El mensaje del Gobierno y de la dirección del Partido Popular ha sido meridiano: el único camino posible para intentar hacer frente a la crisis es el compromiso de todas las comunidades con la reducción del déficit y el cumplimiento de la meta fijada por Hacienda, el 1,5%. Esta ha sido la principal exigencia que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha transmitido a los presidentes autonómicos y barones territoriales del PP para dejar claro que, con vistas el Consejo de Política Fiscal y Financiera que se celebra mañana, no admitirá versos sueltos.
El objetivo de la reunión-almuerzo, que ha durado más de cinco horas y en la que no ha faltado nadie, consistía además en escenificar la unidad de los dirigentes populares y el respaldo a los últimos recortes del Ejecutivo, que incluyen la subida del IVA y la supresión de la paga extra de los empleados públicos. Unidad tal vez haya sido, de hecho, la palabra más pronunciada por los barones regionales al salir de la sede nacional del partido. Al negar, al menos oficialmente, planteamientos distintos o discrepancias, los barones han hablado más bien de “reflexiones”, como ha destacado el presidente valenciano, Alberto Fabra, aportaciones que, en algunos casos, se han convertido en quejas por el escaso recorrido que les queda para recortar. Aun así, la idea que han intentado transmitir es sencilla: “Somos una familia y hay que hacer piña pese a las dificultades”. Esos baches son los que ha admitido, por ejemplo, el candidato popular a lehendakari, Antonio Basagoiti, quien ha concedido que él va a ser el próximo en sufrir los efectos de los recortes (según la última encuesta de Metroscopia, siete puntos en tan solo un mes) en las urnas y que, pese a todo, esta “es la hora de la responsabilidad”.
Todos los presidentes territoriales han conjugado esa idea a su manera. Para la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, pasa por la revisión del Estado de las autonomías como instrumento de ahorro, como ya ha planteado en alguna ocasión. Para el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, quien se enfrenta a unas elecciones a la vuelta de la esquina, hay que dar pasos en varias direcciones. Uno de ellos, la reducción de diputados autonómicos, con la que por otro lado se garantizará los graneros del votos del PP. La propuesta de Feijóo, el último dirigente popular en salir de la sede nacional, ha sido incluida, además, en un documento suscrito por todos los asistentes a la reunión.
La de Galicia fue una de las voces críticas en el último Consejo de Política Fiscal y, aunque acabó votando a favor de las exigencias del departamento que dirige Cristóbal Montoro, el temor del Gobierno es que vuelva a repetirse lo ocurrido en la última reunión de los consejeros de Hacienda celebrada el pasado 12 de julio. Entonces, la negativa a compartir con las autonomías la relajación del objetivo de 5,3% a 6,3% concedida por Bruselas provocó la rebelión algunas comunidades. Andalucía, Cataluña, Canarias y Asturias votaron en contra de las exigencias de Hacienda, pero incluso Administraciones del PP, como Extremadura y Castilla y León, manifestaron su rechazo a través de su abstención. Feijóo, además, llegó a cancelar la unión intermunicipal de Santiago de Compostela para no coincidir con Montoro.
La reunión del presidente del PP y sus barones, en la que han participado además la secretaria general, Dolores de Cospedal, y los vicesecretarios Carlos Floriano, Javier Arenas y Esteban González Pons, se produce después de que el Gobierno creara el fondo de liquidez autonómico para que las comunidades puedan hacer frente a sus vencimientos. Algunas autonomías, como la Comunidad Valenciana, Murcia o Cataluña ya han anunciado su intención de recurrir a este mecanismo de ayuda. Aun así, varios Gobiernos regionales, como el de Castilla-La Mancha, todavía sopesan la posibilidad de acogerse al fondo.
Esta es la segunda vez que Rajoy reúne a sus presidentes autonómicos y regionales en Madrid con el objetivo de coordinar posturas. Ya ocurrió el pasado 14 de abril, cuando todos suscribieron un manifiesto a favor del cumplimiento de los objetivos de déficit y de la estabilidad presupuestaria.
El objetivo de la reunión-almuerzo, que ha durado más de cinco horas y en la que no ha faltado nadie, consistía además en escenificar la unidad de los dirigentes populares y el respaldo a los últimos recortes del Ejecutivo, que incluyen la subida del IVA y la supresión de la paga extra de los empleados públicos. Unidad tal vez haya sido, de hecho, la palabra más pronunciada por los barones regionales al salir de la sede nacional del partido. Al negar, al menos oficialmente, planteamientos distintos o discrepancias, los barones han hablado más bien de “reflexiones”, como ha destacado el presidente valenciano, Alberto Fabra, aportaciones que, en algunos casos, se han convertido en quejas por el escaso recorrido que les queda para recortar. Aun así, la idea que han intentado transmitir es sencilla: “Somos una familia y hay que hacer piña pese a las dificultades”. Esos baches son los que ha admitido, por ejemplo, el candidato popular a lehendakari, Antonio Basagoiti, quien ha concedido que él va a ser el próximo en sufrir los efectos de los recortes (según la última encuesta de Metroscopia, siete puntos en tan solo un mes) en las urnas y que, pese a todo, esta “es la hora de la responsabilidad”.
Todos los presidentes territoriales han conjugado esa idea a su manera. Para la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, pasa por la revisión del Estado de las autonomías como instrumento de ahorro, como ya ha planteado en alguna ocasión. Para el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, quien se enfrenta a unas elecciones a la vuelta de la esquina, hay que dar pasos en varias direcciones. Uno de ellos, la reducción de diputados autonómicos, con la que por otro lado se garantizará los graneros del votos del PP. La propuesta de Feijóo, el último dirigente popular en salir de la sede nacional, ha sido incluida, además, en un documento suscrito por todos los asistentes a la reunión.
La de Galicia fue una de las voces críticas en el último Consejo de Política Fiscal y, aunque acabó votando a favor de las exigencias del departamento que dirige Cristóbal Montoro, el temor del Gobierno es que vuelva a repetirse lo ocurrido en la última reunión de los consejeros de Hacienda celebrada el pasado 12 de julio. Entonces, la negativa a compartir con las autonomías la relajación del objetivo de 5,3% a 6,3% concedida por Bruselas provocó la rebelión algunas comunidades. Andalucía, Cataluña, Canarias y Asturias votaron en contra de las exigencias de Hacienda, pero incluso Administraciones del PP, como Extremadura y Castilla y León, manifestaron su rechazo a través de su abstención. Feijóo, además, llegó a cancelar la unión intermunicipal de Santiago de Compostela para no coincidir con Montoro.
La reunión del presidente del PP y sus barones, en la que han participado además la secretaria general, Dolores de Cospedal, y los vicesecretarios Carlos Floriano, Javier Arenas y Esteban González Pons, se produce después de que el Gobierno creara el fondo de liquidez autonómico para que las comunidades puedan hacer frente a sus vencimientos. Algunas autonomías, como la Comunidad Valenciana, Murcia o Cataluña ya han anunciado su intención de recurrir a este mecanismo de ayuda. Aun así, varios Gobiernos regionales, como el de Castilla-La Mancha, todavía sopesan la posibilidad de acogerse al fondo.
Esta es la segunda vez que Rajoy reúne a sus presidentes autonómicos y regionales en Madrid con el objetivo de coordinar posturas. Ya ocurrió el pasado 14 de abril, cuando todos suscribieron un manifiesto a favor del cumplimiento de los objetivos de déficit y de la estabilidad presupuestaria.