MIAMI-Un proyecto de resolución en el Congreso de Estados Unidos para exigir la suspensión de la Argentina del G-20, el grupo de las economías más grandes del mundo, enfrenta un futuro incierto, entre otras cosas por la falta de apoyo de un sector inesperado: los legisladores conservadores cubanoamericanos.
El senador Dick Lugar, líder de la bancada republicana en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, presentó el 10 de mayo una resolución que le pediría al gobierno del presidente Barack Obama que actúe junto con los países europeos y suspenda a la Argentina del G-20 debido al «comportamiento de bandido» del país sudamericano.
La resolución se refiere a la reciente expropiación argentina de la compañía petrolera YPF, que era propiedad de la petrolera española Repsol, así como a la negativa de la Argentina a cumplir más de 100 dictámenes de tribunales estadounidenses que le ordenan cumplir sus obligaciones con acreedores, y también a su negativa a cumplir con sentencias del tribunal de resolución de disputas internacionales del Banco Mundial. El 78% de los casos que hoy examina dicho tribunal se refieren a la Argentina, afirma Lugar.
«Como nación que se burla de las leyes y no respeta la propiedad y los intereses de los inversores extranjeros, la Argentina no debería tener un rol de liderazgo mundial en el G-20», dijo Lugar.
Carl Meacham, asistente de Lugar, me dijo que el proceso de buscar apoyo para la resolución recién empieza y que es probable que la moción se someta a votación en junio. Aunque resoluciones como ésta no son de cumplimiento obligatorio, pondría presión sobre Obama para cumplirla, porque se produce en un año electoral en el que el presidente no querrá ser acusado de «blando» en temas de política exterior. «La resolución tiene mucho apoyo», me dijo Meacham. «En nombre de la preservación de la integridad del sistema económico internacional, no se puede permitir que los países hagan lo que se les antoje al margen de la ley ni que sus transgresiones no tengan consecuencias.»
Otras fuentes parlamentarias no están tan seguras de que prospere la propuesta. La reciente derrota de Lugar ante un candidato respaldado por el Tea Party en las primarias republicanas de Indiana lo convierte en un senador saliente, lo que le da menos poder. Pero Lugar es uno de los senadores más respetados, y algunos legisladores podrían apoyarlo como tributo a sus más de 35 años en el Congreso.
Otro factor en contra de la resolución es que importantes legisladores republicanos cubanoamericanos no quieren aliarse con Repsol contra la Argentina, debido a la activa presencia de Repsol en Cuba.
El senador Marco Rubio, de Florida, otro miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y uno de los principales candidatos para la nominación vicepresidencial republicana, me dijo en un mail: «Estoy de acuerdo con los objetivos de la resolución», pero no aclaró si la copatrocinará o si votará por ella.
La presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Lehtinen, me dijo: «Aunque no condono la acción del gobierno argentino contra Repsol, la empresa española tiene antecedentes de poner sus ganancias por delante de los derechos humanos y la libertad. Repsol se expone a incertidumbres al asociarse con déspotas como los hermanos Castro».
Consultado sobre la propuesta de suspender a la Argentina del G-20, el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, me dijo: «No nos preocupa, porque esta propuesta distorsiona los hechos y contiene acusaciones sin fundamento». Argüello alegó que la Argentina «está actuando conforme al derecho» en la expropiación de YPF, según las normas del acuerdo bilateral de inversiones entre la Argentina y España, que en su artículo 5 permite el derecho de expropiación.
Con respecto a las acusaciones de que la Argentina no está cumpliendo con más de 100 dictámenes de tribunales estadounidenses por juicios resultantes del default de la deuda externa argentina, Argüello replicó que su gobierno «está pagando las deudas al 93% de los acreedores». El 7% restante no será pagado hasta que no depongan sus exigencias de recibir un trato preferencial, agregó.
Mi opinión: el culto argentino de la transgresión no genera ninguna simpatía entre los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea, pero dudo de que los líderes del G-20 hagan algo más que emitir una declaración de condena tácita a la Argentina.
De no existir factores externos como un default de Grecia, que sacudiría los mercados mundiales y generaría una mayor urgencia por hacer cumplir los acuerdos económicos internacionales, los líderes del G-20 tomarán este asunto como una disputa bilateral entre España y un país que ellos ven como el adolescente díscolo de América latina. Si Grecia sigue los pasos de la Argentina, la historia puede ser diferente.
