Hace 10 años, los primeros vecinos de Ituzaingó Anexo comenzaron a notar que demasiadas mujeres caminaban con pañuelos en la cabeza, que a muchos niños les diagnosticaban leucemia, que algunos se morían de cáncer, que la gente del barrio sufría demasiadas afecciones respiratorias. No imaginaron entonces que hoy estarían sentados en el banquillo algunos de los acusados como responsables, ni que serían parte del primer juicio de este tipo en el país.
Es incierto el resultado del proceso judicial que comenzó ayer. ¿Podrán probar los querellantes que las fumigaciones se realizaron de manera ilegal y que eso afectó la salud de la gente? Quién sabe. De lo que no hay dudas, más allá de cómo finalice el juicio, es del triunfo que ya lograron las Madres de Ituzaingó (ver Hoy declara Sofía Gatica).
Pioneras. Fueron las primeras en visibilizar un conflicto nacional que hasta entonces era difuso: el de las consecuencias de la fumigación indiscriminada –arropada en el boom sojero– y sus consecuencias sanitarias.
Contra todos. La pelea fue contra productores, multinacionales y autoridades que insistieron en que los índices de casos de cáncer del barrio eran normales, aunque luego se demostró lo contrario.
Científicos. En esta década, inspiraron investigaciones –como la de los efectos del glifosato en animales– que les dieron la razón y base científica a lo que ellas relevaron caminando casa por casa.
Leyes. Lograron que la Municipalidad de Córdoba y el Gobierno provincial después sancionaran ordenanzas y leyes, respectivamente, que restringieron el uso de pesticidas y establecieron una zona de seguridad alrededor de sectores poblados. Se imitó luego en otras provincias.
Mejoras. Consiguieron que ese sector invisibilizado recibiera asfalto, agua potable, cambio de transformadores de energía y atención sanitaria, entre otras mejoras.
Ejemplo. Esta lucha comenzó a tener eco en zonas del país con el mismo problema, que luego inspiraron movimientos nacionales como Médicos de Pueblos Fumigados, Paren de Fumigar y otros.
Causas. Lograron que por primera vez en la Argentina se realice un juicio de estas características por “contaminación dolosa”.
Distinción. Por esta lucha, Sofía Gatica, una de las madres, obtuvo en abril el premio Goldman –el más importante del mundo para líderes de base ambientales–. Este galardón por primera vez fue conseguido por un argentino.
Antecedente. Más allá de cómo finalice el juicio, el hecho de haber puesto bajo la lupa el “modelo sojero” –el principal motor de las economía argentina durante años– ya puede considerarse un triunfo respecto de cómo verá la opinión pública esta problemática, y la consecuente atención que deberán brindarle las autoridades. Aún queda mucho por hacer. Ese, también, es un mérito de ellas.
Más información
– Fuerte debate en el comienzo del juicio
Es incierto el resultado del proceso judicial que comenzó ayer. ¿Podrán probar los querellantes que las fumigaciones se realizaron de manera ilegal y que eso afectó la salud de la gente? Quién sabe. De lo que no hay dudas, más allá de cómo finalice el juicio, es del triunfo que ya lograron las Madres de Ituzaingó (ver Hoy declara Sofía Gatica).
Pioneras. Fueron las primeras en visibilizar un conflicto nacional que hasta entonces era difuso: el de las consecuencias de la fumigación indiscriminada –arropada en el boom sojero– y sus consecuencias sanitarias.
Contra todos. La pelea fue contra productores, multinacionales y autoridades que insistieron en que los índices de casos de cáncer del barrio eran normales, aunque luego se demostró lo contrario.
Científicos. En esta década, inspiraron investigaciones –como la de los efectos del glifosato en animales– que les dieron la razón y base científica a lo que ellas relevaron caminando casa por casa.
Leyes. Lograron que la Municipalidad de Córdoba y el Gobierno provincial después sancionaran ordenanzas y leyes, respectivamente, que restringieron el uso de pesticidas y establecieron una zona de seguridad alrededor de sectores poblados. Se imitó luego en otras provincias.
Mejoras. Consiguieron que ese sector invisibilizado recibiera asfalto, agua potable, cambio de transformadores de energía y atención sanitaria, entre otras mejoras.
Ejemplo. Esta lucha comenzó a tener eco en zonas del país con el mismo problema, que luego inspiraron movimientos nacionales como Médicos de Pueblos Fumigados, Paren de Fumigar y otros.
Causas. Lograron que por primera vez en la Argentina se realice un juicio de estas características por “contaminación dolosa”.
Distinción. Por esta lucha, Sofía Gatica, una de las madres, obtuvo en abril el premio Goldman –el más importante del mundo para líderes de base ambientales–. Este galardón por primera vez fue conseguido por un argentino.
Antecedente. Más allá de cómo finalice el juicio, el hecho de haber puesto bajo la lupa el “modelo sojero” –el principal motor de las economía argentina durante años– ya puede considerarse un triunfo respecto de cómo verá la opinión pública esta problemática, y la consecuente atención que deberán brindarle las autoridades. Aún queda mucho por hacer. Ese, también, es un mérito de ellas.
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