Zamba con Sarmiento. Foto: Captura TV
«Hay países que se sienten los reyes del mundo, Zamba», le dice el soldado argentino al nene sobre Gran Bretaña, mientras ruidosos misiles surcan el cielo y se estrellan contra el suelo. El pequeño lo mira asombrado. La dramática música de fondo, el paisaje desolado y los atuendos militares que visten los personajes son dignos de una película bélica para adultos, pero se trata del capítulo sobre la guerra de Malvinas de un programa de dibujos animados que transmite Paka Paka, el canal infantil del Ministerio de Educación.
La Asombrosa Excursión de Zamba nació como un proyecto del canal Encuentro en 2010, año de los festejos por el Bicentenario. La serie fue encargada a la productora El perro en la luna, que realizó los primeros cuatro capítulos y los estrenó a partir de julio de ese año en la pantalla de Encuentro. Faltaban algunos meses para que, en septiembre, Paka Paka dejara de ser un segmento infantil y se convirtiera en un canal.
Dirigida a niños de entre seis y doce años, Zamba narra la historia de un niño que asiste a un primario público y experimenta «viajes» al pasado, donde próceres argentinos como el ex presidente Domingo F. Sarmiento, o personajes simbólicos como un soldado de Malvinas, le detallan con humor y simpatía cómo ocurrieron algunos de los principales hechos históricos nacionales. El proyecto creció -se hicieron seis capítulos más-, y este mes Paka Paka presentó «La Asombrosa Excursión de Zamba- La colección», un compilado de la serie que, aseguran desde el canal, se distribuye en todas las escuelas públicas del país.
Marcos Novaro es sociólogo y doctor en Filosofía, pero también es padre de tres chicos. Ya estaba familiarizado con las aventuras de Zamba al momento de la entrevista que le hizo LA NACION , y desde un primer momento expresó preocupación por la serie. «La escuela no puede dar productos de tan poca calidad, que tienen tantos defectos y que encima transmiten formas de pensar», opinó. Hace algunos años fue a quejarse al colegio donde asisten sus hijos, porque los profesores proyectaban capítulos del programa que trasmitía El Trece, Algo habrán hecho por la historia argentina , que Novaro comparó con Zamba. «Los profesores se defendían diciendo que aunque no sean buenos programas sirven para enganchar a los chicos con la historia, pero soy escéptico a esa idea, la escuela tiene una responsabilidad», juzgó.
Una de las principales diferencias entre ambas ficciones es que el unitario que condujo Mario Pergolini junto al historiador Felipe Pigna, fue realizado por una productora privada -Cuatro Cabezas-, mientras que Zamba fue creado bajo la órbita del Ministerio de Educación. En esa distinción se basó la doctora en Comunicación Pública, Gabriela Fabbro, para examinar el dibujo animado.
Con tono alterado, la especialista en medios sostuvo que la responsabilidad de los canales que responden al Estado es mayor de la que poseen las señales privadas. «La televisión estatal es un servicio público con intenciones didácticas, una institución más allá del partido gobernante. Este gobierno utiliza el potencial que tiene la TV pública para transmitir ideología, y esto es una tergiversación de la función que debe tener», señaló.
Por su parte, directora de Paka Paka , Cielo Salviolo, defendió el trabajo realizado en ciclo infantil y subrayó que «cualquier relato histórico parte de una mirada particular, situada». En una entrevista con LA NACION vía correo electrónico, la funcionaria expresó: «Siendo un canal público tenemos la responsabilidad de no interpelar a los chicos y chicas como consumidores, de respetar sus identidades, sus diversidades, sus diferencias y de interpelarlos como ciudadanos».
La escuela no puede dar productos de tan poca calidad, dice el sociólogo Marcos Novaro
Con esa perspectiva coincidió la docente y especialista en temas de educación y comunicación, Silvia Bacher. «El segmento sobre los viajes que realiza Zamba tiene una manera de contar particular, como la tiene todo, desde un noticiero hasta una novela histórica», consideró la autora del libro Tatuados por los medios .
