FGS y la definición del kirchnerismo como proyecto con programa propio

Tengo la sensación, hace rato, y a propósito de la cola que trae que el financiamiento del plan de crédito hipotecario ultrabarato anunciado por la presidenta CFK recientemente lo va a aportar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de ANSeS –de cuyas arcas no depende el pago de los haberes de los pasivos actuales ni del de los futuros, sino que se trata de la masa de inversiones que habían realizado las AFJP durante la vigencia del esquema de administración privada del sistema previsional–, de que al interior del espacio social oficialista se sobrevalora lo que significó la ley de medios, en tanto que al mismo tiempo se subvalora el aporte que a la causa trajo la estatización de la administración del sistema previsional.

En lo que a mí respecta, creo que el inicio de la definición de kirchnerismo como proyecto histórico acabado, y diferenciado del statu quo ante, no puede rastrearse sino en la fecha en que se decidió ponerle punto final al negociado más característico –ideológica y moralmente hablando– de la era de predominio neoliberal en Argentina; esto es, el de las AFJP.

Por tres razones –principalmente, y otras menores–, básicamente:

1) A partir de aquello, el Gobierno se hizo de una herramienta formidable para el ejercicio de la acción económica concreta. Financiamiento cuantioso y de fácil acceso a través del mencionado FGS que permitió, desde 2008 a la fecha, encarar numerosos emprendimientos de distinto tipo, siempre en función del engorde de la cuenta de aportantes activos, que es la clave del éxito de la lógica de solidaridad intergeneracional en que se inscribe el nuevo esquema jubilatorio. Y que se ha más que duplicado desde que es administrado por el Estado. Y también de inversiones con criterio de beneficio social, como ser el programa de reparto de Netbooks a alumnos de nivel primario y secundario.

1 bis) No por nada, aquel proyecto del extinto Grupo A mal llamado 82% móvil, proponía reventar a cortísimo plazo esa monumental montaña de recursos. El objetivo, más que la justicia social, que jamás formó parte de la plataforma de ningún espacio opositor actual, era privar al oficialismo de la herramienta, hiriendo decisivamente sus márgenes de acción. Y en forma irresponsable, además: porque una vez acabado dicho fondeo, permanecería vigente la obligación para el Estado de pagar en 82% móvil pero sin fuente de financiamiento dispuesta a tal fin.

2) Ofrece, porque es el lugar en el que más fuerte y claramente se desarrollaba y confluía la madeja de intereses que sustentaba el orden anterior –el de la valorización financiera, que imperó entre el 24 de marzo de 1976 y el 25 de mayo de 2003–, la plataforma en que mejor se puede expresar la contradicción principal en que se cifra el devenir de la trama socioeconómica y política actual: es decir, la disputa que existe entre el gobierno representativo, por un lado; y varios sectores del empresariado privado, por el otro, en orden a determinar a quién le cabe la potestad de diseñar el programa de gobierno.

2 bis) (en relación a 1) Ejemplo de lo anterior fue el revuelo que se armó cuando el Estado, en legítimo uso de los derechos societarios de que es titular en virtud de haber heredado tenencias accionarias en las empresas en que las AFJP habían realizado inversiones, pretendió designar los representantes que, por tales motivos, le corresponden en los directorios de esas empresas. Elemento que caracteriza muy bien a las intenciones dirigistas que expresa el kirchnerismo en materia económica. Esto es, no se desprecia, per se, al capital privado, en tanto y en cuanto éste acepte subordinarse a las disposiciones y necesidades que caben al gobierno definir, especialmente en materia de decisión de inversiones. A lo que ayuda grandemente el ingreso directo al interior del manejo de poderosos factores de la economía privada. (Y sometidas –dichas decisiones– a escrutinio e interpelación únicamente del voto popular y el juego de balances y contrapesos propio del sistema de democracia republicana).

3) En función de lo hasta acá expuesto, la capacidad que tiene, entonces, el sistema previsional de funcionar como el más potente articulador e integrador social. Empresa colectiva en la que tienen cabida y se vinculan rentabilidades de distinto tipo, aún divergentes entre sí, de la casi totalidad del arco social. Y las intenciones del Gobierno, que acompañan en ese sentido, de utilizarlo para hacer posible el programa de construir un orden democrático distinto del heredado a la fecha de asunción en el poder de Néstor Kirchner.

3 bis) Por decir algo, con el nuevo plan de créditos hipotecarios va de suyo que habrá un fortísimo impulso a la creación de empleo registrado. Lo que, a su vez, impactará positivamente en la fortaleza de los haberes de los pasivos actuales, en orden a lo dispuesto por la ley de movilidad jubilatoria. Y, al mismo tiempo, en el crecimiento de la cuenta de stock del FGS, por efecto de la rentabilidad que supongan tales inversiones edilicias, que permita multiplicar y ampliar acciones de inversión en el sentido hasta acá expuesto.

* * *

Así las cosas, entiendo que defender lo mejor del kirchnerismo pasa por defender fuertemente las lógicas que informan al nuevo sistema previsional, vertebrado desde que en 2008 se le puso punto final al negociado de las AFJP. Más que a la batalla contra Clarín, incluso. Aunque por supuesto, en estas cuestiones también ha tenido que ver la empresa comandada por Héctor Magnetto. Por sí misma, y como cerebro articulador del entramado que se beneficiaba del financiamiento blando, sin compromiso social alguno –pero valido de toda la corruptela que fuera posible para inflar activos artificialmente–, que les otorgaban las AFJP. Y porque lo alimentaba, como a pocas otras aventuras de aquellos tiempos, el criterio de acumulación centrado en lo financiero.

Es cuestión de observar, nomás, el empeño que se le dispensa a la tergiversación y el denuesto de la función que cumple el FGS en el despliegue de la fase actual del programa económico nacido en 2003.

Acerca de Pablo D

Abogado laboralista. Apasionado por la historia y la economía, en especial, desde luego, la de la República Argentina.

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2 comentarios en «FGS y la definición del kirchnerismo como proyecto con programa propio»

  1. La falta de concepto es total.
    No se entienden un par de cosas,
    1) Si el monto de las «inversiones» de las AFJP que el gobierno nacionalizó aumentaron se debe unicamente al aumento de las cotizaciones en el mercado secundario de los títulos del gobierno…. eso después de quedar clara la vocación de pagar en término los vencimientos.
    2) Plantear que con el programa de créditos a tasa negativa se va a promover de manera genuina el crecimiento y de paso el FGS va a tener rendimientos positivos es una tomadura de pelo.
    3) El dinero del FGS está invertido en la actualidad en diversos instrumentos…. para poder utilizarlo para construir viviendas hay que «desinvertir» en otras áreas, por ejemplo vendiendo acciones de Techint…. la pregunta es quién las va a comprar y a qué precio.

  2. Pablo:
    1) Pegate una leidita a esto:http://www.anses.gob.ar/FGS/preguntas-frecuentes/faq.php
    2) Borra o redacta nuevamente quitando las contradicciones entre lo que el Gobierno explica y lo que vos queres/crees entender.
    3)De ser posible borra tacha , las referencias de «barricada» (parte del manual del buen militante Nac&pop edición 1972, tu papa y yo teniamos todavia olor a pis y ya era viejo) Aburre.
    4) Si conseguis hacer todo eso , capaz habrá un post que merece ser discutido.
    Saludos

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