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29.09.2012 |Escenario
La cuenta regresiva empezó hace rato y aún así todavía no hay definiciones. Los dirigentes que pretenden integrar una nueva CGT separada de la que todavía conduce Hugo Moyano no consiguen ponerse de acuerdo alrededor de un candidato para encabezar esa central obrera.
Por:
Ana Vainman
Aún cuando el metalúrgico Antonio Caló es el nombre que más sonó desde que comenzó esta idea de escindir a la CGT, los sindicalistas no terminan de convencerse de que él lidere la fuerza y, además de someter a prueba a otros nombres, siguen considerando la posibilidad de conformar un triunvirato para la conducción.
El problema es que las elecciones son el próximo miércoles, según los pasos que los propios dirigentes antimoyanistas establecieron en los sucesivos pasos burocráticos con los que buscaron dar legalidad al comicio. Pero cuando alcanzan los dedos de una mano para contar los días que restan hasta entonces, hay más dudas que certezas.
En la semana que pasó, circularon tantas alternativas como voceros que las transmitieron. Se negó que se fuera a conformar un triunvirato, se volvió a reflotar la conducción tripartita, se ratificó a Antonio Caló como único candidato o como integrante de un triunvirato, se nombró a otros dirigentes como remplazantes del metalúrgico o como compañeros de lista y hasta circularon versiones sobre una reunificación con la CGT Azopardo, que conduce Hugo Moyano.
Dentro de este heterogéneo grupo de dirigentes hay tres sectores definidos: los «gordos» (por los gremios de gran tamaño, como Comercio y Luz y Fuerza), los independientes (como UOCRA y UPCN) y el Movimiento Acción Sindical Argentino (MASA, integrado por 50 gremios entre los que se encuentran UOM, UTA, FOETRA, SADOP, Unión Ferroviaria, Taxistas, ADEF y Molineros). Cada uno de los tres sectores tiene una idea de cómo debería conducirse la CGT.
Los gordos apuntan al triunvirato. La explicación de la insistencia en esta alternativa radica en que aspiran a poder colocar un integrante de ese sector entre los secretarios generales, que podría ser Héctor Daer de Sanidad.
Los independientes también hablaron de la posibilidad de un triunvirato, y también aspirarían a colocar a Gerardo Martínez (UOCRA) en una conducción tripartita. La diferencia con los gordos radica en que el propio Martínez mantiene abierta la puerta para que haya una reunificación con las huestes de Moyano, cosa que los gordos no proponen bajo ningún punto de vista.
El Masa, en cambio, no se muestra partidario de un triunvirato y apuesta al unicato, liderado por Caló (que integra ese sector).
Es decir, cada uno quiere colocar a su candidato en la secretaría general de la CGT Balcarce, pero gordos e independientes saben que sus candidatos solos no lo conseguirán. El único que tiene posibilidades de llegar solo es el metalúrgico, pero después de los rumores de que había decidido bajarse de la candidatura, su figura se debilitó.
En el sector del Masa, tampoco verían con buenos ojos un acercamiento a Moyano. Más allá de que es el sector que más cerca supo estar y el último en irse de al lado del camionero, ahora consideran que lo que busca Moyano es «un proyecto político con fines electoralistas», que consideran incompatible con la actividad sindical que ellos realizan.
«(Volver con Moyano) es una idea de Gerardo Martínez. Pero es impracticable, porque los tiempos no dan y porque Hugo quiere un proyecto político y electoral. Por lo menos al día de hoy no hay posibilidad. Es algo de Gerardo que siempre busca un diálogo abierto», indicaron desde ese sector.
El dirigente se refería a que el miércoles pasado en localidad cordobesa de La Falda, la CGT Azopardo presentó el Programa de 21 puntos para una Argentina con Justicia Social.
Se trata de un paquete de medidas gremiales, educativas, productivas, sobre recursos naturales, política energética, etc. que Moyano pretende convertir en un programa de gobierno. Según expresó, esos 21 puntos sentarán las bases sobre las cuales se aglutinarán distintas corrientes del peronismo de cara a las elecciones legislativas 2013 y por qué no en las presidenciales de 2015. Y así quedó plasmada en un documento la voluntad del líder camionero de disputar poder en las urnas y tratar de convertir en votos el poder de movilización con el que cuenta.
Y por si quedaban dudas sobre cuáles serán esas corrientes del peronismo a las que recurrirá para entablar alianzas, el martes pasado Moyano participó de un acto con diversos referentes del peronismo antikirchnerista.
Los asistentes fueron el gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota, los diputados del peronismo disidente Claudia Rucci, Francisco de Narváez y Eduardo Amadeo y el ex intendente de San Miguel y ex carapintada, Aldo Rico.
El motivo del encuentro frente a los tribunales de Comodoro Py fue el de pedir la reapertura de la causa por la muerte de quien fuera secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, en 1973. Los asistentes insistieron con que se trata de un crimen de lesa humanidad, y –si así fuera– el expediente no podría haber prescripto.
La causa nunca se resolvió, pero los indicios hacen suponer que el asesinato fue perpetrado por Montoneros. La familia Rucci –y varios de los asistentes al acto del miércoles– consideran que el hecho de que en el gobierno de Juan Perón hubiera funcionarios de segunda línea militantes de Montoneros basta para convertir al asesinato de Rucci en un crimen de lesa humanidad. Pero el juez Ariel Lijo no piensa lo mismo y por eso archivó el expediente. Para considerar un crimen como delito de lesa humanidad hacen falta elementos muy claros que no aparecen en esta causa.
Moyano fue orador en las escalinatas de los tribunales federales y con sus palabras volvió a dejar en claro que apunta a la contienda electoral para 2013 y que su potencial electorado será el que quiera «castigar al kirchnerismo en las urnas».
