Paciente, José Manuel de la Sota espera. Espera que el Gobierno nacional le responda y espera que sus acompañantes terminen sus compras en el Pentagon City Mall, cerca del emblemático Departamento de Defensa de los Estados Unidos, en las afueras de Washington.
Pide una hamburguesa que cumplirá sus expectativas en el restaurante menos ruidoso del patio de comidas y acepta una entrevista, a mitad de camino entre los resultados de su gira de tres días por la capital del principal país del mundo y la larga negociación con el Gobierno nacional.
–Una reunión con el Banco Mundial y otra con el Banco Interamericano de Desarrollo, más una entrevista con un alto directivo de Microsoft… ¿Vino a buscar aquí lo que no consigue en Buenos Aires?
–Todo lo que signifique intentar que nos tengan en cuenta es positivo. Hemos trabado una buena relación con Microsoft, en la reunión que mantuvimos con el titular de la empresa en América latina y número tres a nivel mundial, Hernán Rincón. Nos ha ofrecido un convenio de colaboración para llevar Internet Wi-Fi a todas las escuelas y a los principales lugares de educación y planes de software para abaratar costos en toda la estructura informática del Gobierno. Rincón nos visitará en septiembre. Pero antes, nos enviarán lo que ellos llaman un arquitecto de sistemas para que vean y sugerirnos bases que nos eviten gastos.
–¿Luego de reunirse con directivos del BM y del BID, está más lejos o más cerca de conseguir los créditos que necesita?
–La relación que tenemos con el BID mejor no puede ser, tanto con el presidente Luis Alberto Moreno, como con su equipo. Conocen Córdoba y nos tienen por muy buenos clientes.
–Durante este viaje, estuvo pendiente de la negociación con el Gobierno nacional. ¿Es una negociación o son varias?
–Es la misma negociación que hacemos con el jefe de Gabinete (Juan Manuel Abal Medina), que es quien coordina estos contactos. Yo llevo adelante la negociación con él. Es el caso de la usina de Epec, pero también en esas tratativas está la renegociación del futuro acuerdo con la Caja de Jubilaciones, como por lo que nos deben (unos mil millones de pesos correspondientes a todo 2011, del acuerdo anterior).
–El Gobierno nacional, por intermedio de un informe escrito que Abal Medina envió al Senado, pero originado en el Ministerio de Economía, dijo que Córdoba incumple el acuerdo de financiamiento a la Caja, lo que se conoce como armonización, y que eso lleva a no pagar la deuda.
–No, no dijeron eso. Dijeron que están negociando conmigo el proceso de armonización. Ellos han enviado una comisión de la Anses encabezada por sus técnicos más brillantes. No tuve acceso al informe final de esa comisión, pero sí accedí a opiniones de miembros del equipo del titular de la Anses, Diego Bossio, de que la situación de nuestra Caja es excelente. Es decir que todo lo que se ha hecho para ordenar el sistema previsional, para bajar los costos operativos, es evaluado positivamente. Lo que resta es que arbitremos un sistema de pago de lo que nos deben de 2011 y que nos pongamos de acuerdo por los próximos dos años.
–La negociación fue y vino y se sigue demorando. ¿Qué propone para destrabarla?
–Mi propuesta es muy simple. Que la Nación haga de cuenta que le transferimos la Caja y saque los costos de cuánto tendría que pagar con lo que la Anses paga a los jubilados nacionales, que es bastante menos que lo que pagamos nosotros. Las diferencias, lo que ellos llaman asimetrías, las pagamos nosotros, porque queremos que nuestros jubilados estén bien.
–Si usted dice que no hay razones técnicas, se deduce que no le pagan a Córdoba por razones políticas…
–Los cordobeses me eligieron para que les resuelva los problemas, me eligieron porque saben que soy un dirigente que aprendí, que soy un dirigente responsable, que no peleo por pelear. No me votaron para que plantee acciones de confrontación: me votaron para arregle problemas y traiga soluciones. Soy un hombre de diálogo. Eso no significa que no sea firme; soy firme en mis convicciones y soy firme en la defensa de Córdoba.
