica”.
La asociación establece el financiamiento para proyectos conjuntos, transferencia de equipamiento e intercambio de científicos entre la Argentina y Alemania.
Claudio Fernández, quien estuvo radicado en Goettingen (Alemania) trabajando como jefe de Grupo de investigadores del Instituto Max Planck, fue el científico que la Presidenta de la Nación puso como ejemplo de la ´»materia gris repatriada» en el marco de las políticas de inversión en Ciencia y Tecnología.
El bioquímico y farmacéutico Claudio Fernández, quien lidera el Grupo de investigación del IBR-CONICET, dijo que «el futuro laboratorio diseñará los fármacos. Todos sabemos lo que la Sociedad Max Planck y sus centros representan a nivel mundial».
El científico será el director del laboratorio a instalarse en esta ciudad y destacó que «es un honor y un privilegio la creación de este laboratorio de la Sociedad Max Planck, que ha elegido trabajar en forma asociada con el IBR».
“Esto es relevante para el país, nos da mucho prestigio, y pone a Rosario en un status muy alto de investigación, es el segundo énclave a nivel latinoamericano y el único por fuera de Buenos Aires que está asociado a las actividades del Polo Científico”, añadió.
Precisó que la sociedad Max Planck «es la casa de ciencia número uno en Europa y dos a nivel mundial, la única que la supera es la Universidad de Harvard (Estados Unidos), pero sólo por los recursos económicos que tiene”.
Además detalló que el equipo interdisciplinario que trabaja en el IBR “ya no estará aislado, y al estar asociados con Max Planck nos convierte en un centro de excelencia».
«Por eso -detalló- debemos ser más responsables que nunca y cuidar a nuestra gente, que avanza en forma significativa en la investigación”.
El grupo de investigación del IBR-CONICET, logró el año pasado inhibir el proceso degenerativo del Parkinson, lo que tuvo un alto impacto en la comunidad científica internacional.
El trabajo investigativo posicionó a Rosario en el mapa mundial de la ciencia en el área de enfermedades neurodegenerativas.
El investigador manifestó, además, que los máximos directivos de la sociedad Max Planck y las autoridades argentinas “entendieron como una cuestión estratégica que este laboratorio funcione en Rosario y esté asociado al Polo Científico”.
Y añadió: «Es un hecho destacable que Max Planck apueste a los recursos humanos, al trabajo que hemos desempeñado los investigadores a lo largo de todos estos años en el IBR de Rosario. Estos son los primeros frutos también de una verdadera política de Estado en materia de investigación científica”.
La asociación establece el financiamiento para proyectos conjuntos, transferencia de equipamiento e intercambio de científicos entre la Argentina y Alemania.
Claudio Fernández, quien estuvo radicado en Goettingen (Alemania) trabajando como jefe de Grupo de investigadores del Instituto Max Planck, fue el científico que la Presidenta de la Nación puso como ejemplo de la ´»materia gris repatriada» en el marco de las políticas de inversión en Ciencia y Tecnología.
Recuerdo una entrevista del año pasado a dos investigadoras en química molecular, una alemana y otra austríaca, que vinieron becadas para hacer sus tesis no me acuerdo sobre qué asunto. Lo que me quedó grabado es la respuesta que le dieron al periodista sobre el motivo por el que habían elegido Argentina para hacer sus tesis: «Porque en nuestro país no tenemos el equipamiento que tienen acá», fue la respuesta.
Ya es hora de dejar de jugar al primo pobre al que se le caen las babas mirando afuera.