Durante el cacerolazo que realizaron vecinos del corredor norte de la Ciudad de Buenos Aires el pasado jueves se produjeron nuevos ataques a periodistas. Algunos manifestantes empujaron y escupieron al equipo del programa televisivo Duro de Domar (DDD) y a un cronista de La Cornisa. “La prensa tiene que trabajar libremente, más allá de la línea editorial del programa donde uno labure”, expresó Ignacio Girón, uno de los agredidos.
Como le había sucedido la semana pasada al equipo de 6,7,8 que cubrió el cacerolazo de Callao y Santa Fe en la Ciudad de Buenos Aires, y luego a los periodistas de Tiempo Argentino, la agencia Telam y medios locales en el municipio de Malvinas Argentinas, el jueves hubo nuevas agresiones a la prensa.
Si bien esta vez los ataques físicos fueron más leves que en los otros episodios, el equipo del programa DDD, tuvo que retirarse del lugar. “Estamos bien, fue una situación extremadamente violenta, que gracias a la sensatez de algunos de los que estaban allí presentes, no pasó a mayores. Tengo algunos moretones en la espalda. Nos fuimos no porque nos echaron, sino porque nos pareció lo correcto para no desnaturalizar la protesta”, explicó Antonio Marioni, “notero obrero” de DDD a la Radio de las Madres. Quien llevó la peor parte fue el productor Franco Uribarri, golpeado en la cabeza, mientras que “Tony” recibió algunos puntapiés y el cámara se convirtió en blanco de algunos escupitajos. Desde el programa dijeron a Tiempo que algunos de los entrevistados hicieron un cordón que permitió a los periodistas retirarse del lugar. “Los reporteados nos hicieron un cordón, si no la hubiéramos pasado mucho peor. La policía también estuvo correcta”, comentaron, al tiempo que recordaron haber recibido algunos insultos.
“Hay sectores que recién se están incorporando a la política y deben aprender a hacer en democracia de una forma no violenta”, interpretó Marioni, quien mencionó haber recibido “muchos fuck you lanateros”, en referencia a una de las secciones del programa que conduce el ex frontman de Día D. “Nos empezaron a decir que nos fuéramos y nosotros nos plantamos. Terminamos entre una barrita de estudiantes de la UCA y una barra de skinheads, y la policía nos pidió que nos fuéramos”, recordó Marioni. En el lugar algunos de los manifestantes mostraron desde un caño hasta un martillo. Sus colegas de 6,7,8 pasaron desapercibidos esta vez gracias a que remplazaron el cubo del micrófono con el logo habitualde la emisión por uno de la cadena estadounidense.
El periodista de La Cornisa, Ignacio Girón, también pasó un mal momento. “Una persona se me acercó, sin escuchar la pregunta que le estaba haciendo a otro de los manifestantes y me increpó, me agarró del cuello del abrigo que tenía, me quiso arrastrar y por suerte, el círculo que se armó ante la presencia de la cámara terminó sacándolo”, relató. “Nacho” explicó que las preguntas del tipo “¿De dónde venís?, ¿quien te paga?, ¿a quién respondés?” fueron una constante en la gélida noche en Plaza de Mayo.
“Recalco que en los dos cacerolazos que me tocó cubrir hubo un clima de agresividad contra la prensa. Se plasmó en actitudes diferentes, pero todas condenables. Desde la agresión física hasta las verbales. Hay que parar con las agresiones. Lo que más me sorprendió es que gente que pide una mejor democracia termine agrediendo a la prensa”, se indignó Girón. A pocos metros del escenario de los ataques y apenas un par de horas antes, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, primero, y luego la presidenta Cristina Fernández, habían recibido a los periodistas agredidos en la Casa Rosada para brindarles su respaldo. <
Como le había sucedido la semana pasada al equipo de 6,7,8 que cubrió el cacerolazo de Callao y Santa Fe en la Ciudad de Buenos Aires, y luego a los periodistas de Tiempo Argentino, la agencia Telam y medios locales en el municipio de Malvinas Argentinas, el jueves hubo nuevas agresiones a la prensa.
Si bien esta vez los ataques físicos fueron más leves que en los otros episodios, el equipo del programa DDD, tuvo que retirarse del lugar. “Estamos bien, fue una situación extremadamente violenta, que gracias a la sensatez de algunos de los que estaban allí presentes, no pasó a mayores. Tengo algunos moretones en la espalda. Nos fuimos no porque nos echaron, sino porque nos pareció lo correcto para no desnaturalizar la protesta”, explicó Antonio Marioni, “notero obrero” de DDD a la Radio de las Madres. Quien llevó la peor parte fue el productor Franco Uribarri, golpeado en la cabeza, mientras que “Tony” recibió algunos puntapiés y el cámara se convirtió en blanco de algunos escupitajos. Desde el programa dijeron a Tiempo que algunos de los entrevistados hicieron un cordón que permitió a los periodistas retirarse del lugar. “Los reporteados nos hicieron un cordón, si no la hubiéramos pasado mucho peor. La policía también estuvo correcta”, comentaron, al tiempo que recordaron haber recibido algunos insultos.
“Hay sectores que recién se están incorporando a la política y deben aprender a hacer en democracia de una forma no violenta”, interpretó Marioni, quien mencionó haber recibido “muchos fuck you lanateros”, en referencia a una de las secciones del programa que conduce el ex frontman de Día D. “Nos empezaron a decir que nos fuéramos y nosotros nos plantamos. Terminamos entre una barrita de estudiantes de la UCA y una barra de skinheads, y la policía nos pidió que nos fuéramos”, recordó Marioni. En el lugar algunos de los manifestantes mostraron desde un caño hasta un martillo. Sus colegas de 6,7,8 pasaron desapercibidos esta vez gracias a que remplazaron el cubo del micrófono con el logo habitualde la emisión por uno de la cadena estadounidense.
El periodista de La Cornisa, Ignacio Girón, también pasó un mal momento. “Una persona se me acercó, sin escuchar la pregunta que le estaba haciendo a otro de los manifestantes y me increpó, me agarró del cuello del abrigo que tenía, me quiso arrastrar y por suerte, el círculo que se armó ante la presencia de la cámara terminó sacándolo”, relató. “Nacho” explicó que las preguntas del tipo “¿De dónde venís?, ¿quien te paga?, ¿a quién respondés?” fueron una constante en la gélida noche en Plaza de Mayo.
“Recalco que en los dos cacerolazos que me tocó cubrir hubo un clima de agresividad contra la prensa. Se plasmó en actitudes diferentes, pero todas condenables. Desde la agresión física hasta las verbales. Hay que parar con las agresiones. Lo que más me sorprendió es que gente que pide una mejor democracia termine agrediendo a la prensa”, se indignó Girón. A pocos metros del escenario de los ataques y apenas un par de horas antes, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, primero, y luego la presidenta Cristina Fernández, habían recibido a los periodistas agredidos en la Casa Rosada para brindarles su respaldo. <