Ir o no ir a la Corte
–Dirigentes de la oposición de Córdoba le vienen reclamando que plantee finalmente una demanda en la Corte.
–Déjenme que yo elija el camino. Veo que hay voces que me dicen que haga una cosa o que haga tal otra. Yo los respeto a todos, trato de escuchar las cosas razonables, pero lo que no puedo es entrar en el juego de Gobierno y oposición. Yo soy el gobernador de todos. Y mientras tenga un lugar de diálogo no lo voy a abandonar, porque soy de los que piensan, al cabo de mis 60 años, que es mejor un arreglo más o menos que un buen pleito. Si todos pensaran así, los tribunales no estarían abarrotados de juicios.
–En una semana, cumple seis meses de gobierno. Han sido también seis meses de negociaciones sin resultados con el Gobierno nacional.
–En estos seis meses, me he dedicado a cumplir. Para mí, prometer es cumplir. En seis meses, el boleto educativo es una realidad para 183 mil personas. El jueves sorteamos los primeros 10 mil planes Primer Paso, eso significa que hay 10 mil chicos que tienen su primer trabajo. Ya cobraron las becas de 1.500 pesos los estudiantes universitarios que fueron los mejores promedios de la secundaria del año pasado. Ya el crédito Tu Hogar está en marcha y son miles los que retiran su solicitud de crédito hipotecario de este año. ¿Cómo no va a estar tranquilo un gobernante si en sólo seis meses hemos cumplido los compromisos que el pueblo votó? Es decir que no votaron en vano. Con el Gobierno nacional, he mantenido una negociación con altibajos, con vaivenes, como tiene toda negociación, pero no voy a abandonar la negociación así tenga que ir a la Justicia para ejercer el derecho de los cordobeses. Para mí, ir a la Justicia sería otro ámbito de negociación.
–¿No cree que el Gobierno nacional interpretaría una demanda ante la Corte como una pelea?
–Creo que el Gobierno nacional debe entender que Córdoba no lo puede seguir ayudando. Si ellos nos pagan lo que nos deben, nosotros seguiríamos ayudando al Gobierno nacional gustosos, porque estamos en ayudar al país y al Gobierno nacional. Córdoba ayuda al país con el hecho de soportar que no nos paguen lo que es nuestro. Pero ayudamos al país porque somos los primeros productores en maquinaria agrícola, producimos casi el 26 por ciento de la soja de la Argentina, producimos automóviles, autopartes, software que se exporta. Son miles de millones que nosotros damos todos los años y queremos seguir dándoselo, porque somos parte de la Argentina.
–¿Piensa negociar el resto de su mandato con el Gobierno nacional?
–Por supuesto que no; tengo expectativas más cercanas. Espero que el Gobierno nacional lo entienda.
–¿Hace el Gobierno nacional el mismo esfuerzo fiscal que las provincias?
–Hoy consulté con el ministro de Finanzas (Ángel Elletore) la evolución de la recaudación propia. Y me dice que la recaudación propia va muy bien. Seguimos mejorando los sistemas de recaudación. Fueron prorrogados los pagos de multas de la Caminera. Los que más cumplen siempre son los humildes. Muchos ricachones tienen muchos asesores que les aconsejan no pagar. La contracara de reconocer a quienes pagan será meterles demandas a los que más tienen y no cumplen por antisolidarios. Miles de demandas vamos a iniciar contra los que tienen los autos más caros, que tienen multas y no les importan y se sienten dueños de hacer lo que quieran. La recaudación nuestra viene muy bien, mejor que la nacional. Seguramente el Gobierno nacional tendrá que hacer un esfuerzo para mejorar su recaudación.
