El informe que ha elaborado el Fondo Monetario Internacional sobre el sector bancario español concluye que las entidades con problemas necesitan una inyección de capital de al menos 40.000 millones de euros, según dos fuentes financieras citadas por Reuters. La cifra que finalmente dé el FMI y, después de esta, la que ofrezcan los auditores a los que el Gobierno ha encargado un examen de la banca será clave para fijar las necesidades de capital que necesita el sector y la cantidad de dinero que España podría necesitar de los fondos de rescate europeos.
Sin embargo, según añade Reuters, la cifra definitiva que España pida al fondo de rescate será algo superior a la del organismo que dirige Christine Lagarde por las malas condiciones del mercado. El ministro de Economía, Luis de Guindos, avanzó este miércoles que, en cualquier caso el Gobierno no tomará ninguna decisión sobre si activar o no el rescate hasta que conozca los resultados de las evaluaciones. Para superar las reticencias del Ejecutivo a pedir la ayuda exterior, Alemania plantea la posibilidad de un rescate suave que solo implique condiciones y ajustes para el sector.
El informe, que se hará público el próximo lunes, estima que las necesidades totales para sanear el sector bancario español suman 90.000 millones, pero los bancos más saneados podrán asumir por sí mismos una buena parte de esa cifra, según una de las fuentes.
«El déficit de capital de los bancos españoles rondará los 40.000 millones de euros después de tenerse en cuenta la capacidad de algunas entidades para cubrir las pérdidas esperadas con sus propios recursos», asegura la citada fuente.
Al informe del FMI, que ya dijo en sus conclusiones preliminares que el 70% de la banca española gozaba de buena salud, se sumará en las próximas semanas las conclusiones de la auditoría independiente que están llevando a cabo Oliver Wyman y Roland Berger. El ministro Guindos considera que las cifras que den estas auditoras independientes será similar a la del organismo internacional. Sus resultados se conocerán en 10 o 15 días. El BCE ya ha advertido de que mejor que haga una valoración «realista» de las mismas para asegurar la solución al problema.
Con la dificultad de financiar bajo su escudo el déficit bancario con el diferencial en torno a 500 puntos básicos, España negocia a marchas forzadas con sus socios europeos un mecanismo de ayuda para financiar a los bancos en dificultades para lo que la auditoría es un requisito indispensable y, previsiblemente, quitará protagonismo a las estimaciones del FMI.
Sin embargo, según añade Reuters, la cifra definitiva que España pida al fondo de rescate será algo superior a la del organismo que dirige Christine Lagarde por las malas condiciones del mercado. El ministro de Economía, Luis de Guindos, avanzó este miércoles que, en cualquier caso el Gobierno no tomará ninguna decisión sobre si activar o no el rescate hasta que conozca los resultados de las evaluaciones. Para superar las reticencias del Ejecutivo a pedir la ayuda exterior, Alemania plantea la posibilidad de un rescate suave que solo implique condiciones y ajustes para el sector.
El informe, que se hará público el próximo lunes, estima que las necesidades totales para sanear el sector bancario español suman 90.000 millones, pero los bancos más saneados podrán asumir por sí mismos una buena parte de esa cifra, según una de las fuentes.
«El déficit de capital de los bancos españoles rondará los 40.000 millones de euros después de tenerse en cuenta la capacidad de algunas entidades para cubrir las pérdidas esperadas con sus propios recursos», asegura la citada fuente.
Al informe del FMI, que ya dijo en sus conclusiones preliminares que el 70% de la banca española gozaba de buena salud, se sumará en las próximas semanas las conclusiones de la auditoría independiente que están llevando a cabo Oliver Wyman y Roland Berger. El ministro Guindos considera que las cifras que den estas auditoras independientes será similar a la del organismo internacional. Sus resultados se conocerán en 10 o 15 días. El BCE ya ha advertido de que mejor que haga una valoración «realista» de las mismas para asegurar la solución al problema.
Con la dificultad de financiar bajo su escudo el déficit bancario con el diferencial en torno a 500 puntos básicos, España negocia a marchas forzadas con sus socios europeos un mecanismo de ayuda para financiar a los bancos en dificultades para lo que la auditoría es un requisito indispensable y, previsiblemente, quitará protagonismo a las estimaciones del FMI.
