Cristina Kirchner enfrentó dos crisis financieras internacionales. La primera fue en el 2008/09 en Estados Unidos con la crisis de los préstamos hipotecarios sub prime y la quiebra del banco Lehman Brothers. La segunda es la actual crisis fiscal y del euro en Europa. Hay grandes diferencias entre la crisis del 2008/09 y la crisis europea actual.
En primer lugar, cuando el mundo realmente se nos vino encima fue con la crisis del 2008/09 . En efecto, el precio internacional de la soja cayó un 35% y una fuerte sequía provocó una contracción en la producción de cereales y oleaginosas del 37%. Por primera vez en la gestión kirchnerista hizo su entrada en escena la restricción externa al crecimiento económico . La respuesta del Gobierno fue similar a los “stop and go” de las décadas del 60 al 90. En el 2009 fue necesario un parate o “stop” del 2.5 % en el PBI para reducir las importaciones en un 35 % y de esta forma contrarrestar la caída del 20% en las exportaciones.
La crisis actual es la opuesta a la del 2008/09 . El precio internacional de la soja no cayó sino que aumentó casi un 50% en los últimos doce meses y el maíz un 45%. Ello demuestra que el mundo no se nos viene encima, tal como ocurrió en el 2009. Lo que se nos viene encimason los desequilibrios internos de la economía.
En segundo lugar, otro contraste con la crisis actual es que en el 2008 teníamos una sólida posición fiscal, externa, cambiaria y energética que sustentaba una política keynesiana expansiva anticíclica .
En el 2012 ocurre todo lo contrario.
En efecto, en el 2008 el superávit fiscal era de 8.700 millones de dólares (2.6 % del PBI) mientras que el proyectado para el 2012 es deficitario en 7.700 millones de dólares un (1.6 % del PBI). En cuatro años hay un vuelco fiscal de 16.400 millones de dólares (4.2 puntos del PBI).
El superávit externo de la cuenta corriente del Balance de Pagos era en el 2008 del 2.1% del PBI, mientras que en la actualidad es prácticamente nulo.
En el 2008 con sus superávit gemelos el Gobierno podía pagar con recursos genuinos los intereses y amortizaciones de la deuda pública externa e interna. En la actualidad, en cambio, no hay otra alternativa que cubrir los vencimientos de deuda con las reservas internacionales del Banco Central y con emisión monetaria .
En tercer lugar, el contraste en el atraso cambiario entre una y otra crisis es notable.
El tipo de cambio multilateral en el 2009 era alto e internacionalmente competitivo. El Gobierno en medio de la crisis internacional privilegió defender la política de tipo de cambio alto al devaluar en el 2009 un 17.9 % cuando en el 2008 fue del 1.6 %. Además, contó con el apoyo de una caída del real y del dólar frente al euro.
Por el contrario, en el 2010/11 la inflación acumulada fue del 52.5 % y la devaluación del 12.5 %. A ese atraso cambiario se le agregó que el real se devaluó un 32% y el euro un 16% en los últimos 12 meses En consecuencia, en el 2012 el tipo de cambio dejó de ser internacionalmente competitivo . A diferencia de lo ocurrido en el 2009 el objetivo actual del Gobierno es defender con el control de cambios y el de importaciones el atraso cambiario y la pérdida de competitividad internacional.
El resultado de estos controles es una profunda crisis recesiva en la industria.
El Índice de producción industrial del INDEC de mayo y junio se contrajo un 4.6% en relación al mismo período del año anterior.
Finalmente, el contexto internacional muestra un comportamiento que es la antípoda del de la crisis del 2008/09 . Estados Unidos y China en el 2009 impulsaron una rápida salida de la crisis internacional, con una explosiva política keynesiana expansiva. La Reserva Federal duplicó la base monetaria en 6 meses y aumentó el déficit fiscal del 1.7% del PBI (2007) al 10% en el 2010. El PBI en Estados Unidos se contrajo un 2.6% en el 2009 y volvió a crecer un 2.8% en el 2010 y un 3.2% en el 2011.
La Argentina en el 2008/09 salió, también, de la crisis con una política keynesiana expansiva . Frente a una contracción en el 2009 del 2.5% del PBI, salimos con una expansión del 8.5 % en el 2010, del 7 % en el 2011 y el 54% de los votos en las elecciones presidenciales.
En cambio, el comportamiento de los países avanzados frente a la actual crisis va en dirección contraria a la del 2008/09. En efecto, Estados Unidos en el 2013 ya no cumplirá el mismo rol expansivo que en el 2009, China está más contenida y la reacción de los países europeos es la inversa a la de Estados Unidos en el 2008/09 .
Las perspectivas de un contexto internacional depresivo en el 2013 amortiguarán la recuperación económica en Brasil, lo cual puede contrarrestar el impacto positivo del aumento en el precio internacional de la soja.
No descartamos que el Gobierno, preocupado por los resultados electorales en el 2013, anuncie planes expansivos para intentar neutralizar estas tendencias recesivas.
Un ejemplo son los recientes planes de vivienda. Sin embargo, su margen de maniobra ya no es el mismo que en el 2009 dado que la ausencia de superávit fiscal llevará a que un aumento del gasto público para reactivar la economía se financie con emisión monetaria del Banco Central.
A diferencia de lo ocurrido en el 2009, llevar adelante una política keynesiana expansiva, en el actual contexto de desequilibrios internos, nos conducirá a aumentar la inflación y la brecha cambiaria mucho más que a reactivar la economía.