–Hacer la famosa “sintonía fina” que anunció el año pasado…
–No sé. Yo no soy economista; de esos términos entiendo poco. Yo lo que sé es que hay que tratar de gastar menos de lo que uno recauda. Porque cuando uno gasta más de lo que le ingresa, las cosas no funcionan.
Un pacto social
–El año pasado, antes de asumir, propuso un pacto fiscal entre las provincias y la Nación. ¿Mantiene ese planteo?
–Yo soy peronista de siempre y el peronismo siempre es conciliador, nos gusta ponernos de acuerdo. A esto lo aprendimos de Perón. No creo en las medidas mágicas para controlar la inflación, para mejorar la productividad y para mejorar el salario. Pero sí creo en la idea de un pacto social con acuerdo de precios y salarios por un tiempo corto ayuda a moderar las expectativas inflacionarias, a dar previsibilidad a las pequeñas y medianas empresas y a dar tranquilidad a los trabajadores. Siempre planteé la necesidad de acuerdos y consensos entre todos los sectores productivos, conducidos esos acuerdos desde la política. El mundo anda mal desde que las multinacionales empezaron a tener políticas propias al margen de sus gobiernos. Y anda peor porque los financistas han manejado el capitalismo, han chocado el capitalismo por estar en manos de los banqueros.
–Estamos en Washington y no sabemos cuánto cotiza nuestra moneda respecto del dólar. Eso genera incertidumbre. ¿Cómo observa que impacta en la economía real de la Argentina?
–La economía real está mucho mejor que el clima económico. Es como si hubiese una sensación térmica que no coincide con la temperatura. Hay un runrún generado por un tema de la relación de los argentinos con el dólar. Me parece que cuando la gente ve que hay limitaciones a la libre comercialización del dólar empieza a pensar que algo anda mal.
–¿Cómo impacta en Córdoba esa incertidumbre?
–Un solo ejemplo: en el verano tuvimos casi cinco millones de turistas. Un récord total. Si la economía anduviera mal, no hubiesen venido, porque nuestro turismo es doméstico, es un reflejo de que el consumo está. Pero en el fin de semana largo del 25 de Mayo no llegamos al número que esperábamos; y no porque no hayamos hecho propaganda, sino porque está instalado que hay un cambio importante en las variables económicas y la gente dice “vaya a saber qué pasará con el dólar”.
–¿Cuánta responsabilidad tiene el Gobierno nacional en esta situación?
–Los funcionarios me dicen que los argentinos tenemos que trabajar con nuestra moneda. En Brasil siempre fue así. Ellos tienen otra historia, nadie piensa en dólares ni tiene dólares. A mí no me parece mal que se pretenda cambiar esa cultura, pero es una señal que está instalada; veamos cómo nos va.
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–¿Luego de reunirse con directivos del BM y del BID, está más lejos o más cerca de conseguir los créditos que necesita?
–La relación que tenemos con el BID mejor no puede ser, tanto con el presidente Luis Alberto Moreno, como con su equipo. Conocen Córdoba y nos tienen por muy buenos clientes.
–Durante este viaje, estuvo pendiente de la negociación con el Gobierno nacional. ¿Es una negociación o son varias?
–Es la misma negociación que hacemos con el jefe de Gabinete (Juan Manuel Abal Medina), que es quien coordina estos contactos. Yo llevo adelante la negociación con él. Es el caso de la usina de Epec, pero también en esas tratativas está la renegociación del futuro acuerdo con la Caja de Jubilaciones, como por lo que nos deben (unos mil millones de pesos correspondientes a todo 2011, del acuerdo anterior).
–El Gobierno nacional, por intermedio de un informe escrito que Abal Medina envió al Senado, pero originado en el Ministerio de Economía, dijo que Córdoba incumple el acuerdo de financiamiento a la Caja, lo que se conoce como armonización, y que eso lleva a no pagar la deuda.