«Tomar partido»
Por estos días, Zamba tiene su propio espacio en el predio donde funciona la megamuestra estatal Tecnópolis. Se trata de un parque temático que funcionará durante las vacaciones de invierno, y que ofrece actividades infantiles inspiradas en la serie. En su inaguración, el ministro de Eduación Alberto Sileoni recorrió sus instalaciones y rodeado de niños, enfatizó: «La propuesta del espacio es asomarnos al futuro construyendo conocimiento soberano de nuestro pasado».
En una reflexión sobre la serie, el sociólogo y constitucionalista Roberto Gargarella señaló que el Gobierno «toma partido sistemáticamente». «Más allá esta particular serie, creo que en esta época la comunicación que se hace desde el Gobierno muchas veces es problemática por el carácter partidista que tiene. Lo del dibujo [de Paka Paka] tiene mucho vínculo», opinó el autor de Carta abierta sobre la intolerancia . Y aclaró: «Mi intención no es agarrármela con el dibujo»,
Para el académico, el Gobierno ejerce una «permanente» violación del deber de neutralidad del Estado, ya sea vía la emisión de discursos presidenciales partidistas a través de la cadena nacional; la entonación de la marcha peronista por legisladores en el Congreso; o la exhibición de los dedos de la mano formando una «V», en alusión al partido oficial, el Frente para la Victoria.
Fabbro, que se desempeña como directora del Observatorio de la Televisión de la Universidad Austral , coincidió con Gargarella, y añadió: «Este dibujo animado no presenta la estructura mínima de dos campanas, la otra mirada, y a veces la omisión es la peor manipulación».
«Amenizar la Historia»
La dramaturga María Inés Falconi se dedica a escribir novelas históricas para chicos hace treinta años. Su trabajo, reveló, consiste esencialmente en estudiar eventos históricos en forma exhaustiva, elegir los personajes principales del período que quiere
contar, y narrar sus vivencias de forma tal que sean atractivos para el lector. «La novela histórica trata de darle una dimensión humana a los personajes, de encontrar puntos de resonancia para despertar cierta curiosidad en los chicos, sin que sean meros receptores de datos que les tiran encima», contó a este medio.
Autora de El secreto del tanque de agua , un cuento infantil que aborda la vida de José de San Martín, Falconi se refirió en particular al episodio de Zamba que reconstruye la infancia y la juventud del Libertador, La Asombrosa Excursión de Zamba en Yapeyú. «La imagen de superhéroe de dibujo animado con la que lo retratan me pareció interesante para llegar a los chicos», opinó. «Todo el tiempo intentan humanizarlo a través de su vínculo con Remedios [de Escalada, su esposa]». Para la escritora, ese tipo de detalles son claves para «salir del bronce», es decir amenizar la Historia.
«Cualquier relato histórico parte de una mirada particular, situada», aseguró la directora de Paka Paka
Novaro, en cambio, consideró que la serie, además de constituir un producto para el público infantil, es un «producto infantilizado». «Los chicos que lo ven pueden sacar como conclusión quiénes eran los buenos y quiénes los malos, pero nunca entender de qué se trataba el problema, qué estaba en discusión en esa época, cuál era el contexto, y eso es una reducción de la historia», enfatizó.
Por el contrario, Salviolo resaltó que el dibujo animado posibilita «llegar» mejor a los niños porque tiene códigos cercanos a ellos. «Permite jugar con lo fantástico como el paso del tiempo, pero también tiene algunas limitaciones propias, como la síntesis». Y remarcó que Zamba fue realizado con la colaboración de historiadores y la consulta de relatos académicos. «Nos parece que lo fundamental tanto para crear los personajes como el relato, es buscar fuentes diversas que permitan no reproducir estereotipos de manual o de figuritas», señaló.
Y aseguró que la intención es mostrar la historia argentina desde una mirada «no escolarizante, que permita hacerse preguntas y desnaturalizar algunos hechos provocando reflexiones y cuestionamientos».
En ese sentido, Fabbro estuvo de acuerdo: «Al público infantil hay que transmitirle conocimiento de tal forma que pueda ejercitar su capacidad de relación y crítica, sin decirle qué tiene que pensar», dijo. Pero consideró que Zamba no es ejemplo de esa idea. Según la comunicadora, los programas infantiles deberían mostrar ideas en lugar de expresarlas a través de palabras. «En el caso de Zamba, la bajada de línea pasa por lo dicho en el spot, no en lo mostrado, y eso es manejar el discurso, es preconcebido», indicó..
