Lejos de la autocrítica y con la intención de justificar lo injustificable, la presidenta Cristina Fernández se presentó ayer en la Universidad de Georgetown, Estados Unidos, para inaugurar la cátedra Argentina y responder las inquietudes de profesores y estudiantes de esa prestigiosa institución, una modalidad que, hoy por hoy, asomaría como insólita puertas para adentro.
Durante la conferencia de prensa, la mandataria nacional se mostró nerviosa frente a algunas preguntas, sobre todo aquellas relacionadas a la polémica política económica que lleva adelante el país y a las absurdas cifras anunciadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
“El país estaría por los aires si la inflación fuera del 24 por ciento”, aseveró la jefa de Estado ante la consulta de uno de los estudiantes y, en una tibia defensa de los índices difundidos por el organismo estadístico, explicó que “lo de los $ 6 fue tergiversado”.
“¿Realmente ustedes creen que la inflación es de un dos por ciento en su país?”, replicó Fernández a los asistentes, en medio de esta serie de declaraciones poco afortunadas, a días del reclamo masivo de la sociedad contra el Gobierno.
Pero los engaños K no solamente apuntaron a la inflación, sino también a otros temas que continúan en estado latente, como el cepo cambiario -dijo que cada argentino tiene, en promedio, 1.300 dólares, mientras que cada brasileño tiene 6 (ver página 4)-, el nivel de vida en la argentina -“los salarios de los trabajadores argentinos son los mejores de toda Latinoamérica”- y la cuestión social, al advertir que “la Argentina es un ejemplo en el mundo en materia de ejercicio de los derechos humanos”, pese a que a principios de este año entabló negociaciones con un país como Angola, donde reina una dictadura desde hace
33 años.
Mentiras del relato
Sin embargo, la paradoja más grande de Cristina Fernández salió a la luz cuando fue indagada por uno de los estudiantes, Gavin Bade, quien preguntó: “¿Por qué nosotros los estudiantes en Georgetown tenemos la oportunidad de hablar contigo, cuando usted no habla con la prensa en la Argentina desde hace muchos años?”.
La respuesta de la Presidenta dejó incrédulo a más de un argentino. Después de afirmar que con los medios nacionales habla “muchísimo” -pese a que los únicos que tienen acceso a entrevistas son periodistas de diarios, radio y televisión de neto corte oficialista-, dejó en claro que “lo que sucede es que en la Argentina no hablar con la prensa es no decir lo que quieren escuchar, entonces me parece que hay una gran diferencia”.
“Me parece que los gobernantes no estamos para responder o para hacer como centro de nuestra gestión las conferencias de prensa”, agregó la mandataria argentina. Curiosamente, los hechos del pasado respaldan su penosa justificación: su última conferencia de prensa data del lunes 15 de agosto de 2011, al día siguiente de ganar las primarias previas a las elecciones en que logró su reelección.
La réplica de los periodistas
Luego de las polémicas respuestas de Cristina Fernández a los estudiantes de la Universidad de Georgetown, los periodistas acreditados en Casa Rosada salieron a desmentir las propias palabras de la mandataria con un duro comunicado. “La sala de periodistas de la Casa de Gobierno desmiente las palabras de la presidenta Cristina Kirchner, que durante una ronda de preguntas en la Universidad de Georgetown sostuvo que dialogaba permanentemente con los cronistas acreditados de la Casa Rosada (…). Cuando los acreditados logran acercarse a la Presidenta después de los actos, Cristina Kirchner habitualmente no responde las preguntas”, explica la misiva publicada por la periodista Mariana Verón (foto) en su cuenta de la red social Twitter.
Al final del comunicado, los periodistas reiteraron “la necesidad de que tanto la jefa del Estado como sus ministros den cuenta de sus actos de gobierno”, y expresaron con énfasis su “preocupación por la falta de información sobre la agenda presidencial”.
“Reclamamos que se habilite nuevamente el acceso dentro de la Casa de Gobierno a dialogar con los asistentes a los actos o invitados al despacho presidencial”, concluyeron.
“No estoy satisfecho con la respuesta”
Gavin Bade, el estudiante de Relaciones Internacionales de la Universidad de Georgetown que le preguntó a la presidenta Cristina Fernández por su relación con los medios, dijo no estar “satisfecho con la respuesta” de la jefa de Estado.