Frente a perspectivas internacionales más recesivas y a las restricciones internas para repetir la expansión keynesiana del 2009 el Gobierno se inclinará por profundizar la estrategia de los controles cambiarios en lugar de atacar la inflación y los desequilibrios internos. Este conjunto de hipótesis políticas y económicas nos lleva a esperar para el 2013 estancamiento con inflación.
En primer lugar, cuando el mundo realmente se nos vino encima fue con la crisis del 2008/09 . En efecto, el precio internacional de la soja cayó un 35% y una fuerte sequía provocó una contracción en la producción de cereales y oleaginosas del 37%. Por primera vez en la gestión kirchnerista hizo su entrada en escena la restricción externa al crecimiento económico . La respuesta del Gobierno fue similar a los “stop and go” de las décadas del 60 al 90. En el 2009 fue necesario un parate o “stop” del 2.5 % en el PBI para reducir las importaciones en un 35 % y de esta forma contrarrestar la caída del 20% en las exportaciones.
La crisis actual es la opuesta a la del 2008/09 . El precio internacional de la soja no cayó sino que aumentó casi un 50% en los últimos doce meses y el maíz un 45%. Ello demuestra que el mundo no se nos viene encima, tal como ocurrió en el 2009. Lo que se nos viene encimason los desequilibrios internos de la economía.
En segundo lugar, otro contraste con la crisis actual es que en el 2008 teníamos una sólida posición fiscal, externa, cambiaria y energética que sustentaba una política keynesiana expansiva anticíclica .
En el 2012 ocurre todo lo contrario.
En efecto, en el 2008 el superávit fiscal era de 8.700 millones de dólares (2.6 % del PBI) mientras que el proyectado para el 2012 es deficitario en 7.700 millones de dólares un (1.6 % del PBI). En cuatro años hay un vuelco fiscal de 16.400 millones de dólares (4.2 puntos del PBI).
El superávit externo de la cuenta corriente del Balance de Pagos era en el 2008 del 2.1% del PBI, mientras que en la actualidad es prácticamente nulo.
En el 2008 con sus superávit gemelos el Gobierno podía pagar con recursos genuinos los intereses y amortizaciones de la deuda pública externa e interna. En la actualidad, en cambio, no hay otra alternativa que cubrir los vencimientos de deuda con las reservas internacionales del Banco Central y con emisión monetaria .
En tercer lugar, el contraste en el atraso cambiario entre una y otra crisis es notable.
El tipo de cambio multilateral en el 2009 era alto e internacionalmente competitivo. El Gobierno en medio de la crisis internacional privilegió defender la política de tipo de cambio alto al devaluar en el 2009 un 17.9 % cuando en el 2008 fue del 1.6 %. Además, contó con el apoyo de una caída del real y del dólar frente al euro.
Por el contrario, en el 2010/11 la inflación acumulada fue del 52.5 % y la devaluación del 12.5 %. A ese atraso cambiario se le agregó que el real se devaluó un 32% y el euro un 16% en los últimos 12 meses En consecuencia, en el 2012 el tipo de cambio dejó de ser internacionalmente competitivo . A diferencia de lo ocurrido en el 2009 el objetivo actual del Gobierno es defender con el control de cambios y el de importaciones el atraso cambiario y la pérdida de competitividad internacional.
El resultado de estos controles es una profunda crisis recesiva en la industria.
El Índice de producción industrial del INDEC de mayo y junio se contrajo un 4.6% en relación al mismo período del año anterior.
Finalmente, el contexto internacional muestra un comportamiento que es la antípoda del de la crisis del 2008/09 . Estados Unidos y China en el 2009 impulsaron una rápida salida de la crisis internacional, con una explosiva política keynesiana expansiva. La Reserva Federal duplicó la base monetaria en 6 meses y aumentó el déficit fiscal del 1.7% del PBI (2007) al 10% en el 2010. El PBI en Estados Unidos se contrajo un 2.6% en el 2009 y volvió a crecer un 2.8% en el 2010 y un 3.2% en el 2011.
La Argentina en el 2008/09 salió, también, de la crisis con una política keynesiana expansiva . Frente a una contracción en el 2009 del 2.5% del PBI, salimos con una expansión del 8.5 % en el 2010, del 7 % en el 2011 y el 54% de los votos en las elecciones presidenciales.
En cambio, el comportamiento de los países avanzados frente a la actual crisis va en dirección contraria a la del 2008/09. En efecto, Estados Unidos en el 2013 ya no cumplirá el mismo rol expansivo que en el 2009, China está más contenida y la reacción de los países europeos es la inversa a la de Estados Unidos en el 2008/09 .
Las perspectivas de un contexto internacional depresivo en el 2013 amortiguarán la recuperación económica en Brasil, lo cual puede contrarrestar el impacto positivo del aumento en el precio internacional de la soja.
No descartamos que el Gobierno, preocupado por los resultados electorales en el 2013, anuncie planes expansivos para intentar neutralizar estas tendencias recesivas.
Un ejemplo son los recientes planes de vivienda. Sin embargo, su margen de maniobra ya no es el mismo que en el 2009 dado que la ausencia de superávit fiscal llevará a que un aumento del gasto público para reactivar la economía se financie con emisión monetaria del Banco Central.
A diferencia de lo ocurrido en el 2009, llevar adelante una política keynesiana expansiva, en el actual contexto de desequilibrios internos, nos conducirá a aumentar la inflación y la brecha cambiaria mucho más que a reactivar la economía.
Frente a perspectivas internacionales más recesivas y a las restricciones internas para repetir la expansión keynesiana del 2009 el Gobierno se inclinará por profundizar la estrategia de los controles cambiarios en lugar de atacar la inflación y los desequilibrios internos. Este conjunto de hipótesis políticas y económicas nos lleva a esperar para el 2013 estancamiento con inflación.