Jamie Dimon, consejero delegado del banco rescatado, comparece en el Senado de Estados Unidos para «explicar» el nuevo agujero de 2.000 millones en inversiones fallidas
En su comparencia ante el Senado de Estados Unidos, el consejero delegado de JPMorgan, Jamie Dimon, anunció este miércoles que altos directivos del banco implicados en la pérdida de al menos 2.000 millones de dólares en operaciones de alto riesgo podrían ver reducidas sus retribuciones como castigo. Fue la única concesión de Dimon ante la comisión sobre la banca del Senado, donde el máximo responsable del mayor banco de EE.UU. combinó las disculpas por la actuación de su entidad con el mantenimiento de su férrea oposición a mayores regulaciones del sector. El acto fue alterado por una docena de personas que protestaron contra Dimon y tuvieron que ser expulsadas de la sala.
«Cometimos un error. Soy completamente responsable», dijo Dimon. De todos modos, esa aceptación de culpa se produjo en un contexto que restaba trascendencia a las sorprendentes pérdidas anunciadas el pasado mes de mayo, causadas sobre todo por un equipo que operaba en Londres. Dimon presentó esto como un hecho «aislado» que debe ser puesto «en perspectiva», pues no ha dañado ni a los clientes ni a los contribuyentes (en 2008 el banco recibió un rescate de 20.000 millones de dólares de dinero público). Preguntado sobre si personalmente aprobó la estrategia de esas operaciones, respondió: «Era consciente de ella, pero no lo aprobé».
Dimon no arrojó más luz sobre las operaciones fallidas ni aportó ninguna cifra final sobre el monto total de las pérdidas, indicando que eso es algo que todavía se está investigando. «Es posible que haya retenciones», dijo en relación a las retribuciones de los altos directivos implicados. Recordó que la política del banco, impuesta al sector financiero al estallar la crisis, prevé que a los directivos que actúen erróneamente no se les entreguen acciones o bonus que normalmente percibirían, algo que JPMorgan hasta ahora no ha necesitado ejecutar.
En la sesión de preguntas de los legisladores, especialmente incisitivos estuvieron los senadores demócratas. Frente al intento de Dimon de restar trascendencia a lo ocurrido, con el fin de evitar que el Congreso quiera poner más limitaciones al sector sobre prácticas de riesgo, el senador Robert Menéndez advirtió de las graves consecuencias que algo así hubiera tenido en una entidad sin la fortaleza de JPMorgan. Le echó en cara a Dimon que hubiera hecho un frente contra el Congreso para evitar «una mayor capitalización bancaria».
En su comparencia ante el Senado de Estados Unidos, el consejero delegado de JPMorgan, Jamie Dimon, anunció este miércoles que altos directivos del banco implicados en la pérdida de al menos 2.000 millones de dólares en operaciones de alto riesgo podrían ver reducidas sus retribuciones como castigo. Fue la única concesión de Dimon ante la comisión sobre la banca del Senado, donde el máximo responsable del mayor banco de EE.UU. combinó las disculpas por la actuación de su entidad con el mantenimiento de su férrea oposición a mayores regulaciones del sector. El acto fue alterado por una docena de personas que protestaron contra Dimon y tuvieron que ser expulsadas de la sala.
«Cometimos un error. Soy completamente responsable», dijo Dimon. De todos modos, esa aceptación de culpa se produjo en un contexto que restaba trascendencia a las sorprendentes pérdidas anunciadas el pasado mes de mayo, causadas sobre todo por un equipo que operaba en Londres. Dimon presentó esto como un hecho «aislado» que debe ser puesto «en perspectiva», pues no ha dañado ni a los clientes ni a los contribuyentes (en 2008 el banco recibió un rescate de 20.000 millones de dólares de dinero público). Preguntado sobre si personalmente aprobó la estrategia de esas operaciones, respondió: «Era consciente de ella, pero no lo aprobé».
Dimon no arrojó más luz sobre las operaciones fallidas ni aportó ninguna cifra final sobre el monto total de las pérdidas, indicando que eso es algo que todavía se está investigando. «Es posible que haya retenciones», dijo en relación a las retribuciones de los altos directivos implicados. Recordó que la política del banco, impuesta al sector financiero al estallar la crisis, prevé que a los directivos que actúen erróneamente no se les entreguen acciones o bonus que normalmente percibirían, algo que JPMorgan hasta ahora no ha necesitado ejecutar.
En la sesión de preguntas de los legisladores, especialmente incisitivos estuvieron los senadores demócratas. Frente al intento de Dimon de restar trascendencia a lo ocurrido, con el fin de evitar que el Congreso quiera poner más limitaciones al sector sobre prácticas de riesgo, el senador Robert Menéndez advirtió de las graves consecuencias que algo así hubiera tenido en una entidad sin la fortaleza de JPMorgan. Le echó en cara a Dimon que hubiera hecho un frente contra el Congreso para evitar «una mayor capitalización bancaria».