La aerolínea uruguaya Pluna, en manos del Estado desde la salida de su socio privado mayoritario, anunció ayer finalmente que deja de volar “de forma indefinida” debido a la crisis financiera que afronta. La debacle de la compañía implica un duro golpe para el gobierno de José Mujica, quien estaba buscando un operador privado para poder reflotar la empresa. A través de un comunicado, la línea de bandera uruguaya informó que adoptó esa determinación “en función de que la situación económico–financiera de la empresa hace imposible asegurar una adecuada operación”. “La empresa asignará todos sus recursos disponibles para contactar a los pasajeros afectados por estas circunstancias a efectos de buscarle la mejor solución posible”, agregó.
Los ministros de Economía, Fernando Lorenzo, y de Transporte, Enrique Pintado, junto al vicepresidente Danilo Astori, se reunieron con la bancada oficialista y los partidos opositores para darles detalles de la crisis. Tras uno de estos encuentros, el senador Pedro Bordaberry, del Partido Colorado, reconoció que “es una situación complicada”. “Nos informaron que deja de volar por tiempo indeterminado. Quedamos en hacer las consultas con asesores para dar nuestra impresión. Hay que estudiar a fondo el camino a elegir” para después buscar “la mejor solución” para el país, aseguró. Según trascendió, el presidente Mujica evaluaba cerrar o vender el 100 % de la aerolínea porque no estaba dispuesto a “seguir perdiendo plata”.
Pluna era operada por el grupo argentino Leadgate, quien tenía un 75 % del paquete accionario, mientras que el restante 25 % estaba en manos del Estado. Pero desde hace un tiempo viene sufriendo graves problemas económicos, que se profundizaron en los últimos meses. Llegó a tener una deuda de 18,5 millones de dólares con la empresa estatal de combustibles Ancap.
Ante esta crítica situación, Leadgate buscó un acuerdo con el gobierno de Mujica para obtener una “salida ordenada”, lo que pudo concretar el 15 del mes pasado. A partir de ese momento Pluna, quedó bajo el control del Estado, pero con el objetivo de que el gobierno encontrase un socio que capitalizara la compañía. Una alternativa era que la aerolínea canadiense Jazz, socia minoritaria del grupo Leadgate, comprara el resto del capital accionario. El gobierno le dio 30 días para decidirse, pero los canadienses no estarían dispuestos a concretar el negocio.
Medios uruguayos informaron que también hubo negociaciones con el empresario argentino Juan Carlos López Mena, dueño de la naviera Buquebús y de la aerolínea BQB, pero se frustraron . Al parecer, la intención de Mena era deshacerse de varios aviones y despedir a unos 200 trabajadores, para así hacer viable el desarrollo de la aerolínea. Ante estos trascendidos, el martes pasado los empleados de Pluna, que son alrededor de 900, comenzaron una huelga para reclamar la continuidad laboral. Actualmente la empresa tiene una flota de 13 aviones que volaban a Argentina, Brasil, Chile y Paraguay, transportando anualmente a más de un millón y medio de pasajeros.
Los ministros de Economía, Fernando Lorenzo, y de Transporte, Enrique Pintado, junto al vicepresidente Danilo Astori, se reunieron con la bancada oficialista y los partidos opositores para darles detalles de la crisis. Tras uno de estos encuentros, el senador Pedro Bordaberry, del Partido Colorado, reconoció que “es una situación complicada”. “Nos informaron que deja de volar por tiempo indeterminado. Quedamos en hacer las consultas con asesores para dar nuestra impresión. Hay que estudiar a fondo el camino a elegir” para después buscar “la mejor solución” para el país, aseguró. Según trascendió, el presidente Mujica evaluaba cerrar o vender el 100 % de la aerolínea porque no estaba dispuesto a “seguir perdiendo plata”.
Pluna era operada por el grupo argentino Leadgate, quien tenía un 75 % del paquete accionario, mientras que el restante 25 % estaba en manos del Estado. Pero desde hace un tiempo viene sufriendo graves problemas económicos, que se profundizaron en los últimos meses. Llegó a tener una deuda de 18,5 millones de dólares con la empresa estatal de combustibles Ancap.
Ante esta crítica situación, Leadgate buscó un acuerdo con el gobierno de Mujica para obtener una “salida ordenada”, lo que pudo concretar el 15 del mes pasado. A partir de ese momento Pluna, quedó bajo el control del Estado, pero con el objetivo de que el gobierno encontrase un socio que capitalizara la compañía. Una alternativa era que la aerolínea canadiense Jazz, socia minoritaria del grupo Leadgate, comprara el resto del capital accionario. El gobierno le dio 30 días para decidirse, pero los canadienses no estarían dispuestos a concretar el negocio.
Medios uruguayos informaron que también hubo negociaciones con el empresario argentino Juan Carlos López Mena, dueño de la naviera Buquebús y de la aerolínea BQB, pero se frustraron . Al parecer, la intención de Mena era deshacerse de varios aviones y despedir a unos 200 trabajadores, para así hacer viable el desarrollo de la aerolínea. Ante estos trascendidos, el martes pasado los empleados de Pluna, que son alrededor de 900, comenzaron una huelga para reclamar la continuidad laboral. Actualmente la empresa tiene una flota de 13 aviones que volaban a Argentina, Brasil, Chile y Paraguay, transportando anualmente a más de un millón y medio de pasajeros.