–No, no dijeron eso. Dijeron que están negociando conmigo el proceso de armonización. Ellos han enviado una comisión de la Anses encabezada por sus técnicos más brillantes. No tuve acceso al informe final de esa comisión, pero sí accedí a opiniones de miembros del equipo del titular de la Anses, Diego Bossio, de que la situación de nuestra Caja es excelente. Es decir que todo lo que se ha hecho para ordenar el sistema previsional, para bajar los costos operativos, es evaluado positivamente. Lo que resta es que arbitremos un sistema de pago de lo que nos deben de 2011 y que nos pongamos de acuerdo por los próximos dos años.
–La negociación fue y vino y se sigue demorando. ¿Qué propone para destrabarla?
–Mi propuesta es muy simple. Que la Nación haga de cuenta que le transferimos la Caja y saque los costos de cuánto tendría que pagar con lo que la Anses paga a los jubilados nacionales, que es bastante menos que lo que pagamos nosotros. Las diferencias, lo que ellos llaman asimetrías, las pagamos nosotros, porque queremos que nuestros jubilados estén bien.
–Si usted dice que no hay razones técnicas, se deduce que no le pagan a Córdoba por razones políticas…
–Los cordobeses me eligieron para que les resuelva los problemas, me eligieron porque saben que soy un dirigente que aprendí, que soy un dirigente responsable, que no peleo por pelear. No me votaron para que plantee acciones de confrontación: me votaron para arregle problemas y traiga soluciones. Soy un hombre de diálogo. Eso no significa que no sea firme; soy firme en mis convicciones y soy firme en la defensa de Córdoba.
Ir o no ir a la Corte
–Dirigentes de la oposición de Córdoba le vienen reclamando que plantee finalmente una demanda en la Corte.
–Déjenme que yo elija el camino. Veo que hay voces que me dicen que haga una cosa o que haga tal otra. Yo los respeto a todos, trato de escuchar las cosas razonables, pero lo que no puedo es entrar en el juego de Gobierno y oposición. Yo soy el gobernador de todos. Y mientras tenga un lugar de diálogo no lo voy a abandonar, porque soy de los que piensan, al cabo de mis 60 años, que es mejor un arreglo más o menos que un buen pleito. Si todos pensaran así, los tribunales no estarían abarrotados de juicios.
–En una semana, cumple seis meses de gobierno. Han sido también seis meses de negociaciones sin resultados con el Gobierno nacional.
–En estos seis meses, me he dedicado a cumplir. Para mí, prometer es cumplir. En seis meses, el boleto educativo es una realidad para 183 mil personas. El jueves sorteamos los primeros 10 mil planes Primer Paso, eso significa que hay 10 mil chicos que tienen su primer trabajo. Ya cobraron las becas de 1.500 pesos los estudiantes universitarios que fueron los mejores promedios de la secundaria del año pasado. Ya el crédito Tu Hogar está en marcha y son miles los que retiran su solicitud de crédito hipotecario de este año. ¿Cómo no va a estar tranquilo un gobernante si en sólo seis meses hemos cumplido los compromisos que el pueblo votó? Es decir que no votaron en vano. Con el Gobierno nacional, he mantenido una negociación con altibajos, con vaivenes, como tiene toda negociación, pero no voy a abandonar la negociación así tenga que ir a la Justicia para ejercer el derecho de los cordobeses. Para mí, ir a la Justicia sería otro ámbito de negociación.
–¿No cree que el Gobierno nacional interpretaría una demanda ante la Corte como una pelea?
–Creo que el Gobierno nacional debe entender que Córdoba no lo puede seguir ayudando. Si ellos nos pagan lo que nos deben, nosotros seguiríamos ayudando al Gobierno nacional gustosos, porque estamos en ayudar al país y al Gobierno nacional. Córdoba ayuda al país con el hecho de soportar que no nos paguen lo que es nuestro. Pero ayudamos al país porque somos los primeros productores en maquinaria agrícola, producimos casi el 26 por ciento de la soja de la Argentina, producimos automóviles, autopartes, software que se exporta. Son miles de millones que nosotros damos todos los años y queremos seguir dándoselo, porque somos parte de la Argentina.