«Hay países que se sienten los reyes del mundo, Zamba», le dice el soldado argentino al nene sobre Gran Bretaña, mientras ruidosos misiles surcan el cielo y se estrellan contra el suelo. El pequeño lo mira asombrado. La dramática música de fondo, el paisaje desolado y los atuendos militares que visten los personajes son dignos de una película bélica para adultos, pero se trata del capítulo sobre la guerra de Malvinas de un programa de dibujos animados que transmite Paka Paka, el canal infantil del Ministerio de Educación.
La Asombrosa Excursión de Zamba nació como un proyecto del canal Encuentro en 2010, año de los festejos por el Bicentenario. La serie fue encargada a la productora El perro en la luna, que realizó los primeros cuatro capítulos y los estrenó a partir de julio de ese año en la pantalla de Encuentro. Faltaban algunos meses para que, en septiembre, Paka Paka dejara de ser un segmento infantil y se convirtiera en un canal.
Dirigida a niños de entre seis y doce años, Zamba narra la historia de un niño que asiste a un primario público y experimenta «viajes» al pasado, donde próceres argentinos como el ex presidente Domingo F. Sarmiento, o personajes simbólicos como un soldado de Malvinas, le detallan con humor y simpatía cómo ocurrieron algunos de los principales hechos históricos nacionales. El proyecto creció -se hicieron seis capítulos más-, y este mes Paka Paka presentó «La Asombrosa Excursión de Zamba- La colección», un compilado de la serie que, aseguran desde el canal, se distribuye en todas las escuelas públicas del país.
Marcos Novaro es sociólogo y doctor en Filosofía, pero también es padre de tres chicos. Ya estaba familiarizado con las aventuras de Zamba al momento de la entrevista que le hizo LA NACION , y desde un primer momento expresó preocupación por la serie. «La escuela no puede dar productos de tan poca calidad, que tienen tantos defectos y que encima transmiten formas de pensar», opinó. Hace algunos años fue a quejarse al colegio donde asisten sus hijos, porque los profesores proyectaban capítulos del programa que trasmitía El Trece, Algo habrán hecho por la historia argentina , que Novaro comparó con Zamba. «Los profesores se defendían diciendo que aunque no sean buenos programas sirven para enganchar a los chicos con la historia, pero soy escéptico a esa idea, la escuela tiene una responsabilidad», juzgó.
Una de las principales diferencias entre ambas ficciones es que el unitario que condujo Mario Pergolini junto al historiador Felipe Pigna, fue realizado por una productora privada -Cuatro Cabezas-, mientras que Zamba fue creado bajo la órbita del Ministerio de Educación. En esa distinción se basó la doctora en Comunicación Pública, Gabriela Fabbro, para examinar el dibujo animado.
Con tono alterado, la especialista en medios sostuvo que la responsabilidad de los canales que responden al Estado es mayor de la que poseen las señales privadas. «La televisión estatal es un servicio público con intenciones didácticas, una institución más allá del partido gobernante. Este gobierno utiliza el potencial que tiene la TV pública para transmitir ideología, y esto es una tergiversación de la función que debe tener», señaló.
Por su parte, directora de Paka Paka , Cielo Salviolo, defendió el trabajo realizado en ciclo infantil y subrayó que «cualquier relato histórico parte de una mirada particular, situada». En una entrevista con LA NACION vía correo electrónico, la funcionaria expresó: «Siendo un canal público tenemos la responsabilidad de no interpelar a los chicos y chicas como consumidores, de respetar sus identidades, sus diversidades, sus diferencias y de interpelarlos como ciudadanos».
La escuela no puede dar productos de tan poca calidad, dice el sociólogo Marcos Novaro
Con esa perspectiva coincidió la docente y especialista en temas de educación y comunicación, Silvia Bacher. «El segmento sobre los viajes que realiza Zamba tiene una manera de contar particular, como la tiene todo, desde un noticiero hasta una novela histórica», consideró la autora del libro Tatuados por los medios .
«Tomar partido»
Por estos días, Zamba tiene su propio espacio en el predio donde funciona la megamuestra estatal Tecnópolis. Se trata de un parque temático que funcionará durante las vacaciones de invierno, y que ofrece actividades infantiles inspiradas en la serie. En su inaguración, el ministro de Eduación Alberto Sileoni recorrió sus instalaciones y rodeado de niños, enfatizó: «La propuesta del espacio es asomarnos al futuro construyendo conocimiento soberano de nuestro pasado».