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29.09.2012 |Escenario
La cuenta regresiva empezó hace rato y aún así todavía no hay definiciones. Los dirigentes que pretenden integrar una nueva CGT separada de la que todavía conduce Hugo Moyano no consiguen ponerse de acuerdo alrededor de un candidato para encabezar esa central obrera.
Por:
Ana Vainman
Aún cuando el metalúrgico Antonio Caló es el nombre que más sonó desde que comenzó esta idea de escindir a la CGT, los sindicalistas no terminan de convencerse de que él lidere la fuerza y, además de someter a prueba a otros nombres, siguen considerando la posibilidad de conformar un triunvirato para la conducción.
El problema es que las elecciones son el próximo miércoles, según los pasos que los propios dirigentes antimoyanistas establecieron en los sucesivos pasos burocráticos con los que buscaron dar legalidad al comicio. Pero cuando alcanzan los dedos de una mano para contar los días que restan hasta entonces, hay más dudas que certezas.
En la semana que pasó, circularon tantas alternativas como voceros que las transmitieron. Se negó que se fuera a conformar un triunvirato, se volvió a reflotar la conducción tripartita, se ratificó a Antonio Caló como único candidato o como integrante de un triunvirato, se nombró a otros dirigentes como remplazantes del metalúrgico o como compañeros de lista y hasta circularon versiones sobre una reunificación con la CGT Azopardo, que conduce Hugo Moyano.
Dentro de este heterogéneo grupo de dirigentes hay tres sectores definidos: los «gordos» (por los gremios de gran tamaño, como Comercio y Luz y Fuerza), los independientes (como UOCRA y UPCN) y el Movimiento Acción Sindical Argentino (MASA, integrado por 50 gremios entre los que se encuentran UOM, UTA, FOETRA, SADOP, Unión Ferroviaria, Taxistas, ADEF y Molineros). Cada uno de los tres sectores tiene una idea de cómo debería conducirse la CGT.
Los gordos apuntan al triunvirato. La explicación de la insistencia en esta alternativa radica en que aspiran a poder colocar un integrante de ese sector entre los secretarios generales, que podría ser Héctor Daer de Sanidad.
Los independientes también hablaron de la posibilidad de un triunvirato, y también aspirarían a colocar a Gerardo Martínez (UOCRA) en una conducción tripartita. La diferencia con los gordos radica en que el propio Martínez mantiene abierta la puerta para que haya una reunificación con las huestes de Moyano, cosa que los gordos no proponen bajo ningún punto de vista.
El Masa, en cambio, no se muestra partidario de un triunvirato y apuesta al unicato, liderado por Caló (que integra ese sector).
Es decir, cada uno quiere colocar a su candidato en la secretaría general de la CGT Balcarce, pero gordos e independientes saben que sus candidatos solos no lo conseguirán. El único que tiene posibilidades de llegar solo es el metalúrgico, pero después de los rumores de que había decidido bajarse de la candidatura, su figura se debilitó.
En el sector del Masa, tampoco verían con buenos ojos un acercamiento a Moyano. Más allá de que es el sector que más cerca supo estar y el último en irse de al lado del camionero, ahora consideran que lo que busca Moyano es «un proyecto político con fines electoralistas», que consideran incompatible con la actividad sindical que ellos realizan.
«(Volver con Moyano) es una idea de Gerardo Martínez. Pero es impracticable, porque los tiempos no dan y porque Hugo quiere un proyecto político y electoral. Por lo menos al día de hoy no hay posibilidad. Es algo de Gerardo que siempre busca un diálogo abierto», indicaron desde ese sector.
El dirigente se refería a que el miércoles pasado en localidad cordobesa de La Falda, la CGT Azopardo presentó el Programa de 21 puntos para una Argentina con Justicia Social.
Se trata de un paquete de medidas gremiales, educativas, productivas, sobre recursos naturales, política energética, etc. que Moyano pretende convertir en un programa de gobierno. Según expresó, esos 21 puntos sentarán las bases sobre las cuales se aglutinarán distintas corrientes del peronismo de cara a las elecciones legislativas 2013 y por qué no en las presidenciales de 2015. Y así quedó plasmada en un documento la voluntad del líder camionero de disputar poder en las urnas y tratar de convertir en votos el poder de movilización con el que cuenta.
Y por si quedaban dudas sobre cuáles serán esas corrientes del peronismo a las que recurrirá para entablar alianzas, el martes pasado Moyano participó de un acto con diversos referentes del peronismo antikirchnerista.
Los asistentes fueron el gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota, los diputados del peronismo disidente Claudia Rucci, Francisco de Narváez y Eduardo Amadeo y el ex intendente de San Miguel y ex carapintada, Aldo Rico.
El motivo del encuentro frente a los tribunales de Comodoro Py fue el de pedir la reapertura de la causa por la muerte de quien fuera secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, en 1973. Los asistentes insistieron con que se trata de un crimen de lesa humanidad, y –si así fuera– el expediente no podría haber prescripto.
La causa nunca se resolvió, pero los indicios hacen suponer que el asesinato fue perpetrado por Montoneros. La familia Rucci –y varios de los asistentes al acto del miércoles– consideran que el hecho de que en el gobierno de Juan Perón hubiera funcionarios de segunda línea militantes de Montoneros basta para convertir al asesinato de Rucci en un crimen de lesa humanidad. Pero el juez Ariel Lijo no piensa lo mismo y por eso archivó el expediente. Para considerar un crimen como delito de lesa humanidad hacen falta elementos muy claros que no aparecen en esta causa.
Moyano fue orador en las escalinatas de los tribunales federales y con sus palabras volvió a dejar en claro que apunta a la contienda electoral para 2013 y que su potencial electorado será el que quiera «castigar al kirchnerismo en las urnas».
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