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–Por supuesto que no; tengo expectativas más cercanas. Espero que el Gobierno nacional lo entienda.
–¿Hace el Gobierno nacional el mismo esfuerzo fiscal que las provincias?
–Hoy consulté con el ministro de Finanzas (Ángel Elletore) la evolución de la recaudación propia. Y me dice que la recaudación propia va muy bien. Seguimos mejorando los sistemas de recaudación. Fueron prorrogados los pagos de multas de la Caminera. Los que más cumplen siempre son los humildes. Muchos ricachones tienen muchos asesores que les aconsejan no pagar. La contracara de reconocer a quienes pagan será meterles demandas a los que más tienen y no cumplen por antisolidarios. Miles de demandas vamos a iniciar contra los que tienen los autos más caros, que tienen multas y no les importan y se sienten dueños de hacer lo que quieran. La recaudación nuestra viene muy bien, mejor que la nacional. Seguramente el Gobierno nacional tendrá que hacer un esfuerzo para mejorar su recaudación.
–Hacer la famosa “sintonía fina” que anunció el año pasado…
–No sé. Yo no soy economista; de esos términos entiendo poco. Yo lo que sé es que hay que tratar de gastar menos de lo que uno recauda. Porque cuando uno gasta más de lo que le ingresa, las cosas no funcionan.
Un pacto social
–El año pasado, antes de asumir, propuso un pacto fiscal entre las provincias y la Nación. ¿Mantiene ese planteo?
–Yo soy peronista de siempre y el peronismo siempre es conciliador, nos gusta ponernos de acuerdo. A esto lo aprendimos de Perón. No creo en las medidas mágicas para controlar la inflación, para mejorar la productividad y para mejorar el salario. Pero sí creo en la idea de un pacto social con acuerdo de precios y salarios por un tiempo corto ayuda a moderar las expectativas inflacionarias, a dar previsibilidad a las pequeñas y medianas empresas y a dar tranquilidad a los trabajadores. Siempre planteé la necesidad de acuerdos y consensos entre todos los sectores productivos, conducidos esos acuerdos desde la política. El mundo anda mal desde que las multinacionales empezaron a tener políticas propias al margen de sus gobiernos. Y anda peor porque los financistas han manejado el capitalismo, han chocado el capitalismo por estar en manos de los banqueros.
–Estamos en Washington y no sabemos cuánto cotiza nuestra moneda respecto del dólar. Eso genera incertidumbre. ¿Cómo observa que impacta en la economía real de la Argentina?
–La economía real está mucho mejor que el clima económico. Es como si hubiese una sensación térmica que no coincide con la temperatura. Hay un runrún generado por un tema de la relación de los argentinos con el dólar. Me parece que cuando la gente ve que hay limitaciones a la libre comercialización del dólar empieza a pensar que algo anda mal.
–¿Cómo impacta en Córdoba esa incertidumbre?
–Un solo ejemplo: en el verano tuvimos casi cinco millones de turistas. Un récord total. Si la economía anduviera mal, no hubiesen venido, porque nuestro turismo es doméstico, es un reflejo de que el consumo está. Pero en el fin de semana largo del 25 de Mayo no llegamos al número que esperábamos; y no porque no hayamos hecho propaganda, sino porque está instalado que hay un cambio importante en las variables económicas y la gente dice “vaya a saber qué pasará con el dólar”.
–¿Cuánta responsabilidad tiene el Gobierno nacional en esta situación?
–Los funcionarios me dicen que los argentinos tenemos que trabajar con nuestra moneda. En Brasil siempre fue así. Ellos tienen otra historia, nadie piensa en dólares ni tiene dólares. A mí no me parece mal que se pretenda cambiar esa cultura, pero es una señal que está instalada; veamos cómo nos va.
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