En una reflexión sobre la serie, el sociólogo y constitucionalista Roberto Gargarella señaló que el Gobierno «toma partido sistemáticamente». «Más allá esta particular serie, creo que en esta época la comunicación que se hace desde el Gobierno muchas veces es problemática por el carácter partidista que tiene. Lo del dibujo [de Paka Paka] tiene mucho vínculo», opinó el autor de Carta abierta sobre la intolerancia . Y aclaró: «Mi intención no es agarrármela con el dibujo»,
Para el académico, el Gobierno ejerce una «permanente» violación del deber de neutralidad del Estado, ya sea vía la emisión de discursos presidenciales partidistas a través de la cadena nacional; la entonación de la marcha peronista por legisladores en el Congreso; o la exhibición de los dedos de la mano formando una «V», en alusión al partido oficial, el Frente para la Victoria.
Fabbro, que se desempeña como directora del Observatorio de la Televisión de la Universidad Austral , coincidió con Gargarella, y añadió: «Este dibujo animado no presenta la estructura mínima de dos campanas, la otra mirada, y a veces la omisión es la peor manipulación».
«Amenizar la Historia»
La dramaturga María Inés Falconi se dedica a escribir novelas históricas para chicos hace treinta años. Su trabajo, reveló, consiste esencialmente en estudiar eventos históricos en forma exhaustiva, elegir los personajes principales del período que quiere
contar, y narrar sus vivencias de forma tal que sean atractivos para el lector. «La novela histórica trata de darle una dimensión humana a los personajes, de encontrar puntos de resonancia para despertar cierta curiosidad en los chicos, sin que sean meros receptores de datos que les tiran encima», contó a este medio.
Autora de El secreto del tanque de agua , un cuento infantil que aborda la vida de José de San Martín, Falconi se refirió en particular al episodio de Zamba que reconstruye la infancia y la juventud del Libertador, La Asombrosa Excursión de Zamba en Yapeyú. «La imagen de superhéroe de dibujo animado con la que lo retratan me pareció interesante para llegar a los chicos», opinó. «Todo el tiempo intentan humanizarlo a través de su vínculo con Remedios [de Escalada, su esposa]». Para la escritora, ese tipo de detalles son claves para «salir del bronce», es decir amenizar la Historia.
«Cualquier relato histórico parte de una mirada particular, situada», aseguró la directora de Paka Paka
Novaro, en cambio, consideró que la serie, además de constituir un producto para el público infantil, es un «producto infantilizado». «Los chicos que lo ven pueden sacar como conclusión quiénes eran los buenos y quiénes los malos, pero nunca entender de qué se trataba el problema, qué estaba en discusión en esa época, cuál era el contexto, y eso es una reducción de la historia», enfatizó.
Por el contrario, Salviolo resaltó que el dibujo animado posibilita «llegar» mejor a los niños porque tiene códigos cercanos a ellos. «Permite jugar con lo fantástico como el paso del tiempo, pero también tiene algunas limitaciones propias, como la síntesis». Y remarcó que Zamba fue realizado con la colaboración de historiadores y la consulta de relatos académicos. «Nos parece que lo fundamental tanto para crear los personajes como el relato, es buscar fuentes diversas que permitan no reproducir estereotipos de manual o de figuritas», señaló.
Y aseguró que la intención es mostrar la historia argentina desde una mirada «no escolarizante, que permita hacerse preguntas y desnaturalizar algunos hechos provocando reflexiones y cuestionamientos».
En ese sentido, Fabbro estuvo de acuerdo: «Al público infantil hay que transmitirle conocimiento de tal forma que pueda ejercitar su capacidad de relación y crítica, sin decirle qué tiene que pensar», dijo. Pero consideró que Zamba no es ejemplo de esa idea. Según la comunicadora, los programas infantiles deberían mostrar ideas en lugar de expresarlas a través de palabras. «En el caso de Zamba, la bajada de línea pasa por lo dicho en el spot, no en lo mostrado, y eso es manejar el discurso, es preconcebido», indicó..