© La Nacion.
El senador Dick Lugar, líder de la bancada republicana en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, presentó el 10 de mayo una resolución que le pediría al gobierno del presidente Barack Obama que actúe junto con los países europeos y suspenda a la Argentina del G-20 debido al «comportamiento de bandido» del país sudamericano.
La resolución se refiere a la reciente expropiación argentina de la compañía petrolera YPF, que era propiedad de la petrolera española Repsol, así como a la negativa de la Argentina a cumplir más de 100 dictámenes de tribunales estadounidenses que le ordenan cumplir sus obligaciones con acreedores, y también a su negativa a cumplir con sentencias del tribunal de resolución de disputas internacionales del Banco Mundial. El 78% de los casos que hoy examina dicho tribunal se refieren a la Argentina, afirma Lugar.
«Como nación que se burla de las leyes y no respeta la propiedad y los intereses de los inversores extranjeros, la Argentina no debería tener un rol de liderazgo mundial en el G-20», dijo Lugar.
Carl Meacham, asistente de Lugar, me dijo que el proceso de buscar apoyo para la resolución recién empieza y que es probable que la moción se someta a votación en junio. Aunque resoluciones como ésta no son de cumplimiento obligatorio, pondría presión sobre Obama para cumplirla, porque se produce en un año electoral en el que el presidente no querrá ser acusado de «blando» en temas de política exterior. «La resolución tiene mucho apoyo», me dijo Meacham. «En nombre de la preservación de la integridad del sistema económico internacional, no se puede permitir que los países hagan lo que se les antoje al margen de la ley ni que sus transgresiones no tengan consecuencias.»
Otras fuentes parlamentarias no están tan seguras de que prospere la propuesta. La reciente derrota de Lugar ante un candidato respaldado por el Tea Party en las primarias republicanas de Indiana lo convierte en un senador saliente, lo que le da menos poder. Pero Lugar es uno de los senadores más respetados, y algunos legisladores podrían apoyarlo como tributo a sus más de 35 años en el Congreso.
Otro factor en contra de la resolución es que importantes legisladores republicanos cubanoamericanos no quieren aliarse con Repsol contra la Argentina, debido a la activa presencia de Repsol en Cuba.
El senador Marco Rubio, de Florida, otro miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y uno de los principales candidatos para la nominación vicepresidencial republicana, me dijo en un mail: «Estoy de acuerdo con los objetivos de la resolución», pero no aclaró si la copatrocinará o si votará por ella.
La presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Lehtinen, me dijo: «Aunque no condono la acción del gobierno argentino contra Repsol, la empresa española tiene antecedentes de poner sus ganancias por delante de los derechos humanos y la libertad. Repsol se expone a incertidumbres al asociarse con déspotas como los hermanos Castro».
Consultado sobre la propuesta de suspender a la Argentina del G-20, el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, me dijo: «No nos preocupa, porque esta propuesta distorsiona los hechos y contiene acusaciones sin fundamento». Argüello alegó que la Argentina «está actuando conforme al derecho» en la expropiación de YPF, según las normas del acuerdo bilateral de inversiones entre la Argentina y España, que en su artículo 5 permite el derecho de expropiación.
Con respecto a las acusaciones de que la Argentina no está cumpliendo con más de 100 dictámenes de tribunales estadounidenses por juicios resultantes del default de la deuda externa argentina, Argüello replicó que su gobierno «está pagando las deudas al 93% de los acreedores». El 7% restante no será pagado hasta que no depongan sus exigencias de recibir un trato preferencial, agregó.
Mi opinión: el culto argentino de la transgresión no genera ninguna simpatía entre los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea, pero dudo de que los líderes del G-20 hagan algo más que emitir una declaración de condena tácita a la Argentina.
De no existir factores externos como un default de Grecia, que sacudiría los mercados mundiales y generaría una mayor urgencia por hacer cumplir los acuerdos económicos internacionales, los líderes del G-20 tomarán este asunto como una disputa bilateral entre España y un país que ellos ven como el adolescente díscolo de América latina. Si Grecia sigue los pasos de la Argentina, la historia puede ser diferente.
© La Nacion.
Aaayyy, Andresito, no empecemos con los sueños húmedos…