Vandenbroele por un lado y Garré y Verbitsky por el otro: todos salieron del mismo restaurante con apenas un minuto de diferencia. Foto: LA NACION / Santiago Filipuzzi
En tiempos en que el Gobierno decidió impedir el ingreso al país del jamón español, la ministra de Seguridad, Nilda Garré, almorzó ayer en el restaurante El Museo del Jamón, especialista en esa exquisitez. Salió del local acompañada por el periodista Horacio Verbitsky, a las 15.48.
Pero lo curioso del asunto ocurrió un minuto después, cuando se retiró del local Alejandro Vandenbroele, presidente de la nueva Ciccone. Según testigos, fue una casualidad: la ministra ni se percató de que había almorzado a metros del hombre clave en la causa judicial que complica al vicepresidente Amado Boudou..
En tiempos en que el Gobierno decidió impedir el ingreso al país del jamón español, la ministra de Seguridad, Nilda Garré, almorzó ayer en el restaurante El Museo del Jamón, especialista en esa exquisitez. Salió del local acompañada por el periodista Horacio Verbitsky, a las 15.48.
Pero lo curioso del asunto ocurrió un minuto después, cuando se retiró del local Alejandro Vandenbroele, presidente de la nueva Ciccone. Según testigos, fue una casualidad: la ministra ni se percató de que había almorzado a metros del hombre clave en la causa judicial que complica al vicepresidente Amado Boudou..
La Nación se transformó en la revista Caras. Sin embargo, creo que esto es para la facultad, porque es un dato de innegable valor educativo para pensar criticamente el periodismo: ¿quién es el receptor de esta noticia? Sin duda se restringe a la zona metropolitana, como dijera Aurelio. Porque es indudable que, para que la comunicación de esta noticia tenga sentido, Vandenbroele, también Garré y/o Verbitzky deben tener una connotación negativa para el lector. Quiero decir que no basta que el lector repudie la figura del primero para que los otros dos queden englobados en la misma foto.