“No me gustan sus políticas. Ella es muy buena política, porque puede hablar muy bien. Y entiendo los problemas de machismo y racismo, pero esas cuestiones no se resuelven regulando a la prensa. Sólo la discusión puede resolver estos temas”, indicó el joven, haciendo alusión a la condición de mujer que puso en relieve Fernández cuando ésta aseguró que nunca antes un mandatario de la Argentina había recibido “tantos insultos” de los medios de prensa.
La oposición, con duras acusaciones
La oposición salió ayer con los tapones de punta contra las declaraciones de la Presidenta en torno a sus dichos sobre la prensa.
“La Presidenta les mintió a los estudiantes y ofende al periodismo argentino, no habla sino por la cadena oficial, encadenando a los ciudadanos y evitando dar conferencias de prensa y preguntas del periodismo”, dijo el diputado Gerardo Milman.
En tanto, la diputada Patricia Bullrich cuestionó sus comentarios sobre la inflación y su defensa del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
“Sus declaraciones definen claramente qué piensa y qué nos quiere hacer creer a los argentinos”, afirmó Bullrich.
En Brasil ya hablan de la “democradura” de la Presidenta
Como este mismo medio publicó en sus ediciones pasadas, las cuestionadas medidas del Gobierno de Cristina Fernández siguen dejando mucha tela para cortar en distintos puntos del mundo.
Ahora fue el diario brasileño Estadão el que habló de un “intento obsesivo” de la Presidenta de establecer una “democradura” en la Argentina y tildó de “ultimátum” el lanzamiento del polémico spot sobre la ley de Medios en la Televisión Pública. “La Presidenta lanzó un ultimátum a través de una truculenta cadena nacional ilegal, como se dijo, para precipitar su desmantelamiento (del Grupo Clarín). Como un tractor, pasó sobre el debido proceso que está aún en curso y a pesar de la decisión de la Corte Suprema. Pero es lo que se puede esperar de Cristina en su intento obsesivo de establecer en la Argentina una democradura”, embistió la editorial del periódico paulista.
En este contexto, el diario comparó la gestión kirchnerista con la de Hugo Chávez en Venezuela.
Cabe destacar que gran parte del crecimiento del Grupo Clarín fue producto de los amplios y discrecionales beneficios que le otorgó el kirchnerismo durante seis años, como el aval para la fusión de Multicanal y Cablevisión.
Además, le renovó de forma automática las licencias de varias radios y canales de TV.
Además
Las restricciones al dólar y las contradicciones de la Presidenta
Durante la conferencia de prensa, la mandataria nacional se mostró nerviosa frente a algunas preguntas, sobre todo aquellas relacionadas a la polémica política económica que lleva adelante el país y a las absurdas cifras anunciadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
“El país estaría por los aires si la inflación fuera del 24 por ciento”, aseveró la jefa de Estado ante la consulta de uno de los estudiantes y, en una tibia defensa de los índices difundidos por el organismo estadístico, explicó que “lo de los $ 6 fue tergiversado”.
“¿Realmente ustedes creen que la inflación es de un dos por ciento en su país?”, replicó Fernández a los asistentes, en medio de esta serie de declaraciones poco afortunadas, a días del reclamo masivo de la sociedad contra el Gobierno.
Pero los engaños K no solamente apuntaron a la inflación, sino también a otros temas que continúan en estado latente, como el cepo cambiario -dijo que cada argentino tiene, en promedio, 1.300 dólares, mientras que cada brasileño tiene 6 (ver página 4)-, el nivel de vida en la argentina -“los salarios de los trabajadores argentinos son los mejores de toda Latinoamérica”- y la cuestión social, al advertir que “la Argentina es un ejemplo en el mundo en materia de ejercicio de los derechos humanos”, pese a que a principios de este año entabló negociaciones con un país como Angola, donde reina una dictadura desde hace
33 años.
Mentiras del relato
Sin embargo, la paradoja más grande de Cristina Fernández salió a la luz cuando fue indagada por uno de los estudiantes, Gavin Bade, quien preguntó: “¿Por qué nosotros los estudiantes en Georgetown tenemos la oportunidad de hablar contigo, cuando usted no habla con la prensa en la Argentina desde hace muchos años?”.
La respuesta de la Presidenta dejó incrédulo a más de un argentino. Después de afirmar que con los medios nacionales habla “muchísimo” -pese a que los únicos que tienen acceso a entrevistas son periodistas de diarios, radio y televisión de neto corte oficialista-, dejó en claro que “lo que sucede es que en la Argentina no hablar con la prensa es no decir lo que quieren escuchar, entonces me parece que hay una gran diferencia”.
