El cepo cambiario impuesto el jueves pasado por el Gobierno desató una verdadera fiebre por el dólar informal. Ayer el billete paralelo tocó los $ 5,65 en las cuevas de la city porteña. Es un aumento de más del 6% respecto al lunes, cuando ya había tenido una suba de 11 centavos. Las casas de cambio estuvieron vacías porque continúa muy firme el freno a las compras en el mercado oficial y la demanda se trasladó al mercado negro. Hubo mucho movimiento entre los arbolitos del microcentro, que se amontonaban a lo largo de la calle Florida y a la tarde muchos ya no tenían dólares para vender. Se acentúa así la diferenciación entre el dólar oficial, que cerró a $ 4,47, y el negro, que ya llega a más del 25%.
Sin embargo hay otro mercado negro pero para grandes cantidades.
Allí las operaciones se pactaron a $ 5,52, pero en esta plaza casi no había vendedores. “El mercado estaba relativamente tranquilo hasta que la semana pasada restringieron casi por completo las compras.
Ahora todo el mundo quiere dólares . Desde los grandes inversores que manejan millones hasta los pequeños ahorristas están comprando dólares en el mercado paralelo”, dijo el presidente de una entidad financiera.
Pese a que en los últimos días, la AFIP reforzó su presencia en la city porteña enviando inspectores a las principales casas de cambio, sus controles no alcanzaron para ahuyentar a los arbolitos. Al grito de “cambio cambio”, perseguían sin disimulo a los transeúntes y hasta algunos se ubicaron en las puertas de las agencias de cambio tratando de captar a los clientes que intentaban comprar dólares de manera formal y eran rebotados.
Las cuevas, que en diciembre habían cerrado sus puertas por la fuerte presencia de la prefectura en las calles del microcentro, ayer rebalsaban de compradores.
“Estamos trabajando desde las nueve y media de la mañana hasta las siete y media de la tarde. Es que desde el fin de semana no damos a basto para atender los pedidos de la gente”, cuenta David, un arbolito que trabaja para una cueva que funciona en una de las galerías de la calle Florida.
“En cinco horas nos quedamos sin dólares . Nunca antes vendimos tanto”, cuenta su colega Renzo y agrega: “ Estamos tratando de que los turistas nos vendan sus dólares porque son los únicos dispuestos a desprenderse de los billetes . Les pagamos entre $5 y $ 5,25 para que nos vendan a nosotros y no a las casas de cambio”.
Las principales agencias de cambio de la city porteña cerraron sus puertas tres horas antes de su horario habitual, porque prácticamente no pudieron concretar operaciones. “Todos los meses venía comprando cerca de US$ 1.000 por mes. Hoy vine con mi DNI y recibo de sueldo y no me dejaron comprar ni un dólar. Estaba comprando porque a mitad de año me quiero ir de viaje. Los dólares los necesito, así que me obligan a ir al mercado paralelo” , cuenta Guillermo Preciado, un administrativo de 29 años. Algo similar le sucedió a Cristián Marchesotti (56), vendedor de ropa: “Ahorro en dólares desde hace muchos años. Tengo todo en regla, pago mis impuestos y sin embargo ahora no puedo comprar ni un dólar” , se quejó.
El que si pudo comprar divisas es el Banco Central, que ayer se quedó con US$ 150 millones en el marco de una cotización en baja. En cambio, experimentó una fuerte suba el “dólar fuga” o “contado con liqui” -que surge de las operaciones bursátiles para hacerse divisas en el exterior- que cerró a $5,86 (16 centavos más que el lunes, tras tocar un pico de $5,90. Esto explica por qué el Boden 2015 -de los bonos más usados para estas transacciones- fue el más negociado en la Bolsa porteña, con un volumen de $ 53 millones.
Sin embargo hay otro mercado negro pero para grandes cantidades.
Allí las operaciones se pactaron a $ 5,52, pero en esta plaza casi no había vendedores. “El mercado estaba relativamente tranquilo hasta que la semana pasada restringieron casi por completo las compras.
Ahora todo el mundo quiere dólares . Desde los grandes inversores que manejan millones hasta los pequeños ahorristas están comprando dólares en el mercado paralelo”, dijo el presidente de una entidad financiera.
Pese a que en los últimos días, la AFIP reforzó su presencia en la city porteña enviando inspectores a las principales casas de cambio, sus controles no alcanzaron para ahuyentar a los arbolitos. Al grito de “cambio cambio”, perseguían sin disimulo a los transeúntes y hasta algunos se ubicaron en las puertas de las agencias de cambio tratando de captar a los clientes que intentaban comprar dólares de manera formal y eran rebotados.
Las cuevas, que en diciembre habían cerrado sus puertas por la fuerte presencia de la prefectura en las calles del microcentro, ayer rebalsaban de compradores.
“Estamos trabajando desde las nueve y media de la mañana hasta las siete y media de la tarde. Es que desde el fin de semana no damos a basto para atender los pedidos de la gente”, cuenta David, un arbolito que trabaja para una cueva que funciona en una de las galerías de la calle Florida.
“En cinco horas nos quedamos sin dólares . Nunca antes vendimos tanto”, cuenta su colega Renzo y agrega: “ Estamos tratando de que los turistas nos vendan sus dólares porque son los únicos dispuestos a desprenderse de los billetes . Les pagamos entre $5 y $ 5,25 para que nos vendan a nosotros y no a las casas de cambio”.
Las principales agencias de cambio de la city porteña cerraron sus puertas tres horas antes de su horario habitual, porque prácticamente no pudieron concretar operaciones. “Todos los meses venía comprando cerca de US$ 1.000 por mes. Hoy vine con mi DNI y recibo de sueldo y no me dejaron comprar ni un dólar. Estaba comprando porque a mitad de año me quiero ir de viaje. Los dólares los necesito, así que me obligan a ir al mercado paralelo” , cuenta Guillermo Preciado, un administrativo de 29 años. Algo similar le sucedió a Cristián Marchesotti (56), vendedor de ropa: “Ahorro en dólares desde hace muchos años. Tengo todo en regla, pago mis impuestos y sin embargo ahora no puedo comprar ni un dólar” , se quejó.
El que si pudo comprar divisas es el Banco Central, que ayer se quedó con US$ 150 millones en el marco de una cotización en baja. En cambio, experimentó una fuerte suba el “dólar fuga” o “contado con liqui” -que surge de las operaciones bursátiles para hacerse divisas en el exterior- que cerró a $5,86 (16 centavos más que el lunes, tras tocar un pico de $5,90. Esto explica por qué el Boden 2015 -de los bonos más usados para estas transacciones- fue el más negociado en la Bolsa porteña, con un volumen de $ 53 millones.