“Me parece que los gobernantes no estamos para responder o para hacer como centro de nuestra gestión las conferencias de prensa”, agregó la mandataria argentina. Curiosamente, los hechos del pasado respaldan su penosa justificación: su última conferencia de prensa data del lunes 15 de agosto de 2011, al día siguiente de ganar las primarias previas a las elecciones en que logró su reelección.
La réplica de los periodistas
Luego de las polémicas respuestas de Cristina Fernández a los estudiantes de la Universidad de Georgetown, los periodistas acreditados en Casa Rosada salieron a desmentir las propias palabras de la mandataria con un duro comunicado. “La sala de periodistas de la Casa de Gobierno desmiente las palabras de la presidenta Cristina Kirchner, que durante una ronda de preguntas en la Universidad de Georgetown sostuvo que dialogaba permanentemente con los cronistas acreditados de la Casa Rosada (…). Cuando los acreditados logran acercarse a la Presidenta después de los actos, Cristina Kirchner habitualmente no responde las preguntas”, explica la misiva publicada por la periodista Mariana Verón (foto) en su cuenta de la red social Twitter.
Al final del comunicado, los periodistas reiteraron “la necesidad de que tanto la jefa del Estado como sus ministros den cuenta de sus actos de gobierno”, y expresaron con énfasis su “preocupación por la falta de información sobre la agenda presidencial”.
“Reclamamos que se habilite nuevamente el acceso dentro de la Casa de Gobierno a dialogar con los asistentes a los actos o invitados al despacho presidencial”, concluyeron.
“No estoy satisfecho con la respuesta”
Gavin Bade, el estudiante de Relaciones Internacionales de la Universidad de Georgetown que le preguntó a la presidenta Cristina Fernández por su relación con los medios, dijo no estar “satisfecho con la respuesta” de la jefa de Estado.
“No me gustan sus políticas. Ella es muy buena política, porque puede hablar muy bien. Y entiendo los problemas de machismo y racismo, pero esas cuestiones no se resuelven regulando a la prensa. Sólo la discusión puede resolver estos temas”, indicó el joven, haciendo alusión a la condición de mujer que puso en relieve Fernández cuando ésta aseguró que nunca antes un mandatario de la Argentina había recibido “tantos insultos” de los medios de prensa.
La oposición, con duras acusaciones
La oposición salió ayer con los tapones de punta contra las declaraciones de la Presidenta en torno a sus dichos sobre la prensa.
“La Presidenta les mintió a los estudiantes y ofende al periodismo argentino, no habla sino por la cadena oficial, encadenando a los ciudadanos y evitando dar conferencias de prensa y preguntas del periodismo”, dijo el diputado Gerardo Milman.
En tanto, la diputada Patricia Bullrich cuestionó sus comentarios sobre la inflación y su defensa del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
“Sus declaraciones definen claramente qué piensa y qué nos quiere hacer creer a los argentinos”, afirmó Bullrich.
En Brasil ya hablan de la “democradura” de la Presidenta
Como este mismo medio publicó en sus ediciones pasadas, las cuestionadas medidas del Gobierno de Cristina Fernández siguen dejando mucha tela para cortar en distintos puntos del mundo.
Ahora fue el diario brasileño Estadão el que habló de un “intento obsesivo” de la Presidenta de establecer una “democradura” en la Argentina y tildó de “ultimátum” el lanzamiento del polémico spot sobre la ley de Medios en la Televisión Pública. “La Presidenta lanzó un ultimátum a través de una truculenta cadena nacional ilegal, como se dijo, para precipitar su desmantelamiento (del Grupo Clarín). Como un tractor, pasó sobre el debido proceso que está aún en curso y a pesar de la decisión de la Corte Suprema. Pero es lo que se puede esperar de Cristina en su intento obsesivo de establecer en la Argentina una democradura”, embistió la editorial del periódico paulista.
En este contexto, el diario comparó la gestión kirchnerista con la de Hugo Chávez en Venezuela.
Cabe destacar que gran parte del crecimiento del Grupo Clarín fue producto de los amplios y discrecionales beneficios que le otorgó el kirchnerismo durante seis años, como el aval para la fusión de Multicanal y Cablevisión.
Además, le renovó de forma automática las licencias de varias radios y canales de TV.
Además
Las restricciones al dólar y las contradicciones de la Presidenta